Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Si
llevamos algún tiempo avisando de que la temperatura
política está subiendo en Egipto no es en vano. La misma sensación es la
que está empezando a tenerse en diversos escenarios y desde muchas perspectivas.
Cuando no se soluciona ningún problema y todos tienden a agravarse, los
indicadores son precisamente los que se perciben: un aumento de la retórica del
régimen, una negación de lo evidente y el aumento de la represión para acallar la
disidencia y aceptar lo inaceptable. Todo ello está presente en un grado cada
vez más elevado.
Si un
gobierno falla en una democracia, se puede ir a las urnas y cambiar. Pero ¿qué
se puede cambiar en Egipto después de una revolución, unas elecciones y un
golpe de estado? En Egipto fracasó el régimen de Mubarak, fracasaron los
islamistas y está fracasando el
régimen actual. Cada uno lo hizo a su manera, pero con efectos terribles porque lo que trajo cada uno superó a lo anterior. En medio, la revolución a la que nadie quería ver triunfar, pero a la que cantaron hasta en el preámbulo constitucional.
Pero
esto debe entenderse de una manera muy especial. Desde un plano retórico, en
cambio, triunfó la revolución, triunfaron los islamistas (que arrasaron
en las urnas con un 70% de los votos de salafistas y hermanos) y triunfó un
golpe de estado por aclamación popular que voto a su dictador con más del 95% .
Es decir: en Egipto todo el que gana,
pierde.
Este
principio sorprendente —cómo el éxito lleva al fracaso— hace preguntarse sobre
cuál puede ser el siguiente paso, algo que se contempla con inquietud, pues se
ha llegado al límite imaginativo: ¿qué puede quedar dentro de la chistera?
Hoy
todos los periódicos llevan un ejemplo de esta paradoja constante, el de la
condena del juez Zakariya Abdel Aziz a manos de sus colegas en la carrera
judicial. Egypt Independent
señala escuetamente:
Egypt’s judges disciplinary council referred on
Monday Judge Zakariya Abdel Aziz, a former chairman of the Judges' Club, to
retirement over his alleged involvement in assaults on a security facility
following the 2011 uprising.
Investigations by the council, based on photos
and video clips, had found Abdel Aziz guilty of partaking in mob raids at the
dissolved State Security Investigation Service’s headquarter in Nasr City in
March 2011, nearly two months after the outbreak of the popular uprising that
toppled former President Hosni Mubarak and was triggered by anti-police
sentiments.
Abdel Aziz was celebrated by democracy
advocates as one of the figures who struggled for judicial independence under
Mubarak.*
Aparentemente, todo lo que se dice del juez Abdel Aziz
parece correcto según lo que entendería un observador que, como Jeffries, está
con su pierna escayolada mirando por la ventana a la casa de enfrente. Sin
embargo, el juez ha sido condenado y obligado a retirarse. Cayó Mubarak, se
disolvió su tinglado policial, triunfó la Revolución..., pero el juez es el que
paga las consecuencias.
Es un caso más para comprobar cómo funcionan las cosas. Por ejemplo,
desde que los islamistas fueron derribados y perseguidos han aumentado las
denuncias contra los ateos y reformistas por difamar al islam; desde que se
reformó la constitución para hacerla más liberal hay más periodistas
encarcelados, después de terminar la hoja de ruta hacia la democracia, hay más
represión, desaparecidos, torturas... Se podría seguir así, caso por caso,
viendo lo que ocurre.
En Daily News Egypt,
Amr Khalifa ha regresado con un texto incendiario, de título casi literal más
que metafórico, "Heat rises in Cairo". El comienzo del texto no deja
dudas sobre el estado que pretende describir:
Egypt is set to explode. When and how is dependent
on who pulls the trigger and why. Those who had the opportunity to peruse the
previous article came to quickly understand that Egypt has galloped to a 3, on
a danger scale of 1-5, in 2.5 years of de jure Al-Sisi rule. A combination of
human rights abuses, security failure, and economic failures have each
contributed to increasing pressure on a regime that history may judge as,
potentially, the most brutal in modern Egyptian history.
Even though Nasser, Sadat, Mubarak and Morsi
were anything but lovers of democracy Abdel Fattah Al-Sisi has managed to make
those who preceded him look like Gandhi. By heading, with speed and certitude,
towards Maximum Threat Level, Al-Sisi poses a mortal danger to the Egyptian
nation state.
If you have come here looking for specifics –
in terms of day, week, or month – of the onslaught you have come to the wrong
place. The best we can hope to achieve in this ongoing discussion of a murky
Egyptian domestic scene is to strip down a more linear diagram of the
protagonists, causes and where they will lead us. As Al-Sisi gallops towards
Threat Level 4, desperation has become the dominant currency.**
Khalifa dice que se está subiendo del 3 al 4 y que solo queda
llegar al 5 para que todo salte. El "cinco" es que lo que salga de la
chistera del mago el león del número anterior y se coma al propio mago después
de hacer estragos entre la sorprendida audiencia que disfruta del espectáculo.
El problema es que el cinco es volver a la casilla de salida
a un sistema sostenido de forma artificial, comatoso, financiado desde el
exterior, con una retórica mayor o menor que salve el honor patrio, pero sin
salida en otros treinta años, que son los que El-Sisi ha pedido para construir
su democracia de partido único, moral vigorosa y canto patriótico, el estado virtuoso. Es como si Mubarak
hubiera pedido un margen de treinta años para construir una dictadura aburrida.
La diplomacia —y el instinto de supervivencia— hace que
Khalifa procure dejar unos márgenes para la asfixia que ahora mismo vive
Egipto. Los que prefieren seguir danzando alrededor del hombre-milagro para
evitar pensar en el desastre que están creando, mandando a la cárcel o
eliminando a todos los que osan manifestar que se llegará pronto al cinco.
¿Cómo entender, si no, la propuesta realizada por el ex
candidato a la presidencia Sabbahi hace un par de días sobre la formación de coaliciones
ante esa situación previsible de emergencia? Nos cuentan en Mada Masr:
Three days after former presidential candidate
Hamdeen Sabbahi issued a statement calling on political powers to form a
“civilian alternative” to the current political situation, there remain many
unanswered questions regarding his initiative's goals, political orientation
and members.
Sabbahi’s March 4 statement was issued in
cooperation with the founders of the Karama (Dignity) Party and the Popular
Current Party, both of which he has led, and was signed by the Preparation
Committee to Unite Civil Forces — a new initiative which, presumably, Sabbahi
intends to act as this “alternative.” But little is known about the committee.
Its coordinator Tarek Saeed said that it includes "a large number of
leading members of the Karama Party and the Popular Current, in addition to
intellectuals and independent politicians,” according to the Parlmany website
(an offshoot of the privately owned Youm7
newspaper dedicated to parliamentary news), but the identity of most of these
members is not known.
Sabbahi said the initiative aims to “unite the
Popular Current and the Karama Party and open the door for independent
politicians to join, as well as attempt to strengthen the Civil Democratic
Current as a political front,” Youm7
reported.
The initiative aims to include those who do not
necessarily belong to a particular political group, but would like to join “a
large front that includes civil political parties and civil society
organizations," says Saeed, who is a leading member of the Karama Party.
Pressing questions have also arisen around the
committee’s actual goals — particularly as it comes two years before the next
presidential elections and just a couple months after the parliamentary
elections, leading some to wonder if the committee is going to call for an
early presidential race.***
Confuso, como todo lo egipcio. Allí donde el régimen se
concentra en la voz hipnótica del presidente —esa voz que pide que le escuchen
solo a él—, la oposición es una extraña amalgama de silencios, confusión y
medias tintas por temor a quedar fuera de juego en cualquier instante.
De nuevo, el peculiar sistema egipcio —la peculiar
mentalidad egipcia, habría que decir mejor— hace que la figura que pretende
aglutinar a los egipcios disidentes por las buenas haya sido la que fracasó en
su intento anterior de rescatar el poder de manos militares. La mentalidad
egipcia no ve sentido en que alguien que perdió por goleada sea ahora capaz de
rescatar la ilusión del conjunto.
Sin caer en tópicos, los resultados de las elecciones
egipcias en cualquiera de sus variantes son esencialmente pendulares, es decir,
van de un extremo a otro. Se pasa de aplaudir a los revolucionarios para
después considerarlos traidores; se vota masivamente a los islamistas para
luego, igualmente, pedir su cabeza. Aunque muchos votaron a los islamistas para
no votar a los militares, después se pide a voces el regreso de los militares,
que es lo que interpreta El-Sisi que dice entonces que no quiere ser presidente
pero que ahora está haciendo planes para 2030. Cualquiera se puede perder por
el camino.
¿Qué saldrá de la chistera del mago cuando los indicadores
señalen que se ha pasado del nivel cuatro y se sigue avanzando hacia el cinco,
por seguir la analogía de Amr Khalifa? ¿Saldrá el león? ¿O quizá será el león
quien saque de la chistera a un nuevo mago?
*
"Judge forced to retire over national security office sabotage" Egypt
Independent 7/03/2016
http://www.egyptindependent.com//news/judge-forced-retire-over-national-security-office-sabotage
**
"Heat rises in Cairo" Daily News Egypt 7/03/2016
http://www.dailynewsegypt.com/2016/03/07/heat-rises-cairo/
***
"What is Sabbahi's alternative? Questions loom around new opposition
front" Mada Masr 7/03/2016 http://www.madamasr.com/sections/politics/what-sabbahis-alternative
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