domingo, 13 de agosto de 2017

De nuevo, los 16 sobre la mesa

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
La necesidad de llenar un parlamento pero, a la vez, hacer desaparecer la vida política complica el panorama errático egipcio. Las iniciativas que surgen del parlamento son las que se les pasan por la cabeza a parlamentarios cuyas cualidades políticas brillan por su ausencia. Los tiempos en los que el gobierno dirigía el país por decreto mostrando que un país podía funcionar sin parlamento dejaron su impronta. El parlamento era una cámara decorativa en lo político, pero reflejo de los poderes locales y del estado al que se fueron incorporando personajes de distinto calibre. De algunos ya se han deshecho, ya fuera porque buscaban molesto protagonismo o porque criticaban más de la cuenta. El gobierno tiene claro que un país se gobierna de forma centralizada y que tener reunida a esa gente es solo una molestia decorativa, una exigencia exterior que a veces complica la vida. Al cuidado de todo ello tienen al presidente de la Cámara que, como vimos hace dos días, hace la sugerencia de los temas que hay que cubrir y deja que lo demás vaya a su aire.
Así es como han salido las propuestas más descabelladas para escándalo de muchos, incluidos los miembros del Parlamento. Desde la prohibición de los nombres que no sean árabes hasta los exámenes de virginidad para ingresar a la universidad; de la justificación de la mutilación femenina por la debilidad masculina a las peticiones para restringir las redes sociales. Los conflictos comenzaron el mismo día de su toma de posesión, con diputados negándose a jurar la constitución porque hablaba de un régimen salido de la revolución de 2011, que les parecía una conspiración de Occidente para destruir Egipto. Luego no hizo sino empeorar.
El periódico Al-Monitor recogía a finales de mayo el historial del parlamento egipcio; de la mayoría de lo referido hemos dado cuenta aquí:

In the short span of the last 16 months, at least two lawmakers have been dismissed after their referral to disciplinary committee hearings — a move that critics said was aimed at rooting out any real opposition that may have existed. Member of parliament Mohamed Anwar El Sadat, who had his membership revoked in February for allegedly leaking “classified” information to foreign entities, is a prominent dissenter. Parliamentarian Tawfiq Okasha, who was dismissed a year earlier, had ruffled feathers on several occasions by criticizing state institutions, and in particular security agencies, on his TV talk show on Al-Faraeen channel.
In early May, four South Sinai deputies resigned en masse on grounds they have not been able to deliver on their campaign promises and provide services for the citizens who voted them in. While they have been persuaded by the parliament speaker to stay on, they have vowed to walk out again “if things do not change.”
Rather than play its prescribed watchdog role, Egypt’s House of Representatives has hastily endorsed a number of contentious laws issued by presidential decree during the more than three years in which Egypt was governed without a parliament.
“Many of the laws passed since January 2016 share the common attribute of assisting the authorities in rolling back the freedoms won in the January 25 uprising,” lamented prominent human rights lawyer Bahey El Din Hassan, the director of the Cairo Institute for Human Rights Studies, who has had his assets and those of his organization frozen under a “restrictive” nongovernmental organization law issued in November.
“The law, which subjects the work and funding of civil society organizations to control by security agencies, is the most draconian in the country’s history,” he told Al-Monitor. “It assists in closing what little space was available for political and civic activism under the [Hosni] Mubarak regime.”*


Carente de vida política real y de personas cualificadas para ello más allá de la disputa por el poder y el ego, surge una nueva controversia en aquel terreno en el que realmente se legisla. Me refiero, de nuevo, a las mujeres, primeras víctimas de la política que sí entienden.
Sorprende en este caso que Ahram Online, el diario estatal, ofreciera antes las reacciones de la responsable de Consejo Nacional de las Mujeres que la información sobre el borrador propuesto al Parlamento. Han sido las afectadas las que han dado la importancia debida al asunto, que se centra —una vez más— en la reducción de la edad para el matrimonio:

The Egyptian National Council for Women has described a new bill that would lower the minimum age of marriage for women from 18 to 16 as “backwards.”
In a statement on Friday, the NCW said that the law, which MP Ahmed Sameh has proposed, would lead to a regression in the rights attained by women, and would delay the achievement of desired development in the country.
"It impedes all efforts by the state to overcome the problem of population explosion, and to prevent early marriage, and it does not guarantee the rights of women to complete their studies and choose their life partner,” read the statement.
It also pointed to “the impact of [early marriage] on the health of women and children and hence society" and said it would contribute to “the marginalisation of the role of women in the development process, and public affairs.”
According to the statement, the draft law would contradict with the country’s child law, which defines children as those under the age of 18.
Child marriage is a persistent issue in Egypt. Despite the current law mandating 18 as a minimum age, nearly 36 percent of marriages in remote areas and southern Egypt, according to studies by the NCW, include a partner who has not reached 18.**


Una de las cuestiones que más se airearon por parte del gobierno cuando se completó el parlamento fue el elevado número de mujeres participantes. Salvo un primer enfrentamiento porque algunos diputados se permitieron recomendarles que "vistieran con modestia", las mujeres han sido silenciadas o no han tenido ganas de hablar. Recordamos aquí las ganas de hacer cosas que tenía una joven diputada, Sarah Saleh, que venía del sur del Sinaí, precisamente de donde Al-Monitor nos decía que habían renunciado 4 diputados ante la falta de actividad.
A muchos parecerá sorprendente que Egipto se librara de los conservadores Hermanos Musulmanes para quedar en manos de un movimiento —vamos a llamarlo así— que solo tiene dos objetivos: la seguridad (de la que se encargan Ejército y Policía) y el ultraconservadurismo que es el que queda tras la salida de los Hermanos.
Los Hermanos Musulmanes, los salafistas, etc. dejaron su huella conservadora frenando cualquier tipo de progresismo. Las carcajadas de Nasser al pedirle que impusiera el velo murieron con él, con su fracaso político. Desde entonces, la vida social es una competición pública por la piedad en la que la mujer es una pieza esencial ya que es esposa, hija y hermana, roles todos ellos que conllevan el honor familiar.
Durante su escaso año de gobierno, la Hermandad Musulmana tuvo unas prioridades que nos pueden parecer extrañas: las referidas al tiempo de custodia de los hijos a manos de la madre y las líneas de crédito para segundos matrimonios, es decir, el fomento de la poligamia. Para ellos el poder es transformación social y cambiar el curso de la Historia hacia ese estado islámico ideal que tienen en mente. No hay otro plan.
La verdadera revolución en una ideología que acepta la pobreza como obra de Dios y forma de manifestar la piedad solo puede venir de las mujeres, la pieza sumisa en la arquitectura diseñada para la sociedad, profundamente patriarcal. Todo gira sobre su control.


La mejor forma de controlar a la mujer es realizar todas las operaciones de sumisión antes de que se pueda despertar en ella el sentido de la rebeldía y la injusticia, es decir, en la infancia y en la adolescencia como límite. Para ello, rebajar las edades del matrimonio, que pasa a ser un acto de obediencia, es esencial.
Con 16 años, las mujeres no han tenido tiempo de poder desarrollar un sentido propio de la vida, por lo que este es creado por la familia, que siente menos resistencia. No han tenido tiempo de formarse para ser autosuficientes, por lo que los matrimonios celebrados a esta edad hacen a la mujer totalmente dependiente de los hombres. El machismo profundo del sistema judicial actúa también en su contra de forma mayoritaria. El resultado no es solo la desgracia de por vida, sino un elevadísimo número de divorcios que devuelve a la mujer muchas veces a la casa de sus padres y la deja al descubierto frente a una sociedad acosadora que considera que su estatus es el del voraz apetito sexual insatisfecho, tal como se ha expresado para justificar las ablaciones.
Ahram Online expresaba las intenciones del proponente de la reforma de la ley:

A draft law aimed at lowering the minimum legal age for marriage for girls from 18 to 16 has garnered criticism in parliamentary and political circles.
The draft law was proposed by Ahmed Samih, an independent MP representing the Giza district of Al-Talbiya, who says that lowering the age of marriage would legalise the status of girls who get married at this age regardless of legality.
"Statistics show that 80 percent of girls aged 16 in rural and densely populated urban districts marry with parental consent, even though they are aware that this marriage is illegal," said Samih.
"My draft law aims solve a lot of the problems facing girls who marry and have children at this age."
Samih adds that the law aims to lower the minimum age for marriage so as to "bring it in line with Islamic Sharia."
"I also want to point out that my draft law does not aim to force girls to marry at this age," said Samih.
"Every girl has the right to choose the marriage age she likes. All I want is to make marriage under 18 lawful in order to save girls who marry at this age from all the legal problems they face."
Samih also points out that the age of consent for marriage in Saudi Arabia and Yemen ranges between nine and 13 years old.
Samih's legislative proposal has faced strong attacks from fellow MPs.***


Es sorprendente el grado de hipocresía desarrollado en la explicación. Como siempre, una ley de este tipo se plantea como "buenista", tratan de resolver una situación que hace que las pobres chicas no tengan el "estatus" del matrimonio legal. Se soslaya que eso que se llama "parental consent" es más bien una "obligación filial". Los matrimonios en esas edades (y posteriores) son acordados. Aquí hemos dado cuenta en ocasiones de "matrimonios" en edades de 10-12 años, recogidos por la propia prensa egipcia, en los que las familias desean emparentar y realizan un "simulacro" (de matrimonio) a la espera de que tengan la edad y pueda ser legal. La voluntad de las personas no cuenta, solo la orden familiar para emparentar con quien convenga. Esos niños crecen con la idea de que ya están comprometidos, sin la conciencia de búsqueda de una vida más allá.
La idea de la Sharia, alegada por el proponente, no es más que otro intento de definición islámica del Estado. Mientras se revisan los partidos políticos de fundamento religioso en estos días para deslegalizarlos, en cambio se trata de introducir la religión en la legislación. Fue Sadat el que metió de nuevo la Sharia en la constitución egipcia después de que en 1956 quedara fuera. Los diputados egipcios, carentes de ideología más allá del poder y de hacer populismo con sus votantes, lanzan estas propuestas que lo que demuestran es la carencia de un pensamiento coherente.


Es el resultado de la falta de coordinación en el parlamento, siempre a la espera de las directrices presidenciales. No hay un modelo más allá de la "seguridad". Es lo que expresa ese constante regreso a posiciones sociales. El conservadurismo de las clases pudientes se convierte en tradicionalismo en las clases populares.
El problema para Egipto es el matrimonio infantil, no su legalización, que no haría sino agravar lo que el propio presidente ha expresado y los expertos han concretado: el enemigo de Egipto no es el Estado Islámico sino la superpoblación. Cuanto más se reduce la edad del matrimonio legal, mayor aumento del número de población. Cuantas menos mujeres ingresen en el mercado laboral, menores ingresos en el estado para sanidad, educación, etc. Lo advierten todos.
Más allá de la cuestión económica está la de la justicia. La mujer sigue presa del sistema patriarcal; es una moneda que pasa de unos a otros y que se desecha cuando no satisface las expectativas. El defenestrado ministro de Justicia, Al-Zind hizo algo similar: en vez de arreglar el problema de los matrimonios infantiles en los que los maridos se llevaban a las niñas para devolverlas a la familia unos pocos meses después, solo se le ocurrió "ponerle precio", 50.000 libras egipcias. Si devolvían las hijas en un tiempo, la familia se quedaba con el dinero. Con este tipo de acciones y mentalidades es imposible salir de la situación en la que se encuentra Egipto.


La invocación permanente de la Sharia (cuando el presidente intentó reducir el número de divorcios, le dijeron en Al-Azhar que era conforme a la Sharia) para defender las propuestas más reaccionarias nos hace ver que los Hermanos se fueron, pero dejaron su tarea bien hecha: la mentalidad conservadora egipcia apenas cambia, por lo que el conflicto con los jóvenes (especialmente con ellas) es cada vez mayor. Cuanto mayor es el conflicto, más demanda hay de rebajar la edad matrimonial para así evitarse las disputas y apelar a la obediencia.
El diputado "independiente" ha dejado caer su petición como han caído otras, piedras contra el futuro. Si la realidad social es esa lo que hay que hacer es transformarla para que no se den esas consecuencias nefastas para las mujeres.
Ahram Online recoge el rechazo de la oposición:

The 45-member parliamentary bloc titled Egypt's Bloc of Female MPs described Samih's draft law as "a disaster."
The bloc said in a statement on Friday that "Samih's legislative proposal will only help worsen the population explosion crisis in Egypt."
"This draft law comes at a time when Egypt is already suffering from runaway growth in population, not to mention that it legally contributes to worsening the heavy physiological and psychological problems faced by girls who marry at 16," said the statement.
Margret Azer, a female MP who is a member of the bloc, said that "instead of lowering the marriage age to 16, I intend to draft a law that seeks to raise the age of marriage from 18 to 21 in order to stem the tide of population growth and divorce problems in Egypt."
Azer acknowledges that many girls aged 16 in rural and poor districts in Egypt marry with parental consent, “but our job is to stand against this trend because most girls aged 16 in rural areas marry under pressure from their parents and community.”**

Esa es la experiencia de aquellos países que quieren dar el salto al desarrollo que conlleva un cambio en la situación de la mujer. El argumento de que las familias pobres necesitan dinero es una perversión porque considera a las hijas unas mercancías que se sacan al mercado. La gran hipocresía en convencer al mundo de que se trata de un acto de piedad, cuando lo único que encubre es la lascivia consentida socialmente para beneficio de los que obtienen dinero y de los que buscan jóvenes sumisas. Como señala la diputada Margaret Azer: "Most marry at this age because their families need money, not to mention that they mostly marry older men who want to evade legal problems or financial commitments when they divorce."**
Lejos de intentar mejorar la sociedad, la clase política egipcia ha estado durante años viviendo con suficiencia ese distanciamiento del rico y el pobre. Lo ha hecho con la desidia y el abandono de su propia sociedad, que ha quedado en manos de los que les convencen a través de la religión. Las voces en el nuevo parlamento que buscan la orientación religiosa para complacer a los que se siente un pueblo elegido, fácil de adular con la idea religiosa que les hace ofrecerse como piadosos a los ojos de los demás.


Los hombres que se acercaban a los campamentos de refugiados intentando convencer a los padres para casarse con las niñas diciendo que estarían "más seguras" casadas que en los campamentos, hecho ocurrido en distintos países deja claro la hipocresía beata, el tartufismo de los piadosos.
La página "Girls not Brides", dedicada a combatir los matrimonios infantiles, señalaba:

The legal age of marriage in Egypt was increased to 18 following amendment of Egypt’s Child Law in 2008, which prohibits, but does not criminalise, the registration of child marriages.
After the Egyptian Revolution in 2011, proposals for draft legislation which would reduce the minimum age of marriage for girls from 18 to possibly as low as nine years old surfaced from conservative forces in the new government.
Thanks to the mobilisation of the National Council for Women and others, the proposals weren’t taken any further.****

Las fuerzas conservadoras eran, obviamente, los islamistas Hermanos Musulmanes, los considerados "demócratas". Quedaban en evidencia cuál es su modelo islámico de país. Fueron estas cosas las que sacaron a muchos egipcios a las calles, lo que no quita para que el modelo sea estable, como demuestra el deseo de bajar la edad a 16, lo que hará que los matrimonios de hecho sigan bajando para acercarse a esa edad, ¿por qué no doce, como en Arabia Saudí? Precisamente ha sido una de las causas de fricción con los saudíes su afición a pagar por niñas de familias pobres, los matrimonios veraniegos, con devolución pasada la estación.


La misma "Girls not Brides" señala la conciencia egipcia de este problema y la estrategia desarrollada para acabar con él:

A five-year national strategy to prevent child marriage was launched in 2014. The process was led by the National Population Council, a governmental body which establishes national population policies and strategies in Egypt.
Recognising the need to prioritise child marriage as a health and population issue, the strategy aims to reduce the prevalence of early marriage by 50% within the next five years. It came about against the backdrop of the proposals to lower the minimum age of marriage and is currently in the first stage of implementation.
The strategy focuses on two approaches:
·       A rights-based approach, which works towards ensuring children’s rights are upheld by religious and customs, not just by the Constitution;
·       A partnership approach bringing together government, civil society and the private sector to work together.
However, the implementation of the strategy slowed down after the Ministry of Population was disbanded in 2016, and due to political insecurity and restrictions on civil society. Further clarity on the strategy’s status is needed from those working on the ground in Egypt.****

Es una muestra más del caos egipcio en lo que se refiere al estado y la planificación de acciones. Todo lo dicho se pierde en la inoperancia. ¿Qué ha quedado de ese plan? ¿Qué hace el diputado Samih remando en sentido contrario? Lo que ocurre siempre: una vez dicho, pasa al olvido. Son golpes de efecto de un estado que se ha acostumbrado a no hacer.
Es difícil que la sociedad cambie si el estado no funciona. Lo es mucho más si se crean dificultades para que operen muchas ONG o que otras puedan recibir financiación para realizar sus tareas. La obsesión gubernamental por la infiltración islamista está teniendo un efecto contraproducente ya que está dejando al país en manos de la ignorancia, el caldo de cultivo del extremismo.
La propuesta del diputado, junto a otras anteriores, muestra hasta qué punto Egipto carece de una propuesta coherente. Los esfuerzos del presidente y su centralización de poderes no sirven de mucho. Aunque no salgan adelante, muestran que el conservadurismo patriarcal no se fue con los islamistas, sino que estos habían hecho bien su trabajo con las mentalidades haciendo retroceder la otrora sociedad más abierta. En 2015 se daban unas cifras del 15% de matrimonios menores de edad. Las de 2016 dadas por UNICEF lo estiman en un 17%. Es otro dato regresivo más.
Mientras no se libere el potencial de las mujeres egipcias para la educación, para el trabajo y la política, Egipto seguirá siendo víctima de su propio tradicionalismo. Y eso no casa bien con las pretensiones de modernidad que se escuchan. El patriarcado necesita de la ignorancia para que no se discuta su poder.
Esperamos que las reacciones hasta el momento sean señales de que el proyecto es una locura cuyas consecuencias sociales no se pueden medir.



* "Slew of strange bills brings more controversy for Egypt's parliament" Al-Monitor 24/05/2017
http://www.al-monitor.com/pulse/originals/2017/05/egypt-parliament-controversy-bills-effective-economy-poor.html#ixzz4pdQE0gC0
** "Egypt's National Council for Women rejects 'backward' draft bill to lower marriage age" Ahram Online 11/07/2017 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/275172/Egypt/Politics-/Egypts-National-Council-for-Women-rejects-backward.aspx
** "Draft law aimed at lowering age of marriage for girls to 16 sparks controversy in Egypt" Ahram Online 12/08/2017 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/275230/Egypt/Politics-/Draft-law-aimed-at-lowering-age-of-marriage-for-gi.aspx
**** Girls not Brides "Egypt" 2016 http://www.girlsnotbrides.org/child-marriage/egypt/


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.