Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
La
revista Rolling Stone ha despertado la indignación de muchas personas al
dedicarle su portada a Dzhokhar Tsarnaev, el terroristas superviviente del
ataque a la Maratón de Boston. La portada es un espacio especial en una revista
y muchos han pensado que no era el lugar adecuado para que una beatífica imagen
del terrorista se luciera. Les parece a muchos que es una ofensa a las personas
que fallecieron, a los heridos y a sus familiares, en general, a la misma
ciudad de Boston.
No
discute nadie que se difunda información, cuantos reportajes o artículos se
quieran dedicar a analizar, describir o interpretar el suceso. Todos los
hicieron y no supuso ningún problema. Pero las portadas son otra cosa: un
espacio relevante, en muchas ocasiones honorífico, desde el que se saluda al mundo,
visible en todos los kioscos, en los
espacios públicos.
La
autoridades de la ciudad de Boston han sido muy claras, según recoge la BBC:
Boston Mayor Thomas Menino said on Wednesday
the Rolling Stone was "ill-conceived, at best, and reaffirms a terrible
message that destruction gains fame for killers and their 'causes'".
Boston City Council President Stephen Murphy
said the cover was "disgusting".
"Rolling Stone has marketed Tsarnaev as a
hero, a misunderstood teen, a product of two incompatible cultures," he
said in a statement.*
El "efecto portada" es grande y peligroso. Supone
ceder el protagonismo. Desde la portada, se reinterpreta el contenido del
artículo. Sí juzgamos los libros por la portada, a pesar de lo que señale el
dicho popular. Y la revista Rolling Stone ha sido juzgada por su decisión de la
portada y, desde ahí, en una condena en cadena. ¿Injusto? Puede que sí, pero no
estamos hablando aquí de "justicia", sino de componentes emocionales.
La gente no tiene la "obligación" de ser "justa".
Simplemente se manifiesta en su rotundidad emocional, todavía sacudida por el
impacto de las muertes, heridas y amputaciones.
Las declaraciones de condena se suceden. Y se recogen de comercios, supermercados, farmacias, etc. —todos los lugares en los que
la prensa se exhibe y vende en los Estados Unidos— que no quieren tener en sus
estantes y mostradores la portada con un Dzhokhar Tsarnaev, que algunos ya han señalado que les recuerda una antigua
portada dedicada a un icono pop, Jim Morrison", el carismático cantante de
The Doors: "Some likened the picture of the suspect, which he
posted online himself, to an old Rolling
Stone cover featuring Jim Morrison, lead singer of The Doors."*
Acabo de visitar la página de la revista en Facebook y le
han colocado una contraportada con la imagen de Sean Collier, el agente de
policía que murió en Boston y que fue objeto de múltiples homenajes. La
fotografía nos muestra el rostro del policía, sin más detalles, bajo el
logotipo clásico de Rolling Stone. Pronto ha sido reenviada miles de veces. Es
la forma de decirle a Rolling Stone que las portadas se deben dedicar a otras
personas.
Nick Bryant, el corresponsal de la BBC en Nueva York, en su
análisis de la noticia, señala:
Had this picture appeared on the front cover of
a news magazine, like Time or Newsweek, there would not have been a social
media backlash. Indeed, the same portrait featured prominently on the front
page of the New York Times in May without controversy. Rolling Stone is
different because it's done so much over the decades to shape American popular
and celebrity culture.*
Rolling Stone es una revista que durante décadas ha
mantenido una tradición icónica con sus portadas, dedicadas a miembros
relevantes de la música, el cine o la cultura. Hoy ha pagado esa tradición de "celebridades" en sus portadas. No era el lugar para Dzhokhar Tsarnaev, al que no quieren recordar sino olvidar. Sin embargo, no es la primera vez que la revista le dedica su portada a un asesino: lo hizo en su número 61, en 1970, con la portada dedicada a Charles Manson. Su título fue "A Special Report: Charles Manson. The incredible story of the most dangerous man alive". Aunque hoy la revista ha utilizado la palabra "monster" en la portada, parece no haber sido suficiente. La mirada inquietante de Manson no es la del "delicado" adolescente Tsarnaev.
La revista Boston, cuando se produjeron los atentados,
realizó una hermosa portada dedicada a la ciudad en pleno, mostrando la unión
con las víctimas y de todos los ciudadanos. Mostraba un gran corazón realizado
con zapatillas usadas de deporte. En el centro, una frase sin ningún tipo de estridencia
tipográfica: "We will finished the race. The stories behind these shoes begin on page
70". Es difícil decir más con menos. La tentación de las fotos truculentas está siempre presente, pero unos ceden a ella y otros no. La revista Time, por ejemplo, ilustró su portada con la fotografía de un niño asustado, con sangre en la cabeza, en manos de un agente de polícía. También una decisión discutible.
Quizá ha sido un error estratégico llevar a la portada de la
revista la fotografía de un terrorista. La comunicación no es nunca fría y
analítica y menos cuando se conjugan en ella la muerte y el terror, el dolor y
el rechazo. No tiene sentido plantearse la cuestión desde la información, sino
desde la emoción. El efecto llamativo que buscaban producir con la portada
—usando la misma foto con la que el terrorista se mostraba en la red— se ha vuelto
contra la publicación. Puede que las razones en contra que se esgriman sean
excesivas, radicales, insultantes, pasionales, etc.; ninguna justifica el error
de cálculo. El mejor o peor periodismo que hayan realizado con su reportaje se
verá oscurecido por la portada, de la que seguro que ya se han arrepentido,
aunque tengan que defenderla a capa y espada. La relevancia de una información se puede explicar, incluso justificar; pero una portada es siempre una elección.
Ellos tenían el derecho a hacerlo, sin duda. También el de "equivocarse".
El error comunicativo es distinto del informativo. Puede que su material sea
valioso, pero no es eso lo que la gente les discute, sino la forma y la
oportunidad. Comunicar es siempre algo entre dos.
*
"Rolling Stone defends Boston bomb suspect cover" BBC
http://www.bbc.co.uk/news/world-us-canada-23351317
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