Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Hemos tratado aquí la cuestión del suicidio en varias ocasiones. Lo hicimos, por ejemplo, cuando saltó la noticia de los suicidios de ejecutivos en una serie de empresas francesas o cuando las cifras de las muertes anuales de veteranos mediante suicidio en los Estados Unidos eran superiores a las muertes en combate en el ejército.
Pero los suicidios de Japón son otra cosa, una enfermedad social. Ya no son tanto las acciones individuales las que llevan a cometerlo, sino una presión combinada con una percepción social que actúa como un red envolvente. En estos meses de pandemia, las suicidios de celebridades han sacudido también a las audiencias japonesas. La tentación de la muerte está muy repartida y produce sus efectos.
En estos días de encierro y miedos, la resistencia mental de muchos flaquea. Hay tensiones de muchos tipos, desde las económicas por la crisis hasta las que se producen por el aislamiento. La vida de muchas personas se sostiene por los pilares de la rutina, que actúan de forma protectoras. Privados de esos pequeños medios de contención de la depresión, algunas personas empiezan a perder el sentido de lo cotidiano y se enfrentan a momentos que les arrastran a todas horas del día.
El artículo de la CNN nos advierte sobre lo que ocurre en Japón con más intensidad que en otros lugares, pero que creo que no es excluyente:
Experts have warned that the pandemic could
lead to a mental health crisis. Mass unemployment, social isolation, and
anxiety are taking their toll on people globally.
In Japan, government statistics show suicide
claimed more lives in October than Covid-19 has over the entire year to date.
The monthly number of Japanese suicides rose to 2,153 in October, according to
Japan's National Police Agency. As of Friday, Japan's total Covid-19 toll was
2,087, the health ministry said.
Japan is one of the few major economies to
disclose timely suicide data -- the most recent national data for the US, for
example, is from 2018. The Japanese data could give other countries insights
into the impact of pandemic measures on mental health, and which groups are the
most vulnerable.
"We didn't even have a lockdown, and the
impact of Covid is very minimal compared to other countries ... but still we
see this big increase in the number of suicides," said Michiko Ueda, an
associate professor at Waseda University in Tokyo, and an expert on suicides.
"That suggests other countries might see a
similar or even bigger increase in the number of suicides in the future."*
Creo que todo ello muestra la fragilidad de lo cotidiano, el precario equilibrio mental en el que vivimos y lo fácil que resulta desestabilizarlo. No se trata aquí de los enormes dolores o padecimientos que nos llevan a problemas como la eutanasia. Hay mucho en Japón de un sentimiento de vergüenza, de incapacidad de mirar a la cara a los demás cuando se acerca la pobreza, el desempleo, el aparente fracaso social.
Eso hace la vida mucho más dura porque no se trata de una situación depresiva, sino agresiva. El suicida se siente mal ante una sociedad que lo etiqueta como "fracasado", la palabra favorita del presidente Trump.
Las sociedades de éxito no perdonan. Crean un nivel de exigencia brutal que lleva a las personas a vivir lo que consideran fracaso como un mal terrible que les arrastra. Hay muertes por soledad, pero es probable que sean muchas más las que se producen por vergüenza, por falta de valor para la exposición ante el mundo.
El problema en Japón, se nos dice, se había logrado controlar, pero la aparición de la pandemia está aumentando de nuevo y de forma intensa entre las mujeres:
While the reasons for Japan's high suicide rate
are complex, long working hours, school pressure, social isolation and a
cultural stigma around mental health issues have all been cited as contributing
factors.
But for the 10 years leading up to 2019, the
number of suicides had been decreasing in Japan, falling to about 20,000 last
year, according to the health ministry -- the lowest number since the country's
health authorities started keeping records in 1978.
The pandemic appears to have reversed that
trend, and the rise in suicides has disproportionately affected women. Although
they represent a smaller proportion of total suicides than men, the number of
women taking their own lives is increasing. In October, suicides among women in
Japan increased almost 83% compared to the same month the previous year. For
comparison, male suicides rose almost 22% over the same time period.
There are several potential reasons for this. Women make up a larger percentage of part-time workers in the hotel, food service and retail industries -- where layoffs have been deep. Kobayashi said many of her friends have been laid off. "Japan has been ignoring women," she said. "This is a society where the weakest people are cut off first when something bad happens."*
La pandemia es solo una parte. Podemos disponer de vacunas, pero las vacunas sociales no son fáciles de elaborar. Hay demasiados apóstoles del éxito en nuestras sociedades que han comenzado a malentender el progreso como desafección. Las cosas que se ven y se escuchan en los entornos laborales dejan mucho que desear. Los discursos de la "eficiencia" pueden llegar a ser de una crueldad infinita y, como se nos dice de Japón, se empieza a cortar por los más débiles.
Nos hemos convertido en sociedades que apenas toleran al que no produce ya sea por la edad o por cualquier otra circunstancia que haga que esté al margen del sistema. La japonesa, según se indica, estigmatiza a las personas que no producen por las causas que sean. Si las mujeres, como ha ocurrido en otras ocasiones en muchos países, son las primeras de las que se prescinde, serán las primeras en sentirse al margen. En una sociedad como la nipona se puede pagar con la vida.
Es triste, muy triste que hayamos sido capaces de crear unos entornos tan deshumanizados en nombre del éxito y del rendimiento. Si las sociedades industriales no dan un giro humanizador, esta propensión al suicidio será la alternativa más frecuente a todo lo que se considere fracaso, algo que los suicidas podrán leer en las miradas de rechazo social. Cuanto más se valore el éxito y más avergüence no tenerlo o perderlo, más probabilidades tendrá el suicidio de avanzar.
El que esto esté afectando de una forma más intensa de lo que era habitual a las mujeres es también un indicador social preocupante porque muestra un desvío de la tendencia que redirige a las mujeres hacia el peor sendero masculino.
* Selina Wang, Rebecca Wright y Yoko Wakatsuki "In Japan, more people died from suicide last month than from Covid in all of 2020. And women have been impacted most" CNN 29/11/2020 https://edition.cnn.com/2020/11/28/asia/japan-suicide-women-covid-dst-intl-hnk/index.html