Joaquín Mª Aguirre (UCM)
No tiene desperdicio la entrevista realizada por Jesús Ruiz
Mantilla en el diario El País con el cocinero José Andrés, asentado en los
Estados Unidos y una celebridad mundial. Demuestra que, por lo general, para
controlar una cocina hay que tener imaginación y sensatez a partes iguales, ser
teórico y pragmático.
Ha dejado José Andrés, entre otras muchas ideas, la siguiente
lección práctica:
La clave no está en presumir de
hacer el mejor gazpacho del mundo, sino en plantearse si ese gazpacho ayuda a
exportar más tomates, aceite y calabacines. Si la respuesta es no, resulta que
contamos con cierto control del software, pero ninguno del hardware. Cuando
conectemos uno con otro, el país irá mejor. El resto es vender un poco de humo.*
Efectivamente, de eso es de lo que se trata. No se debe
confundir al tamaño del anuncio con el tamaño de la producción. Lo importante
no es el gazpacho, sino los tomates que se exportan después. La cuestión final
es cuántos tomates se venden. Hacer
el mejor gazpacho no sirve de mucho si no se venden los tomates, los pimientos
y el aceite y hasta la miga de pan. La receta del gazpacho no es más que software; los ingredientes, el hardware que se vende al kilo, que se exporta y pone en marcha
la producción, crea puestos de trabajo y genera ingresos.
La "marca" —José Andrés es "embajador"
de la Marca España— sirve de poco si no se traduce
en "hardware". Por eso la clave, como bien señala, es la exportación,
que es la forma de promover el crecimiento. El riesgo se que corre siempre es
quedarse en el espectáculo, en lo promocional, pero que finalmente eso no sirva
para cubrir los verdaderos objetivos: los del crecimiento.
Si la marca se
queda en la reunión de un grupo de nombres famosos, personas brillantes en sus
terrenos para sesiones promocionales, cartelería
y mucha foto, no sirve de mucho. Es "humo", como bien señala. Hay que
unir la marca a una realidad que es sobre la que hay que trabajar y no al
contrario. Hay muchos teóricos en esto de la promoción que señalan que la marca lo es todo. Están muy
equivocados. La marca no es un fin en sí mismo más que para que los que viven
de ella. Es el hardware lo que da de comer al resto.
Dice en la entrevista José Andrés que los países "no
dejamos de ser compañías con millones de inversores", que es como decir
que, efectivamente, en nuestras manos es donde debería estar el interés y el
esfuerzo por la promoción, más que en una cuantas caras:
España tiene 45 millones de esos
inversores; a lo que debemos aspirar es a facilitar la manera de que cada uno
tenga voz y voto más allá del día que nos convocan a las urnas, porque así la
democracia se nos queda muy corta. Por eso también Marca España no solo debe
limitarse a la cara de algunos famosos, con alguna influencia, sino a cada uno
de los ciudadanos que ayudan a un turista con buena actitud en la calle cuando
se encuentra perdido. Es decir, cuando algo te pertenece, debes ser consciente
de que tienes todos los privilegios, pero también todos los compromisos para
sacarlo adelante.*
Un país, en efecto, es un compromiso personal y diario.
Cuando cada persona es consciente de que está creando "marca" con su
trabajo, su esfuerzo, su honestidad y su capacidad de mejora, todo va mejor. En
el sentido negativo, lo contrario también crea "marca", pero la del
desprestigio, que arraiga igualmente en la de los demás. Por eso la marca va
más allá de la inversión publicitaria y necesita de la inversión moral. No es
fácil la identificación cuando uno se
ve rodeado de lo contrario de lo que se considera positivo. España necesita, más
allá de la "marca", un rearme interior, una depuración de elementos
biliosos, un ejercicio de sensatez como el propuesto por José Andrés con la
idea de que es cuestión de todos y no solo de aprovechar el tirón mediático de
algunos.
Se ha dicho que uno de los elementos que nos han salvado de
un desastre absoluto han sido las exportaciones, que han aumentado durante
estos difíciles años de crisis. El frenazo del mercado interior ha hecho que
nuestros productores se esforzarán por encontrar mercados fuera y lo han hecho intensificando
su imaginación y trabajo, mejorando sus productos y servicios para ser más
competitivos. Cuando cumplen son también buenos embajadores de la marca España.
Hacen tanto como los Plácido Domingo, Rafael Nadal, Fernando Alonso, Marc
Márquez, Pedrosa, Ferrán Adriá o el mismo José Andrés. Un país que funciona
bien y cumple es la mejor marca, para dentro y hacia afuera.
Tiene razón el cocinero: se trata de vender tomates, buenos
tomates, para hacer buenos gazpachos. Lo demás es humo.
* "José Andrés: “La
clave no es hacer el mejor gazpacho, sino que sirva para exportar tomate”"
El País Semanal - El País 5/04/2014
http://elpais.com/elpais/2014/04/03/eps/1396540676_665365.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.