Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
La
necesidad de llenar un parlamento pero, a la vez, hacer desaparecer la vida
política complica el panorama errático egipcio. Las iniciativas que surgen del
parlamento son las que se les pasan por la cabeza a parlamentarios cuyas
cualidades políticas brillan por su ausencia. Los tiempos en los que el
gobierno dirigía el país por decreto mostrando que un país podía funcionar sin
parlamento dejaron su impronta. El parlamento era una cámara decorativa en lo
político, pero reflejo de los poderes locales y del estado al que se fueron
incorporando personajes de distinto calibre. De algunos ya se han deshecho, ya
fuera porque buscaban molesto protagonismo o porque criticaban más de la
cuenta. El gobierno tiene claro que un país se gobierna de forma centralizada y
que tener reunida a esa gente es solo una molestia decorativa, una exigencia
exterior que a veces complica la vida. Al cuidado de todo ello tienen al
presidente de la Cámara que, como vimos hace dos días, hace la sugerencia de
los temas que hay que cubrir y deja que lo demás vaya a su aire.
Así es
como han salido las propuestas más descabelladas para escándalo de muchos,
incluidos los miembros del Parlamento. Desde la prohibición de los nombres que
no sean árabes hasta los exámenes de virginidad para ingresar a la universidad;
de la justificación de la mutilación femenina por la debilidad masculina a las
peticiones para restringir las redes sociales. Los conflictos comenzaron el
mismo día de su toma de posesión, con diputados negándose a jurar la
constitución porque hablaba de un régimen salido de la revolución de 2011, que
les parecía una conspiración de Occidente para destruir Egipto. Luego no hizo
sino empeorar.
El
periódico Al-Monitor recogía a
finales de mayo el historial del parlamento egipcio; de la mayoría de lo
referido hemos dado cuenta aquí:
In the short span of the last 16 months, at
least two lawmakers have been dismissed after their referral to disciplinary
committee hearings — a move that critics said was aimed at rooting out any real
opposition that may have existed. Member of parliament Mohamed Anwar El Sadat,
who had his membership revoked in February for allegedly leaking “classified”
information to foreign entities, is a prominent dissenter. Parliamentarian
Tawfiq Okasha, who was dismissed a year earlier, had ruffled feathers on several
occasions by criticizing state institutions, and in particular security
agencies, on his TV talk show on Al-Faraeen channel.
In early May, four South Sinai deputies
resigned en masse on grounds they have not been able to deliver on their
campaign promises and provide services for the citizens who voted them in.
While they have been persuaded by the parliament speaker to stay on, they have
vowed to walk out again “if things do not change.”
Rather than play its prescribed watchdog role,
Egypt’s House of Representatives has hastily endorsed a number of contentious
laws issued by presidential decree during the more than three years in which
Egypt was governed without a parliament.
“Many of the laws passed since January 2016
share the common attribute of assisting the authorities in rolling back the
freedoms won in the January 25 uprising,” lamented prominent human rights
lawyer Bahey El Din Hassan, the director of the Cairo Institute for Human
Rights Studies, who has had his assets and those of his organization frozen
under a “restrictive” nongovernmental organization law issued in November.
“The law, which subjects the work and funding
of civil society organizations to control by security agencies, is the most
draconian in the country’s history,” he told Al-Monitor. “It assists in closing
what little space was available for political and civic activism under the
[Hosni] Mubarak regime.”*
Carente de vida política real y de personas cualificadas
para ello más allá de la disputa por el poder y el ego, surge una nueva
controversia en aquel terreno en el que realmente se legisla. Me refiero, de
nuevo, a las mujeres, primeras víctimas de la política que sí entienden.
Sorprende en este caso que Ahram Online, el diario estatal,
ofreciera antes las reacciones de la responsable de Consejo Nacional de las
Mujeres que la información sobre el borrador propuesto al Parlamento. Han sido
las afectadas las que han dado la importancia debida al asunto, que se centra
—una vez más— en la reducción de la edad para el matrimonio:
The Egyptian National Council for Women has
described a new bill that would lower the minimum age of marriage for women
from 18 to 16 as “backwards.”
In a statement on Friday, the NCW said that the
law, which MP Ahmed Sameh has proposed, would lead to a regression in the
rights attained by women, and would delay the achievement of desired
development in the country.
"It impedes all efforts by the state to
overcome the problem of population explosion, and to prevent early marriage,
and it does not guarantee the rights of women to complete their studies and
choose their life partner,” read the statement.
It also pointed to “the impact of [early
marriage] on the health of women and children and hence society" and said
it would contribute to “the marginalisation of the role of women in the
development process, and public affairs.”
According to the statement, the draft law would
contradict with the country’s child law, which defines children as those under
the age of 18.
Child marriage is a persistent issue in Egypt.
Despite the current law mandating 18 as a minimum age, nearly 36 percent of
marriages in remote areas and southern Egypt, according to studies by the NCW,
include a partner who has not reached 18.**
Una de las cuestiones que más se airearon por parte del
gobierno cuando se completó el parlamento fue el elevado número de mujeres
participantes. Salvo un primer enfrentamiento porque algunos diputados se permitieron
recomendarles que "vistieran con
modestia", las mujeres han sido silenciadas o no han tenido ganas de
hablar. Recordamos aquí las ganas de hacer cosas que tenía una joven diputada,
Sarah Saleh, que venía del sur del Sinaí, precisamente de donde Al-Monitor nos
decía que habían renunciado 4 diputados ante la falta de actividad.
A muchos parecerá sorprendente que Egipto se librara de los
conservadores Hermanos Musulmanes para quedar en manos de un movimiento —vamos
a llamarlo así— que solo tiene dos objetivos: la seguridad (de la que se
encargan Ejército y Policía) y el ultraconservadurismo que es el que queda tras
la salida de los Hermanos.
Los Hermanos Musulmanes, los salafistas, etc. dejaron su huella
conservadora frenando cualquier tipo de progresismo. Las carcajadas de Nasser
al pedirle que impusiera el velo murieron con él, con su fracaso político.
Desde entonces, la vida social es una competición pública por la piedad en la
que la mujer es una pieza esencial ya que es esposa, hija y hermana, roles
todos ellos que conllevan el honor familiar.
Durante su escaso año de gobierno, la Hermandad Musulmana
tuvo unas prioridades que nos pueden parecer extrañas: las referidas al tiempo
de custodia de los hijos a manos de la madre y las líneas de crédito para
segundos matrimonios, es decir, el fomento de la poligamia. Para ellos el poder
es transformación social y cambiar el curso de la Historia hacia ese estado
islámico ideal que tienen en mente. No hay otro plan.
La verdadera revolución en una ideología que acepta la
pobreza como obra de Dios y forma de manifestar la piedad solo puede venir de las
mujeres, la pieza sumisa en la arquitectura diseñada para la sociedad,
profundamente patriarcal. Todo gira sobre su control.
La mejor forma de controlar a la mujer es realizar todas las
operaciones de sumisión antes de que se pueda despertar en ella el sentido de
la rebeldía y la injusticia, es decir, en la infancia y en la adolescencia como
límite. Para ello, rebajar las edades del matrimonio, que pasa a ser un acto de
obediencia, es esencial.
Con 16 años, las mujeres no han tenido tiempo de poder desarrollar
un sentido propio de la vida, por lo que este es creado por la familia, que
siente menos resistencia. No han tenido tiempo de formarse para ser
autosuficientes, por lo que los matrimonios celebrados a esta edad hacen a la
mujer totalmente dependiente de los hombres. El machismo profundo del sistema
judicial actúa también en su contra de forma mayoritaria. El resultado no es
solo la desgracia de por vida, sino un elevadísimo número de divorcios que
devuelve a la mujer muchas veces a la casa de sus padres y la deja al
descubierto frente a una sociedad acosadora que considera que su estatus es el
del voraz apetito sexual insatisfecho, tal como se ha expresado para justificar
las ablaciones.
Ahram Online expresaba las intenciones del proponente de la
reforma de la ley:
A draft law aimed at lowering the minimum legal
age for marriage for girls from 18 to 16 has garnered criticism in
parliamentary and political circles.
The draft law was proposed by Ahmed Samih, an
independent MP representing the Giza district of Al-Talbiya, who says that
lowering the age of marriage would legalise the status of girls who get married
at this age regardless of legality.
"Statistics show that 80 percent of girls
aged 16 in rural and densely populated urban districts marry with parental consent,
even though they are aware that this marriage is illegal," said Samih.
"My draft law aims solve a lot of the
problems facing girls who marry and have children at this age."
Samih adds that the law aims to lower the
minimum age for marriage so as to "bring it in line with Islamic
Sharia."
"I also want to point out that my draft
law does not aim to force girls to marry at this age," said Samih.
"Every girl has the right to choose the
marriage age she likes. All I want is to make marriage under 18 lawful in order
to save girls who marry at this age from all the legal problems they
face."
Samih also points out that the age of consent
for marriage in Saudi Arabia and Yemen ranges between nine and 13 years old.
Samih's legislative proposal has faced strong
attacks from fellow MPs.***
Es sorprendente el grado de hipocresía desarrollado en la
explicación. Como siempre, una ley de este tipo se plantea como
"buenista", tratan de resolver una situación que hace que las pobres
chicas no tengan el "estatus" del matrimonio legal. Se soslaya que eso
que se llama "parental consent" es más bien una "obligación
filial". Los matrimonios en esas edades (y posteriores) son acordados.
Aquí hemos dado cuenta en ocasiones de "matrimonios" en edades de
10-12 años, recogidos por la propia prensa egipcia, en los que las familias
desean emparentar y realizan un
"simulacro" (de matrimonio) a la espera de que tengan la edad y pueda
ser legal. La voluntad de las
personas no cuenta, solo la orden familiar para emparentar con quien convenga.
Esos niños crecen con la idea de que ya están comprometidos, sin la conciencia
de búsqueda de una vida más allá.
La idea de la Sharia, alegada por el proponente, no es más
que otro intento de definición islámica
del Estado. Mientras se revisan los partidos políticos de fundamento religioso
en estos días para deslegalizarlos, en cambio se trata de introducir la
religión en la legislación. Fue Sadat el que metió de nuevo la Sharia en la
constitución egipcia después de que en 1956 quedara fuera. Los diputados
egipcios, carentes de ideología más allá del poder y de hacer populismo con sus
votantes, lanzan estas propuestas que lo que demuestran es la carencia de un
pensamiento coherente.
Es el resultado de la falta de coordinación en el
parlamento, siempre a la espera de las directrices presidenciales. No hay un
modelo más allá de la "seguridad". Es lo que expresa ese constante regreso
a posiciones sociales. El conservadurismo de las clases pudientes se convierte
en tradicionalismo en las clases populares.
El problema para Egipto es el matrimonio infantil, no su
legalización, que no haría sino agravar lo que el propio presidente ha expresado
y los expertos han concretado: el enemigo de Egipto no es el Estado Islámico
sino la superpoblación. Cuanto más se reduce la edad del matrimonio legal,
mayor aumento del número de población. Cuantas menos mujeres ingresen en el
mercado laboral, menores ingresos en el estado para sanidad, educación, etc. Lo
advierten todos.
Más allá de la cuestión económica está la de la justicia. La
mujer sigue presa del sistema patriarcal; es una moneda que pasa de unos a
otros y que se desecha cuando no satisface las expectativas. El defenestrado
ministro de Justicia, Al-Zind hizo algo similar: en vez de arreglar el problema
de los matrimonios infantiles en los que los maridos se llevaban a las niñas
para devolverlas a la familia unos pocos meses después, solo se le ocurrió
"ponerle precio", 50.000 libras egipcias. Si devolvían las hijas en
un tiempo, la familia se quedaba con el dinero. Con este tipo de acciones y
mentalidades es imposible salir de la situación en la que se encuentra Egipto.
La invocación permanente de la Sharia (cuando el presidente
intentó reducir el número de divorcios, le dijeron en Al-Azhar que era conforme
a la Sharia) para defender las propuestas más reaccionarias nos hace ver que
los Hermanos se fueron, pero dejaron su tarea bien hecha: la mentalidad
conservadora egipcia apenas cambia, por lo que el conflicto con los jóvenes
(especialmente con ellas) es cada vez mayor. Cuanto mayor es el conflicto, más
demanda hay de rebajar la edad matrimonial para así evitarse las disputas y
apelar a la obediencia.
El diputado "independiente" ha dejado caer su
petición como han caído otras, piedras contra el futuro. Si la realidad social
es esa lo que hay que hacer es transformarla para que no se den esas
consecuencias nefastas para las mujeres.
Ahram Online recoge el rechazo de la oposición:
The 45-member parliamentary bloc titled Egypt's
Bloc of Female MPs described Samih's draft law as "a disaster."
The bloc said in a statement on Friday that
"Samih's legislative proposal will only help worsen the population
explosion crisis in Egypt."
"This draft law comes at a time when Egypt
is already suffering from runaway growth in population, not to mention that it
legally contributes to worsening the heavy physiological and psychological
problems faced by girls who marry at 16," said the statement.
Margret Azer, a female MP who is a member of
the bloc, said that "instead of lowering the marriage age to 16, I intend
to draft a law that seeks to raise the age of marriage from 18 to 21 in order
to stem the tide of population growth and divorce problems in Egypt."
Azer acknowledges that many girls aged 16 in
rural and poor districts in Egypt marry with parental consent, “but our job is
to stand against this trend because most girls aged 16 in rural areas marry
under pressure from their parents and community.”**
Esa es la experiencia de aquellos países que quieren dar el
salto al desarrollo que conlleva un cambio en la situación de la mujer. El
argumento de que las familias pobres necesitan dinero es una perversión porque
considera a las hijas unas mercancías que se sacan al mercado. La gran
hipocresía en convencer al mundo de que se trata de un acto de piedad, cuando lo único que encubre es
la lascivia consentida socialmente para beneficio de los que obtienen dinero y
de los que buscan jóvenes sumisas. Como señala la diputada Margaret Azer: "Most marry at this age
because their families need money, not to mention that they mostly marry older
men who want to evade legal problems or financial commitments when they
divorce."**
Lejos de intentar mejorar la sociedad, la clase política
egipcia ha estado durante años viviendo con suficiencia ese distanciamiento del
rico y el pobre. Lo ha hecho con la desidia y el abandono de su propia sociedad,
que ha quedado en manos de los que les convencen a través de la religión. Las
voces en el nuevo parlamento que buscan la orientación religiosa para complacer
a los que se siente un pueblo elegido, fácil de adular con la idea religiosa
que les hace ofrecerse como piadosos a los ojos de los demás.
Los hombres que se acercaban a los campamentos de refugiados
intentando convencer a los padres para casarse con las niñas diciendo que
estarían "más seguras" casadas que en los campamentos, hecho ocurrido
en distintos países deja claro la hipocresía beata, el tartufismo de los
piadosos.
La página "Girls not Brides", dedicada a combatir
los matrimonios infantiles, señalaba:
The legal age of marriage in Egypt was
increased to 18 following amendment of Egypt’s Child Law in 2008, which
prohibits, but does not criminalise, the registration of child marriages.
After the Egyptian Revolution in 2011,
proposals for draft legislation which would reduce the minimum age of marriage
for girls from 18 to possibly as low as nine years old surfaced from
conservative forces in the new government.
Thanks to the mobilisation of the National
Council for Women and others, the proposals weren’t taken any further.****
Las fuerzas conservadoras eran, obviamente, los islamistas
Hermanos Musulmanes, los considerados "demócratas". Quedaban en
evidencia cuál es su modelo islámico de país. Fueron estas cosas las que
sacaron a muchos egipcios a las calles, lo que no quita para que el modelo sea
estable, como demuestra el deseo de bajar la edad a 16, lo que hará que los
matrimonios de hecho sigan bajando para acercarse a esa edad, ¿por qué no doce, como en Arabia Saudí?
Precisamente ha sido una de las causas de fricción con los saudíes su afición a
pagar por niñas de familias pobres, los matrimonios
veraniegos, con devolución pasada la estación.
La misma "Girls not Brides" señala la conciencia
egipcia de este problema y la estrategia desarrollada para acabar con él:
A five-year national strategy to prevent child marriage
was launched in 2014. The process was led by the National Population Council, a
governmental body which establishes national population policies and strategies
in Egypt.
Recognising the need to prioritise child
marriage as a health and population issue, the strategy aims to reduce the
prevalence of early marriage by 50% within the next five years. It came about
against the backdrop of the proposals to lower the minimum age of marriage and
is currently in the first stage of implementation.
The strategy focuses on two approaches:
· A rights-based approach, which works
towards ensuring children’s rights are upheld by religious and customs, not
just by the Constitution;
· A partnership approach bringing
together government, civil society and the private sector to work together.
However, the implementation of the strategy
slowed down after the Ministry of Population was disbanded in 2016, and due to
political insecurity and restrictions on civil society. Further clarity on the
strategy’s status is needed from those working on the ground in Egypt.****
Es una muestra más del caos egipcio en lo que se refiere al
estado y la planificación de acciones. Todo lo dicho se pierde en la
inoperancia. ¿Qué ha quedado de ese plan?
¿Qué hace el diputado Samih remando en sentido contrario? Lo que ocurre
siempre: una vez dicho, pasa al olvido. Son golpes de efecto de un estado que
se ha acostumbrado a no hacer.
Es difícil que la sociedad cambie si el estado no funciona.
Lo es mucho más si se crean dificultades para que operen muchas ONG o que otras
puedan recibir financiación para realizar sus tareas. La obsesión gubernamental
por la infiltración islamista está teniendo un efecto contraproducente ya que
está dejando al país en manos de la ignorancia, el caldo de cultivo del
extremismo.
La propuesta del diputado, junto a otras anteriores, muestra
hasta qué punto Egipto carece de una propuesta coherente. Los esfuerzos del
presidente y su centralización de poderes no sirven de mucho. Aunque no salgan
adelante, muestran que el conservadurismo patriarcal no se fue con los
islamistas, sino que estos habían hecho bien su trabajo con las mentalidades
haciendo retroceder la otrora sociedad más abierta. En 2015 se daban unas cifras del 15% de matrimonios menores de edad. Las de 2016 dadas por UNICEF lo estiman en un 17%. Es otro dato regresivo más.
Mientras no se libere el potencial de las mujeres egipcias
para la educación, para el trabajo y la política, Egipto seguirá siendo víctima
de su propio tradicionalismo. Y eso no casa bien con las pretensiones de
modernidad que se escuchan. El patriarcado necesita de la ignorancia para que
no se discuta su poder.
Esperamos que las reacciones hasta el momento sean señales de que el proyecto es una locura cuyas consecuencias sociales no se pueden medir.
*
"Slew of strange bills brings more controversy for Egypt's
parliament" Al-Monitor 24/05/2017
http://www.al-monitor.com/pulse/originals/2017/05/egypt-parliament-controversy-bills-effective-economy-poor.html#ixzz4pdQE0gC0
**
"Egypt's National Council for Women rejects 'backward' draft bill to lower
marriage age" Ahram Online 11/07/2017
http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/275172/Egypt/Politics-/Egypts-National-Council-for-Women-rejects-backward.aspx
**
"Draft law aimed at lowering age of marriage for girls to 16 sparks
controversy in Egypt" Ahram Online 12/08/2017
http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/275230/Egypt/Politics-/Draft-law-aimed-at-lowering-age-of-marriage-for-gi.aspx
**** Girls
not Brides "Egypt" 2016
http://www.girlsnotbrides.org/child-marriage/egypt/
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