jueves, 24 de mayo de 2018

La biblioteca familiar como defensa


Joaquín Mª Aguirre (UCM)
El diario estatal egipcio Ahram Online reproduce el artículo "Culture against terrorism", firmado por Mohamed Salmawy. El artículo había sido publicado en la también estatal Ahram Weekly. Salmawy es el presidente de la asociación de escritores egipcios, periodista, ha sido miembro de ministerios, profesor de lengua y literatura en la Universidad de El Cairo en el pasado, persona preocupada por la cultura, un intelectual. Fue editor del Ahram Weekly, donde apareció este artículo, y columnista frecuente en Ahram Online.
Lo que le trae esta vez a la escritura es una preocupación muy concreta que se manifiesta en una pregunta lanzada al gobierno: «Has the government has radically cut Ministry of Culture allocations in the budgetary bill that is now under review in the House of Representatives?» En un Egipto en crisis económica, los recortes presupuestarios en "cultura" puede parecer a muchos una salida fácil. Pero las preguntas de Salmawy son una crítica a una tendencia a ver en la cultura solo negocio y no el fundamento para poder amueblar las mentes dejadas al descubierto para la seducción totalitaria del fanatismo.
Mohamed Salmawy reconoce los sacrificios y esfuerzos realizados por las vías de la fuerza para conseguir la seguridad, pero considera que eso no es suficiente:

An MP told me that the allocation for the Family Library project has been slashed entirely. Is this true? Is this acceptable? I fear for the future if the House of Representatives approves the budget as it stands, because this would be an implicit declaration that the government has given up fighting terrorism, despite the enormous price that Egypt has paid in fighting terrorist crimes, a toll that was paid in the form of innocent lives lost, the disruption of revenues from tourism and the sources of people’s livelihoods, and the lack of security and sense of safety.
I had thought that, with the success we have achieved in driving back terrorism through military and security means, the time has come to address the ideological sources of terrorism in order to eliminate it entirely.*


Es difícil que hoy se pueda eliminar en su totalidad el fenómeno de terrorismo basado en el fanatismo religioso, cuyas raíces son complejas. Pero también es cierto que es necesario afrontarlo en terrenos más allá de la lucha armada. Cada terrorista caído es uno menos, sí, pero muerte es reciclada en "martirio", en "sacrificio" que marca el camino a otros. La verdadera lucha está en las mentes.
Salmawy considera inaceptable que se renuncie a la vía cultural mediante los recortes que el parlamento egipcio tiene previsto hacer. En el marco de las críticas que gobierno y parlamento afrontan, esta crítica desde los propios medios estatales y por una persona tan significativa dentro del mundo intelectual egipcio —cuyos silencios suelen ser tan clamorosos como sus halagos— supone un plante serio.
Tras hacer un canto patriótico a los sacrificios de la lucha armada contra el terrorismo, Salmawy pasa a lamentar la pérdida de apoyo a las otras armas, las intelectuales:

However, as important as these efforts are, they focus on the terrorist crimes and criminals, not on terrorism itself. Terrorism is the product of deviant ideas and attitudes planted in the minds and hearts of deluded youths who are recruited to commit those crimes.
Ideas cannot be fought by arms or by the law. Ideas are fought by ideas, by culture, literature and the arts. The weapons in this battle are not the gun or the bomb, but the book, the film and the piece of music.
These latter are the weapons that the government has ignored for decades, leaving the field open to ideologies of extremism, fanaticism and sectarianism.
I am amazed that we have let all these years go by, fighting the crimes of terrorism without acting on the need to draw up a comprehensive national plan to fight the terrorist phenomenon.
Such a plan would bring on board the ministries of culture, education, youth and sports, and social solidarity, and the Supreme Council for the Press and Media.
Their joint purpose would be to fight terrorist thought by reaching out to people’s minds, using the weapons of the book, the film and other cultural products to save them from the predations of the preachers of extremism, Salafism and delinquency.*

Al canto a las armas intelectuales —las ideas se combaten con ideas— se suma la crítica a la ignorancia de esto durante décadas. El crecimiento de las ideas fanáticas requiere de una acción que las combata en sus mismos términos. El gran error de los regímenes autoritarios es pensar que con la fuerza de las armas lo controlan todo. 
El origen de la Biblioteca Familiar está en los años del régimen de Hosni Mubarak. Poco después de la Revolución de enero de 2011, en plena Primavera árabe, Egypt Independent nos ofrecía información sobre la Biblioteca y lo que había supuesto:


The General Egyptian Book Organization last month appointed a committee of reputable writers and literati, headed by author Ibrahim al-Aslan, to reform a cultural project to promote reading, “Maktabet al-Osra” (Family Library).
Since its establishment in 1994, the Family Library has been under continuous scrutiny in the cultural field. A Culture Ministry project created under the leadership of former First Lady Suzanne Mubarak, it was meant to encourage reading among the public by re-printing a selection of classics and newer books at affordable prices.
"Despite its great potential, the project was meant to beautify the face of the Mubarak regime,” says Ahmed Zakaria al-Shalaq, a professor of modern history at Ain Shams University, who is a member of the new committee. “Our main aim now is to make ‘Maktabet al-Osra’ beneficial to all Egyptians."
One main criticism waged against the project was the ambiguous criteria upon which books were selected for republishing, with some making accusations of nepotism and favoritism of writers affiliated with the Mubarak regime. Printing an image of the former first lady on the back of every published book was also a cause for dissatisfaction with the project.**



De lo que se decía en agosto de 2011, poner la biblioteca al servicio de todos los egipcios, evitando convertirla en un mecanismo de propaganda del régimen, con la cara de la esposa de Mubarak impresa en cada ejemplar, y en una forma de promover a los amigos. Una biblioteca desde el estado requiere de un estado con amplias miras para no instrumentalizarla. Ahora, en cambio, se enfrenta a la extinción, como manifiesta Mohamed Salmawy en su escrito en Ahram Online. ¿No hay otra fórmula entre la extinción y la propaganda, una que permita a los egipcios acceder a lo mejor de la cultura universal?
Hace unos días puede ver un vídeo realizado por la publicación Cairo Scene, que nos presentaba a Omar Amin y su The Vanished Library. Amin recoge libros donados y les encuentra "hogar". Los destinos de los libros son la venta, el intercambio o la donación a orfanatos, colegios o institutos. Él recupera lo que corre riesgo de perderse. Tiene libros en muchos idiomas, reflejo de una clase ilustrada y cosmopolita del pasado que ahora se desprende de ellos. Los libros más valiosos, nos dice, están tras el cristal, son los feministas.


Otra iniciativa nos muestra bibliotecas en la calle, muebles conteniendo libros que pueden ser leídos por los que pasan. Es una forma, se señala, de enfrentarse a la subida de los precios de los libros. Los libros son muchos de importación y su precio se ha disparado. Todo está caro y los libros más.
En una de mis visitas a Egipto, alguien me contó que los grupos salafistas se dedicaban a retirar del mercado los libros que consideraban "peligrosos". Algunos se dedicaban a recorrer las librerías callejeras y las purgaban de los libros peligrosos. Omar Amin sabe que los libros son piezas apetecibles tanto para los que quieren leerlos como para los que no quieren que sean leídos. Ellos, los integristas, sí saben el papel importante de la lucha cultural; una victoria en este campo traerá los reclutas para la guerra terrorista. Todo empieza en la mente.
El problema de los regímenes autoritarios es que no saben ir más allá de la propaganda ni más allá de la fuerza. El fundamentalismo de las ideas se combate con libertad, una libertad que debe ser expresada. El problema es la de aquellos que consideran que la libertad es un vacío. Es entonces cuando se empieza a perder la batalla porque el fundamentalismo es claramente activo, descredita la libertad y no la respeta. Por eso es importante el compromiso activo de las personas que defienden las libertades. Y eso lleva a un problema grave a un régimen que usa la fuerza y la censura, por un lado, y tiene que combatir al fundamentalismo con las armas de la fuerza. Salmawy tiene razón, las ideas se combaten con ideas; pero hay que añadir que el fundamentalismo se combate con libertades. Y es ahí donde falla el régimen, que anula las voces críticas y busca un sistema monolítico.


Aquí, en este blog, hemos dado cuenta de intelectuales valiosos que anunciaban su retirada de la vida cultural, su autoexilio en el silencio. No querían ser tildados de traidores por decir que "no era esto", que el régimen de al-Sisi escogió la peor opción: repetir los errores de la era de Hosni Mubarak. Por ello no tiene nada de particular que no comprendan el valor de la cultura y recorten sus presupuestos en un proyecto esencial, la "biblioteca familiar".

Article 48 of the Egyptian Constitution states: “Culture is a right of every citizen that is guaranteed by the state. The state is committed to support it and provide all types of cultural materials to the various sectors of the population.”
This is the right that is key to fighting deviant thought which leads to terrorism.
Unfortunately, activating that right has always run up against a barrier of making books available to the recipient. This is why the Family Library project is so important.
It helped overcome the chief obstacle to the dissemination of the book and its literary, cultural and educational substance: the price.
For many years we had relied on a single instrument— the Cairo International Book Fair — to make books available to the public at affordable prices.
But thanks to the Family Library project, huge amounts of readers — numbering in the millions now — have gained access to the ideas of leading Egyptian and international writers and experts in all fields of knowledge.*

Solo la insensibilidad de los legisladores o del estado mismo puede no comprender la importancia de la idea. Poder colocar en las casas, en las familias, una colección de libros que mantengan alimentada la mente frente al vacío y lo defiendan de la penetración de las ideas violentas es muy importante y una inversión de futuro. No sé si esto es medible de alguna forma, pero el sentido común nos dice que en una mente ilustrada es más difícil que entren las ideas fanáticas.
Los libros son una parte; lo importante es que esas ideas se interioricen. Para combatir el fanatismo no vale crear otro de signo contrario, sino mentes críticas y autónomas. Eso es lo que hace recelar al poder. Creen que mentes críticas se volverán contra ellos. Y tienen razón, pero no lo harán bajo el manto del terrorismo, sino exigiendo libertades.
En Egipto, los poderes se han encargado de hacer ver que las libertades acaban en el caos y que solo la fuerza les puede defender. Así el poder refuerza su prestigio a través de la fuerza. Es un error que se acaba pagando.
Más allá de Egipto, las bibliotecas familiares están desapareciendo por muchos motivos pero con un solo resultado: el vacío de la ignorancia es aprovechado para la penetración de ideas que nos manipulan, que juegan con nuestra credulidad indefensa. Hoy es la batalla de la desinformación, de las fake news o de la forma que queramos llamar a los incitadores de la ignorancia. Nos necesitan ignorantes para poder manipularlos. La ignorancia es el futuro con el que muchos cuentan y que están creando en medio de un mundo lleno de fuentes de información que son despreciadas en favor de lo atractivo, de lo hábilmente diseñado para seducirnos.
La advertencia de Mohamed Salmawy sobre los recortes o la suspensión de proyecto de la "Biblioteca familiar" en Egipto debe ser tomada en serio:

If we abolish or cut back the Family Library project we will have abandoned one of our chief weapons in this battle against terrorism itself, a battle that we still need to win.
I appeal to all our lawmakers in the House of Representatives to take heed of the danger and to insist that the government safeguard the Family Library project and increase, rather than cut, its allocation in the budget.
This is the type of action we need to take if we are truly serious about fighting terrorism.*

El mensaje ha salido a través de Ahram Weekly y de Ahram Online, lo que indica que ambos medios le conceden importancia a la figura y al mensaje. Su defensa de la cultura, de los libros y la lectura, como formas de defenderse del mal del integrismo fundamentalista que acaba traduciendo sus ideas en muerte es importante porque muchos de los intelectuales no están dispuestos a decir cualquier cosa que les sitúe frente al régimen. Entre el silencio y el halago, Salmawy ha elegido una tercera vía, la crítica para dejar en evidencia a los que desprecian el papel de la cultura. Las ideas que salen habitualmente del parlamento egipcio no son precisamente un motivo de esperanza.


El siglo XXI es ya el siglo de la ignorancia, el de la falta de capacidad de enfrentarse a los problemas reales a través de las ideas por la irrupción masiva de la trivialidad, el gran enemigo del pensamiento. Hoy hay demasiadas cosas que nos llevan a ellas. Lo percibimos allí donde deberían producirse los debates. Ya no hay debate, solo grito o bostezo.
Esto hace que en los países en paz se busque el conflicto permanente y que en los que viven graves conflictos —como Egipto— la violencia sea constante. Tiene razón Salmawy: la raíz son las ideas y se combaten con ideas. En aquellas sociedades que desperdician sus espacios de diálogo porque han empezado a apoderarse de ellas la trivialidad, el vacío se llena con populismos, nacionalismos, integrismos, sectas, etc. Todo ello es resultado claro del vacío, de la incapacidad de traducir en actitudes y compromiso la defensa de nuestras libertades y logros. Solo desde la ignorancia es posible rechazar lo que construimos y dinamitarlo. Los favorecidos son los que tienen orden e ideas y siembran el desorden primero para cosechar después.
El ejemplo de Egipto es importante. Hay que defenderse frete a los partidarios del libro único o de ideas únicas. Para esos libros diversos ya no hay espacio, parece, en nuestros hogares. Sin ellos, sin sus palabras variadas, ricas, nos empobrecemos y pasamos a ser alimento de los carroñeros que niegan las libertades y necesitan de nuestros cadáveres intelectuales. Leer nos saca de nosotros mismos, de nuestras certezas, y nos ayuda a comprender mejor al regreso de nuestro viaje en la lectura. Hay que leer, leer de forma diversa, acercarse a lo desconocido para comprender mejor y comprendernos críticamente. En la variedad está la receta contra el adoctrinamiento.
Esperemos que el artículo de Mohamed Salmawy sirva de algo y la Biblioteca familiar pueda llegar a más hogares llevando energía renovada en las ideas, lejos del adoctrinamiento, de la propaganda y del amiguismo. Lo expresado sobre la Feria del Libro de El Cairo como único recurso da cuenta de la precariedad y del abandono de regiones enteras que han quedado fuera del alcance de la influencia de los libros. Se pagan así los años de censuras, de silencios, aprovechadas por los que no necesitan más que un libro y sus tácticas de seducción.


* Mohamed Salmawy "Culture against terrorism" Ahram Online 21/05/2018 http://english.ahram.org.eg/NewsContentP/4/299893/Opinion/Culture-against-terrorism.aspx
** "Reforming Suzanne Mubarak’s Family Library" EgyptIndependent 11/08/2011 http://www.egyptindependent.com/reforming-suzanne-mubaraks-family-library/



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