Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Entre
el comienzo de la primera fase de la elecciones egipcias y las que comenzaron
ayer domingo y continúan hoy los dos temas recurrentes han sido la baja
participación y el papel de las mujeres. Estas han dado la sorpresa obteniendo
algunos escaños directos por encima de los que las cuotas les asignaban. Eso es
un gran éxito porque no se había dado anteriormente. Si las mujeres confirman
los 74 escaños (70 serían de la "cuota") que algunas estimaciones les
dan, pueden convertirse en una sorpresa en dos tiempos: el primero por los
resultados; el segundo por sus actuaciones. ¿Por qué es esto muy importante?
Porque responde a una intención durante la campaña: las mujeres votan a las
mujeres.
Ahram
Online recoge esta misma mañana la siguiente información con el titular "Egypt
among 10 worst countries in gender equality: Report":
Egypt ranks 136th out of 145 countries in
gender equality in the world after Saudi Arabia, Kuwait and the United Arab
Emirates (UAE), according to the Global Gender Gap report 2015.
The Global Gender Gap report, which marks its
tenth year in 2015, was first introduced by the World Economic Forum in 2006 as
a framework for capturing the magnitude of gender-based disparities and
tracking their progress among the thresholds of political economic, education,
and health.
This year highlights a worse decline in the
status of women as Egypt ranked 129th out of 142 countries according to the
Global Gender Gap index in 2014, and 125th out of 136 countries in 2013.
Egypt ranks the worst on the political
empowerment of women (136). There has been no progress in regards to political
empowerment since 2006. On the three remaining thresholds, Egypt ranks 125 on
economic participation and opportunity, 115 on education attainment, and 97 on
health and survival.
In the Middle East and North Africa region,
Kuwait ranked 117th overall, followed by the UAE, Qatar, Bahrain and Tunisia.
Yemen is the lowest-ranked country in the index, which at 145th, has remained
at the bottom of the index since 2006 but has significantly improved relative
to its own past scores.*
Egipto está en el origen del feminismo árabe, de allí
salieron las pioneras, las que tuvieron que enfrentarse al machismo patriarcal
más profundo imaginable. Todavía hoy lo siguen manteniendo. Por eso la lucha de
las mujeres es un combate que está aflorando como parte de la vida política.
Ya durante la revolución se plantearon las profundas
diferencias entre la juventud y los estamentos políticos y militares, algo que
padecieron las mujeres especialmente. Se consideraba una osadía el hecho de que
simplemente las mujeres estuvieran en las calles desafiando al poder viril del Ejército y demás instituciones.
Egipto sigue viviendo bajo la mentalidad patriarcal, pero además de un
patriarca viejo e irascible. Eso no solo afecta a las
mujeres, a las que se considera como eternas dependientes, sino que se extiende
al conjunto de la juventud. En Egipto mujeres y jóvenes deben obedecer a sus
mayores.
Las declaraciones del Gran Imam de Al-Azhar llamando a la
participación electoral muestra claramente esta idea de obediencia:
Grand Imam Ahmed Al-Tayyeb called on Egyptians
to vote in the parliamentary elections, describing voting as a national duty
that should not be neglected, in a statement to the privately-owned CBC TV
channel on Sunday.
Moreover, Al-Tayyeb urged youths in particular
to participate, along with boycotters, saying that boycotting the parliamentary
elections is equal to “disobeying parents”.
However, the Al-Tayyeb’s comments appear to
conflict with those of Grand Mufti Shawqy Allam, who said just before the first
round of parliamentary elections that any “advisory opinion” that implies that
boycotting elections is religiously prohibited is nothing but a void opinion.
Allam added that advisory opinions of this sort
represent a merging of religion and political affiliations. Nevertheless, he
called on Egyptians to participate in the elections.**
La polémica entre el Gran Imam y el Gran Muftí no es
irrelevante y afecta a los jóvenes en su conjunto y a las mujeres en particular
pues la "obediencia" a los padres implica la renuncia a un criterio
propio. Se puede, como señala el gran Muftí, hacer una llamada a la
participación; pero eso no implica que no hacerlo sea un acto de desobediencia
a unos "padres", fórmula bajo la que el
poder se enmascara para exigir la sumisión.
Desde que en 2005 comenzara en Egipto el movimiento
organizado de protestas contra Hosni Mubarak "Kifaya" (¡Basta!), la
violencia sistemática contra los manifestantes y en especial contra las mujeres
se convirtió en una forma de discurso de acción.
La violencia contra las mujeres desobedientes era también por falta de respeto
a la autoridad patriarcal. Mujeres enfrentándose a la Policía era una especie
de despropósito que atentaba contra el dogma de la obediencia y la sumisión.
Era comprensible que un hombre protestara; pero no que lo hicieran las mujeres. ¿Cómo las dejaban sus propios padres, maridos, hermanos, hijos?
Esto continuó durante la revolución de 2011 en el que la
presencia en las calles de las mujeres tuvo su propia forma de violencia a
través del acoso, las violaciones masivas a las manifestantes y la mayor de las
perversiones institucionales: los exámenes de virginidad realizados a las
manifestantes por los médicos militares. El discurso frente a esto último era
puramente patriarcal: era obligación del Ejército egipcio garantizar a los
padres que las hijas que se manifestaban seguían siendo vírgenes. Se establecía
así una forma infame de manipulación de las mujeres y de discurso patriarcal hipócrita.
Las mujeres fueron valientes y lo denunciaron. Sabían que se trataba de
anularlas como sujetos políticos, señalar que ellas no tenían voz ni voluntad,
solo el eco de sus hombres.
El ascenso de la violencia sexual contra las mujeres en
Egipto ha llegado a esas cifras escandalosas de acoso que salen a la luz en
cada informe y que se recogen en el descenso del país, como muestra el diario
estatal Ahram Online, en las listas. Año tras año, Egipto sigue cayendo puestos
en la lista de la infamia de género. Está en el noveno puesto desde la cola,
por detrás de países que solemos pensar que mantienen unos niveles inferiores.
Pero los datos son los datos. No hay conspiración; ni la visita al hospital por del presidente para visitar a la mujer atacada ha servido de nada. Ni flores ni sonrisas arreglan esto.
La presencia de las mujeres en el nuevo parlamento puede ser
un revulsivo si logran que su voz se perciba alta y clara. Hasta el momento
algunas lo han hecho, dando a entender que hay cosas con las que no están de
acuerdo. Irán a un parlamento en donde se encontrarán con un amplio abanico de
hombres poco dispuestos muchos de ellos a discutir
con mujeres. Los más claros en esto, desde luego, los salafistas que ya se
negaron a ser recibidos por funcionarias que no se mostraran veladas tal como a
ellos les gusta. Pues me temo que se tendrán que quedar con las ganas si las
funcionarias mantienen sus derechos.
Pero no será este el único obstáculo que encontrarán. El
primero será la condescendencia paternalista que las considerará como
"hijas" y no como "mujeres". Después sufrirán presiones en
el momento en el que manifiesten opiniones contrarias a las que otros puedan
tener.
Esperemos que estas diputadas, que han llegado al parlamento
egipcio con un esfuerzo sin precedentes, apoyadas por el voto y el trabajo de
muchas mujeres, puedan ejercer su labor con libertad, demostrando que son lo
mejor que tiene Egipto. Ha habido mujeres en la historia de Egipto que no han
cedido en sus principios cuando se las ha querido silenciar. Hoy hay muchas de
ellas en la cárcel, resistiendo los intentos de vencer su voluntad y callar su
voz. Están allí defendiendo los derechos de todos y su derecho a tener
derechos.
Ellas son las que pueden imponer una modernización social
que comience con el respeto a las mujeres. No sé si sus causas tendrán respaldo
suficiente en el parlamento, pero creo que el hecho de haber llegado hasta allí
hará que sean activas y consigan que el voto de las mujeres vaya a las mujeres,
a su causa, la de todas. Esta causa no es otra que sacar al país de una mentalidad
retrógrada asentada firmemente en todos los niveles sociales, instituciones,
etc. Ese atraso perjudica directamente a las mujeres limitando sus derechos y posibilidades de desarrollo. Es lo que reclaman y lo que esperamos se escuche en el nuevo parlamento pronto.
*
"Egypt among 10 worst countries in gender equality: Report" Ahram
Online 22/11/2015
http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/170444/Egypt/Politics-/Egypt-among--worst-countries-in-gender-equality-Re.aspx
**
"Boycotting elections is equal to disobeying parents: Grand Imam"
Daily Egypt Independent 22/11/2015
http://www.dailynewsegypt.com/2015/11/22/boycotting-elections-is-equal-to-disobeying-parents-grand-imam/
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