Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Hay una
pregunta que reaparece según se encuentren las relaciones entre el gobierno
egipcio y la Universidad de Al-Azhar. La ha hecho suya en un titular el diario Egypt Independent y es muy clara y
directa: "Why does Egypt's largest Muslim beacon, Al-Azhar, refuse to
declare IS 'apostate'?", firmado por Taha Saker.
No es
casual que esta pregunta surja después de la masacre del Domingo de Ramos, con las
muertes de casi cincuenta personas en dos atentados con bombas contra iglesias en
Alejandría y Tanta. No es casual.
Y no lo
es porque es porque ya no son tiempos de enmascaramientos y dobles juegos, sino
de confrontación con un hecho incontrovertible: la necesidad urgente de reforma
del mundo islámico. La crítica del artículo no se dirige esta vez a un grupo,
sino a la institución islámica que ejerce de vigilante de la ortodoxia, que
centraliza gran parte de los problemas interpretativos que la aplicación del
Corán a la vida moderna plantea.
Esta es
la primera parte del artículo:
After the Islamic State (IS) militant group
declared its responsibility for Palm Sunday's deadly attacks that targeted two
Coptic churches in Egypt's Delta and Alexandria city, several media figures and
organizations launched severe attack against Egypt's largest religious
institution, Al-Azhar University, considering its teachings as fostering
religious extremism.
Through these outlets, Al-Azhar is now facing
the backlash of taking part in supporting the IS-affiliated members through its
insistance to refuse considering the IS group as 'apostates' and through
maintaining some extremist teachings in the program that are taught to its
students.
The backlash criticized the educational
syllabuses that are being currently taught in Al-Azhar institution that include
teachings from some prominent clerics. These teachings directly incite the
brutal killing of anyone who does not follow Islam or who had been deemed to be
an 'infidel'.
The criticism, released from those figures and
other media outlets, accused the aforementioned teachings of Al-Azhar by
increasingly contributing to generate numerous members affiliated to IS.
Moreover, Al-Azhar’s teaching are perceived by
some as the main platform that legitimizes the killing and slaughtering which
are currently being practiced by IS group in different parts of the world, in
the name of Islamic (Sharia) law.
In several speeches, President Abdel Fatal
Al-Sisi called on Al-Azhar officials to
rapidly launch a campaign that aims to renew the religious rhetoric in Egypt
for the sake of providing the right explanation to the Islamic religion.*
La cuestión es mucho más grave que la situación en Egipto,
si bien es en Egipto donde se está dando una parte importante de un conflicto
en el límite. En ocasiones hemos traído aquí la idea de la tensión que supuso
la Primavera Árabe como intento de introducir la modernidad. La revolución no
se hizo solo contra los dictadores por parte de los que pedía democracia.
También se hizo contra (y en paralelo) los que traían un deseo de apertura.
En las dictaduras árabes había dos oposiciones: la
democrática (socialistas, liberales) partidarios de un estado laico, y la
islámica, que se había enfrentado a los dictadores pero se había hecho con una
parte importante de las poblaciones, usando su abandono e ignorancia para hacer
ver que "el islam es la solución", la vieja fórmula repetida por los
islamistas. La complejidad de lo que ocurre en Siria, por ejemplo, está
reflejando esta lucha en dos direcciones: una hacia un futuro moderno y otra
hacia un pasado teocrático.
El papel jugado por los clérigos de Al-Azhar siempre ha sido
oscuro y se resistieron al papel que Nasser les quiso dar: el respaldo
religioso del Estado, al que debían supeditarse. De esta forma, la labor de
contención se realizaba a través de la religión. En vez de
"socializar" al país, Nasser hizo "funcionarios" a los
clérigos pensando así que tendría controlado a ambos. Pero no fue así.
El artículo pone el dedo en la herida actual: ¿por qué una
institución que está constantemente acusando de "apostasía" a los
intelectuales es incapaz de condenar los principios del Estado Islámico
declarándoles apóstatas, algo que les haría perder parte del atractivo del que gozan? La respuesta es
muy sencilla: el Estado Islámico cumple los estándares; no hay "apostasía".
Las críticas a los que llaman "Estado Islámico" a
los que se autoproclaman "Estado Islámico" es que qué hay de malo en que un estado se rija por la Sharia? Un estado islámico
es lo deseable, no uno laico. ¿No se
introdujo en la Constitución egipcia de 1971 el papel de la Sharia? ¿No siguen
estando sus leyes bajo su inspiración, según señala la Constitución enmendada
de 2014? ¿No hay que consultar a los clérigos de diferentes consejos del estado
en ciertas decisiones, incluidas las penas de muerte? Por eso han conseguido
que se imponga un término como "Daesh", para evitar el respetable de "estado
islámico", que es el los iraníes, por ejemplo.
Lo mismo ocurre con el término "yihadista". Los
expertos señalan que de las veces que se menciona en el Corán, solo tres o
cuatro veces lo hace en el sentido de la "guerra". Es suficiente, no
hacen falta más para que queden dentro de la ortodoxia.
La Universidad de Al-Azhar condena los atentados, pero no pueden condenar los principios que los guían y
declararlos apóstatas. Son puristas, no
apóstatas. No se apartan del Corán. Por eso dice el articulista: «Al-Azhar’s teaching are perceived by some as
the main platform that legitimizes the killing and slaughtering which are
currently being practiced by IS group in different parts of the world, in the
name of Islamic (Sharia) law.»
Las luchas del presidente al-Sisi con Al-Azhar son
constantes y públicas. Les ha pedido una y otra vez que lancen mensajes que
permitan dar el salto, a sabiendas de que si no se hace, el semillero de los
terroristas serán los voluntariosos "buenos musulmanes" a los que no
se les muestra el peligro doctrinal sino que se van al otro mundo convencidos
de que tienen sitio en el Paraíso.
Los planes iniciales del presidente al-Sisi eran
meridianamente claros: una maniobra conjunta de reeducación popular para
deshacerse del islamismo. En esta maniobra, actuarían juntos Al-Azhar y el
Estado y todo iría sobre ruedas. Hasta se tuvo la ilusión de tener controlados
a los salafistas para evitar más sublevaciones de las necesarias. Pero no
funcionó nada.
En primer lugar, la sociedad estaba mucho más penetrada por
los islamistas de lo que creían. También las instituciones, del propio Al-Azhar
a la Judicatura o los sindicatos. La lucha represiva de al-Sisi no puede tener
fin porque los simpatizantes y activistas son más de los que pensaban.
En segundo lugar, no contó con los intelectuales laicos para
no ser acusado de gobernante "impío". Las ideas debían de salir de
Al-Azhar, que era la forma de certificación oficial de la pureza de las
reformas. Pero los clérigos se han opuesto a este procedimiento. Son ellos los
que deciden, los que quieren el control.
El motivo es sencillo: en la medida en que la sociedad se modere,
se haga menos radical, su influencia será menor. El protagonismo que el
presidente les ha dado es para hacerse ellos con la dirección espiritual. De
ahí la acusación directa por parte del articulista de estar sirviendo de
trasfondo al terrorismo, acusación muy grave. Pero es la realidad, a la vista
del aumento de actos sectarios cuyos efectos acabamos de ver en las explosiones
del Domingo de Ramos y en todos los actos anteriores contra los coptos.
El aumento enorme de las penas por blasfemia y apostasía en
Egipto, muy superiores a las etapas anteriores, muestran que no se ha ido hacia
una democratización y liberalización, sino que se ha ido hacia el aumento de la
intransigencia. No es solo el terrorismo, como ya hemos señalado, es la presión
vecinal alentada por los salafistas y demás islamistas contra los coptos para
echarlos de las tierras acusándolos de actuar contra el islam. Tienen
versículos para todo; no hay problema con la ortodoxia.
El articulista, Taha Saker, señala la interpretación dada
desde la Universidad de Al-Azhar:
Earlier in December 2015, Egypt's Al-Azhar
Grand Sheikh Ahmed al-Tayyeb publicly announced that he does not have the right
to announce IS an 'apostate' group, noting that since IS members believe in God
and doomsday, Al-Azhar will not be able to consider them as such.
His statements have stirred massive controversy
and criticism among social media users, as well as political and intellectual
figures.
In 2015, he further asserted through a footage
that documented his visit to Cairo University that Al-Azhar considers IS
members as 'Khawarij' (some sects that adopted rebellion against Islam's
leaders following Prophet Muhammad's era and committed sins).
According to Al-Tayyeb's explanation, the
Khawarij people are Muslims who committed unprecedented sins, however they
still believing in [Allah] God, therefore they cannot be considered as
'apostates'.
Regarding the punishment the Khawarij people
are receiving according to the Islamic
law, Al-Tayyeb said that Islam orders the killing and slaughtering of them as
they are practicing corruption in Earth, adding the IS members should receive
similar punishment.*
No deja de ser ilustrativo que el remedio que Al-Tayyeb
encuentre para enfrentarse al Estado Islámico no sea la descalificación
teológica sino más matanzas, tal como prescribe su interpretación de Corán.
Todo se resuelve finalmente en quién mata a quién, ya que el que obtenga el
máximo poder será quien considere al otro como "Khawarij", miembro de
una secta con problemas de interpretación que comete horrendos pecados. Matanza
es la solución. Los puristas del Estado Islámico, por ejemplo, como ya han
hecho los Hermanos Musulmanes, consideran a Al-Azhar como una institución
corrupta. Solo el posible efecto negativo que tendría atentar contra ellos les
impide hacerlo. No han tenido mucho problema, en cambio, cuando se ha tratado
de algún clérigo más liberal. En las paredes de El Cairo quedó el retrato de
alguno de ellos.
Las explicaciones de Al-Tayyeb pertenecen a su mundo, tienen
su lógica interna. Y dentro de esa lógica encaja el Estado Islámico, aunque no
le guste cómo llevan a cabo sus tareas. Los militantes del Estado Islámico, por
ejemplo, justificaban cortar manos a los ladrones porque todavía la sociedad no
había llegado a su perfección. Cuando
la sociedad fuera perfectamente islámica
—la edad de oro— no sería necesario utilizarlo simplemente porque no existirían
ladrones. Es su razonamiento y tiene
su lógica. Pero el mundo entero no está dispuesto a comprobarlo.
El equivalente al ladrón en el ámbito del pensamiento es el
intelectual independiente. La sola mención de "independencia intelectual"
es ya una aberración ya que supone el
engreimiento del que va contra la verdad revelada y que no admite dudas. El que
piensa diferente es el enemigo al que hay que eliminar; son ellos los que
representan el verdadero peligro.
Tras recoger en el artículo otras opiniones similares en
sentido a las de Al-Tayyed, Taha Saker acude a los críticos:
On the other hand, the Islamic affairs
researcher Ahmed Maher asserted that extremist teachings do still exist in
Al-Azhar institution’s syllabuses, giving as examples the books that include
such teachings.
"Extremist teachings are heavily taught at
Al-Azhar institution; among these teachings a book entitled 'El Eqenaa fe Hal
Alafaz Abu Shogaaa.’
This book includes teachings of one prominent
Islamic cleric who calls on Muslims to eat meat of any 'apostate' or ‘infidel',
Maher asserted to Egypt Independent.
In response to Maher's views, the head of the
Islamic Research Complex noted that this book had been taught to the secondary
stage at Al-Azhar earlier; but that nowadays this book has been removed.
"These teachings were indeed taught in
order to give historical information to the students at Al-Azhar institution,
not to instill such teachings in their minds,” Abdel-Aziz said.
On a different note, Maher wondered about the
reasons that prevent Al-Azhar institution from considering members affiliated
to IS group 'apostates'. He considered the statements issued by Al-Azhar 's
officials regarding not having authority to consider someone as 'apostate' is
not “persuasive”.
"They [Al-Azhar clerics] have previously
considered many public figures who have different views as 'apostates', such as
the Egyptian prominent intellectual Taha Hussein and Farag Fouda. Al-Azhar does
not want to consider IS members as apostates as they both are one entity,” he
pointed out.*
El problema no es que se sigan enseñando, desde una
"perspectiva histórica" doctrina aberrantes, que puedan ser
reivindicadas por los puristas del Estados Islámico o de cualquier otra
corriente de regreso a la edad de oro.
Como se recoge al final, las razones para no declarar apóstatas a los
terroristas del Estado Islámico no se aplican a intelectuales pacíficos a los
que se acusa, como a los citados, de "apostasía" o como a muchos actuales
reformistas de blasfemia.
La cuestión es que definiendo quiénes son los enemigos del
islam y quiénes solo los "equivocados" pecadores que ya pagarán en el
otro mundo, si Dios lo quiere, la institución tiene un enorme poder. No se
trata más que de una nueva versión de la lucha histórica entre el reparto del
poder entre califas, poder político, y ulemas, los eruditos coránicos.
El ulema (árabe 'alim, pl. 'ulama,) es el especialista en el saber religioso islámico, es
decir, es aquél que conoce y estudia el Corán y la Tradición del Profeta, las
dos fuentes de la Revelación Divina, y lleva a cabo también una labor de
interpretación de esas fuentes con el objeto de asegurar a la comunidad de
creyentes una correcta comprensión
de las normas
que Dios ha
impuesto a los
hombres. Esto vale
para la versión sunní
del Islam, es
decir, para aquellos
que piensan que
la sucesión de Muhammad en tanto que profeta y hombre de
estado quedó tras su muerte repartida entre dos figuras de autoridad. Por un
lado, está el califa que es vicario del Profeta de Dios y no vicario directo de
Dios como piensan los si'íes. Por otro lado, están los ulemas, los encargados
de preservar, transmitir y —de hecho— conformar el 'ilm o conocimiento
religioso. En este
sentido, los ulemas
son herederos de los Profetas, herencia que los eleva por encima
de los demás creyentes y les hace merecedores del respeto y amor de estos, así
como merecedores de otras prerrogativas y responsabilidades sobre las que los
ulemas nunca dejan de insistir en sus escritos. En efecto, los ulemas —“hombres
de cálamo”— han dedicado muchos pasajes a hablar de la importancia crucial del
saber religioso para los musulmanes3 y, en consecuencia, de la importancia
crucial de la
existencia de ellos
mismos, los ulemas,
en un esfuerzo de auto-promoción de dimensiones
considerables y con consecuencias de largo alcance para
las sociedades islámicas
pre-modernas que aun
deben seguir siendo estudiadas en profundidad.**
Es importante la apreciación sobre el "esfuerzo de
autopromoción" porque, en efecto, son ellos mismos los que han creado su
propia dependencia, es decir, los que se proclaman necesarios. Esto ha causado
verdaderos problemas y los sigue causando a los que desde el margen de las
instituciones intentan cambiar algo, incluido el presidente de Egipto.
El temor es siempre el mismo: la obediencia al líder
político se justifica desde la religión. Puede equivocarse y habrá que
soportarlo. Solo cuando se aparte de la verdadera religión podrán rebelarse en
el nombre de Dios. Y quien lo decide son los ulemas o aquellos que tengan el
reconocimiento de estar cerca de la verdad por su erudición teológica o, lo que
es lo mismo, jurídica, ya que todo emana de lo mismo.
La Universidad de Al-Azhar ha tenido muchos contenciosos con
el presidente. El último, tratado aquí, sobre la cuestión de los divorcios
orales en donde le dijeron a al-Sisi que era acorde con la Ley islámica y que
no había nada que hacer.
El presidente por su
parte le ha acusado de oponerse a las reformas. Hoy desde la prensa se ha
lanzado este explosivo artículo contra el inmovilismo de Al-Azhar y los efectos
en la guerra contra el radicalismo.
Lo que más teme Al-Azhar —y hace bien en temerlo— es la
apertura de la sociedad, es decir, que las personas cuyos caminos no vayan por
la religión o los intentos de adecuarla a los tiempos actuales. Eso supondría,
en el mejor de los casos, la pérdida de la influencia y poder que ahora mismo
tienen.
Lo que vimos en la Primavera Árabe fue un intento de
construir una democracia tolerante. Han sido los islamistas, en gran medida, los que la han
truncado. La democracia no entra en sus planes más que como una forma de
maquillaje para el acceso al poder, pero les repugna intelectualmente. Como estamos viendo en Turquía, se trata de un retroceso hacia
figuras de caudillaje religioso con las bendiciones de las instituciones que
glorifican al líder considerándolo como un poderoso enviado para lavar afrentas
históricas.
Desde aquí hemos insistido en
que se debe apoyar a la gente que trata de vivir en una sociedad más abierta,
más humana y menos vigilantista. La mayoría de los musulmanes no tiene que ver
con este radicalismo, pero el miedo avanza en estas sociedades mediante la
vigilancia. Los que tratan de ser diferentes en cualquier aspecto pronto son
objeto de ataques que sirven para eliminar sus pretensiones, pero también de
advertencia a muchos que pudieran tener la tentación de seguirles.
Mi despertar esta mañana fue con unas imágenes terribles que
Euronews decidió no ahorrarnos: la del linchamiento brutal de un estudiante de
Periodismo en Pakistán. Lo mataron sus propios compañeros, una muchedumbre
inhumana que lo pateó hasta matarlo. Todos los que lo hicieron se sentían
especialmente piadosos. Estaban eliminando el mal de la Tierra siguiendo las
enseñanzas que cualquiera les ha transmitido retorcidamente para convertirlos
en un ejército dormido que despierta al grito de "blasfemia" o señala
con el dedo al apóstata.
El Daily Pakistan
recoge la noticia y las reacciones oficiales:
ISLAMABAD – As brutal killing of a student in
Mardan on blasphemy has provoked outrage across country, religious scholars
have also come forward condemning the violent behaviour of people on unproven
allegations.
Reacting over the murder of a Mashal at Abdul
Wali Khan University in Mardan, renowned Islamic scholar Mufti Taqi Usmani
highlighted that no individual has the right to kill anyone in the wake of
blasphemy as Pakistan has proper law to handle such matters.
He added that state is responsible to award
punishment to people in the blasphemy case that is a sensitive issue.
“Legislation and implementation of laws are the
sole responsibility of the state,” he said while talking to Samaa news.
On the other hand, Minister for Religious
Affairs and Interfaith Harmony Sardar Mohammad Yousaf has said that blasphemy
by anyone cannot be pardoned but no one will be allowed to interfere in state
affairs.
On Thursday, Mashal Khan, a journalism student,
was stripped, lynched and thrown from the second floor of his hostel to death
at the university.***
Es difícil encontrar una situación que muestre mejor el caso
del que hablamos. Euronews nos mostró la habitación del joven estudiante. Tenía
en su pared un póster del Che Guevara y otro de Carlos Marx. Saló lanzado por la
ventana y lo que quedó abajo no era más que un amasijo de huesos, pateado con
furia por aquellos candidatos al paraíso.
El papel de los "ulemas" pakistaníes no dista
mucho del que juegan los de Al-Azhar: dicen que está mal tomarse la justicia
por su mano, pero que la blasfemia no debe quedar sin castigo. Si no lo elimina
la turba, lo hará el estado, que no es más que la turba regulada delegando su
funciones.
Imágenes como esas, disidentes linchados, hemos visto muchas
en estos años en Oriente Medio, en Afganistán, en Pakistán... Las condenas van
más a los que piensan de otra manera que contra los que matan en nombre de la
ortodoxia más retrógrada.
El presidente al-Sisi quería ir a ver a Trump con un limpio expediente
de defensor de las libertades religiosas frente a los radicales. Mientras no se
entienda que no hay una línea de separación, como ha dicho el artículo de Egypt Independent, sino que las
enseñanzas, los libros, etc. son combustible
para la base de ese terrorismo del que se niega que tenga que ver con las
religiones pero al que se evita condenar como apostasía.
Está claro que al presidente al-Sisi no le ha funcionado el
método ni la estrategia usados. La esquizofrenia de creer un día que el Estado
Islámico es una creación de Obama para desprestigiar al islam y el otro en que
son los representantes más puros del islam parece ser preferible para muchos.
Lo malo es que por esta vía no hay salida ni para Egipto ni
para la zona. Mientras no se enfrente directamente el problema de la sociedad y
la cultura de la intolerancia que se ha creado, todos los demás seguirán
creciendo. Hoy por hoy, es la demostración de incompatibilidad con un mundo que
no puede ignorar lo que ocurre.
Como profesor de Periodismo, la muerte del joven estudiante
me ha afectado especialmente. Lo que tenía enfrente da muestras de su valor. El
joven estudiante de Periodismo pakistaní es una muestra de lo que espera a los
reformistas o a las personas que no renuncian a la su razón e inteligencia. Si
nadie les apoya y solo nos fijamos en nosotros mismos, el problema lo tendremos
(ya lo tenemos) dentro e irá a mucho peor.
En la guerra entre la presidencia egipcia y la Universidad de Al-Azhar se debería cambiar de estrategia y el presidente al-Sisi abrir posibilidades, las que están en la Constitución, que garantizan la libertad de religión y pensamiento. No hay otro camino. Será la batalla más larga.
* "Why
does Egypt's largest Muslim beacon, Al-Azhar, refuse to declare IS
'apostate'?" Egypt Independent 14/04/2017
http://www.egyptindependent.com//news/why-does-egypt-s-largest-muslim-beacon-al-azhar-refuse-declare-apostate
** Fierro, Maribel "Ulemas en las ciudades andalusíes:
religión, política y prácticas sociales" Proyecto de investigación
“Knowledge, heresy and political culture in the Islamic West (eighth-fifteenth
centuries)” (KOHEPOCU), Centro de Ciencias Humanas y Sociales. Proyecto financiado por el European
Research Council (Advanced Research Grant 2009-2014).
***
"“No individual has the right to kill anyone for blasphemy”, major Islamic
scholars stand up against brutal vigilantism" Daily Pakistan 15/04/2017
https://en.dailypakistan.com.pk/pakistan/no-individual-has-right-to-kill-anyone-for-blasphemy-scholars/
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