Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Sin
duda, el turismo se ha convertido en un objetivo y un campo de batalla en
muchos lugares del mundo. Es un sector que tiene esencialmente las dos
repercusiones que el terrorismo busca: la repercusión mediática y el daño económico
al país al que se ataca. Como contrapartida, la repercusión suele ser negativa
para quien la comete pues nadie puede sentir simpatía alguna por aquellos que
matan o crean situaciones de peligro para aquellos cuyo único delito es
intentar disfrutar de unos días de descanso en otro país.
La
esencia del turismo es la paz. Es la paz lo que permite visitar un país
extranjero en unos tiempos en los que cualquier punto del globo se puede
alcanzar en unas horas. Los países tratan de atraer por distintos medios a los
visitantes, nacionales y extranjeros. Hay recursos naturales y culturales,
actuales e históricos, que nos son ofrecidos desde folletos, anuncios
televisivos o promociones. Pero la paz no se encuentra en todos los lugares y
no todas las culturas mantienen la misma relación con lo que el turismo
implica.
Uno de
los enemigos declarados del turismo es el Estado Islámico. Su guerra va contra
todos los principios que el turismo implica en todos los órdenes. En su pensamiento
islamismo integrista no caben ninguno de los conceptos asociados con lo que
implica el contacto turístico. Sencillamente no existe ningún tipo de relación
con el "otro" que no pase por su destrucción. Su planteamiento es la
destrucción del otro distinto, por lo que difícilmente es admisible cualquier
pensamiento que implique el interés por los otro diverso. Lo es además en los
dos sentidos: no siente más que rechazo por lo
otro (por eso reclama su propio espacio) y no desea que ese espacio sea violado por la presencia del otro. El
único desplazamiento que se contempla hacia el otro es su conquista y
conversión, destrucción o esclavitud, como estamos pudiendo comprobar en cada
territorio en el que han puesto su mano.
Pero el
conflicto islámico radical no solo es con el otro turístico sino con su propio espacio y pasado, es decir, su
propia historia. Ese espacio que consideran suyo (que no es una parte sino la
totalidad, sobre esto no hay que engañarse) debe estar limpio de cualquier
elemento que la propia historia haya dejado anteriormente. El islamismo
integrista no solo está en lucha con los otros sino con sus restos históricos,
que considera despreciables y que han de ser borrados de la faz de la tierra. Los
integristas lo han hecho ya en Afganistán, en Irak, ahora en Siria, pero esto
no es más que el comienzo de su pensamiento involucionista y retrógrado.
Una
parte de la prensa egipcia recoge de nuevo la amenaza contra las pirámides.
Mada Masr es la que lo da con más detalle:
The Islamic State posted a new video
threatening to destroy Egypt's Giza Pyramids, the last remaining wonder of the
ancient world, along with the Sphinx. The video also revealed footage of the
militant group's alleged destruction of the ancient Assyrian temple of Nabu in
Iraq.
Released on Tuesday, the video includes images
of the ancient temple of Abu Simbel in the Aswan governorate in Egypt, warning
that the militant group will destroy such “idols.”
An Islamic State member, identified in the
video as Abu Nasser al-Ansari, calls on Muslims not to identify with the
history and cultural heritage of ancient artifacts and “idols” because they
“are the works of infidels and Satan.” Early Muslim leaders were determined to
destroy the pyramids in Egypt, yet “despite their intentions, this was not
possible,” the militant explained.
“Today, however, we do have the means to carry
out this great endeavor,” Ansari stated.
The video moves to an Islamic State member
standing outside the ancient temple of Nabu in Iraq, who talks about of the
responsibility of "believers" to destroy idols, while a bulldozer is
seen plowing through the 2,500 year-old monument. Another segment of the video
shows part of the temple being destroyed using explosives.
The video’s narrator claims that contemporary
Muslims are following in the footsteps of the infidels, taking pride in temples
built by idolaters “on the basis that they represent civilization.”
“What some people refer to as civilization –
such as the pyramids and large idols — are in fact symbols of repression,
ignorance, and moral degeneracy of those deviant societies,” the narrator
states. “Civilization is not measured according to their buildings and
construction works, but is measured by how peoples obey God’s ordinances.”*
El texto del vídeo es una pequeña lección de islamismo
integral y de su visión del mundo pasado, presente y futuro.
En primer lugar, todo lo que no se ajuste a lo coránico debe
ser destruido. Es un principio general que no debe tener excepciones. Por
supuesto, la idea de conservar por su valor histórico algo es un absurdo. La
Historia se acabó con el Corán; comenzó el tiempo
de espera en el que todo se estudia y analiza desde el cumplimiento o no de
los preceptos. De hecho, estudiar algo que se salga del propio libro ya es una
aberración desde el planteamiento integrista pues el verdadero creyente no debe
tener otra cosa en su mente.
La conservación de monumentos u objetos del tiempo anterior,
de los tiempos paganos o de otras religiones, como es el caso egipcio, es una
muestra de impiedad. Como señala el que habla en el vídeo del Estado Islámico,
los "primeros líderes musulmanes" intentaron destruir las pirámides
pero no tenían los medios para poder hacerlo. Hoy sí, amenazan. Todos estos
objetos son las "obras de los infieles y Satán". La grandeza de una
civilización se mide, nos dicen, no por sus edificios, sino por su grado de
obediencia a Dios. Una vez sentado este principio, todo lo demás sobra. Desde
ese principio cualquier idea de "progreso" se plantea como absurda.
El único progreso concebible es el que extiende el islam a donde no lo haya, es
decir, la extensión de las reglas más allá del espacio propio.
La acusación del vídeo contra los malos musulmanes actuales, que se dejan seducir por una falsa idea
de civilización y de progreso, es que siguen los pasos de los
"infieles". Su responsabilidad como "creyentes" es destruir
esos falsos ídolos, esas muestras engañosas de civilización.
Evidentemente, Egipto se ha tomado en serio estas amenazas contra
las pirámides o cualquiera de los monumentos de la civilización antigua, algo para
lo que en la primera invasión musulmana, como dicen los autores, no tenían
medios para destruir pero ahora sí.
Conforme se vaya reduciendo el espacio disponible para
imponer el islam radical, la estrategia irá cambiando a un mayor número de
atentados de gran resonancia para tratar de mantener vivo el espíritu de la
yihad. Se desplazarán a lugares más seguros, pero también se producirá lo que
los diferentes países más temen: el regreso a sus países con la pretensión de
imponer el terror.
Con una caída en picado del turismo y los consiguientes
ingresos en una economía con una inflación por encima del 10 por ciento en los
últimos dos años y cuyo último dato, citado por la prensa, estaba por encima
del 12%, Egipto debe tomarse muy en serio estas amenazas.
Pero las amenazas yihadistas a los monumentos son solo una
parte. Egipto vive en un asedio turístico, pero también en la incongruencia de
sus propios planteamientos y errores básicos, como hemos comentado aquí muchas
veces. La estrategia de negarlo todo, de las ingenuas campañas que se distancian
de la cruda realidad, etc. no han servido ni servirán para nada.
La comunicación funciona mediante la creación de marcos
perceptivos en los cuales se "enmarcan" las acciones para su
procesamiento cognitivo y su interpretación. Pensar que desde el ministerio de
turismo egipcio o desde todos los ministerios juntos se va a cambiar la
percepción que ahora mismo se tiene de la zona o de las acciones que el
gobierno realiza es de una bisoñez comunicativa y psicológica abrumadora.
Cualquier acontecimiento violento derriba los marcos de paz que el gobierno egipcio quiere construir. Todos los
casos conflictivos —de los turistas mejicanos bombardeados por el Ejército al atentado
al avión ruso pasando por el secuestro, tortura y muerte de Giulio Regeni— han
sido mal resueltos por el gobierno de Egipto, que no sabe gestionar ni el
ataque de un tiburón a un bañista, como comentábamos el otro día.
La amenaza a las pirámides es algo más que un problema turístico. Es un síntoma más de
un profundo problema cultural. Tratar de abordarlo así, como una cuestión de
ingresos o reservas, es un gigantesco error que hace que —de nuevo— los marcos los impongan otros, en este caso
los terroristas islamistas. Pero estos marcos no son los del
"terrorismo" en sí, sino los del integrismo islámico que trata de
evitar el contacto con el otro en los mismos términos que ha señalado el vídeo
del Estado Islámico. La cuestión no es de principios, sino de grado y
aplicación.
Daily News Egypt nos trae la información sobre la reunión
internacional para el turismo "halal", es decir, un turismo que no
moleste a los principios islámicos:
Earlier this month, the second international
halal tourism conference was held in Konya, Turkey. In December 2015, the
Islamic Conference of Tourism Ministers announced Konya to be the capital of
Islamic tourism for 2016.
Halal, which refers to Islamic rules that deem
what is permissible and what is not, is a term that has just recently become
associated with tourism.
Halal tourism is a concept developed due to the
high demands among Muslim tourists travelling for business or leisure that need
to adhere to the requirements of halal. This includes an assortment of things,
such as hotels serving halal-only food and no alcohol, private beaches and
swimming pools for women, conservative uniforms for the working staff, and for
rooms to be equipped probably with what Muslims need in order to perform their
daily prayers.
Although the requirements are not that
complicated, there is a significant shortage in halal-friendly hotels in almost
all touristic destinations, including in the Middle East and Muslim countries.
Turkey’s Minister of Culture and Tourism Mahir
Ünal officially opened the world’s biggest international halal tourism
conference in Konya. The two-day conference was titled “Developing Halal
Tourism Industries” with the aim of shaping the future of a sector currently
worth $150bn.**
La explicación de esa escasez de locales para turismo
"halal" o islámico es relativamente sencilla, tanto dentro como fuera
de los espacios musulmanes. Los espacios turísticos de países musulmanes se han
abierto esencialmente para turistas extranjeros y se han adaptado a sus
hábitos. El problema es cuando eso se considera una "invasión" y se
atenta contra ellos, como hace el Estado Islámico y demás grupos terroristas,
para los que todo lo occidental debe
ser destruido, de la educación al turismo.
La retirada del turismo internacional de la zona por motivos
obvios intenta suplirse con un turismo interior al que sí se le aplican las
normas piadosas, tal como enumera en la información: piscinas segregadas,
prohibición de alcohol, exigencias de acompañantes responsables, etc.
El problema grave se plantea cuando ese turismo se quiere
trasladar a Occidente porque ni siquiera ellos están tranquilos allí. Para
muchos es una "liberación" poder salir de esos espacios totalmente
controlados y sometidos a vigilancia familiar y social. El turismo se convierte
en una vía de escape para poder respirar
ante la presión que sufren a su alrededor. No se trata de ponerse un bañador o unas
prendas ajustadas, de beber alcohol o de ir a una playa. Se trata de dejar de sentirse vigilado, de llevar una doble
vida entre lo que te gustaría poder hacer— y que se hace en la mayor parte del
mundo sin problemas— y una parte del mundo en donde todos están bajo vigilancia
unos de otros, compitiendo por ser virtuosos a los ojos de los demás. Como me
dicen algunos conocidos en estos casos: se trata de poder coger energía para
aguantar el resto del año.
La vigilancia se extiende incluso (o especialmente) a los
que creen que por estar fuera pueden ser "individuos" y no "comunidad".
A esos se les vigila especialmente. Hay mucha gente entre nosotros que no
revela su origen musulmán no porque tema ser discriminado, sino porque teme ser
reconducido al "buen camino" por los vigilantes [ver entrada Los vigilantes] que les han seguido para asegurarse que nadie pueda llevar una vida
independiente. Para ellos, moverse por otros países sin sentirse controlados es
importante, una forma necesaria de liberación de las tensiones constantes, de la
presión ambiental. La única pregunta cultural ante estas cuestiones es si "existe
la persona", individualmente, con derechos propios, o solo "existe la
comunidad". La respuesta estándar es la última. Como se señala en el
vídeo, lo civilizado es obedecer a Dios, colectiva e individualmente.
Más problemático se plantea la creación de espacios de
turismo halal en países no islámicos, en la medida en que entre en conflicto
con los derechos de las personas. En España ya se ha planteado y se recogió no
hace mucho la declaración de la ciudad por parte de la ciudad de Córdoba de su
interés por el turismo halal. La cuestión, obviamente, irá más allá de las
comidas. El establecimiento de un centro en Andalucía, el llamado "triángulo
Córdoba, Granada y Málaga" es uno de los destinos turísticos más
tentadores para este turismo que gusta de visitar los reinos perdidos y que
ahora el Estado Islámico propone recuperar
para el Califato por llegar.
El establecimiento de zonas de turismo halal es una forma de
evitar pérdidas de divisas para los países musulmanes. Creando centros
compatibles, el turismo no viajará fuera. Se trata entonces de dirigirlos hacia
el turismo permisible para evitar la
salida al exterior de personas y capitales. Podrían también evitarse los
atentados contra los turistas extranjeros y su pecaminosa forma de vida
pervirtiendo a los piadosos con su mal ejemplo. El turismo interior no debería
tener ese problema. El problema real es que solo se capta un cierto tipo de
turismo, básicamente el del Golfo que tiene los dos requisitos, dinero y
virtud. El dinero se deja y la virtud vuelve intacta a su origen.
En muchos casos, las empresas que se dediquen al turismo halal serán extranjeras, que invertirán, como lo han hecho en otros países en diferentes sectores, de construcción a equipos de fútbol. Los saudíes, que ya tienen la exclusiva de La Meca y Medina, ya están comprando hoteles en España, en la zona "andalusí". Ahora que quieren diversificar su economía, irán entrando en el sector con fuerza. De su paso por Marbella pueden dar cuenta muchos.
El turismo, un instrumento de encuentro y conocimiento, se ha convertido en
un complejo campo de batalla. Es una idea occidental, incluso más reducida, surgida precisamente en aquellos países que consideraban que estaban perdiendo su conexión con su pasado y buscaban mundos diferentes. Comprendemos cuánto de ideología está en su base,
cuánto de visión específica del mundo.
El islamista radical ve con ojos muy
distintos las pirámides que los demás miramos con admiración; de la misma forma
ese mismo turista ve con otros ojos, muy distintos a los nuestros, la Alhambra de Granada o la
Mezquita de Córdoba.
El turismo necesita de la paz y de la buena voluntad. El mundo se ha hecho pequeño y conflictivo. Aumenta el rechazo del otro y la intransigencia en el interior de muchos países. No sé lo que deparará el futuro, pero por ahora comprobamos lo extremadamente sensible que es el sector y la cantidad de condicionantes que tiene cuando se extiende. Es un fenómeno relativamente reciente en su desarrollo masivo. Antes de los turistas, fueron viajeros y exploradores. Aquellos estaban preparados para la aventura, incluso ya experimentaron el anti occidentalismo en algunas zonas. Pero nadie está preparado para esta explosión de barbarie que supone el Estado Islámico y el daño que está causando a las poblaciones y economías de muchos países.
*
"Islamic State posts video threatening to blow up Giza Pyramids,
Sphinx" Mada Masr 8/06/2016 http://www.madamasr.com/news/islamic-state-posts-video-threatening-blow-giza-pyramids-sphinx
**
"BUSINESS Halal tourism: a growing trend for Muslim travellers" Daily
News Egypt 9/06/2016
http://www.dailynewsegypt.com/2016/06/09/halal-tourism-growing-trend-muslim-travellers/
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