Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
El
pasado lunes (14 agosto) tuve que incluir una nota hacia final el final de la
tarde diciendo que Donald Trump, ante la avalancha de protestas, había
"rectificado" sus juegos de palabras sobre lo ocurrido en
Charlottesville y finalmente había condenado el "racismo" detrás (y
delante) de los supremacistas blancos, neonazis, KKK, etc. Pero poco duró la
condena y esta vez dinamitó todo hablando de nuevo de "ambas partes"
y de que había "buena gente" en los "dos bandos".
Lleno de
soberbia, Trump se enfrentó a todos con una serie de afirmaciones sobre los
presidentes norteamericanos que habían tenido esclavos, como George Washington
o Thomas Jefferson. Se permitió también la defensa de general sudista Robert E.
Lee, motivo de permanente polémica al convertirse en emblema moderno del sur
esclavista que perdió la guerra civil. Y todo estalló.
Las
condenas a Trump ha surgido de todos los rincones de la tierra, de Alemania que
no puede quedarse impasible cuando dicen que hay "buenos chicos"
entre los neonazis y demás antisemitas, o la propia Gran Bretaña de Theresa
May, que tiene que lavar el honor de los que combatieron contra ellos. Menos mal que la reina fue sabia y no anunció la visita de Trump a Reino Unido, algo que me temo tendrá que hacer como turista cuando abandone la política o la política le abandone a él.
Hace
mucho tiempo que ninguna figura de los negocios norteamericana manifestaba en
público la posibilidad de que haya "nazis buenos". Habría que
remontarse a los años en los que los negocios con la Alemania de Hitler, además
de las simpatías personales, crearon extraños lazos entre ambos países. Que
Hitler tuvo sus admiradores en los Estados Unidos no es descubrir nada pues hay
abundantes investigaciones sobre los lazos entre grandes empresas
norteamericanas y la Alemania nazi. Incluso esos admiradores trataron de dar la
batalla en casa tratando de evitar que USA entrara en la guerra hasta que los
acontecimientos se precipitaron. Muchas de las grandes empresas norteamericanas
tenían lazos con Alemania, lo que era extensible a los hombres de negocios.
Todo esto no es novedad. La novedad es Trump.
Pero
—se preguntan muchos— ¿es realmente una novedad?
The Washington Post recoge el pasado
propio y familiar con el racismo:
Trump’s four decades in the public eye began
with a discrimination lawsuit against young Donald and his father, New York
City developer Fred Trump.
For decades, the Trump real estate empire had
been well known in Brooklyn and Queens as developments mainly for whites. In
1952, one of Trump’s tenants, the legendary folk singer Woody Guthrie, pushed
back against the all-white nature of his 1,800-unit apartment complex by
writing a song, “Old Man Trump,” that begins, “I suppose that Old Man Trump
knows just how much racial hate he stirred up in that bloodpot of human hearts
when he drawed that color line here at his Beach Haven family project.”
“Beach Haven is Trump’s Tower / Where no black
folks come to roam,” the song continues.
As Fred Trump brought his son into leadership
of the family business, the two faced an investigation by the city Human Rights
Commission in which testers tried to rent Trump apartments. The white applicant
was offered housing right away, but the black applicant was told nothing was
available.
The city shut down rentals at that Trump
complex, and the Justice Department picked up the case, filing suit in 1973
against father and son, accusing them of “refusing to rent and negotiate
rentals with blacks.” Trump employees stated that they had been instructed to
mark rental applications from blacks with the letter C for “colored.”
Donald Trump, then 27, took the lead in
defending the family. Under the tutelage of Roy Cohn, the New York attorney who
had formerly worked for Sen. Joseph McCarthy in the communist hunts of the
1950s, Trump pushed back hard, countersuing the government and accusing the
prosecutor, who was Jewish, of conducting a “Gestapo-like interrogation.” The
judge summarily rejected Trump’s claims.*
El historial familiar es suficientemente claro. En el libro
que citábamos el otro día, "coescrito" en 2005 con Robert Kiyosaki,
ya se hablaba de grupos que estaban
interesados en que se presentara a la presidencia. Son diez años para crearle
nuevas compañías y tapar la influencia de la familia en el tema del racismo.
¿Quiénes eran los grupos interesados en promoverle a la Casa Blanca? No parece
que hayan sido los republicanos precisamente, sino otro tipo de grupos.
La equiparación —que implica una defensa implícita— de los
grupos de supremacía blanca, nacionalistas blancos, KKK, neonazis, etc. con los
que se oponen a ellos ha sembrado la ira de unos y la desesperación en otros.
Los que han podido respaldar a Trump se encuentran con un papel cada vez más
difícil. Como indicábamos el otro día, las cadenas televisivas distingue con
claridad lo que es un "republicano" de lo que es un "Trump
Supporter", cuyo papel es cada vez más difícil ante la presión que reciben
y, especialmente, la falta de argumentos.
La evidencia del absurdo son los miles de norteamericanos
muertos en la II Guerra Mundial. La imagen definitiva son los enormes
cementerios repartidos por Europa con norteamericanos muertos por acabar con el fascismo y el nazismo
que había surgido en nuestro continente. Trump ha insultado a los muertos y a sus descendientes.
Hoy se van produciendo condenas en cadena, dimisiones en
todos los cuerpos —como los de los consejos empresariales— y las cámaras
televisivas se recrean en las caras de desesperación de algunos de los
colaboradores, incluso los recientemente incorporados, incapaces de recrear un
escenario tan negativo cuando llegaron.
La ignorancia de Trump se ve enfrentada a la de
especialistas en Historia, en Política, etc. que desmontan su pobre argumentos,
defensa a la desesperada. La historia de Charlottesville quedará quizá como el
principio del fin ante la avalancha de condenas. Aunque a Trump le van este
tipo de situaciones en las que se defiende a zarpazos, está por ver si las
personas que le rodean desean ser recordadas por haber participado en esta
bufonada presidencial que nadie salvará cuando sea recordada.
Univisón sintetizaba lo aparecido sobre su argumentación:
De acuerdo con el The New York Times, que recibió una
copia del correo reenviado por Dowd, el argumentario hace énfasis en la
comparación entre Lee y el expresidente George Washington, un recurso que
también utilizó este martes el propio Trump, cuando culpó a "los dos
bandos" de la violencia desatada el sábado.
"Los dos tenían
esclavos", "los dos se rebelaron contra un gobierno" y "los
dos salvaron a Estados Unidos", son algunos de los argumentos que aparecen
en el correo, que Dowd reenvió a una docena de contactos, entre ellos
periodistas del The Wall Street Journal
y Fox News y a funcionarios del
Departamento de Seguridad Nacional.
Cuestionado por el The New York
Times al respecto, Dowd acusó al rotativo de "husmear" en su correo y
antes de colgar el teléfono justificó que él tan solo reenvía "cosas que
le manda la gente".
El autor original del correo
reenviado por Dowd es Jerome Almon, que dirige varias páginas web en las que
difunde conspiraciones sobre el Gobierno, como que el FBI está infiltrado por
terroristas islámicos, de acuerdo con el rotativo neoyorquino.
Además del argumentario favorable a Lee, el
correo de Almon también recoge que el movimiento contra la violencia policial
"Black Lives Matter" ("las vidas de los negros importan")
está dirigido por terroristas.
En una polémica rueda de prensa
este martes, Trump comparó a Lee con Washington, al afirmar que ambos tenían
esclavos.
"Mucha gente también estaba
allí para protestar por la retirada de una estatua de Robert E. Lee. Esta
semana es Robert E. Lee. (...) Me pregunto, ¿es George Washington la semana que
viene? ¿Es Thomas Jefferson la siguiente?", dijo el presidente. **
La paciencia y sobre todo la vergüenza de muchos están
empezando a agotarse. No es solo lo que ocurre en los Estados Unidos, en sus
calles, ante la Torre Trump... es la reacción indignada por todo el mundo, de
la que le costará mucho al país recuperarse.
Que la inspiración y la información de la presidencia de los
Estados Unidos vengan de páginas de enloquecidos conspirómanos cuya tarea es ofrecer realidades alternativas a las
de los libros de Historia, a las de la prensa diaria, es realmente penoso.
La rectificación de Trump era solo una ilusión en boca de
alguien que puede decir algo y lo contrario en apenas unos minutos. Trump
quiere que sus palabras queden como definitivas en cualquier campo, pero su
pobreza intelectual hace que sean derrames mentales dichos con altanería.
The New York Times |
Me viene a la memoria la vez que le dijo al presentador de
la Fox (defenestrado posteriormente por sus denuncias por acoso sexual), Bill O'Reilly. que se había dado cuenta de que él le gustaba a Barack Obama, pero que nunca lo
reconocería. Así funciona su mente.
Hoy, nos dicen los medios que el tuit más repetido de la
Historia es el emitido por el expresidente Obama recordando que nadie nace racista que se aprende a
serlo porque otros están ahí para enseñarlo. Quizá habría que preguntarse por
la familia y su papel educativo en la vida de Donald. ¡Rosebud!, de nuevo.
El abuelo alemán se dedicaba a los burdeles, con los que
hizo fortuna; el padre rechazando a los inquilinos de color que preguntaban por
sus casas. El nieto ha llegado a la Casa Blanca para igualar a los neonazis con
aquellos que se les oponen; a los racistas de la supremacía blanca, a los que
defienden la igualdad racial, etc. El padre de Donald era el tema de la canción de Woody Guthrie "Old Man Trump". La escribió tras la experiencia de tenerlo como propietario de las viviendas en las que se rechazaba a la gente de color. Tiene razón el tuit de Barack Obama, el racismo se aprende. Ya le tocarán a él sus propias canciones.
A Trump no le ha dado tiempo a hacer amigos. En cambio, ha
batido el récord en la creación de enemigos repartidos por el mundo. Hoy la vergüenza que muchos sienten es infinita.
Este es el texto de la canción de Woody Guthrie "Old Man Trump".
Old Man Trump
(Woody Guthrie)
Beach Haven ain't my home!
No, I just can't pay this rent!
My money's down the drain,
And my soul is badly bent!
Beach Haven is Trump’s Tower
Where no black folks come to roam,
No, no, Old Man Trump!
Old Beach Haven ain't my home!
I'm calling out my welcome to you and your man
both
Welcoming you here to Beach Haven
To love in any way you please and to have some
kind of a decent place
To have your kids raised up in.
Beach Haven ain't my home!
No, I just can't pay this rent!
My money's down the drain,
And my soul is badly bent!
Beach Haven is Trump’s Tower
Where no black folks come to roam,
No, no, Old Man Trump!
Old Beach Haven ain't my home!
Versión de I ain't got no home / Old Man Trump por The Missin' Cousins
*
"Trump and race: Decades of fueling divisions" The Washington Post
16/08/2017 https://www.washingtonpost.com/politics/trump-and-race-decades-of-fueling-divisions/2017/08/16/5fb3cd7c-8296-11e7-b359-15a3617c767b_story.html?hpid=hp_hp-top-table-main_trumprace-936pm%3Ahomepage%2Fstory&utm_term=.420d92fecf30
** "Un abogado de Trump reenvía un correo electrónico
en el que se favorece la retórica de la Confederación" Univisión
17/08/2017
http://www.univision.com/noticias/politica/un-abogado-de-trump-reenvia-un-correo-electronico-en-el-que-se-favorece-la-retorica-de-la-confederacion
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