Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Es
difícil encontrar un grado mayor de cinismo. Es probable que solo Putin y algún
otro se atreviera a dar una respuesta como la que ha dado el jefe responsable
de los forenses egipcios tras la investigación sobre la muerte de la activista
Shaimaa El-Sabbagh a causa de los disparos de la Policía mientras iba a llevar
flores a los mártires dobles —de entonces y de ahora— de Tahrir.
Hasta
el diario Al-Ahram Online ha puesto comillas al titular, incapaces de soportar una
vergüenza de este calibre: " Police birdshot killed activist
El-Shabagh because 'she was too thin': Egypt forensic spokesman".
¡Insólito! Primero te matan y después se burlan.
Señala
Ahram Online:
An Egyptian leftist activist shot by police
with birdshot in January died "because she was too thin," a spokesman
for the forensic medicine authority said on Saturday.
Hisham Abdel-Hamid said that the 33-year-old
Shaimaa El-Shabagh had "no fats, so [birdshot] particles easily penetrated
into her heart and lungs causing her death."
"She was not supposed to die…this is an
extremely rare case," Abdel-Hamid told a news show on private television
channel Sada El-Balad.
"It is impossible that small-particle
birdshot from an eight-metre distance kills…But this is her fate," he
added.
Abdel-Hamid continued to explain that the
person standing next to El-Sabagh in the protest was not killed despite being
shot in the neck as he had "a layer of fat."*
Los
forenses egipcios —grandes especialistas en examinar virginidades para
determinar si la han perdido durante las protestas antigubernamentales; grandes
especialistas en la exploración de esfínteres anales, también para expedir
certificaciones sobre homosexualidad— han determinado que el destino de Shaimaa El-Sabbagh comenzó a torcerse cuando empezó a perder peso. ¡Si se hubiera
dedicado a comer en vez de a la política! ¡Si hubiera hablado menos por tener
la boca llena! Su destino, nos dice ese genio del arte forense llamado Hisham
Abdel-Hamid, esa mente preclara, estaba marcado por el ritmo angustioso de la
báscula.
Ese "pero
era su destino" debería ponerse en la entrada de los aeropuertos,
carreteras y puertos de Egipto, la madre
de la Humanidad. Deberían saberlo todos los que allí llegan. Deben saber
todos que hay que ir a Egipto bien
comidos, no sea que la bala que el destino ponga en tu camino te pille con
el estómago vacío, con las costillas marcadas y aquello que en otros se salda
con una pequeña incidencia, casi una
tirita, se pueda convertir en tu muerte, insha'Allah.
En
Egypt Independent también dan cuenta del insulto del forense a la inteligencia,
a la vergüenza y a la historia:
Bird shot is not deadly if shot from a long
range, but an activist killed by those shots in January by police, was “too
skinny” to survive them, said Egypt’s top forensics official.
Activist Shaimaa al-Sabbagh, from the Socialist
Popular Alliance, was shot dead during a symbolic march in Downtown Cairo on 24
January that marked the fourth anniversary of the 2011 uprising against former
President Hosni Mubarak. A police officer was referred to criminal court
earlier this month for her death.
Hesham Abdel Hamid, head of Egypt’s Forensic
Medicine Authority, told Sada el-Balad’s Ahmed Moussa on Saturday that forensic
reports concluded Sabbagh was shot from 8 meters away, which would not be
deadly in normal cases.**
¡Increíble! Primero se detuvo a un compañero de la víctima,
acusándolo de su muerte, mientras había ido a declarar. Los jueces no quisieron
pasar por esa vergüenza y lo dejaron libre. Las evidencias fotográficas,
videográficas y los testimonios de los presentes no dejaban lugar a dudas: el
policía le disparó a muy corta distancia. Está registrado el disparo y la
caída. Por eso se trata ahora de pasar de forma ridícula e insultante la responsabilidad
a la víctima. Estaba "demasiado delgada"; era su destino. En "normal cases", dice la noticia, no habría
muerto. ¿En circunstancias "normales"? ¿Qué tiene de
"normal" que te disparen?
Egipto está pagando las contradicciones de su presente, un
momento en el que salen de las cárceles, liberados de cargos, los antiguos
represores, aquellos contra los que se sublevó el pueblo egipcio. Pero no, no
era el "pueblo egipcio" según las últimas versiones. Eran islamistas y simpatizantes dispuestos a
amargarle la vida al buen padre
Mubarak, digno servidor de la patria. Egipto racionaliza sus propias fantasías
hasta que no ya pueda aceptar más incongruencias, contradicciones y
desvergüenza.
Están salvando la dignidad
nacional los muertos, los que cayeron entonces y ahora por un futuro mejor.
Los que ahora están son los mismos que estaban y el informe del forense es la renuncia
definitiva al futuro. Es la misma justificación con la que se encerrado, se ha
hecho desaparecer, se torturado.
Las palabras del presidente al-Sisi sobre los derechos
humanos —me encantan, pero no por ahora—,
las palabras del ministro de Justicia Transicional y Reconciliación Nacional
(¡sí, han leído bien!) diciendo que se están ocupando del "80%" de
las "observaciones" de Naciones Unidas, pero que el restante 20% no
lo cumplirán por "cuestiones religiosas y valores nacionales", suenan
a burla ante el informe del Forense Jefe. ¿Es la mezcla de fatalismo y
desfachatez un valor nacional?
En Egypt Independt, en enero de 2012, un año después de la
revolución del "25 de enero", se entrevistaba al nuevo jefe de FMA,
la Autoridad Médica Forense, Ihsan Kamil Gorgy. La entrevista se hace mientras
llegan gritos desde la calle; son los familiares de los muertos en esas fechas
turbulentas del periodo entre la caída de Mubarak y el futuro ascenso de Morsi.
Son muertos en los enfrentamientos con policías y militares, un periodo que al
Egipto actual no le gusta recordar pero que forma parte de su historia. El
teléfono, contaban en la entrevista, no paraba de sonar en el despacho forense:
The scene isn’t much calmer outside the
building. A group of Ultras (football fanatics) have just walked away. Earlier
they had protested angrily while waiting for the body of one of their comrades
to be released from the morgue. Mohamed Mostafa was killed in the last round of
violence with military personnel near Tahrir Square in December. From his
window on the second floor, Gorgy could hear the crowd shouting in reference to
the killing: “This is disgraceful, you infidels!”
“If I were in their position, I would do the
same thing,” says the 58-year-old Gorgy. “Families come here in anger and
assume that I am part of the regime and that my job is to protect that regime. But
I consider myself only a forensic doctor.”
In early May, Gorgy was appointed as chief
forensic doctor, succeeding Ahmed al-Sebai in a step widely seen an attempt to
purge the Forensic Medicine Authority (FMA) of remnants of the old regime. With
his Upper Egyptian accent, the Assiout-raised Gorgy says he takes it upon
himself to reverse the FMA’s “bad reputation.”***
Pero el ambiente postrevolucionario no es el que se vive
ahora, absolutamente involucionista. El Forense Jefe contaba cómo había tenido
que contradecir los informes policiales y certificar que los muertos lo habían
sido por heridas de bala de los cuerpos de seguridad que disparaban en la calle
y desde los tejados. Como profesional, trataba de luchar contra esa "mala
reputación" que ha servido de tapadera a los crímenes del régimen.
La absurda explicación de la muerte de Shaimaa El-Sabbagh dada
por el Forense actual, demuestra que pronto se ha vuelto a las viejas prácticas
encubridoras de los crímenes institucionales, que el Estado desea una sola voz
y una sola versión de lo que ocurre en las calles. De los veinte muertos en la
avalancha provocada por el cerco policial y los gases lacrimógenos, producida
hace unas semanas, también se ha responsabilizado a los islamistas infiltrados.
Sin embargo, lo que las cámaras mostraron no tiene nada que ver con esa
versión. La policía los arrinconó y después les lanzó las granadas de gas. En
la estampida se mataron por asfixia. Pero nadie es responsable oficialmente de
lo que ocurre, de ninguna muerte. Es el
destino.
En el artículo de principios de 2012 se recordaba el papel
de la policía y las versiones de los forenses sobre la muerte de Khaled Saeed:
The integrity of the forensic body came into
question after forensic doctors released the infamous report on Khaled Saeed,
the young man from Alexandria who was tortured to death by two policemen in June
2010. While the photograhs of his deformed face and broken jaw went viral in
the media, the FMA said that he had died of asphyxia after swallowing a bag of
narcotics. The FMA was accused of twisting realities to acquit Mubarak’s
police.
Both Refai and Gorgy hold that this report
manifested several technical flaws. First, examiners violated international
protocols by not taking pictures showing the wounds. Second, they did not make
all the necessary medical tests.
The public outrage that Khaled Saeed’s death
elicited is now considered a prelude to the 25 January revolution.
“The society and the state should realize the
[FMA] influenced all court rulings, and hence should look into what is needed
to improve its performance and credibility,” says Abdel Hamid.***
El asesinato de Khaled Saeed, en efecto, fue el detonante de
la vergüenza. Pero Egipto llevaba entonces treinta años haciendo chistes sobre
Hosni Mubarak. Hoy los chistes contra la autoridad están mal vistos y los
cómicos y críticos tienen callar, emigrar o arriesgarse a ser considerados
traidores, conspiradores islamistas u occidentales, que ya no se sabe qué es
peor.
A Shaimaa El-Sabbagh, nos dice el forense, la mató su delgadez; era su destino, señala. Ya habían avisado que la retórica previa apuntaba a considerar atenuantes en la actuación policial, pero nadie se esperaba algo así, tal desfachatez. Desde este momento se pueden abrir cráneos por tener los huesos frágiles, morir de asfixia por tener poca capacidad pulmonar o cualquier otro aspecto que la fértil imaginación egipcia considere. Es el destino; no hay otra.
El informe de la autopsia de Shaimaa al-Sabbagh, de la que el presidente
dijo que la consideraba una hija —también Mubarak consideraba sus hijos a todos
los egipcios—, es un insulto a su memoria y a la de todos.
Solo nos queda honrar la memoria de Shaimaa El-Sabbagh, de
su familia. Recordarla unida a los que realmente levantaron la cabeza para
decir con orgullo que querían más libertades.
*
"Police birdshot killed activist El-Shabagh because 'she was too thin':
Egypt forensic spokesman" Ahram-Online 22/03/2015
http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/125838/Egypt/Politics-/Police-birdshot-killed-activist-ElShabagh-because-.aspx
**
"Top forensics official: Slain activist was too skinny to endure bird
shot" Egypt Independent 22/03/2015
http://www.egyptindependent.com//news/top-forensics-official-slain-activist-was-too-skinny-endure-bird-shot
***
"In Egypt's forensic medicine authority, a revolution" Egypt
Independent 04/01/2012
http://www.egyptindependent.com/news/egypts-forensic-medicine-authority-revolution
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