miércoles, 28 de mayo de 2014

Las elecciones interminables o la ampliación egipcia

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
La prolongación de la doble jornada electoral en Egipto a un tercer día no es un buen mensaje. La función de unos comicios es detectar en primer lugar cuántos votan, después cómo se reparten los votos. Cuando se publican los resultados, unos ganan y otros pierden, pero previamente sabemos cuántos han querido estar dentro y cuántos fuera del sistema. Las especialísimas circunstancias históricas en las que se celebran las elecciones añaden un elemento más para la discusión o, como mínimo, la interpretación. Si siempre es complicado analizar la abstención en unas elecciones, aquí lo es más. O quizá menos, según se mire.
Y es ese problema hermenéutico sobre el que se centra todo. En realidad, si las cifras de intención de voto que se han ido dando eran correctas, el 95% para Al-Sisi y el 5 restantes para Sabahi, no se trataba de unas elecciones sino de una especie de plebiscito en el que el candidato oficial utiliza al otro como excusa democrática. La ausencia de candidato más allá del voluntarioso nasserista, reducido al mínimo en su campaña, apoyado por un puñado de fieles, acusado incluso por el hecho de presentarse de estar al servicio de los Hermanos Musulmanes, serviría para sostener una elección que todos daban por hecha. El único rival real era la abstención y esta ha ganado implícitamente  al tener que ampliar un día más las votaciones para conseguir que la gente vaya a las urnas.
Los responsables de campaña de los dos candidatos han protestado oficialmente ante la ampliación decidida por la Junta Electoral. Ahram Online explica:

Egypt's electoral committee has rejected legal complaints lodged by the election's two contenders against its decision to extend the country's presidential vote to a third day.
The Presidential Elections Commission (PEC) announced on Tuesday night that polling would be extended until Wednesday. The two-day vote was originally scheduled to conclude on Tuesday but was lengthened in response to calls by "large swaths of the people" that were not able to cast their ballots during scheduled hours, a statement by the PEC said.

"We do not abide by the desires of the candidates. We are following the popular wishes," the PEC's secretary Abdel-Aziz Salman told private satellite TV channel CBC. Salman said that "two representative of a popular delegation" came to the committee's headquarters to request more opportunities to vote.
The teams of both presidential contenders, former army chief Abdel-Fattah El-Sisi and leftist politician Hamdeen Sabahi, have expressed their opposition to the decision.*


Las Juntas Electorales no "siguen los deseos del pueblo", sino las normas que se dictan para todos, entre las que se incluyen obviamente las fechas para votar. Luego se va a votar o no. Normalmente las ampliaciones de las jornadas electoral se producen porque se forman largas colas ante los colegios que hacen necesario mantenerlos abiertos, ya sea por la afluencia masiva o porque se han producido incidencias extraordinarias en la apertura o durante la jornada que han impedido votar. En Egipto ya son dos días los que se dedican a las elecciones. El tercero no se produce porque haya una gran afluencia de votantes, sino justo por lo contrario. Es otro mal síntoma.
Esta ampliación no dará más legitimad a lo que salga de las urnas sino más bien lo contrario, permitirá descalificar los resultados, sean cuales sean, dentro y fuera del país, ponerlos bajo sospecha. Por unos pocos votos (esperemos que no aparezcan millones de votantes) se habrá perdido mucho crédito. Para la oposición, los que no participan, será una muestra de los efectos de haber dejado fuera a una parte de electorado; para los descontentos será una forma más de mostrar su rechazo a las formas en que avanza el proceso político.


Distingo entre "oposición" y "descontentos" porque creo que es necesario diferenciar entre los que están dentro del sistema —los que apoyaron la caída de Morsi— y los que están fuera, que son los que cayeron con él. Los opositores están contra todo lo que salga de esas urnas a las que niegan legitimidad porque para ellos "su" presidente se encuentra encarcelado. Los descontentos son los que han ido perdiendo confianza desde el 30 de junio, la multitudinaria manifestación de Tamarod pidiendo a Morsi su abandono y nuevas elecciones. Para los descontentos, lo que ahora se les da no es lo que entonces pedían. Han manifestado su desacuerdo y algunos lo han pagado. 
Están también los "opositores descontentos camuflados", como los salafistas del Partido Nour, en el que los dirigentes piden votar, para seguir dentro del sistema, mientras que sus bases llaman al boicot, alineándose con los islamistas fuera del sistema. Nunca se deja de aprender con ellos.
La falta de una voluntad política real de llevar a Egipto hacia una democracia que se parezca a las que los son ha hecho que parte de los que se defendieron de los intentos de islamizar el país por el gobierno de los Hermanos Musulmanes, una grande y variada masa social, no esté de acuerdo con el camino recorrido desde entonces. Evidentemente los expulsados del poder y sus seguidores eran abstencionistas natos y no se podía esperar de ellos que fueran a las urnas a respaldar a ninguno de los dos candidatos en liza.
La mayoría de los que respaldan la candidatura de Al-Sisi y creadores de la "sisimanía" quedan ahora reflejados en las urnas. Y el resultado, hasta el momento, no ha convencido a las propias autoridades. En vez de analizar con realismo lo que supone —un descontento—, se prefiere intentar esconderlo para mantener una ficción de un respaldo masivo, algo que, a la vista de los resultados, será muy difícil de mantener.


Se han cerrado centros comerciales, casi se decretada fiesta, se ha hecho gratuito el servicio de metro, etc., con la intención de movilizar a la gente hacia las urnas. Parece que no ha servido, por lo que se buscan explicaciones externas a la propia política, como por ejemplo, el calor. Yo he estado en El Cairo con 45 grados y no creo que ese sea el problema para ir a votar.

Entre los descontentos, especialmente importante es el de los jóvenes. La fuerza principal que hizo la revolución de 2011 en defensa de su futuro, harta del inmovilismo del régimen anquilosado, ha ido abandonando el proyecto, en el que ven una repetición de su pasado. Tienen la sensación de que no se dirigen al futuro sino al mundo que querían dejar atrás. Los encarcelamientos de prominentes participantes en las revueltas, de jóvenes que se enfrentaron al régimen de Mubarak, no han sido la mejor forma de convencer a nadie de que Egipto se encaminaba hacia un futuro democrático real, sino a un escenario en el que la disidencia o la protesta se paga.
En el diario independiente Mada Masr, una ciudad que califica en su titular como "pro-Sisi", que padeció los brutales atentados islamistas recientemente, se analiza el descontento o desinterés en el proceso electoral de los jóvenes. La revista recala en una librería que se ha convertido en centro de actividades:

The owner, Ashraf Wagdy, a 50-year-old psychologist, has made his bookstore a cultural center of sorts, a space friendly to political activists and artists alike. He was an avid protester in 2011 and 2012, and supports Sabbahi.
Wagdy says he’s noticed a marked shift in the youth who frequent his bookstore. Instead of politics, many are investing their time and energy in music and art.
Wagdy claims that he was one of the youngest people at the polling station when he went to cast his vote for Sabbahi earlier in the day. The youth don’t really have an impetus to vote, he says.
While no official figures are out, the polling stations seem to be dominated by elderly and female voters so far.
In Wagdy’s view, one reason the youth sat this one out is their disillusionment with the dire economic situation.
“The youth today are caught between the Islamists and the military,” he says, and react by rejecting both.**


El dato llega de más puntos de información. Euronews sondea desde El Cairo a jóvenes sentados en una terraza. Todo está decidido, esto es un "espectáculo", dice uno de los preguntados. No ha ido a votar ni creo, por su actitud, que piense hacerlo, aunque se amplíe la jornada electoral. Tras entrevistar a otros jóvenes de Mansura—unos dan su nombre, otros prefieren el anonimato—, el artículo de Mada Masr se cierra con palabras del librero: “The youth don’t see that there is a political solution,” Wagdy says. “They see that the political door is closed for them. But what else is there? We don’t know.”**

Lo peor que le puede pasar a Egipto es dar de nuevo la espalda a su juventud, su mayor valor y el único futuro posible, real. La historia del joven inventor, un muchacho de diecisiete años, que comentamos hace unas semanas, que ha ganado con su invención —unas gafas inteligentes para ser usadas por persona tetrapléjicas y controlar un ordenador con la mirada— el derecho a ir a concursar a la fase mundial en los Estados Unidos, se convierte en una fábula oscura. El joven es detenido en mitad de una revuelta y acusado de haber participado en la quema de un coche de policía, algo que él niega rotundamente. Pronto se forma el escándalo: el joven es un "genio" informático que ha ganado su derecho a acudir a la fase final del concurso internacional de Intel a Los Angeles. El joven pierde su vuelo a Estados Unidos pero, ante la presión, se le permite salir en el siguiente. ¿Quién se atreve a evitar que un egipcio pueda ganar un premio mundial? Cuando el joven llega a Estados Unidos y participa, con su pasaporte controlado desde su llegada, notifica que pide asilo ante el temor de ser encarcelado a su vuelta. "Yes I am afraid to return back [to] Egypt, who is not afraid nowadays?"***, ha señalado Abdallah Assem en su página de Facebook, como recoge la prensa egipcia. 
Ahora se dividen entre los que lo consideran un traidor que abandona su país llevándose su talento, un criminal huido o los que le dan la razón porque es la única forma de que su genio sirva para algo. No son historias nuevas. Mucho del verdadero potencial de Egipto se aburre y se va; por eso es esencial que los jóvenes se sientan implicados en un proceso en el que ahora no encuentran demasiado sitio, como nos contaban en Mansura.


La participación de miembros del antiguo régimen de Mubarak en las elecciones al frente de las campañas en lugares como Alejandría no ayuda mucho. El diez de mayo, el diario Ahram Online daba la noticia de la renuncia del jefe de campaña de Al-Sisi en Alejandría:

The coordinator of presidential candidate Abdel-Fattah El-Sisi's campaign in Alexandria, Mostafa Kadry, resigned Saturday in protest at what he described as the dominance of remnants of the Mubarak regime in the campaign.
Kadry told Al-Ahram Arabic news website that his decision came due to the presence of 17 figures allegedly remnants of the toppled regime of Hosni Mubarak in the campaign backing the ex-minister of defence.
"When I complained about their presence to members of the Cairo-based official central campaign in a meeting Friday, I was surprised to find that they saw no harm in their presence in the campaign," said Kadry, who added that his decision came out of faith that "the presence of Mubarak's loyalists in the official campaign contradicts with what El-Sisi announced as a refusal of the return of the former regime."****

Lo que pensó él me imagino que lo habrán pensado muchos otros ante la misma visión. Muchos tienen la sensación de que estos años han sido no de avance hacia una democratización real sino una forma pendular con puntos en Morsi y Al-Sisi.
Es una muy mala noticia la abstención hasta el momento superior al 63%. Es mucho peor a que Abdel Fatah Al-Sisi solo hubiera conseguido el 50% de los votos con las urnas llenas. Significa que aunque consiga ese 95% augurado, no tendrá lo que buscaba no una elección sino un baño electoral de multitudes. Esta actitud revela un problema de fondo de la forma de hacer política al egipcia, esa necesidad de caudillaje mesiánico con que se revisten todos los que llegan al poder. Lo tratamos aquí hace mucho tiempo precisamente bajo la idea de "llamada", de compromiso con la historia. No basta con el hecho de ganar unas elecciones porque la gente quiera que tú les gobiernes, que es la normalidad vulgar de la democracia. Es algo diferente, que necesita del halo, de haber tenido sueños en la infancia en los que te indicaban tu destino, como el propio Al-Sisi manifestó haber tenido. No se trata de que te voten, sino de que te reconozcan como el "enviado" y te aclamen. Esta mentalidad que se ha aplicado a más de un dirigente egipcio forma parte de su idiosincrasia y es uno de sus principales obstáculos para alcanzar la normalidad, pues desemboca en fidelidades que convierten a los líderes en incuestionables y en traidores a los que los cuestionan.
Los países no se arreglan besando las fotos de los candidatos, sino creando las condiciones de concordia y crecimiento necesarios para garantizar la estabilidad que posibilite la tranquilidad del día a día. Ninguna de las dos cosas se ha conseguido. El aumento de la represión se ha llevado por delante con la Ley anti protestas en la mano a los que protestaban contra ella. Con lo que al final no queda más que todo convertido en violencia con la excepción de aquellos que se manifiestan a favor. En ese momento todo parece unánime, arrollador, pero cuando se va a las urnas, la caída a la realidad de las cuentas se hace inapelable.


La abstención ya fue mayor de lo deseado cuando se votó la constitución —no sé si hacía calor o no— aunque no tanto como ahora. No fue menor a la islamista, pero defraudó las expectativas de obtener unas cifras que justificaran muchas cosas que no se tenían que haber producido, precisamente para realizar un proceso de estabilizar la sociedad egipcia.
Ahora se paga con la abstención los errores estratégicos cometidos. Por mucha retórica que se emplee, el futuro democrático de Egipto, como el de cualquier país moderno y civilizado, no pasa por el mesianismo sin por la perfectibilidad, el convencimiento de que podemos hacer las cosas mejor que el que nos lo prometió la última vez. El mismo error del islamista Mursi y sus acólitos de querer hacerse con el país tras ganar unas elecciones y llevarlo a puntos de no retorno islamistas, negando el pan y la sal a los demás, su derecho a existir, se estará cometiendo si se sigue construyendo el futuro de forma personalista. Y parece un mal del que Egipto no parece querer librarse.
Más grave será el caso cuando se planteen unas elecciones legislativas para las que el poder no tiene alternativa porque no existe un partido. Se creará entonces, de nuevo, una corte con aquellos que han adulado lo suficiente al líder como para merecer su confianza. En estos momentos, no hay un partido tras el futuro presidente, solo aparato electoral. De ahí la preocupación de algunos, como el director de campaña de Alejandría, al verse rodeado por miembros del partido de Hosni Mubarak.


Como siempre, deseo que lo que se hace en Egipto sirva para el bien de Egipto, para su progreso y satisfacción. Sin embargo, saltan las dudas sobre si este es el camino más adecuado. Creo que eso es lo que quieren decir al no acudir a las urnas una parte muy importante de la población. En Egipto es difícil encontrar un día que haga frío para realizar la elecciones.

* "Egypt's PEC rejects candidate's complaints against vote extension" Ahram Online 27/05/2014 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/102362/Egypt/Politics-/Egypts-PEC-rejects-candidates-complaints-against-v.aspx
** "In pro-Sisi Mansoura, embittered youth avoid the polls" Mada Masr 27/05/2014 http://www.madamasr.com/content/pro-sisi-mansoura-embittered-youth-avoid-polls
*** "Young inventor says he won't come back to Egypt" Ahram Online 20/05/2014 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/101810/Egypt/Politics-/Young-inventor-says-he-wont-come-back-to-Egypt.aspx
**** "El-Sisi's campaign in Alexandria run by Mubarak loyalists: Resigning coordinator" Ahram Online 10/05/2014 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/0/100913/Egypt/0/ElSisis-campaign-in-Alexandria-run-by-Mubarak-loya.aspx







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