Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
La
celebración ayer del Día Internacional de la Libertad de Prensa en Egipto solo
podía ser una celebración triste, pero necesaria. La Libertad de Prensa en
aquellos países en los que se ve aplastada constantemente es siempre un triste
recordatorio y una esperanza de que el futuro mejore. Esta segunda parte es la
que los periodistas que aspiran a poder informar con libertad —no todos tienen
esa aspiración, como se verá— no tienen tan clara, pues en la opinión de aquellos
que se arriesgan, el régimen sigue avanzado en su aspiración de que haya una
sola verdad y una sola voz, es decir, la reducción del periodismo a
"propaganda" oficial.
El
periodismo egipcio —como la sociedad— se encuentra dividido entre aquellos que
prefieren vivir sin demasiadas críticas y aplaudiendo cuando toca y aquellos
que se arriesgan a decir lo que piensan y ven realmente. Como hemos visto en
muchas ocasiones, el periodismo egipcio tiene las dos caras: las de los que
luchan por la libertad de prensa y la de aquellos que consideran que su trabajo
es transmitir consignas y contribuir al afianzamiento del estado, los que
prefieren vivir a la sombra del estado, de cuyas bellotas caídas se aprovechan.
El
régimen ha seguido trazando la red administrativa e institucional con la que
controlar los medios para hacer real el perímetro de vigilancia. Mediante este
trazado —tres organismos— puede controlar la vida profesional de los periodistas
y el estado de los medios. Es un sistema que el régimen está practicando con
asiduidad: la creación de organismos de control para aparentar distanciamiento político.
La realidad es muy otra: esos organismos son poblados por los afectos al
régimen quienes reciben así poder sobre sus compañeros y se lo deben a los que
les designan. Cuando un organismo manifiesta independencia, como ocurrió con el
Sindicato de Periodistas durante las manifestaciones e informaciones sobre la
cuestión de la entrega a Arabia Saudí de las islas de Tiran y Sanafir,
inmediatamente es bloqueado y desmantelado para ser después repoblado con
adeptos al régimen y sicarios voluntariosos.
Es en
este sentido en el que se manifiestan las voces de profesionales recogidas en
el final del artículo publicado ayer en Mada
Masr, con el título "Under siege: To be a journalist in Egypt":
The syndicate is to blame for outdated media
laws, Sabbagh argues. Similarly, Sayed asserts that the syndicate’s stance on
defending blocked websites has been weak, adding that only some members of the
board have intervened. The politicization of the profession and the state’s
need to suppress criticism has contributed to the syndicate’s weakness, Sayed
explains.
Badr sees the website blocks as part of a wider
crackdown on freedoms in Egypt. This is why, he argues, authorities are
blocking websites or jailing journalists, even though the Constitution forbids
imprisonment as a penalty in publishing cases, unless defendants are accused of
inciting violence, discrimination, or defamation of honor.
He adds that the current regime does not
believe in the role of the media, and is convinced that all of society should
mirror its discourse. “They cannot distinguish between the media and the
security apparatus. They want the press to be turned into communiques, not
dialogue, or criticism, or free thinking. Hence, the institutions who are
running Egypt’s media now are security personnel who have nothing to do with
the profession.”
These are, by far, the worst times for Egyptian
journalism, Badr says, adding that there is no end in sight. Sabbagh says that
the state is particularly cautious about street reporting. “We are living under
a state that does not respect journalists, or their rights and personal safety.
The syndicate should take some responsibility for this, she adds, so
journalists are not just at the mercy of their institutions.*
Las opiniones recogidas reiteran la idea de que el régimen
egipcio es un sistema de vigilancia y control social en donde el papel de los
medios queda reducido a la mera apología del sistema. Lo único que se perfeccionan son las categorías en las
cuales encuadrar la disidencia o la crítica. Aquí la imaginación administrativa
sancionadora egipcia tiene pocos rivales.
La condena a la cantante Sherine por hacer un chiste
diciendo que prefería beber agua mineral a las aguas del Nilo, categorizada
como una "difamación" y "difusión de noticias falsas", es
un listón que muchos regímenes autoritarios no llegarán a alcanzar. Un titular de
Al-Masry Al-Youm diciendo que el gobierno estaba movilizando a la población en
el último día de las elecciones, le ha costado el puesto al director, que fue
llamado a declarar y multado. Posteriormente ha sido sustituido y la línea del
periódico, el más importante de propiedad privada, ha cambiado de forma
notable.
Hoy tenemos un interesante ejemplo: mientras el estatal
Ahram Online recoge las críticas al ministro de Educación por hacer desaparecer
las escuelas experimentales que escolarizaban parte de su currículum en inglés
("Egypt Ministry of Education's plan to scrap the popular experimental
school system stirs controversy" Ahram Online 3/05/2018)***, Egypt Independent (la versión inglesa de
Al-Masry Al-Youm) nos muestra una
gozosa foto de alumnos felices con el titular "Egypt prepares for
‘education revolution’ launch in September" (Egypt Independent 2/05/2018). La información se limita a dar la
versión oficial del ministro y saluda como una "revolución educativa"
el que se deje de impartir el currículum en inglés. Curiosamente es lo mismo
que han hecho en Irán, donde el gobierno, para evitar las influencias
extranjeras sobre la mente de sus vigilados alumnos, ha retrasado el
aprendizaje del idioma extranjero en el currículum escolar ("Iran, banning
English teaching in primary schools" Euronews
9/01/2018)**. Primero el adoctrinamiento, luego el inglés para turistas.
Traemos el ejemplo educativo porque, como han señalado en el
texto de muestra el entretejido de las libertades y su padecimiento colectivo.
Las libertades constituyen un sistema en su conjunto. La educación es también
un medio de transmisión de información que debe ser controlado. Los medios
locales no son ya fiables, por lo que
la gente acude a los internacionales a través de Internet y las parabólicas.
Las dos formas de evitarlo es bloqueando los medios —hay más de 500 medios
bloqueados en Egipto en estos momentos— y las restricciones educativas. El
inglés es la lengua en la que se puede encontrar información no deseada.
La medida es absurda pero la coincidencia entre Irán y
Egipto para eliminar el inglés de los primeros años no parece una casualidad,
sino una respuesta a la globalización e internacionalización de los medios y su
efecto sobre los jóvenes especialmente. Es otra barrera más, la lingüística, la
que se quiere imponer para evitar que los "jóvenes" estén demasiado
"expuestos" a la información exterior. Es una maniobra típicamente
orwelliana como otra forma de aislamiento.
Mientras la mayor parte de los países tratan de integrar los idiomas desde la
escuela la "revolución educativa" egipcia va en dirección contraria,
por lo que las manifestaciones de padres que ve cercadas las posibilidades de
sus hijas e hijos están más que justificadas. Al menos los iraníes son claros
y dicen combatir la "invasión cultural". Una vez satanizado
"occidente" (democracia, feminismo, etc.), lo mejor es la "re-arabización",
que algunos intelectuales piden con diversas excusas.
Egyptian Streets
ha conmemorado el Día de la Libertad de Prensa haciendo recuento de lo ocurrido
desde que en 2017 se iniciara la primera gran oleada de cierres de medios por
parte del régimen. En la segunda mitad se centra en las amenazas actuales:
The crackdown on press further exacerbated
during Egypt’s presidential elections when the editor-in-chief of the
privately-owned newspaper Masr al-Arabiya Adel Sabry was arrested, and he is
still detained pending investigations. Additionally, the former editor-in-chief
of Egypt’s largest privately-owned newspaper al-Masry al-Youm Mohamed Saleh was
summoned for investigations and paying a fine after the main headline of the
newspaper said that the state is attempting to gather voters in the elections.
Saleh was sacked from his position and the newspaper now is headed by TV host
Hamdy Rizk.
Egypt has long been criticized by local and
international organizations for the lack of press freedom; however, president
Abdel Fattah al-Sisi repeatedly attested that there is no crackdown on media
and everyone is free to say whatever they want.
The number of detained journalists in Egypt
reached 21, according to the latest report of AFTE. Recently, journalist
Mahmoud Abou Zaid, also known as Shawkan, won the press freedom award of the
United Nations Educational, Scientific and Cultural Organisation (UNESCO).
Egypt’s Foreign Ministry criticized the UNESCO over the award and warned
against ‘politicization’ of the organization. The Press Syndicate constantly
called for the release of journalists behind the bars.
Tens of articles were banned and censored over
the past year, with Reporters Without Borders labeling Egypt as an unsafe place
for journalists. However, auhtorities refuse these claims.****
No es mala la observación de que las elecciones presidenciales
han supuesto un importante recrudecimiento de las medidas contra la prensa,
medios y periodistas, en el país. La reelección de Abdel Fatah al-Sisi abre una
serie de incógnitas sobre el futuro del país ante la tradición egipcia de que
nadie sale por su propio pie del poder, solo muertos (Nasser, Sadat) o derrocados
(Mubarak, Morsi). Más allá de que nadie interfiriera en ese proceso que todo el
mundo ha considerado como una farsa, quedan por delante una serie de episodios
que los medios tendrán que transmitir al pueblo egipcio y que van a necesitar
de una retórica eficaz y ausencia de críticas. Entre ellos se encuentran la creación
de un partido oficial del régimen (como hizo Mubarak), la fabricación de una
falsa oposición mediante la creación de una partido fantasmal (igual que hubo
un candidato "opositor" en las presidenciales) y una remodelación de
la Constitución para que el presidente al-Sisi pueda seguir al frente del
poder. La concepción del liderazgo egipcio es excluyente y busca la unanimidad.
Al-Sisi ya se presenta como "Egipto" y el "Estado". Los
medios deberán seguir esa línea de propaganda que lo incluye como
"enviado" para defender a Egipto (y al mundo) de los enemigos que
quieren destruirlos. En este clima de miedo son esenciales los medios, ya que
son quienes han de crear ese estado de ánimo. La campaña presidencial se ha hecho
en medio de una propagandística campaña contra el terrorismo en el Sinaí. No
hacían falta discursos electorales; la imágenes del ejército y de los
terroristas muertos era la mejor propaganda.
Los medios plantean siempre el mismo dilema a los gobiernos
autoritarios: los necesitan como medios de creación de imagen y los atacan
cuando intentan ser más libres de lo que les dejan. Lo solución es la
fabricación del "periodista funcionarial", aquellos que se inscriben
en la nómina del poder para mantener su propio estatus y juran obediencia.
Los pocos artículos publicados sobre la celebración del Día
Mundial de la Libertad de Prensa en Egipto marcan las líneas de los que serán
la lucha por la información en los próximos años. En un mundo global e
internacionalizado, la información fluye, por lo que se hace necesario hacer lo
que el régimen egipcio está haciendo: bloquear y cerrar medios, promover
operaciones de compra de los medios críticos, intimidar a los periodistas que
no son afines, premiar a los que les halagan y, finalmente, separar al público
de las fuentes no favorables de información (votación en el parlamento para
expulsar a la BBC del país, lanzar campañas mediáticas contra
"occidente" y sus medios principales, The New York Times, etc.)
No, la celebración del Día de la Libertad de Prensa, no
podía ser gozosa en Egipto, solo un triste recuento de lo que se pierde cada
día. Y en Egipto, estigmatizada la democracia como un factor de inestabilidad y
violencia (así se valora la Revolución de 2011 frente al "no-coup"
contra Morsi en 2013, visto como la restauración del orden por mandato del
pueblo), no había mucho que celebrar. La propaganda y los cantos al poder han
vuelto a ser los méritos. En un país donde el gobierno ha establecido que solo
es "verdad" lo que el estado dice, es difícil que prosperen las libertades,
es especial las que se refieren a la información y expresión. Las condenas por
difundir "noticias falsas" se han multiplicado intimidando a los
profesionales. El estado siempre tiene razón y al-Sisi les ha dicho que es la
próxima guerra, su defensa. Eso incluye a los medios especialmente, que serán
castigados al ser considerados traidores
a la patria y vendidos a Qatar,
Occidente, Turquía o a todos juntos, según toque.
Las detenciones de periodistas en Egipto se han producido no
solo por "escribir". En estos meses ha habido detenciones por reproducir
artículos de medios exteriores, que el régimen consideraba "fake
news" y también han sido detenidos profesionales por entrevistar a
personajes poco gratos para el
régimen, limitándose a reproducir sus palabras, como en el caso de la
entrevista al ahora detenido ex auditor general, Hisham Geneina, en el HuffPost Arabi. Citar algún medio que tenga
vínculos con los enemigos ya es delito, de Al-Jazeera a medios turcos u
hostiles al régimen de cualquier nacionalidad. Eso incluye ya a la BBC, cuyo
procedimiento parlamentario de expulsión de Egipto forma parte del
enterramiento y momificación de la opinión pública. A eso hay que sumar las
maniobras de vigilancia sobre las redes sociales y la creación de redes
controladas con la excusa de la protección de datos, lo que no deja de ser un
sarcasmo en un país que desde hace décadas tiene por norma la vigilancia de sus
ciudadanos o de los extranjeros molestos (caso de Giulio Regeni). Igualmente
han sido expulsados periodistas de medios extranjeros a los que se ha puesto en
el aeropuerto o se han cancelado sus visados. Tanto el caso de la periodista británica
a la que se ha expulsado tras años de residir en Egipto durante la época
electoral, como el de la presentadora libanesa a la que se fue a buscar a su
casa para llevarla al aeropuerto dejando marido e hija tras unas pocas horas de
finalizar su contrato profesional con una emisora egipcia. Días antes,
comentábamos aquí la concesión del premio a los Derechos Humanos de la UNESCO al
fotoperiodista Shawkan, condenado por fotografiar la brutal actuación contra las sentadas
islamistas pro-Morsi en 2013, con cerca de 1.000 muertos; el régimen le acusa
de asesinato por tomar fotografías y le hace cómplice de las muertes,
conspiración, etc. La relación negativa del régimen con la información, los
medios y los profesionales sería interminable.
Hay muy buenos periodistas en Egipto —lo hemos dicho aquí en
muchas ocasiones—, gente que cree en el valor de su profesión y en la necesidad
de romper la capa informativa que el régimen está tejiendo sobre la realidad.
Van quedando menos, entre silencios y retiradas discretas, entre detenciones y
despidos. El miedo y la adulación son dos poderosas tentaciones. La historia
decidirá.
* "Under siege: To be a journalist in Egypt" Mada
Masr 3/05/2018 https://www.madamasr.com/en/2018/05/03/feature/politics/under-siege-to-be-a-journalist-in-egypt/
**
"Iran, banning English teaching in primary schools" Euronews
9/01/2018
http://www.euronews.com/2018/01/09/iran-banning-english-teaching-in-primary-schools
*** "Egypt Ministry of Education's plan to scrap the popular experimental school system stirs controversy" Ahram Online 3/05/2018 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/298826/Egypt/Politics-/Egypt-Ministry-of-Educations-plan-to-scrap-the-pop.aspx
****
"Egypt Celebrates Press Freedom Day With Hundreds Of Blocked
Websites" Egiptian Streets 3/05/2018
https://egyptianstreets.com/2018/05/03/egypt-celebrates-press-freedom-day-with-hundreds-of-blocked-websites/
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