jueves, 1 de junio de 2017

El auricular, el error y la grosería

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Una de las cosas que dan humanidad al Periodismo son sus errores. Equivocarse es humano; mostrar la humildad de reconocer el error, no solo es humano sino que puede ser noble. A nadie le gusta equivocarse, claro; pero a muchos no les gusta nada, nada rectificar. El periodista sabe que por mucho que observe y compruebe, tiene un tiempo límite para hacerlo, el que le marca la publicación. El Periodismo, como algunas profesiones, es precipitado por su naturaleza inmediata, algo de lo que los propios periodistas son conscientes. Lo importante es saber qué ha causado el error y tratar de evitarlo; después, rectificar públicamente.
The Washington Post nos describe la siguiente situación en la rueda de prensa con el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer:

Later in the briefing, Spicer said Trump “is frustrated, like I am and so many others, to see stories come out that are patently false, to see narratives that are wrong, to see quote-unquote 'fake news.'”
“Could you give us an example of fake news, Sean?” CNN's Jim Acosta asked.
“Sure,” Spicer answered. “Friday the president was having a great discussion at the G-7 and somebody from the BBC and ultimately an incoming reporter for the New York Times tweeted that the president was being rude by disrespecting the Italian prime minister when, in fact, you all — in every one of the meetings that we sit in — watch the president with that one earpiece that's been used by other presidents.”
In case you missed the earpiece episode over the long weekend, here's the gist: The BBC's James Landale mistakenly believed that Trump was not listening to a translation of remarks by Italy's Paolo Gentiloni because Trump was not wearing headphones, like his fellow world leaders. Other journalists, including Shane Goldmacher, who is leaving Politico for the New York Times, retweeted Landale's message.
It turned out, however, that Trump was wearing a small earpiece that was not easily visible. Landale was wrong.
The error proves, once again, that journalists are fallible. Yet it is telling that Spicer chose to zero in on this particular incident after airing a sweeping complaint about “narratives that are wrong.”*


La afirmación específica "Trump fue grosero por no escuchar la traducción de las palabras de Paolo Gentiloni" es evidentemente falsa si Trump llevaba un minúsculo auricular que el periodista de la BBC, James Landale, no podía ver. Las pruebas de las groserías de Trump con los dirigentes europeos son muchas, algunas tan evidentes como el desplazamiento del primer ministro de Montenegro, algo que quedará en la Historia de la Diplomacia como un acto de grosería y prepotencia.

Como periodista, Sean Spicer lamentará que un compañero se haya visto inducido al error por el tamaño de los auriculares. Como portavoz de la Casa Blanca, está utilizando ese error para convertir en malas interpretaciones todos los comentarios que se hacen sobre Donald Trump. Y eso no es tampoco verdad. Un error no es lo mismo que una falsedad. Si Landale hubiera sabido que Trump llevaba un invisible auricular, no habría hecho el comentario en el sentido que lo hizo.
Una falsedad, en cambio, implica esparcir información a sabiendas de que es errónea y para manipular a los demás. En eso Trump lleva una enorme delantera en su guerra con los medios: desde las dudas sobre el padre del senador Ted Cruz hasta el origen de Barack Obama, de los votantes fraudulentos que dieron el voto popular a Clinton al número de participantes den la toma de posesión. El historial de falsedades de Donald Trump es extenso y comprobado. Sin embargo, la historia del auricular permite rasgarse las vestiduras lamentándose del injusto trato dado al presidente —el mismo que declaró a la prensa "el enemigo del pueblo"— en el tiempo.

Spicer's complaint about a British journalist's earpiece tweet — while entirely legitimate — did not in any way address the most important media narrative of the moment. Pressed for another example, Spicer said he “didn't come here with a list of things.”
“What I'm telling you is, is that the reason the president is frustrated is because there's a perpetuation of false narratives, a use of unnamed sources over and over again about things that are happening that ultimately don't happen, and I think that is troubling,” he added moments later. “Thank you guys very much. I appreciate it.”
With that, a visibly frustrated Spicer ended his first briefing in more than two weeks after just 30 minutes, cutting the session shorter than usual.*

Desde que comenzó la campaña de las primarias republicanas, Donald Trump ha sido el mayor difusor de mentiras, "post verdades", hechos alternativos o "fake news". Ha hecho reflexionar sobre cada uno de esos términos a eruditos de la comunicación, filósofos, periodistas y personas comunes que se veían sorprendidos por la facilidad con la que el presidente era capaz de afirmar cosas con insistencia para poco después, si le interesaba, afirmar lo contrario. Ha hecho afirmaciones sobre cosas que cientos de investigadores no han podido encontrar por más que han buscado.
Esto ha hecho que el equipo de comunicación presidencial no se dedique a extender las opiniones de Trump, algo de lo que se encarga él con sus tuits y muy arriesgado porque puede cambiar de  opinión y sostener lo contrario —el artículo comienza con la mención de un caso así—, sino a buscar errores en los miles de artículos que provoca en la semana.
Encontrando historias como la del auricular, Trump y los suyos son capaces de extender la idea ante sus seguidores de que la Prensa en su conjunto miente y trata injustamente al presidente. Con eso es suficiente en un caso insólito como es la presidencia de Trump.
Cuando se ve el vídeo que James Landale, el periodista de la BBC cuestionado por Spicer, se comprende mejor el hecho. En su tiut, Landale escribió "A short clip that sums up this G7 summit: look who has chosen not to hear a translation of his Italian host's speech #G6" y adjuntó un vídeo panorámico en el que se ve a todos los miembros de la mesa con unos auriculares estándar. Landale supuso que Trump no llevaba nada., lo que achacó a la grosería. Pero ¿hubiera sido "falso" su tuit si hubiera sido "el temor a despeinarse impide a Trump usar los mismos auriculares que los otros miembros del grupo"? La discusión se ha dirigido a si los llevaba o no, pero no a porqué llevaba unos distintos a los que todos usaban. La coquetería no es un asunto de Estado, aunque sea molesto para el personal; la grosería, en cambio, da otra dimensión a las relaciones. Y de esto hay muchos ejemplos, de ahora y de antes. El error de Landale no anula el carácter grosero de Trump.
Sean Spicer resumió la gira de Trump como un gigantesco éxito del presidente. Es la única persona, además de Trump, que se ha atrevido a expresar un juicio de este tipo. Especialmente en su segunda parte, la europea, la conclusión que han sacado los visitados es que hay que empezar a alejarse del "socio americano", que Europa debe ponerse en marcha y escapar de la sombra estadounidense. Hasta Theresa May ha quedado con cara de pena en esta visita.



El incidente del mini auricular no anula las groserías de Trump durante su viaje europeo, su prepotencia y mala educación. Mucho menos, todas las falsedades que ha hecho circular para obtener sus propósitos. Sus mentiras las padecen los Estados Unidos y todos aquellos que tienen que salir a dar la cara por él.
El comienzo del artículo era este:

Sean Spicer was back Tuesday, and the White House media briefing was better than ever.
President Trump's press secretary opened his first news conference since May 15 with an epic retelling of the president's multi-stop foreign trip. Adjectives used by Spicer included “extraordinary,” “unprecedented” and “historic.”*

Ante esta valoración de un viaje que ha hecho distanciarse a los Estados Unidos de Europa en defensa y del resto del mundo en cuanto al cambio climático, el incidente del auricular invisible es un detalle, pero para muestra vale un botón, como dice el refrán. Spicer tiene ya su pañuelo para enjugar sus lágrimas por el injusto trato que recibe su jefe.
Cuando le despidan —los rumores son insistentes—, recordará esta victoria.


* "Sean Spicer returns with a press briefing for the ages" The Washington Post 30/05/2017 https://www.washingtonpost.com/news/the-fix/wp/2017/05/30/sean-spicer-returns-with-a-press-briefing-for-the-ages/?


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