Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
¿Qué
ocurriría —se preguntaba Matt Damon durante su alocución a los alumnos y
profesores en el acto de graduación del prestigioso MIT hace unos días*— si este
mundo no fuera real sino solo una simulación en el ordenador de una
civilización superior? ¿Qué ocurriría si esto, nuestro mundo, fuera un
"simulacro" del que nosotros no fuéramos conscientes, en el que
actuáramos pensando hacerlo libremente pero solo respondiéramos a la lógica de
nuestro programa en el que todo estuviera determinado? De todas las
simulaciones posibles, ¿por qué estamos en aquella en la que Donald Trump es
candidato a la presidencia? ¿Podemos cambiarnos a otro simulacro?, se pregunta
ante las risas de los estudiantes y los aplausos de la mitad del cuerpo docente,
en cuyo estrado algunos se mueven nerviosos en sus asientos.
Si ayer
hablábamos de Meryl Streep y sus críticas a Trump desde la ironía de Cole
Porter y su "Kiss Me, Kate" hoy toca hacerlo de Matt Damon, quien ha
aportado su granito de arena para evitar que esta "simulación", en la
que Trump es candidato a la presidencia de los Estados Unidos, sea un
experimento desastroso y alguien reinicie la máquina.
Su
respuesta esa la misma que muchos han dado a este filosófico y viejo problema.
La respuesta es que, estemos en un simulacro o estemos en una realidad, "lo
que hacemos importa". "Deben salir de aquí y hacer muchas cosas
interesantes, cosas importantes, cosas ingeniosas, porque este mundo —real o
imaginario— tiene problemas y necesitamos que dejen todo de lado y ayuden a
resolverlos. Así que, adelante, escojan lo peor de lo peor del mundo", le
ha dicho. Y le ha hablado de la desigualdad económica, de la crisis de los
refugiados, la inseguridad nacional, el cambio climático, las pandemias, la
estafas del sistema bancario, etc. como retos, como desafíos para que los que
salgan de una de las instituciones educativas más prestigiosas del mundo pongan
su inteligencia, su entusiasmo, su creatividad y cualquier otra cualidad
positiva disponible para intentar resolverlo.
La
mención a Trump en todo esto es circunstancial, pero solo en cierto sentido.
Donald Trump forma parte de los problemas que debemos enfrentar y resolver.
Pero el centro de su discurso no debe ser eclipsado por la mención al candidato
que puede recalentar la máquina que gestiona nuestro mundo. El discurso de
Damon va más allá; es un mensaje doble a las universidades y a los que están en
ellas: lo que hacemos importa y elijamos un problema del mundo e intentemos
solucionarlo.
Como
tantas otras cosas, hemos pervertido el sentido de la universidad, su finalidad
última. Una de las polémicas que han salpicado la campaña para la nominación
republicana ha sido sobre la llamada "Trump University", unos
carísimos cursos para hacer dinero creados por el magnate candidato, sobre la
que penden denuncias por estafa. La NPR norteamericana incluía la historia de
Bob Guillo, un jubilado que exige que le devuelvan los 35.000 dólares que le
sacaron en las sesiones de la "university", cuya sesión inaugural
recuerda:
The session took place at a hotel on
Manhattan's East Side. Guillo remembers signs in the hotel lobby that read,
"This Way to Success." Inside the auditorium was a large cardboard
cutout of Trump, and attendees had their picture taken alongside it.
The people running the session were more like
motivational speakers than trained real estate professionals, and they were
very persuasive, Guillo says.
"The first thing they said was, 'Guys, Mr.
Trump is a multibillionaire and he doesn't need your money. He's doing this to
be benevolent and to allow people like you to become successful like he is,'
" Guillo says.**
A diferencia de la propuesta de Matt Damon en el MIT, una
verdadera universidad, la de Trump es un reflejo de los tiempos que el propio
magnate ha contribuido a crear. Trump no es un elemento surgido del azar: es un
signo de un estado del mundo.
Donde Damon propone elegir un problema que intentar resolver
en beneficio de todos, Trump y sus secuaces instructores no repiten eso que
hemos escuchado tantas veces de "cada crisis es una oportunidad",
llevándolo al extremo. Hoy se provocan crisis para encontrar esas oportunidades
especulativas —como recuerda Damon a los banqueros— en las que todos salen
perdiendo para que unos pocos, muy pocos, se beneficien. Tanto la palabra
"crisis" como "oportunidad" han sido llevadas al extremo de
la perversión en la culminación de un período de pérdida de sentido de la
comunidad en beneficio de un egoísmo individualista.
El centro de la argumentación del mensaje de Matt Damon es
válido para casi todas las universidades del mundo, más allá del engendro de
Trump. Hemos perdido unos y otros el sentido de la educación y el sentido de la
universidad como espacio y finalidad. Las propias universidades han perdido la
motivación para la captación de sus alumnos, considerados ahora "clientes".
La concepción empresarial de las universidades va más allá de su gestión y se
ha contagiado de una forma de ver el mundo que le es impropia.
"Lo que hacemos importa" es un mensaje claro. Ser
universitario es entrar a formar parte de una elite social cuya función no es
enriquecerse más que las otras sino ayudar a resolver los problemas del mundo,
adquirir una competencia específica, desde nuestra vocación, para ayudar a
resolver los problemas de la sociedad.
Hoy en muchas de nuestras universidades se enseña lo mismo
que en las "Trump University": cómo sacar dinero a la gente. Se hace
de forma más sutil, pero se hace. Hay programas de muchos tipos sobre cómo
manipular mercados o voluntades, sobre cómo bordear las leyes para aprovechas
sus lagunas, etc. Se financian proyectos cuyos objetivos son el aprovechamiento
de "oportunidades" en vez de la resolución de problemas.
La claridad y rotundidad del mensaje es grande: elijan un problema. Ser realmente "universitario"
implica una responsabilidad más allá del individualismo del que adquiere
conocimientos con la promesa de sacar un mayor beneficio.
Sorprende la frivolidad de lo universitario en todos los
ámbitos. Generaciones anteriores reflexionaron sobre el papel de la Universidad
y sus elites. El mensaje actual es que estudiando invertimos en nosotros mismos
y no tanto que es la sociedad la que invierte en nosotros para poder resolver
sus problemas. El beneficio propio lo es todo en un mundo que se ha
transformado en mercado y que actúa según su lógica. Ya nos han avisado de que
esta transformación tendría sus consecuencias. Y un de ellas, desde luego, es
la degradación de lo universitario. La Trump
University no es una anomalía; es solo una exageración.
Si no se produce pronto una recuperación de una mentalidad
universitaria que se vea a sí misma como parte responsable de lo que ocurre en
el mundo, quedará reducida a un formato en el que se enseñará que nadie es
responsable de lo que ocurre y nadie tiene la obligación de resolverlo.
Cuando uno accede a una universidad adquiere dos
compromisos. El primero es personal: tratar de formarse lo mejor posible.
Sorprende la trivialidad con la que se consideran los estudios, sorprende
también el carácter exclusivo y especializado con que se consideran. Un universitario,
como su nombre indica, es algo más que un "especialista" y su
formación debe ser lo más completa posible en los campos necesarios para tener
una visión más amplia de los problemas que tiene enfrente. El universitario
actual rechaza aquello que no se atenga a su campo, cada vez más especializado,
por lo que carece de una mirada integradora de los problemas. Es solo una pieza
y como tal su criterio es relativo. Como universitario debería tener una
perspectiva más amplia de la cultura y de la sociedad en la que vive.
El segundo compromiso es el social. El individualismo imperante
nos hace tener una perspectiva egoísta de nuestra función. El mensaje de Damon
es "elijan un problema", no solo una forma de "ganar dinero",
que es lo que parecen recomendarnos y nos prometen desde las instituciones.
Tener un formación superior significa tener una responsabilidad social compatible
con nuestras aspiraciones individuales que no tienen porqué caminar en
direcciones opuestas. Solo los que piensan en la formación como una inversión
para obtener un beneficio posterior percibirán ese conflicto de intereses o,
con más frecuencia, ni se lo plantearán.
El conocimiento tiene unas implicaciones éticas en cada
campo. Muchas de las crisis a las que hace referencia Damon en su alocución son
problemas creados por unas minorías que se resisten a renunciar a sus manejos
en nombre de un beneficio propio. Carecen de ética. No aprendemos para manipular mejor —la información, el
derecho, la economía, la salud, los fármacos, los alimentos...— a los demás;
aprendemos lo que otros han creado, descubierto, inventado... para poder
resolver los problemas esenciales de la mejor manera posible. Por eso la
Universidad es un espacio donde se aprende lo que se sabe hasta el momento y se
comprende que es insuficiente, que es un camino abierto porque el mundo y el
ser humano son sus campos inagotables.
Las universidades que renuncian a estos valores se deslizan
hacia la "Trump University", en las que el reclamo es hacerse rico.
Lo harán de forma más o menos elegante, pero lo harán. Y el mundo no mejorará
nunca si se llena de aspirantes a Trump, héroes modernos que desean compartir
su "saber hacer" para enriquecerse por un nada módico precio, como
saben los reclamantes en los juzgados norteamericanos.
Hay que mantener vivo ese lema: "elijan un
problema". El mundo está lleno de ellos, grandes y pequeños, de todos los
colores del arco iris. Háganlo para intentar solucionarlos, no para aprovecharse
de ellos.
El mensaje de Matt Damon en la graduación del MIT cita a
Trump como un peligro inminente, pero Trump —su mentalidad— está en nuestras sociedades, dentro
de nuestras instituciones, de muchas mentes, con muchas caras, las más
evidentes las de los miles de matriculados en sus cursos. Es solo la punta del
iceberg.
* "Matt Damon defenestra a Donald Trump, los bancos y
los medios" La Red 21 (Uruguay)
7/06/2016
http://www.lr21.com.uy/mundo/1291520-matt-damon-donald-trump-mit-massachusetts
**
"Trump University Customer: 'Gold Elite' Program Nothing But Fool's
Gold" NPR National Public Radio 6/06/2016 http://www.npr.org/2016/06/06/480948631/trump-university-customer-gold-elite-program-nothing-but-fools-gold
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