Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
¿Qué
haces cuando has creado un Godzilla
en la política y no consigues que caiga pese a los bombardeos desde todas
partes? Creo que Donald Trump es el equivalente a uno de esos monstruos creados
por la incompetencia humana —un poquito de radiación, un poquito de escapes
químicos...— y que después no sabemos cómo quitárnoslo de encima.
La
prensa norteamericana se sigue llenando de artículos intentando calcular la
magnitud del problema en cada paso. Primero se le intentaban poner líneas
rojas, pasadas las cuales Trump se hundiría. Ahora no se preocupan por el
hundimiento de Trump, sino por el hundimiento de los Estados Unidos, del mundo
entero, ya que lo que ocurre en la Casa Blanca no se queda en la Casa Blanca.
Uno de
los columnistas de The Washington Post, Dana Milbank, ha titulado de forma
directa "Republicans face a moral choice: Will they oppose Trump’s
bigotry?" y comienza con un recorrido de la agenda diaria de perversiones
intelectuales y meteduras de pata del hombre que aspira a ser el más poderoso del mundo:
Here, Republicans, is how your party’s likely
nominee, Donald Trump, spends his Sunday morning.
At 6:13 a.m., he retweets a quote by the
fascist dictator Benito Mussolini: “It is better to live one day as a lion than
100 years as a sheep.” When confronted later with its provenance, Trump says:
“What difference does it make if it was Mussolini or somebody else? It’s a very good quote.”
At 9:08 a.m. he is on CNN, where he repeatedly
declines to disavow the support he has been getting from white supremacists and
the Ku Klux Klan, saying he would need to “do research” before taking a
position on hate groups’ support for him.
At 9:14 a.m. he is seen on NBC stations telling
“Meet the Press” host Chuck Todd that a judge in a case against Trump may need
to be removed — because the judge is Hispanic. The judge can’t be fair to Trump
“because of the wall and because of everything that’s going on with Mexico and
all of that,” the candidate says.
By late morning, Stuart Stevens, who was a top
adviser to Mitt Romney’s presidential campaign in 2012, had heard enough. “It’s
becoming obvious that supporting or not supporting [Trump] isn’t a political
choice,” he tweeted. “It’s
a moral choice. The man is evil.”
“To support Trump is to support the hate and
racism he embodies. That is simply an intolerable moral position for any
political party,” Stevens elaborated Monday in the Daily Beast. “If Trump wins
the nomination, politicians who support him will be acquiescing to, if not
actively aiding, his hate.”*
Es difícil encontrar una descalificación de esta naturaleza
de alguien que va en primer lugar en las encuestas para conseguir la nominación
republicana. Trump es algo más que Trump: es una paradoja del sistema político.
La teoría nos dice que el sistema norteamericano es muy
bueno. Todo en el mundo considera que eso de las primarias es una garantía para
evitar que se cuelen candidatos como Trump y sin embargo... Ahí lo tenemos.
Para llegar a decir de alguien "The man is evil" dentro de la
política de un país democrático hay que llegar muy lejos, mostrar un futuro muy
oscuro para todos: los republicanos, los Estados Unidos, el mundo. Trump es un
desastre a escala planetaria.
No es solo que en Inglaterra hayan intentado declararle
persona non grata o que en México hagan piñatas con su figura, que Oriente
Medio le odie, es que hasta el estado Islámico le señala también como "el
mal". No es que sea malo; es que es
el mal. Trump es llevado al plano de Hitler o Stalin sin haber llegado
siquiera al poder. Con imaginarlo en él basta.
El éxito de Trump es precisamente el de la frustración
general y la acumulación de minorías excéntricas dispersas. Como señala un
político republicano, Ben Sase, en el artículo de The Washington Post, una
persona que "refuses to condemn the KKK cannot lead a conservative
movement in America"*. La campaña de Trump ha consistido en no evitar
polémicas, como era la estrategia de algunos sino en lo contrario: convertir
todo en polémica, incluido él mismo.
Hemos creado un mundo discutidor, plano, de "me
gusta" y "no me gusta". Estamos condicionados paulovianamente para reaccionar ante
emociones básicas y cada vez menos ante las ideas inteligentes, entre otras
cosas porque una gran mayoría no puede distinguirlas de una estupidez absoluta.
Llegados a este punto, Trump es "normalidad" y no "accidente",
como a algunos les gusta pensar para salvar la honrilla de la especie humana.
Ambos términos son relativos y se pueden invertir sus valores llegados a un
punto crítico. Lo que antes era tontería reconocible hoy puede ser idea
admirada y aplaudido su promotor. Es el caso de Trump.
Tiene la única virtud que todos envidian: el desparpajo
comunicativo. Desde que la política se ha convertido en un circo mediático con
un candidato fotogénico y un buen equipo de asesores que piensan el mundo en
términos de audiencias, las posibilidades de un Trump se disparan. Para que
Trump llegue hasta donde ha llegado hay que haber cebado mucho el estanque para
atrae a los peces.
Los republicanos no saben qué hacer y algunos, como el
gobernador de New Jersey, Chris Christie, acaban apoyándolo. La apuesta es la
Casa Blanca y el desafío moral saber si merece la pena apoyar a un tipo así. Puede
decirse, como señalaban en The Washington Post, que Trump está sacando lo peor
de los Estados Unidos a relucir. Las miserias intelectuales, las carencias
morales, el fanatismo traducido en racismo y xenofobia, etc.
Lo positivo es que
está haciendo que muchos otros valoren lo que Trump no es y sientan rechazo por
sus propuestas. Eso está ocurriendo entre los demócratas, que están en su
carrera, sin saber exactamente a quién les gustaría tener como rival.
Algunos piensan que si Trump —como parece— sale adelante,
los demócratas se llevarían de calle la elección y que habría hundido al Partido
Republicano. Pero todos saben que Donald Trump es una bomba de relojería con la
que hay que jugar lo menos posible.
Este tío es el mal.
*
"Republicans face a moral choice: Will they oppose Trump’s bigotry?"
The Washington Post 29/02/2016
https://www.washingtonpost.com/opinions/republicans-face-a-moral-choice-will-they-oppose-trumps-bigotry/2016/02/29/36bd87ee-df2e-11e5-846c-10191d1fc4ec_story.html?hpid=hp_no-name_opinion-card-f%3Ahomepage%2Fstory
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