Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
La
suspensión de las elecciones generales en Egipto introduce una nueva
circunstancia en la azarosa vida de la hoja de ruta hacia una extraña democracia. Mientras Egipto sigue
sacudido por las bombas diarias, la suspensión dictada por el Tribunal Constitucional,
aceptando una de las cuatro reclamaciones no parece que vaya a tener un efecto
de shock entre los votantes o las fuerzas políticas.
En un
momento en el que la mayor parte de los partidos políticos y coaliciones se
planteaban si acudir o no a estas elecciones, la suspensión no causa una
conmoción, como podría esperarse.
Tan
extraño es el asunto que hasta el diario Ahram hace sorprendentes suposiciones:
In response to one claim, the SCC ruled the
Elections Constituency Division Law to be unconstitutional, but rejected
another claim against a specific part of the text, deciding it was
constitutional. It did not accept two other claims due to procedural flaws.
These two lawsuits could be
filed again, without procedural shortcomings, experts told Ahram Online, give
reason to disband a new parliament after elections.
A lawyer who filed one of the
lawsuits, Mohamed Abdel-Wahab, said he would still file a case against the rest
of the laws "because the country cannot afford to spend billions on a
parliament that could be disbanded in the easiest legal way.”
Some even questioned whether the
legal loopholes in the elections laws were kept as a contingency plan to
disband the parliament for political reasons.
"The question is, if they
had the serious desire to form a well-established parliament, why leave
loopholes in the law that could open up doors for further complaints and
cases?” Abdel-Wahab said.
One of the rejected claims was
against the Parliamentary Election Law, which allows female MPs to change their
political party affiliation after being elected, while male deputies need first
to garner the approval of two thirds of the parliament to do so.
"This is basic and
obvious," Abdel-Wahab said. "If you have a constitution that states
that men and women are equal, then this kind of discrimination has to be
unconstitutional."
"We are repeating the
mistakes of the past with a deformed, unconstitutional parliament," he
said.
During Hosni Mubarak’s 30-year rule, the
parliament was disbanded in 1984, 1987 and 1990, after the SCC found the
election laws on which they were based to be unconstitutional.*
Sí, lo
han entendido bien: se aprueba una ley
electoral que contiene fallos "programados" por si a alguien se le ocurre
que es mejor disolverlo. ¿Les parece raro? Esto sí que es conspirar y no lo de Tsipras con el eje ibérico del mal. Los cuatro
precedentes de disolución del parlamento por declararlo inconstitucional hacen
ver que no se trata de hilar fino,
sino de seguir hilando. Aquí sí que es cierto que el que hace la ley hace la trampa, según el dicho. Ya la elecciones generales previstas bajo el gobierno de Morsi fueron suspendidas por los tribunales en 2013.
An Egyptian court on Wednesday ordered the
suspension of parliamentary elections scheduled to begin in April, opening a
legal battle likely to delay the vote and deepening the political crisis
between the Islamist president and his opponents that has polarized the nation
for months.
The new confusion surrounding the election
underlined the paralysis gripping Egypt, between political deadlock, infighting
among state institutions, a faltering economy and a wave of protests, strikes
and clashes against Morsi and his Muslim Brotherhood that has spiralled for
months around the country.**
Mal precedente, desde luego. Nada tranquilizador de lo que pueda ocurrir, aunque la situación no es la misma. Pero eso no significa que lo que pueda ocurrir sea mejor; solo será diferente. El final de Mohamed Morsi lo conocemos todos. Está en la cárcel, declarado él y los suyos terroristas.
Lo
cierto es que estas elecciones de 2015 no han tenido mucho convencimiento en su
convocatoria. El tercer paso de la hoja de ruta tras la defenestración de Morsi
es la que cierra el sistema egipcio.
Los pasos anteriores, constitución y presidente, han sido hechos a medida de
Al-Sisi, el punto clave, pero ¿qué hacer con un parlamento si se ha apostado
por la sisimanía como fórmula básica? La tercera pata cojea.
Hasta
el momento las leyes se han aprobado a golpe de decreto. Con un parlamento
nuevo, no debería funcionar de este modo. Sin embargo, la ley misma es una ley
que debilita a los partidos, que está hecha para el presidencialismo, con una
cámara de una gran debilidad política, que comienza, antes de nacer, a ser
cuestionada o de la que se recela.
Lo
interesante del argumento expuesto anteriormente por el demandante contra la
Ley Electoral es que presentó su demanda ante el temor de que alguien la
presentara con el parlamento ya elegido, algo que, según él, el país no se puede permitir. Hay que reconocer
que, tanto si es cierto como si no, presenta un atractivo maquiavélico que hace
empalidecer a todo tipo de paranoias. Tiene además el precedente de los casos ya
ocurridos, por lo que el plan no tiene que ser ni original.
Señala Ahram Online
que no es el único:
The election laws "held suspicion of
unconstitutionality from the very beginning,” Judge Abdel-Rahman El-Garhy told
Ahram Online.
Even the Elections Constituency
Division Law, which was on Sunday ruled unconstitutional in parts of its text,
could again be contested in front of the court from different aspects, he said.
He suggested that the laws be
presented to the SCC before being issued, to skip the high risk of the
parliament being disbanded after its election.
When the laws were still in
draft stage, many parties voiced opposition to the Parliamentary Elections Law,
which allocated over 70 percent of all seats to individual candidates.
According to the law, the
parliament is comprised of 567 seats. Up to 420 are elected as individuals,
while 120 are reserved for party lists. Five percent, or 27, of these seats are
appointed by the president upon recommendations from respective state councils
and professional syndicates.
At the time, critics said that
the system would weaken the influence of political parties, but allow wealthy
businessmen and influential local figures to use local patronage networks to
find their way into parliament.
“Parties and political forces
challenged the laws and all the arguments were presented, but the authorities
seem to have insisted on their point of view,” lawyer and constitutional expert
Essam El-Islambolli said.
Once a parliament is elected, its
members will have to vote on all laws issued by El-Sisi and his predecessor,
interim president Adly Mansour.*
Las denuncias realizadas por alguna prensa sobre irregularidades en las listas
electorales, que van desde antiguos miembros del régimen de Mubarak hasta el
uso del nombre del presidente en alguna lista, la extraña forma de realizar las
circunscripciones (que ha sido la reclamación aceptada), etc., hacen que solo
haya una conclusión posible: la
Ley Electoral egipcia es mala. Pero es mala
según se mire. Mala, ¿para quién?, se preguntarán algunos. Y eso es lo que
no queda claro después de lo expuesto.
Me da
la impresión que los partidos políticos se han dado cuenta que en Egipto se
está consolidando una especie de "movimiento", que es la única forma
en la que los militares entienden la
política. Transfieren su mentalidad
al país, al que le exigen que responda bajo una fórmula unánime, como el que
asiste a un desfile. El sistema es presidencialista
(podría haber sido de otra manera) y esto implica que el Parlamento tiene unas
funciones supeditadas a aquel sobre el que se ha construido la imagen del país.
Sisi es Egipto y Egipto es una unidad. No hay otra opción porque el discurso
nacionalista que se ha elaborado en torno al militar supone que se controlan
todos los recursos del Estado dentro de esta versión absolutista de la
política.
La
fragmentación del parlamento se logra mediante la peculiar división de los
escaños. Y la dominación surge de forma natural.
De los 567 escaños, 420 son "individuales", es decir, no de los partidos.
Para estos se reservan solo 120 que, teniendo en cuenta la cantidad de
políticos deseosos de ocupar un escaño, supone una lucha a muerte dentro de las
coaliciones. Esos 120 son para "todos" los partidos. El presidente se reserva 27 de
designación propia, que hará que muchos sueñen con conseguirlo por esa vía si
no lo consiguen por las otras. Es decir, es más rentable ser sumiso que lo
contrario. Le basta al presidente con tener la capacidad de nombrar directamente
para que aquello se convierta en una competición de afectos.
El
analista político Amr El-Shobaki, en esta línea, señalaba hace unos días en su artículo de
Egypt Independent, titulado "Deferred questions about Parliament":
As to the lists, it is impossible to include
all candidates in one list. It is healthier if they compete against one another and if the lists
truly reflect the political diversity of society, especially of the forces that
support the great uprising of 30 June.
And the political parties are weak, as they
could not come up with competitive lists and surrendered to the “In Love For
Egypt” list that is said to be backed by the government. This caused coalitions to collapse,
others were not able to collect enough candidates for their lists and yet
others were left with no choice but to join the “In Love For Egypt” list that
they think will win.**
Todo esto
se veía venir desde el principio, pero en esa debilidad va también la incapacidad de ejercer una crítica que
sirva para algo. Quizá la idea de que se han señalado los fallos de la ley electoral para evitar
que el parlamento pudiera ser disuelto más tarde no sea tan descabellada como
parece a primera vista parecía.
No
debemos olvidar que desde la época de Nasser, Egipto ha vivido en unos simulacros de democracia mantenidos con
este tipo de argucias. Mubarak se pasó gobernando treinta años con una ley de
excepción provisional. En este caso, la excepción era la regla. No ha habido
nunca una verdadera voluntad democracia, sino de apariencia democrática. Ni los militares ni la Hermandad han tenido
un verdadero deseo de democracia o el deseo de una democracia verdadera. El que
estaba en el poder lo usaba para garantizarse este tipo de situaciones si
hacían falta. Así es difícil lograr algo positivo para todos.
Lo que
cabe preguntarse —sin demasiadas perspectivas de aclaración— es si todo esto es
real —lo ha sido en el pasado, se ha
disuelto cuatro veces el parlamento— o forma parte de una ilusión sospechosa generalizada.
En mi
modesta opinión, no hay un verdadero deseo de autenticidad democrática, sino
más bien de una formalidad democrática.
Eso hace que se cometa el error de diseñar un sistema débil y manipulable
fácilmente, en vez de fortalecer la
democracia. Como bien se señalaba en Ahram Online, el nuevo parlamento elegido
debería ratificar las leyes sacadas por decreto y esos es siempre peligroso si
no se tiene un parlamento absolutamente adicto,
fiel a la causa presidencial. El
diseño hecho es para garantizar esa sumisión.
Lo
triste de todo esto que se siguen perdiendo ocasiones de mejorar el sistema. El
gobierno se siente, desgraciadamente, más a gusto en las situaciones de
conflicto, ya sea contra el terrorismo
o contra los traidores que intentando
dar espacio a la diversidad social, que hoy por hoy se disuelve en los límites
de la sisimanía. Es difícil que haya una sociedad democrática cuando todos los
movimientos se dirigen hacia una sociedad unánime,
dejando fuera a todo el que no participe de ese sentimiento.
Hay
demasiados malentendidos en la construcción de la democracia egipcia como para
que pueda funcionar a la larga. No hay perspectivas de pacificación social y sí
de lo contrario, de que la agitación irá en aumento. Los movimientos
islamistas, excluidos del proceso, no están dispuestos a dejar que se construya
nada que pueda cimentar la fortaleza del régimen. Saben que cuanto menos se
parezca el resultado a lo prometido, será mayor la erosión del sistema, algo
por lo que han apostado claramente. La cuestión para el país es ¿a dónde lleva
esto? A un bucle entre agresión y represión en donde ambos se justifican en el
otro. Es decir, lo que Egipto ha tenido durante décadas y que no le ha servido
para nada.
Se
avecinan tiempos de melancolía.
* "The
Egyptian parliament: Always on edge" Ahram Online 2/03/2015
http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/124328/Egypt/Politics-/The-Egyptian-parliament-Always-on-edge.aspx
** "Court suspends Egypt's parliament election" CBC News (Canadá) 06/03/2013 http://www.cbc.ca/news/world/court-suspends-egypt-s-parliament-election-1.1305844
***
"Deferred questions about Parliament" Egypt Independent
26/02/2015
http://www.egyptindependent.com//opinion/deferred-questions-about-parliament
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