Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Dice
Ahmed Shafiq, siempre un tipo raro, que
se lo ha pensado mejor y se retira de la carrera presidencial egipcia, que como
ya sabemos es un trayecto de alto riesgo y empinado. Al pobre coronel que se le
ocurrió presentarse, le han caído unos cuantos años de cárcel, algo que convierte
en legendario. Nunca se reconocerá el valor del coronel Ahmed Qonsowa,
detenido, juzgado y encarcelado por proponerse como candidato presidencial con
el uniforme puesto. Hay que decir que el hombre llevaba años intentando
renunciar, pero en el ejército egipcio estas cosas no se admiten así como así,
sobre todo si saben que le vas a disputar el puesto al Jefe.
A
Shafiq también le han pasado unas cuantas aventuras desde que en su refugio en
Emiratos Árabes Unidos se le ocurrió —por lo que pudiera pasar— grabar un vídeo
que quedo como "plan B" por si le pasaba algo. El vídeo quedó en
manos de su hija, en su teléfono para ser más precisos. Por algún extraño
principio, el vídeo acabó en la cadena Al-Jazeera, que es el enemigo que
saudíes, egipcios, jordanos y emiratís han elegido. En el vídeo, Shafiq se
quejaba de haber sido secuestrado por su intento de presentación. Después de
varias peripecias rocambolescas, Shafiq acabó expulsado o no se sabe bien como
en un Egipto que donde es sospechoso de no se sabe bien qué. Recordemos que
Shafiq fue el último primer ministro de Mubarak antes de su caída y que se
presentó a la presidencia frente a Morsi. Perdió y se fue. Ahora dice que no lo
ve claro. Sería el único en ver algo claro allí.
La
noticia de la salida de Shafiq de la carrera presidencial ha llegado hasta El
Mundo, de la mano de Francisco Carrión, prácticamente el único informante de lo
que ocurre por allí. Escribe Carrión:
El militar retirado -que perdió
por estrecho margen ante el islamista Mohamed Mursi en las elecciones 2012- ha
protagonizado la vida política egipcia desde finales del pasado noviembre,
cuando anunció su intención de disputarle la presidencia a Al Sisi en una
entrevista con Reuters. Poco después, las autoridades de Emiratos Árabes Unidos
-que le habían proporcionado refugio desde 2012- le deportaron a El Cairo.
En una extraña entrevista
telefónica, concedida a un canal de televisión local tras su regreso a Egipto,
Shafik negó haber sido secuestrado o retenido por el régimen egipcio en un
lujoso hotel de las afueras de El Cairo. "Todo está en orden. He podido
verle y no hay ningún proceso legal abierto contra él. De momento, no puedo dar
más detalles", señaló escuetamente a EL MUNDO su abogada Dina Adli. Desde
entonces, no se le había visto en público. Tampoco había concedido entrevistas.
Ya entonces Shafik abrió la
puerta a congelar sus aspiraciones. Una retirada confirmada este domingo que
deja expedito el camino al actual presidente y ex jefe del ejército, que
buscará su segundo mandato y revalidar el éxito del 96,9% de los sufragios
obtenidos en la cita de 2014, ensombrecida por una amplia represión y la baja
participación. Sin Shafik en la carrera, Al Sisi, de 63 años, carece de rivales
serios.
De momento, el único que ha
anunciado sus ambiciones de retarle en las urnas es Jaled Ali, un abogado izquierdista
de 46 años que ya participó como candidato en los comicios de 2012 y que
aglutina a los activistas que desalojaron del poder a Hosni Mubarak desde la
plaza Tahrir de El Cairo en febrero de 2011. "El régimen puede tratar de
robar el futuro de su pueblo pero nada es para siempre", deslizó el
letrado en una reciente entrevista con este diario. Su único escollo es la
sentencia de tres meses de cárcel por insultar a la judicatura cuyo recurso ha
sido aplazado hasta marzo, probablemente en plena precampaña electoral.*
Shafiq,
como todo lo que surgido de los militares egipcios controladores de la política
y la economía egipcias, es un personaje oscuro. Siempre se tiene la impresión en
los acontecimientos en Egipto que solo cuenta lo que ocurre entre bambalinas.
Se retira y todos nos quedamos con ganas de que nos cuente lo que deberá explicar,
pero eso es mucho pedir y, sobre todo, atípico. Shafiq es un hombre del régimen
por más que sea un rival interno del régimen. Sin apoyos de la institución
militar (además de las económicas, ya que las políticas son comparsas) no se
presenta un miembro del régimen.
La
presencia de Shafiq en las elecciones habría sembrado desconcierto entre el
electorado que está acostumbrado a situaciones maniqueas y caudillistas, a un nosotros frente a un ellos, sin saber muy bien quiénes son
unos y otros. También el coronel encarcelado habría desentonado en la nitidez
clarificadora que el votante requiere. Cuando al-Sisi se presentó, los diarios
egipcios recogieron el caso de un votante que quería que se presentara siempre.
Descubrieron que había dicho lo mismo cuando ganó Morsi. Quería votar una vez
en la vida y ¡que dejaran de marearlo!
Cuando
Francisco Carrión entrevistó al candidato Khaled Ali para El Mundo, este le
describió así el régimen de Al-Sisi: «R.- Éste es un régimen cercano al salafismo. Entre
Al Sisi y los ultraconservadores no hay grandes discrepancias. Existe un
intento continuado de bloquear cualquier libertad y perseguir a novelistas o
cineastas.»**
El caso de Khaled Ali da para hacer una de esas
comedias bufas que tanto gustan a los egipcios. Un tribunal asistido por
expertos de la defensa y la acusación están tratando de determinar si lo que
llamamos en su momento el "dedo díscolo" de Ali tenía un forma
insultante o es solo una manipulación editada por sus enemigos para que los
jueces lo aparten de la carrera presidencial.
El caso es realmente insólito y no me resisto a recoger
la descripción realizada por Egypt Independent:
One of
the videos submitted to court as evidence against the lawyer allegedly shows
him carried by protesters and leading chants outside the Supreme Administrative
Court, after it issued a ruling stating that Tiran and Sanafir islands were
Saudi Arabian territory.
In the
video, Ali appears to raise his middle finger towards the Supreme
Administrative Court, following their controversial ruling.
Ali had
previously denied making obscene gestures, claiming that the videos submitted
to the prosecution as evidence were edited.
He also
claimed that the case against him is a political move made in response to his
presidential bid, and the lawsuit he previously filed seeking to invalidate the
maritime demarcation deal with Saudi Arabia.
The
three witnesses who attended to court on Wednesday, Mohamed Samy, Safaa
Elleithy and Magda Khairallah, are editorial experts and cinema directors.
Samy
affirmed to the court that the video showing Ali making an indecent gesture was
clearly edited, saying a middle finger was edited onto Ali’s left hand.
The
judge asked Samy for his opinion in the report of the Union of Radio and
Television (Maspero) experts, which argued that the video cannot be
manipulated.
Samy
replied saying that there were hundreds of specialized technical programs in
video editing, adding that even before the emergence of these programs there
were deception techniques used by directors in films.
The two
other witnesses reaffirmed Samy’s opinion, saying that an additional finger is
edited onto Ali’s hand in the video. The added finger has a lighter color than
the rest of Ali’s fingers and is disproportionately larger in proportion to the
size of his hand.
Ali
further elaborated his thoughts on the forces driving the move, explaining that
Sada al-Balad Channel – which originally broadcast the video – was owned by
businessman Mohamed Aboul Enein.
Ali
revealed he has a dispute with Aboul Enein, as Ali represented a number of
former workers of the channel in lawsuits against it.
In
court, Ali said that television host Ahmed Moussa, who broadcast the video on
his program on Sada al-Balad, had previously broadcast fake videos.
“They
are [fabricating videos] against me because I am the lawyer of workers,” he
told the judge. “This case was fabricated because I plan running for
president.”
Initially,
it was lawyer Samir Sabry who filed a lawsuit against Ali to the Attorney
General’s office, accusing him of making a gesture with his middle finger
publicly.***
Según
parece, los que manipularon el vídeo lo hicieron de forma ostentosa para que no
hubiera dudas. Se les fue la mano. Hay que imaginarse las deliberaciones de los
expertos, las preguntas del tribunal, las explicaciones... El dedo de Ali
deberá pasar a la historia de los dedos presuntuosos, de los dedos
extraordinarios. No es el dedo acusador, sino el dedo acusado.
Al que
le cuenten que directores de cine y expertos en edición de vídeo están
comprobando si el dedo insultante es real o es fruto de una chapuza de efectos
digitales de edición; al que le cuenten que, por la otra parte, declaran los
expertos de las televisiones estatales que juran que el dedo es real...
probablemente no lo creería.
Pero está ahí; es historia. Son delicias electorales egipcias.
*
"El ex primer ministro Ahmed Shafik renuncia a concurrir en las elecciones
presidenciales" El Mundo 7/01/2018
http://www.elmundo.es/internacional/2018/01/07/5a52422a46163f557a8b45ef.html
**
"Al Sisi es un dictador atípico que ha terminado regalando su propia
tierra" El Mundo 5(01/2018
http://www.elmundo.es/internacional/2018/01/05/5a4e547122601d7f338b45d3.html
*** "Khaled Ali’s appeal against prison sentence
is adjourned again" Egypt Independent 4/01/2018
http://www.egyptindependent.com/khaled-alis-appeal-against-prison-sentence-is-adjourned-again/
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