Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
El
regreso del embajador italiano a El Cairo, como era previsible, es utilizado
para crear la impresión de una normalización imposible en la relaciones entre ambos
países. La retirada se produjo por la falta de colaboración institucional egipcia
para resolver el secuestro, tortura y asesinato del joven doctorando italiano
Giulio Regeni y la apabullante sospecha de todos sobre la autoría del crimen,
responsabilizando a las agencias de seguridad del estado egipcio. Ambos
factores, falta de colaboración y responsabilidad en la autoría, hacen que la
llegada del embajador no sea un "triunfo" sino una constatación de la
falta de voluntad egipcia.
Las
complejidades de la diplomacia y los enrevesados intereses internacionales han
ello que Italia haya finalmente hecho volver a su embajador. La necesidad de
acciones conjuntas de Italia y Egipto para controlar los flujos migratorios que
salen desde la vecina e incontrolada Libia además de cuestiones económicas
importantes ha hecho que finalmente el embajador regrese.
Es, por
supuesto, no cierra el caso Regeni, sino que por el contrario muestra de nuevo
la forma en que el gobierno egipcio maneja las situaciones y la bien ganada
fama de autoritario con la que la prensa de todo el mundo lo describe. Hoy
nadie ha dado la razón a Egipto —algo que los medios propagandísticos nacionales
dan a entender a los ciudadanos—, sino que todos han confirmado su forma de
actuación.
La
publicación Mada Masr hacía un repaso
del caso Regeni en los medios egipcios, con el titular "Media spotlight:
Giulio Regeni as seen by Egypt’s media pundits". Se recogían allí las diferentes
informaciones de un caso que ha supuesto una parte importante del deterioro
exterior egipcio, ya de por sí intenso por las constantes denuncias de
violaciones de los derechos humanos. Esto ha tenido consecuencias como, entre
otras, la reciente reducción de las ayudas norteamericanas.
Much of the scant commentary in Egyptian
newspapers and on television talk shows on the case has oscillated between
speculation that foreign media is conspiring to bring Egypt down — a staple
state discourse — and calls to defend national interests, specifically the
country’s economic deals with Italy and its mediating role vis-a-vis Libya.*
Todo este tipo de situaciones son traducidas por el gobierno
y los medios afectos a través de dos grandes líneas complementarias: a) Egipto
es atacado por su importancia histórica, que hace que su caída suponga el
apocalipsis mundial; y b) tras el conflicto, Egipto gana siempre.
La primera línea es la que hace que todo sea una
conspiración. Y Mada Masr lo señala como una de las tendencias mediáticas.
Cualquier información que contradiga los puntos de vista oficiales es fruto de
una enorme conspiración que busca la caída de Egipto. Tras cada artículo o
informe, tras cada mordedura de tiburón en el Mar Rojo, tras cada ola de
calor... hay una mano negra que trata de hundir a Egipto. De esta forma se
genera un sentido de victimismo glorioso: todos conspiran porque Egipto está
destinado lo más alto, la gloria infinita. Las fuerzas del mal tratan de
evitarlo. De esta forma, el egipcio medio comprende que sus desgracias no
llegan de la ineficacia de sus gobiernos, sino de esa conspiración que a ellos,
Madre del Mundo, trata de destruirlos.
La segunda parte es presentar como "victorias",
como el reconocimiento de sus posturas las decisiones de los otros. La llegada
del embajador italiano "significa" que los italianos
"aceptan" las posturas egipcias, que el gobierno egipcio ha estado
trabajado lealmente con los italianos.
Ahram Online da cuenta del regreso del embajador italiano y
cita las palabras del ministro Angelino Alfano:
"Egypt is an inextricable partner of
Italy, and also Italy is an inextricable partner of Egypt," said Alfano.
"Therefore, it is impossible for our countries not to have high-level
political and diplomatic dialogue."
Alfano also said that sending Cantini to Cairo
is intended to consolidate the political and ethical obligations of the Italian
government regarding the search for the truth about the murder of Italian
researcher Guilio Regeni.**
Finalmente la tesis egipcia de que un oscuro asesinato no debe interferir en cosas más importantes parece
reconocerse. Las palabras de Alfano vienen a interpretarse como una disculpa y
una confirmación: sin Egipto no ha salida.
No debemos pensar en el caso Regeni como un enfrentamiento
"Egipto-Italia" (caso resuelto con el regreso del embajador) sino
como el reinado de la impunidad en los crímenes de Estado. Hay muchos casos
como el de Giulio Regeni, pero la prensa internacional apenas se ocupa de ellos
en la vorágine del día a día y se olvidan. El caso Regeni es un horrendo crimen
cuyo esclarecimiento significaría un resarcimiento moral de muchos otros
crímenes que han quedado silenciados por el aburrimiento y la ceguera. Es un
acto de justicia en el que el crimen más notorio arrastra a los más escondidos.
Gran parte de la actualidad de Regeni viene de las noticias que genera —como la
retirada del embajador— y se puede perder si esos elementos contextuales se
cierran, que es a lo que aspira el gobierno egipcio. Regeni es tan importante
como cualquier ser humano secuestrado, torturado y asesinado; pero tiene el
componente atencional necesario para evitar el gran mal mediático, el olvido.
Regeni no debe caer en el olvido para que no haya más crímenes silenciosos,
para que se recuerde que los hubo. Es su gran contribución a las libertades en Egipto, que su muerte traiga luz.
Entre las posturas mediáticas revisadas por el artículo de
Mada Masr se encuentran las de los egipcios que ven en mantenimiento del caso
Regeni una forma de reivindicación del propio estado de inseguridad que vive
Egipto.
“Is the return of the Italian ambassador
related to Regeni or to ‘other’ more important things?” journalist and Sisi
opponent Abdel Aty al-Sandouby posited to television host Tamer Abu Arab in a
phone-in from Rome. These “things,” he went on to add, are what pushed Italy to
“give up the quest” to find Regeni’s murderers, referring to Italy’s keenness
to use Egypt’s leverage in Libya to forge an alliance to help control the
influx of migrants through the Mediterranean.
“There’s a general consensus in Europe and the
US, and across the bleak backstage of foreign policy and international
intelligence services, that one of Egypt’s security agencies is behind Regeni’s
death,” continued Sandouby, placing direct blame on Sisi for what he described
as “intentional meddling,” before Abu Arab swiftly cut him off.*
Pero el mundo no se interrumpe como se corta una llamada.
El caso Regeni es importante porque demuestra que tras los
discursos de la seguridad, contra el terrorismo, etc. constantes en la boca del
presidente y del gobierno egipcios, lo que hay es el mantenimiento de un estado
policial que no se desmanteló tras la caída de 2011, sino que sencillamente
continuó actuando, a la luz o a la sombra, manteniendo la violencia como eje del
Estado con completa impunidad. Giulio Regeni no era un terrorista ni era una
amenaza para la seguridad. Era un estudiante de doctorado que investigaba su
tesis doctoral sobre los sindicatos de vendedores callejeros tras la revolución
de 2011. Era un inocente al que algunos convirtieron en culpable en los
sórdidos calabozos de alguna dependencia policial. La descripción del estado de
su cuerpo, abandonado en el desierto, sigue causando indignación ante lo que
debieron ser aquellos cuatro días de torturas sin límites.
Pero que le ocurrió a Regeni, un extranjero, le pasó a la
luz a Shaimaa al-Sabbagh a plena luz. Disparada en la cabeza en mitad de la
calle, culpable esta vez de llevar flores en recuerdo de los caídos en 2011. No
hizo falta la oscuridad, solo la desfachatez jurídica para mostrar al mundo que
se podía matar en las calles con el aplauso institucional. Regeni y al-Sabbagh,
un italiano y una egipcia, dos jóvenes, que no deben ser olvidados.
The New York Times dedicó un largo reportaje el 15 de agosto
a la historia de Giulio Regeni que es también la historia de la violencia del
estado y de su impunidad. Es eso lo que refleja la historia de Regeni, como las
dos partes que encajan en una misma pieza.
Después de dar por hecho que el crimen fue cometido por los
servicios de seguridad y con el total conocimiento de las más altas jerarquías
del Estados, el artículo se cierra así:
In Fiumicello, where Regeni grew up and his
parents still live, a banner reading ‘‘Verità per Giulio Regeni’’ hangs in the
main church, but few believe that the truth will ever come out. Regeni’s family
has closed ranks, appointing a pugnacious lawyer as its gatekeeper, and begun
their own investigation into his murder. (His parents declined to be
interviewed for this article but answered some questions by email.) At the Rome
headquarters of the Carabinieri’s Special Operations Group, which specializes
in counterterrorism and anti-mafia operations, Gen. Giuseppe Governale insists
that there is still hope of solving the crime. ‘‘The Arab mentality is to
procrastinate until everyone forgets,’’ he said. ‘‘But we will not stop until
we find an answer. We owe it to his mother.’’
Italians have what Carlo Bonini, a journalist
for La Repubblica who has written extensively on the Regeni case, calls ‘‘the
last bullet.’’ Under Italian law, they could press charges in an Italian court
against the handful of Egyptian security officials they believe to be
responsible. But that might be a Pyrrhic victory: Egypt would never extradite
anyone for trial. And there seems little chance that Sisi can be pressured into
revealing the truth. In Rome last month officials admitted that the
investigation was now little more than geopolitical kabuki; politics and not
police work would determine its conclusion. In the 18 months since Regeni was
killed, Sisi has had dinner with the German chancellor, Angela Merkel, in front
of the pyramids, and in April he received a rapturous welcome at the White
House from President Trump. On Aug. 14, the Italian government announced it
intended to send its ambassador back to Cairo. The Zohr gas field is on track
to start production in December.
In Fiumicello, Regeni lies buried under a line
of cypress trees. Flowers, devotional candles and plastic-wrapped volumes of
Spinoza and Hesse are piled on his grave, and a small photograph shows him
speaking to a crowd, clutching a microphone, his face open and earnest. But
unlike the elaborate neighboring tombs that surround it, Regeni’s gravestone is
just a plain marble slab. Because the investigation is still open, the parish
priest explained, officials might yet need to exhume his remains.***
Ciertos casos se vuelven incómodos, pero también
reveladores. Cada maniobra para evitar que se sepa qué ocurrió, quién dio las
órdenes, quién torturó y ejecutó a Giulio Regeni, se convierte en una nueva
pincelada en el retrato de un régimen. Las sonrisas del régimen, su propaganda,
cual Dorian Gray, van formando una tenebrosa imagen que es la que se trata de ocultar.
Que pasado año y medio The New York Times y muchos otros medios sigan dedicando
páginas y páginas al caso Regeni debería ser indicativo de que por encima de
las relaciones públicas y la diplomacia hay otras consideraciones. Sin embargo,
los intereses internacionales se anteponen a las personas.
Los medios egipcios pueden imaginarse que tras cada artículo
sobre Regeni están los conspiradores, pero lo importante es lo que se confirma
en cada nueva ocultación. Quien oculta, protege. El estado egipcio se protege a
sí mismo con el silencio y el obstruccionismo.
Puede que sea tiempo de que el embajador italiano este
obligado a regresar a El Cairo, pero hay que tratar de evitar que se manipule y
se presente esto como una victoria,
porque no lo es. Debe, por ello, el ministro Alfano evitar cualquier retórica excesiva, cualquier tono que pueda ser manipulado.
Es una triste derrota para el gobierno egipcio, cuyo desprecio
por los derechos humanos y la justicia se ven confirmados ante la comunidad
internacional al seguir manteniendo silencio sobre el crimen de Giulio Regeni.
*
"Media spotlight: Giulio Regeni as seen by Egypt’s media pundits"
Mada Masr 31/08/2017
https://www.madamasr.com/en/2017/08/31/opinion/u/media-spotlight-giulio-regeni-as-seen-by-egypts-media-pundits/
**
"Italian ambassador to return to Cairo on 14 September: Italian foreign
minister" Ahram Online 4/09/2017
http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/276493/Egypt/Politics-/Italian-ambassador-to-return-to-Cairo-on--Septembe.aspx
***
"Why Was an Italian Graduate Student Tortured and Murdered in Egypt?"
The New York Times 15/08/2017
https://www.nytimes.com/2017/08/15/magazine/giulio-regeni-italian-graduate-student-tortured-murdered-egypt.html
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