Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Erdogan
hablando con Putin para la compra de misiles rusos podría haber sido un
magnífico sketch de Gila de no ser un signo más del descontrol al que el
presidente turco está sometiendo la zona desde hace mucho tiempo jugando a
todas las bandas posibles. El sketch, por supuesto, habría comenzado con el
humorista español, al teléfono, con un viejo casco ladeado: "¿Oiga...? ¿Es
el enemigo? Sí... Es por si les sobran misiles... ¿sí? ¡Se los compramos!"
Erdogan
está dispuesto —por si alguien no se había dado cuenta todavía— a llevar a la
máxima tensión sus relaciones con casi cualquiera, apuntándose a la fórmula de
la "amistad protesta" con Putin. Esta fórmula no es más que
manifestar su disconformidad acudiendo al Kremlin. Cuando alguien siente que
sus relaciones empeoran, que los demás le critican o sancionan, lo más
socorrido es la visita al Kremlin, la foto con Putin y si la cosa se complica,
la firma de algún acuerdo.
Es lo
que hace Egipto cuando los norteamericanos le reprochan la situación de los
derechos humanos; es lo que hizo Grecia cuando se sintió incomprendida por la
Unión, etc. Vladimir Putin se ha convertido en el santo patrón de los
incomprendidos y de los disconformes.
Pero la
compra del sistema de misiles a Rusia, siendo miembro de la OTAN, supone rizar
el rizo más allá de lo razonable. También lo es por parte de la Unión Europea,
cuyo máximo hostigador es el presidente ruso y sus diversos peones repartidos
por el continente, de presidentes que añoran la época soviética a nacionalista
que quieren sacar a sus países de la Unión, pasando por perturbadores
secesionistas, populistas, bloqueadores de instituciones. Y es ahí donde entra
la seriedad del chiste: no puedes comprarle a tu enemigo las armas defensivas
por motivos obvios, a menos que... ¡ya no sea tu enemigo! En cuyo caso, todo se
complica.
La
generosidad del santo acogedor es inconmensurable. Turquía le derribó un avión
de combate. Pese a ello, Putin perdonó, con un poco de morrito al recibir al
casquivano Erdogan que encontró al menos una buena excusa: los oficiales que
había derribado el avión ruso eran "golpistas" y no representaban el
espíritu de la verdadera Turquía, que es el suyo.
The New York Times analiza la romería rusa de Erdogán señalando su incongruencia desde su posición europea y en la OTAN:
In the clearest sign of his pivot toward Russia
and away from NATO and the West, President Recep Tayyip Erdogan announced on
Tuesday that Turkey had signed a deal to purchase a Russian surface-to-air
missile system.
The deal cements a recent rapprochement with
Russia, despite differences over the war in Syria, and comes as Turkey’s ties
with the United States and European Union have become strained.
It is certain to stir unease in Washington and
Brussels, where officials are trying to keep Turkey — a longtime NATO member,
and an increasingly unlikely candidate for European Union membership — from
entering Russia’s sphere of influence.
The deal comes as relations between Russia and
the West are at a particularly low point. Tensions escalated in 2014 when
Russia annexed Crimea and then began fomenting armed revolt in eastern Ukraine.
They have grown still worse as evidence has mounted that Moscow was behind the
hacking of the 2016 election in the United States and also tried to interfere
in other nations’ elections.
Although a prospective missile purchase from
Russia was made public several months ago, Mr. Erdogan’s announcement was the
first confirmation that Turkey had transferred money to pay for the missile
system, known as the S-400.
“Signatures have been made for the purchase of
S-400s from Russia,” Mr. Erdogan said in comments published in several
newspapers on Tuesday. “A deposit has also been paid as far as I know.”
The purchase of the missile system flies in the
face of cooperation within the NATO alliance, which Turkey has belonged to
since the early 1950s. NATO does not ban purchases of military hardware from
manufacturers outside the American-led alliance, but it does discourage members
from buying equipment not compatible with that used by other members.*
Hace tiempo que Recep Tayyip Erdogan se pasó a las filas de los socios poco fiables. Su propia situación interior, una deriva dictatorial y represiva, hace que todo lo demás pase a segundo plano. Se trata de mostrar su fuerza de manera constante ante aquellos que le llaman al orden. Las críticas son las ocasiones que Erdogan aprovecha para mostrar públicamente que a él nadie le doblega.
Dado el grado auto referencial que está alcanzando el
universo Erdogan, plantearse la preocupación por la influencia rusa en la
elecciones norteamericanas o en la europeas es casi una broma. ¡Le importarán
mucho! Además, como argumento es un poco débil o confuso ya que el apoyo se dio
al vencedor, Trump, que ha logrado que se critique la intervención rusa pero no
sus consecuencias, su propia elección. Que el beneficiado sancione a otros no
deja de ser una paradoja, pero ¿que no lo es ya?
Si antes, en la guerra fría, había unos bloques claritos —como
debe ser—, lo que tenemos ahora es más bien tirando a cuántico por inestable y
espumoso, y paradójico como gato de Schrödinger, que está y no está. ¡Un lío!
Erdogan está y no está en la OTAN; está y no está en Europa; está y no está en
la guerra de Siria, porque unos días toca Estado Islámico y otro kurdos... En
fin, todo muy "paradójico".
Comprar misiles al "enemigo" es un riesgo, pero
sobre todo un desafío. A diferencia de lo que le ha pasado a Egipto con sus
escurridizas relaciones de amistad con Corea del Norte, Erdogan vive de la
publicidad porque es un personaje narcisista, que hace todas estas cosas para
luego reunir veinte mil seguidores y contarlo.
En realidad, pienso que Erdogan está buscando que no le
dejen fuera de la mesa de los vencedores sirios. Toda guerra tiene una foto
final y en la de está, en la que luchan muchos, van a salir muy pocos. Entre
otras cosas porque en el centro de la foto estará Bachar al-Assad, a su derecha
Putin y después aquellos a los que ambos inviten. El resto tendrá que
consolarse con el silencio o con establecer sanciones que serán ignoradas por
los amigos rusos, turcos e iraníes.
Resaltan en The New
York Times la respuesta de Recep Tayyip Erdogan y motivos de enfado:
Mr. Erdogan dismissed issues of
interoperability, brand loyalties or the geopolitical optics of such a sale.
“Nobody has the right to discuss the Turkish republic’s independence principles
or independent decisions about its defense industry,” the daily newspaper
Hurriyet reported him as saying.
“We make the decisions about our own
independence ourselves,” he said. “We are obliged to take safety and security
measures in order to defend our country.”
Mr. Erdogan’s announcement — made to Turkish
journalists aboard his presidential jet as he returned from Kazakhstan —
appeared timed as a riposte to two judicial cases announced last week in the
United States. One is against his presidential bodyguards, who are charged with
assaulting protesters when Mr. Erdogan visited Washington this year. The other
is against a group of Turks, including a former minister, accused of breaking
United States sanctions against Iran.
Mr. Erdogan has angrily criticized both cases.*
Lo de la soberanía y la libertad de decisión está muy bien,
pero no cuando juegas en equipo. Y un equipo es la OTAN, claramente, y lo que
ha hecho Erdogan es ponerse la camiseta del otro equipo, algo que puede
confundir a los defensas,
En cuanto a lo de los matones guardaespaldas de Erdogan, él
lo ve como autenticidad: golpean y
reprimen fuera de su país igual que lo hacen dentro. ¿Por qué iban a cambiar de
modelo solo por estar fuera? Los turcos son suyos.
El problema de fondo es el que mencionábamos es que la
seguridad se basa en... la confianza. No puedes estar seguro con
quien no te merece confianza. Y Erdogan no la merece. Ni creo que se la merezca
a Putin, pero por fastidiar un poco no se pierde nada y ha hecho una buena
venta. Como santo acogedor, Vladimir Putin es un refugio de pecadores, que se sienten como en casa.
*
"Turkey Signs Russian Missile Deal, Pivoting From NATO" The New York
Times 12/07/2017
https://www.nytimes.com/2017/09/12/world/europe/turkey-russia-missile-deal.html
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