Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
A los
hipotéticos seguidores de este blog, que comenzó con la Primavera Árabe, el 1
de febrero de 2011, no les pillará por sorpresa el titular de ayer con el que
el diario El País recoge los datos de una encuesta realizada entre la juventud
de los países árabes: "Rusia es amigo y EE UU, enemigo... al menos para los jóvenes árabes".
En su esquematismo, el titular reproduce la simplicidad con la que muchos ven
las cosas en esa zona conflictiva del mundo, en donde quizá muchas cosas hayan
quedado reducida a la vieja pregunta del centinela en la noche: ¿amigo o enemigo?
Lo que encierren esas palabras, la sinceridad o engaño que contengan, es algo
más complejo y requerirán sesudos tratados enteros para definir conceptualmente
lo que es ahora visceral.
Las
épocas en las que Barack Obama era recibido con satisfacción en el auditorio de
la Universidad de El Cairo quedaron hace tiempo muy lejos, como un recuerdo que
muchos no quieren revivir.
El
matiz de que la encuesta se haya realizado entre los jóvenes es de gran
importancia porque implica una larga duración de este sentimiento dada la
juventud estadística de estos países cuyo crecimiento es grande. Son
mayoritariamente jóvenes y esos jóvenes ven a los Estados Unidos como un
enemigo, algo con lo que tendrán que lidiar los próximos presidentes
norteamericanos durante mucho tiempo.
Nos
dicen en el artículo:
La pregunta de la encuesta es la siguiente:
¿quién dirías que es el mayor aliado de tu país? Responden jóvenes árabes de 16
países, con edades de entre 18 y 24 años. La mayoría de los encuestados por la
empresa de comunicación ASDA’A Burson-Marsteller coincide en señalar a aliados
vecinos hasta que, entre los cinco primeros se cuela un país no árabe. Se
llevaba la palma desde 2012 Estados Unidos. Quinto ese año, también en 2013,
2014; en segundo y tercer lugar los años 2015 y 2016, y de nuevo quinto el
pasado año. Pero en el último estudio, el de 2018, EE UU ha desaparecido
incluso del top ten de aliados. Cae al puesto número 11. Su lugar lo ha
ocupado... Rusia. El primero en la lista de amigos es Emiratos Árabes Unidos.
La caída de EE UU y el ascenso de Rusia es
uno de los cambios más significativos registrados en la décima Encuesta a los
Jóvenes Árabes, para la que se entrevistaron a principios de año a 3.500
hombres y mujeres de Norte de África (Argelia, Egipto, Marruecos, Libia y
Túnez), de los miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (Arabia Saudí,
Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Qatar, Omán y Bahréin) y de la región levantina
(Jordania, Irak, Líbano, Palestina y Yemen). El desplome de EE UU, un año
después de que el magnate Donald Trump asumiera la presidencia, se traduce en
una caída de 12 puntos en tan solo dos años. Esto es, en 2016, el 25% de
jóvenes árabes preguntados creía que la primera potencia mundial era el mejor
amigo de su nación. Ahora solo lo hace un 13%.*
Según
se nos expone, la reacción sería más "anti Trump" que anti
norteamericana, ya que todo se liga a la irrupción de Trump en la vida política
nacional e internacional. Sin embargo, hay muchos más factores en juego que han
determinado los cambios.
El
diario resalta en sus titulares la cuestión del amigo, ahora enemigo,
americano. Trump acaba de firmar la retirada del acuerdo nuclear con Irán en
medio de amenazas de destruir un país que dice "¡muerte a Estados Unidos!",
diciendo proteger las ciudades americanas de las bombas atómicas iraníes, por
ahora solo parte de sus enunciados. Lo que ha hecho tendrá consecuencias
imprevisibles sobre una zona ya castigada en la que los aliados de Irán acaban
de ganar las elecciones en Líbano ante una enorme abstención. Oriente Medio,
toda una amplia zona que va de Libia a Yemen y las fronteras mismas de Turquía
está de nuevo en el aire.
Pero
esta encuesta es anterior, probablemente marcada por otra decisión polémica: el
traslado de la embajada norteamericana a Jerusalén, criticada por toda la
comunidad internacional. Las decisiones de Trump, que se presentan siempre
entre gestos de fuerza, lo único que hacen es debilitar la zona y exponerla a
mayores peligros, que es lo que muchos perciben. No tiene nada de particular,
pues, que pese a las críticas al papel de los Estados Unidos —los errores de la
política exterior de Barack Obama y Hillary Clinton—, sea la llegada de Donald
Trump lo que ha hecho desplomarse la percepción de los jóvenes árabes respecto
a la "amistad americana".
Pero es
necesario ir a la fuente original para comprender el conjunto de lo que se
desprende de la encuesta realizada por la agencia de relaciones públicas ASDA’A
Burson-Marsteller —cuyo lema es "nadie conoce Oriente Medio mejor que
nosotros"— que aborda cuestiones importantes sobre el liderazgo. El
resumen de lo detectado lo presentan en los siguientes diez puntos:
1. YOUTH SAY THE PAST DECADE – SHAPED BY THE
ARAB SPRING AND DAESH – HAS LEFT THE MIDDLE EAST DRIFTING OFF COURSE
2, TO STEER THE REGION IN THE RIGHT DIRECTION,
ACTION IS NEEDED ON JOBS, EDUCATION, GOVERNMENT CORRUPTION AND THE FIGHT
AGAINST TERROR
3. YOUNG ARABS SEE SAUDI CROWN PRINCE MOHAMMED
BIN SALMAN AS A STRONG LEADER WHO WILL SHAPE THE NEXT DECADE
4. ARAB YOUTH OVERWHELMINGLY WELCOME THE MOVE
TO ALLOW WOMEN TO DRIVE IN SAUDI ARABIA, BUT SAY MORE MUST BE DONE TO ADDRESS
WOMEN’S RIGHTS THROUGHOUT THE REGION
5. YOUNG ARABS ARE CONVINCED THAT DAESH – AND
ITS IDEOLOGY – WILL BE TOTALLY DEFEATED
6. YOUTH ACROSS THE MIDDLE EAST INCREASINGLY
VIEW THE US AS AN ADVERSARY, WHILE RUSSIA CEMENTS ITS POSITION AS THE TOP
NON-ARAB ALLY
7. THE UAE REMAINS THE TOP COUNTRY ARAB YOUTH
WANT TO LIVE IN, AND WANT THEIR OWN COUNTRIES TO EMULATE
8. YOUTH IN THE LEVANT HAVE AN INCREASINGLY
BLEAK OUTLOOK COMPARED WITH THEIR PEERS IN NORTH AFRICA AND THE GULF STATES
9. WHILE YOUNG ARABS INCREASINGLY TURN TO
SOCIAL MEDIA FOR THEIR NEWS, THEY SEE CNN AS THE MOST TRUSTED AND AL JAZEERA AS
THE LEAST TRUSTED NEWS SOURCES
10. INSPIRED BY THE DIGITAL REVOLUTION, FUTURE
ARAB ENTREPRENEURS TURN TO THE TECH SECTOR, WHICH OFFERS PLENTIFUL
OPPORTUNITIES IN THE REGION**
Los 10 puntos permiten ciertas agrupaciones para una mejor
comprensión. Los tres primeros puntos tienen que ver con la percepción de la
situación y las oportunidades frustradas. En el primero ven su situación actual
como caótica "responsabilizando" a la Primavera árabe y al Estado
Islámico. Si tenemos en cuenta que la "Primavera" fue un movimiento
esencialmente de "jóvenes" no deja de ser importante que lo vean como
un imposible inestable, es decir, unos ideales perdidos por el camino que han
generado otro movimiento que también puede ser considerado "joven",
el Estado Islámico, la reacción contraria. No estamos acostumbrados a pensar en
el Estado Islámico como un "movimiento juvenil", pero creo que lo es.
Surge como banderín de enganche de una de las ramas frustradas de la revolución
que hizo caer dictadores pero no supo construir democracia. Esa juventud,
entiendo, se ramificó en dos sectores, los de la democracia imposible y los del
califato improbable. Los primero se han visto atacado desde los "nuevos
viejos" poderes como "conspiradores" internacionales, "agentes
occidentales", "destructores del islam", etc. mientras que los
segundos intentaron convertirse en guerreros del islam pero no pasaron de
terroristas. El primer punto da cuenta, pues, de la frustración por las
oportunidades perdidas.
El segundo habla del cambio: educación, empleos, etc. Habla
de todo lo que los dirigentes de los países no supieron o quisieron lleva a
cabo y que causó las revoluciones. ¿Quién debe llevar en la "dirección
correcta" a estos países si no consiguen liberarse de su corrupción, que
les lleva en dirección contraria? Al ver la democracia como imposible, se cae
en un distanciamiento de la posibilidad de soluciones. Educación, justicia
social, mejoras económicas, etc. no están normalmente en las agendas de los
corruptos o dictadores, que solo avanzan en más corrupción y el crecimiento del
autoritarismo para evitar las críticas.
Es entonces cuando los jóvenes árabes miran a su alrededor y
se fijan en el único país que parece moverse hacia mejoras positivo,
irónicamente Arabia Saudí, el país del wahabismo y desde donde han salido gran
parte de las ideas y la financiación del fundamentalismo, cuando no los propios
terroristas, como Osama Bin Laden.
Es enorme el deseo de liderazgo dentro de la mentalidad
árabe, algo que es también peligroso porque implica que las reformas siempre
llegan desde arriba, desde una voluntad que pone a los "elegidos" al
frente de las masas. De ahí surge la desconfianza democrática, que atrae el
caos y no el orden. Es la versión del "caudillismo". La democracia trae
caos, los caudillos orden.
El príncipe heredero de Arabia Saudí ha realizado unas
cuantas reformas llamativas (abrir cines o que las mujeres puedan conducir) y
eso le convierte en el líder deseado por aquellos que tienen cine o cuyas
mujeres no tiene prohibido conducir. Se ve modernidad allí donde existía (y
existe) un atroz medievalismo. Pero todo forma parte de esa percepción
distorsionada, que convierte en "enviados" a los tímidos reformistas
en una de las monarquías más retrógradas del planeta, cuya existencia se debe a
la represión (de las patrullas de la policía de la virtud a las decapitaciones)
y al petróleo.
Los siguientes puntos se refieren a la derrota del Estado
Islámico y a la percepción de la necesidad de los derechos de las mujeres.
Ninguno de los dos puntos está demasiado claro. El primero obliga a distinguir
entre la derrota militar y la ideología radical, que no ha hecho sino crecer.
Los derechos de las mujeres contrastan con otros datos que muestran los
intentos de recortarlos por imposición de un machismo que considera que el
feminismo y la defensa de los derechos son una forma de destrucción de las
familias y el islam. Solo algún país está avanzando en ese sentido, más allá de
las buenas intenciones. El diario El País me ofrece como noticia relacionada
una cuyo titular es "Los jóvenes árabes son tan machistas como sus padres"
y es del 15 de mayo de 2017. Creo que se acerca más a la realidad que lo
expresado de forma general.
Los siguientes de la lista de conclusiones abordan temas
diferentes, el ya señalado sobre el hundimiento de los Estados Unidos, la
idealización de Emiratos, la percepción negativa de algunas zonas (como Yemen),
la confianza hacia medios como la CNN o la BBC (que implica desconfianza hacia
los propios) y, finalmente, la percepción de un futuro digital como salida de
los jóvenes al encierro en el que viven.
La cuestión mediática es interesante en momentos en los que,
por ejemplo, Egipto ha llevado al parlamento el cierre de la BBC en su
territorio mientras cuatro países reclaman el cierre de la qatarí Al-Jazeera o bloquean
cientos de medios digitales o crear su propio Facebook. La batalla por la
información lleva a una estrategia de control mediático que hará más débil la
libertad y la crítica, herramientas indispensables para la renovación que acabe
con los poderes corruptos dentro del sistema. Las restricciones a la
información aumentan de Turquía hasta Marruecos. En este panorama, pensar en un
futuro digital tiene cierta ironía, pues se están restringiendo las
posibilidades de acceder a una sociedad global como forma de control.
Los países árabes son jóvenes. Tener jóvenes en los países
implica la responsabilidad del desarrollo para crear oportunidades y no vivir en un estado de frustración permanente que acaba llevando
a la gente a las calles entre mareas de protestas. Así está ocurriendo en
Túnez, donde se están debilitando los logros de la revolución por la
incapacidad de librarse de la corrupción y avanzar por los buenos caminos. Por supuesto, esto no es exclusivo de los jóvenes árabes.
Lo negativo de esto es la percepción frustrada de la
democracia. Que el modelo político de liderazgo sea el príncipe heredero de
Arabia Saudí, cuyas reformas son fáciles por ser el país más retrógrado, dice
mucho sobre el clima y las posibilidades. La desconfianza en los gobiernos y en
las posibilidades de autodecisión se revelan en la encuesta. Otro de los
artículos sugeridos señala "Los jóvenes árabes pierden la fe en la democracia", esta
vez de 2015. Tampoco hay, como se ve, novedad.
Lo más evidente, creo, es el hundimiento de los Estados
Unidos de Trump, al que no solo los árabes han dejado de ver como
"amigo", sino la mayor parte de los países del globo, aunque la
diplomacia, la buena educación y la esperanza de que estos cuatro años pasen
pronto obligan a no decirlo.
*
"Rusia es amigo y EE UU, enemigo... al menos para los jóvenes árabes"
El País 8/05/2018
https://elpais.com/internacional/2018/05/08/actualidad/1525778697_616560.html
**
"TOP 10 FINDINGS. WHAT DO 200 MILLION ARAB YOUTH HAVE TO SAY ABOUT THEIR
FUTURE?" http://www.arabyouthsurvey.com/findings.html
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