domingo, 30 de junio de 2024

Día negro

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

De los crímenes machistas se va modificando el perfil. Tratamos de ponerles etiquetas que debemos modificar por la naturaleza más amplia de los crímenes. Lo que antes era cuestión de género, se va ampliando a los hijos, a los demás miembros de familia, a todo lo que se pone por delante con una violencia desatada, cruel, absolutamente irracional y fría.

Los políticos ponen el énfasis en varios puntos que les afectan a ellos: denuncias previas e inclusión en el programa de protección VioGén. Es lo primero que señalan los medios en una repetición tópica. Un caso sin denuncias previas y fuera del sistema de protección es una especie de exención de responsabilidad. ¿Cómo lo iban a saber?, parecen decirnos. Lo malo es cuando las víctimas, como ocurre algunas veces, sí están el programa. Quizá haya que revisar el programa de protección.

Puede que en otros campos, la ineficacia sea menos dañina, pero en este lo es hasta extremos insufribles si se da un día como el de ayer: "Cuatro mujeres y dos niños han sido asesinados en tres crímenes machistas en menos de 24 horas en diferentes municipios de España, concretamente en Las Pedroñeras (Cuenca), Zafarraya (Granada) y Fuengirola (Málaga)"*, nos dicen en RTVE.es.

24 horas antes titulábamos aquí "La hora de la acción frente a la violencia de género". Creo que, desgraciadamente, se entenderá mucho mejor lo que queríamos decir llamando a la participación de todos. Esto es un problema para los políticos, no un problema político sino profundamente social, de comportamientos, transmisión de modelos y de respuestas.


Tres casos de crímenes de estas características en un solo día es un indicador de algo más que de sincronía. Quizá abusamos de las explicaciones genéricas y eso nos impide desarrollar modelos de análisis más ajustados a la realidad que nos permitan evitar una parte de estos crímenes horrendos que se realizan ante nuestras miradas cada día y que tienden a concentrarse. Quizá la imagen idílica que los propios políticos venden de sus logros nos impiden ver con claridad algo que sigue un patrón de violencia. Quizá los árboles no nos dejan ver el bosque.

Los políticos no han tardado en hacer ver que se ocupan y preocupan:

La ministra de Igualdad, Ana Redondo, ha calificado la jornada como "un día negro" y "terrible para la sociedad española en general". Además, ha advertido que el negacionismo de la violencia machista "es muy peligroso" y que "hay que condenarlo todos los días", ya que la violencia de género es "estructural" y dificulta que se avance hacia la igualdad con "más agilidad".

"Estamos muy preocupadas", ha asegurado cuando los periodistas le han preguntado por los crímenes, antes de participar en una reunión con colectivos LGTBI de Castilla y León que se ha celebrado en la sede de la Delegación del Gobierno de Castilla y León, en Valladolid.

La ministra ha asegurado que su departamento y la delegada especial contra la Violencia de Género, en particular, están "muy pendiente de esta investigación" aunque no ha dado más datos y ha recordado que el próximo 4 de julio se ha convocado un comité especial para valorar estos casos.

Desde el PP, su presidente Alberto Núñez Feijóo, ha trasladado su solidaridad a las familias de las víctimas. "Luchar contra esta lacra con políticas eficientes y recursos suficientes es una obligación de todos", ha escrito en un mensaje en la red social X.*

Sorprendente acumulación de tópicos por parte de la Ministra. No dice nada, pero eso sí, se reunirán pronto. Mientras, la noticia de los asesinatos, de mujeres, sus madres, los hijos... queda tapada por las de la Eurocopa. ¡Menos mal!

La sensación de impotencia ante estos crímenes que empiezan a desbordarnos y ante lo que solo practicamos la "contabilidad comparada", más o menos que en otro periodo de tiempo y poco más, es cada vez menos ocultable. Minutos de silencio, indignación contenida y la esperanza de que el próximo no toque en la misma localidad. No hay mucho más por ese mal entendido de la "intimidad", que describíamos hace apenas unas horas.

Está meridianamente claro que el conocimiento de la "teoría" no supone la prevención de la práctica. La violencia necesita ser explicada, diseccionada, más allá de las apelaciones "estructurales" que no resuelven los casos posibles, que no sacan a las víctimas de sus miedos ni a los asesinos de sus actos.

La repetición de patrones de comportamiento debería permitirnos comprender mejor lo que ocurre y lo que podríamos evitar. Las campañas que se ponen en marcha no resuelven mucho y es necesario ir a las causas reales, a aquellas que pueden ser detectadas para la prevención. Para eso es necesario comprender, desmenuzar todos los casos que se producen y hallar pautas de riesgo.

Es sorprende que el mundo académico, tan interesado en muchos problemas sociales, no dedique una mayor profundización en este campo, algo esencial para llegar a entender este fenómeno, cada vez más amplio en su reparto de edades, geográfico, etc.

La muerte de una mujer y sus dos hijos cuestiona el propio sistema VioGén en el que estaba. ¿Qué sentido tiene un programa cuya función es proteger a las mujeres si esto no ocurre? La repuesta tópica sobre el aumento de la violencia es que "ahora se denuncia más". Si no se puede proteger con eficacia a las mujeres, ¿dónde está la solución?


El amplio abanico de edades en el reparto de la violencia nos muestra la caída de otro tópico, el generacional. En estos tres crímenes han asesinado por encima de los 70 años y con poco más de 30.  El aumento de violencia sexual en los colegios ha hecho descender las edades se los abusos a edades cada vez más tempranas. Aquí el obstáculo es la idealización de la infancia, a la que vemos a través de un filtro. Sin embargo, lo que se está transmitiendo es que por debajo de ciertas edades puedes hacer lo que quieras porque eres "inimputable". El que es capaz de ser violento en esas edades, sin embargo, es capaz de hacerlo después. Tampoco tenemos datos sobre esta posibilidad, ¿hay reincidencias?

Necesitamos mucha investigación para poder comprender y después aplicar medidas efectivas. Necesitamos comprender cómo ciertos comportamientos que nos pueden parecer inicuos pueden manifestarse bajo ciertas circunstancias. Debemos aprender a comunicar correctamente los casos de violencia para evitar su normalización mediática. Necesitamos entrar en esas familias que producen personas violentas, personas que son incapaces de negociar situaciones y que lo resuelven mediante el asesinato. Necesitamos entrar en sus mentes no con tópicos sino con mente abierta para conocer el origen de su enfermedad.

Y hay que denunciar, como bien señala la Ministra, el negacionismo de la violencia contra las mujeres. Esto va más allá de un problema de igualdad. Es una cuestión de vida o muerte al que no nos podemos resignar. Hacen falta todos los esfuerzos, todas las conciencias.

* "Asesinadas cuatro mujeres y dos niños en tres crímenes machistas en Las Pedroñeras, Zafarraya y Fuengirola" RTVE.es https://www.rtve.es/noticias/20240629/asesinadas-crimen-investigan-caso-violencia-machista-zafarraya-fuengirola-pedroneras/16167920.shtml

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.