Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
En mayo
de 2014, la prensa rusa e internacional se hacía eco de la implantación de una
nueva normativa para el control de los blogs en Rusia. El control de los medios
de comunicación o simplemente el miedo de los que no controla todavía se
extendía a la blogosfera, un espacio crítico mediante el cual la oposición al
régimen se comunicaba y se filtraban informaciones molestas para el Kremlin.
The New
York Times señalaba entonces:
MOSCOW — Russia has taken another major step
toward restricting its once freewheeling Internet, as President Vladimir V. Putin
quietly signed a new law requiring popular online voices to register with the
government, a measure that lawyers, Internet pioneers and political activists
said Tuesday would give the government a much wider ability to track who said
what online.
Mr. Putin’s action on Monday, just weeks after
he disparaged the Internet as “a special C.I.A. project,” borrowed a page from
the restrictive Internet playbooks of many governments around the world that
have been steadily smothering online freedoms they once tolerated.*
El periódico inscribía la acción del gobierno ruso en la creciente
lista internacional de acoso a la comunidad cibernética en sus distintas variantes:
redes sociales, microblogs, blogs, etc. El papel jugado por el ciberespacio en
las primaveras árabes ha hecho que los gobiernos autoritarios extremen su vigilancia
sobre la red para evitar que la oposición tenga voz y esté organizada. Internet
está en el punto de mira de todos aquellos que desean que no haya un discurso
alternativo a sus voces oficiales. Hay modelos como el chino que mantienen su
propia red aislada del resto del mundo mediante un gigantesco firewall (llamado
irónicamente "The Great Firewall" por la Gran muralla) mientras que
otros han preferido ir por la vía de cierre de accesos parciales, bloqueos o la
persecución legal de las personas críticas.
Con su particular cinismo, Vladimir Putin señalaba entonces:
Speaking in St. Petersburg in late April, Mr.
Putin voiced his suspicions about the Internet, even while noting that it had
become a public market of huge proportions.
“You know that it all began initially, when the
Internet first appeared, as a special C.I.A. project,” he said in remarks
broadcast live nationally, before adding that “special services are still at
the center of things.” He specifically thanked Edward J. Snowden, the former
National Security Agency contractor granted asylum in Russia, for revealing to
the world how efficient the N.S.A. was at collecting information.
Mr. Putin went on to say that someone writing
online whose opinion affects thousands or even hundreds of thousands of people
should be considered a media outlet. He said he was not talking about a ban,
only acting “the way it is done all over the world.”*
El descaro de Putin no tienen límites y forma parte de esa
forma que sus admiradores celebran e imitan. Lo que Putin hizo entonces es
sacar una ley que obligaba a registrar los blogs quedando constancia de los
autores. Se eliminaba así la posibilidad del anonimato y de la crítica, dado
cómo se las gasta el señor Putin y control que tiene sobre el sistema judicial.
Nadie va a dar la cara por los detenidos y la baza de la libertad de expresión.
Los casos son abundantes y las muertes de opositores, como hemos tenido ocasión
de ver recientemente, no son infrecuentes.
La "ley de los blogs" es una forma de control de
todo el que esté en el ciberespacio con un número de seguidores. La publicación
The Verge:
Under it, any blogger with more than 3,000
readers is required to register with the Roskomnadzor, Russia's media oversight
agency. According to Reporters Without Borders, the law covers not only
traditional blogs but microblogs and social networks. In addition to following
existing laws, writers will be responsible for fact-checking any information
they post and removing any inaccurate comments, and they're forbidden from
harming the reputation of a person or group or using their platform to
"hide or falsify information of general interest."
Aleksey Mitrofanov, head of the State Duma
legislative body's information policies committee, has denied that this law
regulates bloggers as a kind of mass media. "Special legal regulation for
bloggers is to be introduced," he told the ITAR-TASS News Agency when the
bill passed in April. "It is the other way around, bloggers who have been
registered as an online publication are not subject to the operation of that
law." But it apparently strips away one of the most basic elements of
blogging: anonymous or pseudonymous publishing. Popular writers will be
required to publish their surname, initials, and email address, apparently in
addition to registering with the Roskomnadzor. Reporters Without Borders has
criticized the law's wording as vague, and Global Voices notes that if a writer
falls below 3,000 readers, they apparently bear the burden of proactively
trying to get their name removed from the register. According to ITAR-TASS,
individual violators will be fined between 10,000 and 30,000 rubles (roughly
$280 to $850 at the current exchange rate), while "legal entities"
will face fines of 300,000 rubles or $8,500.**
Se trataba así de minimizar el papel de los blogs,
identificar a sus autores y tenerlos controlados con amenazas y multas. Las
quejas de la oposición han sido constantes en este sentido desde entonces. Putin,
una vez desmontados los medios críticos mediante diversas táctica, se ha lanzado
a la conquista del ciberespacio a sabiendas de que es allí donde se le puede
criticar y de donde se nutrirá la oposición. La misma publicación, The Verge, recogía:
Russia passed a sweeping internet-filtering
bill in 2012, and the Kremlin has increasingly used its power to pressure
critical media outlets. In December of last year, Putin dissolved the venerable
RIA Novosti news service, putting its remains under the control of a supporter.
A month later, Pavel Durov, founder of "Russian Facebook" VKontakte,
sold his stake to an ally of Putin. Popular opposition blogger Alexei Navalny
saw his blog blocked by ISPs in March; the news site of chess champion Garry
Kasparov, among others, was also caught up in the crackdown. Along with the
"blogger law," Putin also signed a bill barring profanity in films,
theater, and other media, though its full scope is unclear.**
Pronto quedarán pocas voces que no sean las autorizadas por
el Kremlin para hablar de lo que ocurre en Rusia y de lo que hace fuera. Para
Putin la opinión pública es esencial en su control de la sociedad. Convencer a
todos que Internet es un invento de la CIA, como recogían las palabras de The New York Times no es más que una
parte de la gigantesca operación que Putin está haciendo en el terreno de la comunicación,
probablemente la mayor operación de este calibre realizada hasta el momento. En
esto le siguen los imitadores, los Erdoganes y demás a los que les molesta la
diversidad de opinión y prefieren crearse entornos controlados, sin que afloren
escándalos o discrepancias.
Hasta el momento, los regímenes dictatoriales han
aprovechado las posibilidades de control de la información para restringir y
filtrarla en el espacio que controlan. Una vez realizado esto, Putin va un paso
más allá. Ya no se trata solo de mantener controlada su parroquia. La
estrategia expansionista de Rusia, más después de las sanciones de Occidente
por su actuación en Ucrania, necesita de una propaganda más activa y exterior.
Lo que diferencia a la Rusia de Putin es su deseo de conseguir el liderazgo
erosionando el de los países occidentales. Ha aprovechado los errores y recelos
de los Estados Unidos y las disidencias internas de muchos países tanto para
fortalecerse como para debilitar a los demás. Donde hay un conflicto, Putin
aparece, ya sea acogiendo exiliados de lujo como Depardieu o haciendo
carantoñas a los ultranacionalistas de Marine LePen en Francia, vendiendo turistas,
trigo, armas y centrales nucleares allí donde se ha radicalizado el
antioccidentalismo, como en Egipto, ofreciéndose a "ayudar" a Grecia
en su conflicto interno con la Unión Europea, o en cualquier otro lugar. La
estrategia de Putin es siempre la misma: desgastar a los contrarios y fortalecer
su posición interna mediante la estimulación de los sueños de grandeza de la
empobrecida Rusia.
Hemos comentado en muchas ocasiones la agresividad, el descaro
y la manipulación de los medios rusos exteriores, que se puede comprobar diariamente
en los que emiten o publican en español. La BBC nos traía ayer una información,
sacada a la luz por un medio local, sobre lo que llama el "ejército de troles
del Kremlin" (Kremlim's Troll Army):
En el último año se ha visto un
aumento sin precedentes en las actividades de los llamados "troles del
Kremlin" en Rusia.
Se trata, presuntamente, de
blogueros que reciben un pago del gobierno por criticar a Ucrania y a países
occidentales en las redes sociales y hacer comentarios positivos acerca del
liderazgo en Moscú.
Aunque la existencia de un
supuesto "ejército cibernético" no es ningún secreto, información
publicada recientemente en diferentes medios revela detalles acerca del
funcionamiento diario de una de las herramientas propagandísticas utilizadas
por el Estado.
La Agencia de Investigación de
Internet (Agentstvo Internet Issledovaniya) emplea a 400 personas y se
encuentra en una ordinaria oficina en un área residencial de San Petersburgo.
Pero tras su sencilla fachada se
encuentra la "guarida de los troles del Kremlin", según un reportaje
investigativo publicado por Moy Rayon (Mi Distrito), un periódico local e
independiente.***
El tema no es nuevo y se habla de él, al menos, desde 2012,
en que The Observer ya lo mencionaba ("Vladimir Putin’s Army of Blog
Trolls" 02/08/2012). La intensidad de los comentarios y de los cometidos
de este ejército es lo que se ha ido constatando a través de los patrones de
participación en aquellos lugares en los que se pueda acumular
"resistencia", es decir, se acumulen las críticas a las actuaciones
de Rusia. Putin vende su modelo a través de las redes sociales. No es el único ejército en estas labores.
Mientras que algunos prefieren el modelo de censura, Putin
es agresivo por su propio carácter. A la censura interna suma la propaganda
exterior, ya sea oficialmente o utilizando el modelo de "propaganda de
base", con la que puede actuar en los espacios que le sean contrarios. De
esta forma Putin siempre tiene "amigos" en los diferentes países en
donde se puede penetrar o sencillamente debilitar favoreciendo personas afines
o simplemente contrarias a los gobiernos que mantengan actitudes beligerantes
hacia Rusia, como ocurre ahora con las sanciones por el caso de Ucrania. Ya
señalamos la rapidez con que en España se quemaron banderas europeas cuando Rusia
devolvió las sanciones vetando productos perecederos. La labor de los "troles"
en ese caso es dirigir las iras adecuadamente, en este caso, como ocurrió aquí,
contra la Unión Europea. Las imágenes de las banderas quemadas rápidamente
circularon por la red y por los medios oficiales rusos, presentándolo como una
rebelión de Europa contra la Unión, demostrativo de lo eficaz de las medidas
tomadas por Putin, y por medios comunitarios en los que Rusia está entrando
mediante diversas tácticas (económicas, principalmente, mediante contratación
de publicidad) para hacer llegar sus mensajes.
La BBC da bastantes detalles sobre el funcionamiento de este
"ejército" bien organizado:
De acuerdo con el diario, la
organización tiene vínculos con Yevgeny Prigozhin, un restaurador cercano al
presidente ruso Vladimir Putin, y es quien supuestamente le paga a los
blogueros para que generen miles de comentarios en sitios web importantes.
También están a cargo de manejar
múltiples cuentas de Twitter, LiveJournal y otras redes sociales.
"(En un turno de 12 horas)
tuve que escribir 126 comentarios debajo de los que ya habían compartido otras
personas que trabajan en este lugar. También escribí 25 comentarios en las
cuentas de gente real, con el objetivo de captar su atención. Y tuve que hacer
10 entradas en blogs", le dijo Anton, un antiguo empleado de la
organización, a Radio Libertad.
Las típicas cuentas de los
troles, según Moy Rayon, están a cargo de personas que se hacen pasar por amas
de casa y por ciudadanos estadounidenses decepcionados.
Para evitar sospechas, los falsos
usuarios alternan comentarios políticos con artículos neutrales de viaje,
cocina y mascotas.***
Por muy potente que pueda ser la empresa destinada a la
extensión de las ideas favorables al Kremlin y al boicoteo de las que se le
oponen, el ser no es fácil convertirla en eficaz más que si actúa de forma muy
selectiva. Es más fácil localizar enemigos y realizar ataques desde distintas
cuentas que tratar de crear corrientes favorables. En arte del trol está en
hacer las dos en una misma jugada.
La noticia de la BBC se cierra con un comentario de un
experto relativizando el papel del ejército de los troles y defendiendo la
eficacia superior de la televisión. Los expertos tienden a ser favorables al
medio que les resulta más fácil controlar, pero eso no significa que no sea
eficaz. Cada medio tiene eficacia en un campo determinado y, cada vez más, es
una cuestión generacional. La eficacia rusa se busca en los viejos camaradas que
antes eran "antiamericanos" y hoy lo siguen siendo; su estrategia en
este caso es clara. Pero los más jóvenes, los nacidos tras el fin de la guerra
fría, se definen de forma diferente pues se han desarrollado no en mundo de
"bloques", como ocurría hasta la caída del Muro, sino en el mundo
"global", donde los enemigos no son los "otros" sino los
que controlan tu propio "sistema", que forma parte del más amplio
mundializado. Y ese discurso sí que desarrolla de forma más natural en las
redes (incluido YouTube, como tv alternativa) que en las televisiones tradicionales,
que ya no pertenecen a esta generación más que en forma muy específica y
selectiva.
Es sorprendente que los políticos convencionales siguen agarrados a
la televisión como medio esencial, mientras que estos ejércitos de troles
manejan con soltura lo que es el presente de las comunicaciones, los medios
convergentes, que son altamente generacionales. Siguen sin entender la teoría y
la práctica de la comunicación, centrándose en grandes campañas desatendiendo
la realidad de los canales comunicativos y el valor de la "gota de
agua", es decir, del uso de los micromedios de forma constante a través
de estos ejércitos de voluntarios replicadores de información creados por todo
el mundo que repiten y difunden las informaciones salidas de los puntos
centrales hacia la periferia del sistema. No han entendido que significa una "red"
y cuál es su funcionamiento y eficacia.
La información de la BBC se cierra con la opinión de otro
experto, que no está de acuerdo con la idea de que la propaganda de las redes
sea poco eficaz:
Pero Peter Pomerantsev,
periodista y experto en Rusia, cree que los esfuerzos del gobierno están
orientados a confundir a la audiencia, más que a convencerla.
"Lo que están tratando de
aplicar es una especie de censura al reverso. No pueden censurar la información
que circula en la red, pero pueden desacreditarla con rumores y teorías de la
conspiración", le dijo al ucraniano Hromadske TV, un canal de televisión
público a través de internet.***
Si Vladimir Putin logra silenciar las voces internas
mediante la ley de los blogs y la presión de todo tipo sobre los autores y
además organiza estos ejércitos de troles cuya función, en el mejor de los
casos, es sembrar el desconcierto, conseguirá afianzarse en el interior e ir
influyendo en el exterior mediante diversas formas de apoyo y
desestabilización, directas o indirectas.
La más perjudicada en esto es, sin duda Europa en su
conjunto, pues los Estados Unidos tienen su propio escenario mediático con
suficiente solidez como para detectar las intromisiones externas de Putin.
Al-Jazeera intentó establecerse entre los medios norteamericanos y no se ha
vuelto a saber de ella desde hace mucho tiempo. Los millones invertidos no son
suficientes. Pero Europa no tiene ese potencial mediático y somos un objetivo
mucho más próximo en la creación de corrientes favorables a Rusia o, algo más
fácil, de corrientes contrarias a los que no son favorables a Putin.
En este último sentido, los medios europeos son mucho más
fáciles de asaltar por sus propios ejércitos de troles, algo que se puede
comprobar con facilidad si se observan con detalle y que son muchas veces
denunciados por los propios intervinientes. Asombra muchas veces el tiempo y energía
que muchos dedican a los foros, la saña con que se ataca a los que discrepan y
la constancia estratégica.
En España también se han realizado algunos reportajes sobre
este tipo de "ejércitos" encargados del descrédito del contrario.
Nuestro sistema político es tan proclive a estos enfrentamientos constantes que
no se desperdicia ocasión de jugar de esta manera tan poco clara a la política.
Entre troles y reclutadores yihadistas, las redes son un
escenario en el que pescar o, como decía con razón el periodista ruso Peter
Pomerantsev, el lugar en el cual se enturbian las aguas, el río revuelto en el
que los pescadores ganan sus piezas. A veces se gana porque te votan y otras
porque a los demás no les votan. Puede que no sea fácil convencer a la gente de
ir votar, pero sí desanimarla para que se quede en casa. Y a algunos les va
bien.
El problema es cuántos imitadores de Putin hay sueltos por
el mundo y cuántos nos podemos permitir. El mundo se nos llena de lodos, humos y tintas de calamar. Pensamos ingenuamente que la Sociedad de la Información traería más transparencia y lo que ha hecho es situar el centro de la batalla en la información. Quizá era lo más lógico.
*
"Russia Quietly Tightens Reins on Web With ‘Bloggers Law’" The New
York Times 6/05/2014
http://www.nytimes.com/2014/05/07/world/europe/russia-quietly-tightens-reins-on-web-with-bloggers-law.html
**
"Putin signs law forcing bloggers to register with Russian media
office" The Verge 7/05/2014
http://www.theverge.com/2014/5/7/5690410/putin-signs-law-forcing-bloggers-to-register-with-russian-media-office
*** "El "ejército de blogueros" que apoyan a
Vladimir Putin" BBC 21/03/2015 http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2015/03/150320_tecnologia_ejercito_troles_kremlin_finde_kv
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