Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Lo que
resulte del choque entre dos personalidades como las de Recep Tayyip Erdogan y
Vladimir Putin es imprevisible, pero si tenemos que apostar por alguien lo
haremos por este último. Putin no pierde batallas. Y sobre todo no tiene las
debilidades que el presidente turco tiene por abuso reiterado. Nadie olvida las jugadas de Erdogan,
aunque le vayan saliendo. Erdogan es visto por muchos como un mal necesario y circunstancial.
Hace
unos días hablábamos aquí de cómo Erdogan utiliza las debilidades europeas en
la cuestión de los refugiados para dar sus golpes de mano en el interior de
Turquía, recortando libertades, deteniendo periodistas, desmantelando una tregua para mantenerse en el
poder. La prensa turca tiene desgraciadamente la misma percepción. Digo
"desgraciadamente" porque Europa sigue perdiendo "imagen"
de apoyo a las libertades por sus relaciones forzadas con figuras autoritarias
como Erdogan.
Creo que no se valora suficientemente esta imagen de Europa, lo que se espera de ella, su
valor como apoyo a la democracia en el mundo. La tibieza es el peor de los vicios
políticos; solo siembra recelo y desconfianza. Europa tiene que ser firme y clara en esto. Y con Erdogan lo es a ratos. No es el mejor mensaje que en el peor momento del gobierno de Erdogan en lo referido a los derechos humanos, Europa vuelva a darle esperanzas de integración a una Turquía que tiene que deshacerse de él y sus prácticas para mantener unos estándares democráticos creíbles. Pero Europa se muestra débil ante Erdogan que tiene el mango de varias sartenes en la zona. Juega además con ello para aumentar su prestigio dentro de una mentalidad que le valora en función de su fuerza ante el exterior, reivindicando el nacionalismo y querer ser la potencia dominante en la zona.
Esta debilidad percibida la señala
el diario turco Today's Zaman con el
titular "EU
weakens criticism of Erdoğan in return for refugee agreement":
The EU will turn a blind eye to the perpetual
deterioration of freedoms in Turkey, despite the arbitrary arrest of one of the
country's most respected journalists this week, particularly at a time when it
needs Turkey to sign an action plan to stem the flow of Syrian refugees.
The latest victims of President Recep Tayyip
Erdoğan's recurrent blows to media freedoms were editor-in-chief of the
Cumhuriyet daily, Can Dündar, and the paper's Ankara representative Erdem Gül.
The duo was arrested on charges of being
members of a terror organization and of espionage, following a complaint lodged
personally by Erdoğan over their reporting on Turkish intelligence trucks
allegedly carrying weapons to radical groups in Syria.
The charges could see them spend life in
prison.
However, what is more damning than the
arbitrary imprisonment of a journalist for writing an article is that Erdoğan
said on live television that he “believed” that the individual who undertook
the exclusive story would “pay a heavy price.” “I won't leave it at that” he
said in a televised interview with pro-government reporters in a television
interview with state broadcaster TRT late in June.
With the imprisonment of Dündar and Gül, Turkey
currently has 30 journalists in prison.*
El proceso siempre es el mismo. Se siembra la desconfianza y
hasta el rechazo hacia una Europa que aparece como amiga de dictadores y
autócratas, complaciente con ellos e indiferente a los que tienen que aguantar
sus zarpazos. El titular del Today's
Zaltan es bastante claro al respecto. Los que tratan de resistir las
oleadas contra los derechos humanos en Turquía no ven apoyo alguno de la Europa
que se proclama defensora de los derechos humanos. Pero a Erdogan le basta con
poner a Europa ante cualquier tesitura complicada para que Europa se calle o
mire para otro lado.
Sin embargo, Erdogan se ha equivocado. Con Putin no le valen
estas mañas.
Las acusaciones del ministro de Asuntos Exteriores ruso y el
sirio han lanzado toda su artillería comunicativa contra Erdogan y la política
más que dudosa llevaba a cabo por Turquía. Euronews titula "Moscú y
Damasco acusan a Turquía de apoyar a los terroristas en el norte de Siria":
Rusia vuelve a cargar contra
Turquía. Partiendo del derribo de su caza por el ejército turco, el ministro de
Exteriores ha extendido sus críticas. Para Serguéi Lavrov, que se ha reunido
con su homólogo sirio, existen dudas de que Ankara este comprometida realmente
con la lucha contra el terrorismo.
“Consideramos que es un caso de
cinismo absoluto. Hay países limítrofes con Iraq y Siria que declaran su apoyo
a la decisión del Consejo de Seguridad de la ONU y dicen que participan en
coaliciones antiterroristas, pero en realidad llevan un doble juego en el que
los terroristas son sus aliados ocultos”, decía Lavrov.
Walid Muallem, responsable sirio
de la cartera de Exteriores, ha acusado de forma más directa a Turquía de
apoyar a los grupos terroristas dentro de su estrategia para ganar peso en la
región: “Durante cinco años hemos sufrido la intervención de Turquía en Siria y
el hecho de que el presidente turco Erdogan quiera el poder en el norte de
Siria, donde continúa apoyando a las organizaciones terroristas como Dáesh,
Al-Nusra y Al Qaeda”.**
Las coincidencias de las versiones rusa y de la oposición
turca dejan poco espacio a Erdogan, que solo contesta con represión y amenazas,
intentando que las fuentes no sigan sacando información, algo que hace en todas
las crisis en las que se ve inmerso por las acusaciones graves contra él. Pero
las acusaciones de corrupción contra él, su familia y su partido son meras
bromas en comparación con las que se están realizando con respecto a su apoyo a
los grupos terroristas.
Y en esto, Vladimir Putin, insistimos, es mal enemigo. El
peor enemigo es siempre el mejor informado. Y probablemente no haya nadie mejor
informado que Vladimir Putin. Las amenazas de Erdogan diciendo a Putin que
"no juegue con fuego" no se las puede permitir, especialmente después
de haberle derribado un avión, un incidente de extrema gravedad, tanto desde el
punto de vista bilateral como del conflicto de la zona.
Putin ya ha tomado medidas económicas y administrativas, que
son las visibles. Pero es seguro que ha tomado muchas otras cuyos efectos que
no tardaremos en conocer. Putin posee información que es el arma que a Erdogan le
hace más daño. Erdogan ya está pidiendo —a su arrogante manera— ver a Putin el
lunes, pero me temo que Putin no esté por la labor hasta que Turquía se haya
disculpado reconociendo su error. Pero ni la soberbia ni la estrategia
nacionalista de Erdogan permiten dar ese paso.
La cuestión está en cómo Europa y los Estados Unidos —igualmente
los países árabes implicados en la guerra en la zona— reaccionarán ante las sospechas
de juego sucio de un presunto "aliado", de un miembro de la OTAN de
quien hay desde hace tiempo —por sus acciones y omisiones, que pregunten a los
kurdos— la sospecha de que tiene un papel importe de apoyo al enemigo.
El Estado Islámico es un monstruo creado en la zona en mitad
de una guerra con demasiados intereses y muy poco diálogo. Ha crecido por la
conjunción de intereses y los de Turquía no son los menores, ya que alimenta a
los que le eliminan a sus enemigos. Esta política ha causado ya demasiados
desastres en la zona, pero se sigue practicando. La guerra turca, decíamos el
otro día, no es la de los demás. Tiene su propia estrategia y objetivos. Eso no
significa que Erdogan haya hecho una jugada inteligente, sino que ha desvelado demasiado sus cartas. Sus jugadas son cada vez más obligadas y con más consecuencias, tanto exteriores como internas.
En un artículo publicado hoy mismo por Güven Sak en Hürriyet
Daily News, con el título "Shooting down the Russian jet a symptom of
Turkey’s central malaise", se incide en este error de Erdogan:
In Turkish, we sometimes say “I am telling this
to my daughter with the hope that my daughter-in-law will get the message.”
People in this part of the world communicate obliquely. What is Turkey’s
overriding concern in Syria? It is keeping the PKK/PYD in check, plain and
simple. Turks are obsessed with this, to the extent that talking about fighting
ISIS makes them uncomfortable, not necessarily because they like the group, but
because they don’t want to overshadow the threat of the PYD. They have not
forgotten that the PYD was established by Abdullah Öcalan during his exile as a
small Syrian arm of his operations. Thanks to the civil war, the PYD has in some
ways surpassed Öcalan’s dreams. It has become a governing institution of the
Syrian Kurds, and the YPG, its armed wing, has become the main instrument of
the Western coalition against ISIL. That means Turkey cannot fight it directly.
Meanwhile, Turkey’s reconciliation process with its own Kurdish population has
come to an abrupt halt. Why? Because the civil war in Syria shifted the balance
of power in the Kurds’ favor.
Why did Turkey down that Su-24? Because it
needed its Western allies to know that it means business, even if it won’t hit
PYD bases directly. That would not normally be a problem, but the range of
responses from Ankara shows that it was not a very calculated step. Rather, it
was a product of our tangled feelings toward Kurdish politics, which manifested
obliquely in the debris of that plane. Similar to the Mavi Marmara incident,
the episode will probably be useful in domestic politics but it will end up
disproportionately hurting Turkey’s foreign policy.
Ankara must learn to measure its actions based
on realities out there on the ground, not its emotional and ideological echo
chamber at home. In the case of Syria, this means facing up to our feelings
about the Kurds, at home and across the border, once and for all.***
Sí, los kurdos hicieron lo que los turcos no quisieron
hacer. Y cuando lo hicieron ganaron un protagonismo evidente y que pretenden
rentabilizar para el futuro. Hasta el momento, los méritos de Erdogan son
bombardear a los combatientes kurdos —dentro de la genérica "lucha contra
el terror"— y derribar un avión ruso. Costó mucho que se pudieran usar las
bases militares y todavía más que cerrara la frontera a los yihadistas que
llegaban a lucha a Siria y que dejara salir a los kurdos que veían desde el
otro lado de la frontera cómo a unos pocos kilómetros de la verja los milicianos
del Estado islámico masacraban a mujeres y niños bajo su ondeante bandera
negra.
Pero el episodio del avión ruso no quedará como una victoria
de Erdogan. Le enfrenta con los países árabes metidos en la lucha contra el
Estado Islámico, perdiendo prestigio; le crea problemas con Occidente —aunque la procesión vaya por
dentro— y con Rusia, además de con Irán. Son demasiados enemigos juntos. Y eso
sin contar los internos, que no son pocos ni tampoco mal informados.
Mucho me temo que las malas artes de Erdogan tengan
consecuencias pronto. No sabemos cuándo ni cómo, pero seguro que las habrá.
* "EU
weakens criticism of Erdoğan in return for refugee agreement" Today's
Zaman 27/11/2015
http://www.todayszaman.com/diplomacy_eu-weakens-criticism-of-erdogan-in-return-for-refugee-agreement_405542.html
** "Moscú y Damasco acusan a Turquía de apoyar a los
terroristas en el norte de Siria" Euronews 27/11/2015
http://es.euronews.com/2015/11/27/rusia-acusa-a-turquia-de-no-estar-comprometida-con-la-lucha-antiterrorista/
***
"Shooting down the Russian jet a symptom of Turkey’s central malaise"
Hürriyet Daily News 28/11/2015 http://www.hurriyetdailynews.com/shooting-down-the-russian-jet-a-symptom-of-turkeys-central-malaise-.aspx?PageID=238&NID=91785&NewsCatID=403
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