Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
El
diario estatal egipcio Ahram Online reproduce el artículo "Culture
against terrorism", firmado por Mohamed Salmawy. El artículo había sido
publicado en la también estatal Ahram Weekly. Salmawy es el presidente de la
asociación de escritores egipcios, periodista, ha sido miembro de ministerios, profesor
de lengua y literatura en la Universidad de El Cairo en el pasado, persona
preocupada por la cultura, un intelectual. Fue editor del Ahram Weekly, donde
apareció este artículo, y columnista frecuente en Ahram Online.
Lo que le trae esta vez a la escritura es una preocupación
muy concreta que se manifiesta en una pregunta lanzada al gobierno: «Has the government has
radically cut Ministry of Culture allocations in the budgetary bill that is now
under review in the House of Representatives?» En un Egipto en crisis económica, los recortes presupuestarios
en "cultura" puede parecer a muchos una salida fácil. Pero las
preguntas de Salmawy son una crítica a una tendencia a ver en la cultura solo
negocio y no el fundamento para poder amueblar las mentes dejadas al descubierto
para la seducción totalitaria del fanatismo.
Mohamed Salmawy reconoce los sacrificios y esfuerzos
realizados por las vías de la fuerza para conseguir la seguridad, pero considera
que eso no es suficiente:
An MP told me that the allocation for the
Family Library project has been slashed entirely. Is this true? Is this
acceptable? I fear for the future if the House of Representatives approves the
budget as it stands, because this would be an implicit declaration that the
government has given up fighting terrorism, despite the enormous price that
Egypt has paid in fighting terrorist crimes, a toll that was paid in the form
of innocent lives lost, the disruption of revenues from tourism and the sources
of people’s livelihoods, and the lack of security and sense of safety.
I had thought that, with the success we have
achieved in driving back terrorism through military and security means, the
time has come to address the ideological sources of terrorism in order to
eliminate it entirely.*
Es difícil que hoy se pueda eliminar en su totalidad el fenómeno
de terrorismo basado en el fanatismo religioso, cuyas raíces son complejas.
Pero también es cierto que es necesario afrontarlo en terrenos más allá de la
lucha armada. Cada terrorista caído es uno menos, sí, pero muerte es reciclada
en "martirio", en "sacrificio" que marca el camino a otros.
La verdadera lucha está en las mentes.
Salmawy considera inaceptable que se renuncie a la vía cultural
mediante los recortes que el parlamento egipcio tiene previsto hacer. En el
marco de las críticas que gobierno y parlamento afrontan, esta crítica desde
los propios medios estatales y por una persona tan significativa dentro del
mundo intelectual egipcio —cuyos silencios suelen ser tan clamorosos como sus
halagos— supone un plante serio.
Tras hacer un canto patriótico a los sacrificios de la lucha
armada contra el terrorismo, Salmawy pasa a lamentar la pérdida de apoyo a las
otras armas, las intelectuales:
However, as important as these efforts are,
they focus on the terrorist crimes and criminals, not on terrorism itself.
Terrorism is the product of deviant ideas and attitudes planted in the minds
and hearts of deluded youths who are recruited to commit those crimes.
Ideas cannot be fought by arms or by the law.
Ideas are fought by ideas, by culture, literature and the arts. The weapons in
this battle are not the gun or the bomb, but the book, the film and the piece
of music.
These latter are the weapons that the
government has ignored for decades, leaving the field open to ideologies of
extremism, fanaticism and sectarianism.
I am amazed that we have let all these years go
by, fighting the crimes of terrorism without acting on the need to draw up a
comprehensive national plan to fight the terrorist phenomenon.
Such a plan would bring on board the ministries
of culture, education, youth and sports, and social solidarity, and the Supreme
Council for the Press and Media.
Their joint purpose would be to fight terrorist
thought by reaching out to people’s minds, using the weapons of the book, the
film and other cultural products to save them from the predations of the
preachers of extremism, Salafism and delinquency.*
Al canto a las armas intelectuales —las ideas se combaten
con ideas— se suma la crítica a la ignorancia de esto durante décadas. El
crecimiento de las ideas fanáticas requiere de una acción que las combata en
sus mismos términos. El gran error de los regímenes autoritarios es pensar que
con la fuerza de las armas lo controlan todo.
El origen de la Biblioteca Familiar está en los años del régimen de Hosni Mubarak. Poco después de la Revolución de enero de 2011, en plena Primavera árabe, Egypt Independent nos ofrecía información sobre la Biblioteca y lo que había supuesto:
The General Egyptian Book Organization last
month appointed a committee of reputable writers and literati, headed by author
Ibrahim al-Aslan, to reform a cultural project to promote reading, “Maktabet
al-Osra” (Family Library).
Since its establishment in 1994, the Family
Library has been under continuous scrutiny in the cultural field. A Culture
Ministry project created under the leadership of former First Lady Suzanne
Mubarak, it was meant to encourage reading among the public by re-printing a
selection of classics and newer books at affordable prices.
"Despite its great potential, the project
was meant to beautify the face of the Mubarak regime,” says Ahmed Zakaria
al-Shalaq, a professor of modern history at Ain Shams University, who is a
member of the new committee. “Our main aim now is to make ‘Maktabet al-Osra’
beneficial to all Egyptians."
One main criticism waged against the project
was the ambiguous criteria upon which books were selected for republishing,
with some making accusations of nepotism and favoritism of writers affiliated
with the Mubarak regime. Printing an image of the former first lady on the back
of every published book was also a cause for dissatisfaction with the project.**
De lo que se decía en agosto de 2011, poner la biblioteca al servicio de todos los egipcios, evitando convertirla en un mecanismo de propaganda del régimen, con la cara de la esposa de Mubarak impresa en cada ejemplar, y en una forma de promover a los amigos. Una biblioteca desde el estado requiere de un estado con amplias miras para no instrumentalizarla. Ahora, en cambio, se enfrenta a la extinción, como manifiesta Mohamed Salmawy en su escrito en Ahram Online. ¿No hay otra fórmula entre la extinción y la propaganda, una que permita a los egipcios acceder a lo mejor de la cultura universal?
Hace unos días puede ver un vídeo realizado por la
publicación Cairo Scene, que nos presentaba a Omar Amin y su The Vanished
Library. Amin recoge libros donados y les encuentra "hogar". Los destinos de los libros son la venta, el intercambio o la donación a orfanatos, colegios o institutos. Él recupera lo que corre riesgo de perderse. Tiene libros en muchos idiomas, reflejo de una clase ilustrada y cosmopolita del pasado que ahora se desprende de ellos. Los libros más valiosos, nos dice, están tras el cristal, son los feministas.
Otra iniciativa nos muestra bibliotecas en la calle, muebles conteniendo libros que pueden ser leídos por los que pasan. Es una forma, se señala, de enfrentarse a la subida de los precios de los libros. Los libros son muchos de importación y su precio se ha disparado. Todo está caro y los libros más.
En una de mis visitas a Egipto, alguien me contó que los grupos salafistas se dedicaban a retirar del mercado los libros que consideraban "peligrosos".
Algunos se dedicaban a recorrer las librerías callejeras y las purgaban de los
libros peligrosos. Omar Amin sabe que los libros son piezas apetecibles tanto
para los que quieren leerlos como para los que no quieren que sean leídos.
Ellos, los integristas, sí saben el papel importante de la lucha cultural; una
victoria en este campo traerá los reclutas para la guerra terrorista. Todo empieza
en la mente.
El problema de los regímenes autoritarios es que no saben ir
más allá de la propaganda ni más allá de la fuerza. El fundamentalismo de las
ideas se combate con libertad, una libertad que debe ser expresada. El problema
es la de aquellos que consideran que la libertad es un vacío. Es entonces
cuando se empieza a perder la batalla porque el fundamentalismo es claramente
activo, descredita la libertad y no la respeta. Por eso es importante el
compromiso activo de las personas que defienden las libertades. Y eso lleva a
un problema grave a un régimen que usa la fuerza y la censura, por un lado, y
tiene que combatir al fundamentalismo con las armas de la fuerza. Salmawy tiene
razón, las ideas se combaten con ideas; pero hay que añadir que el fundamentalismo
se combate con libertades. Y es ahí donde falla el régimen, que anula las voces
críticas y busca un sistema monolítico.
Aquí, en este blog, hemos dado cuenta de intelectuales
valiosos que anunciaban su retirada de la vida cultural, su autoexilio en el
silencio. No querían ser tildados de traidores por decir que "no era
esto", que el régimen de al-Sisi escogió la peor opción: repetir los
errores de la era de Hosni Mubarak. Por ello no tiene nada de particular que no
comprendan el valor de la cultura y recorten sus presupuestos en un proyecto
esencial, la "biblioteca familiar".
Article 48 of the Egyptian Constitution states:
“Culture is a right of every citizen that is guaranteed by the state. The state
is committed to support it and provide all types of cultural materials to the
various sectors of the population.”
This is the right that is key to fighting
deviant thought which leads to terrorism.
Unfortunately, activating that right has always
run up against a barrier of making books available to the recipient. This is
why the Family Library project is so important.
It helped overcome the chief obstacle to the
dissemination of the book and its literary, cultural and educational substance:
the price.
For many years we had relied on a single
instrument— the Cairo International Book Fair — to make books available to the
public at affordable prices.
But thanks to the Family Library project, huge
amounts of readers — numbering in the millions now — have gained access to the
ideas of leading Egyptian and international writers and experts in all fields
of knowledge.*
Solo la insensibilidad de los legisladores o del estado
mismo puede no comprender la importancia de la idea. Poder colocar en las
casas, en las familias, una colección de libros que mantengan alimentada la mente
frente al vacío y lo defiendan de la penetración de las ideas violentas es muy
importante y una inversión de futuro. No sé si esto es medible de alguna forma,
pero el sentido común nos dice que en una mente ilustrada es más difícil que
entren las ideas fanáticas.
Los libros son una parte; lo importante es que esas ideas se
interioricen. Para combatir el fanatismo no vale crear otro de signo contrario,
sino mentes críticas y autónomas. Eso es lo que hace recelar al poder. Creen
que mentes críticas se volverán contra ellos. Y tienen razón, pero no lo harán
bajo el manto del terrorismo, sino exigiendo libertades.
En Egipto, los poderes se han encargado de hacer ver que las
libertades acaban en el caos y que solo la fuerza les puede defender. Así el
poder refuerza su prestigio a través de la fuerza. Es un error que se acaba
pagando.
Más allá de Egipto, las bibliotecas familiares están
desapareciendo por muchos motivos pero con un solo resultado: el vacío de la
ignorancia es aprovechado para la penetración de ideas que nos manipulan, que
juegan con nuestra credulidad indefensa. Hoy es la batalla de la desinformación,
de las fake news o de la forma que
queramos llamar a los incitadores de la ignorancia. Nos necesitan ignorantes
para poder manipularlos. La ignorancia es el futuro con el que muchos cuentan y
que están creando en medio de un mundo lleno de fuentes de información que son
despreciadas en favor de lo atractivo,
de lo hábilmente diseñado para seducirnos.
La advertencia de Mohamed Salmawy sobre los recortes o la
suspensión de proyecto de la "Biblioteca familiar" en Egipto debe ser
tomada en serio:
If we abolish or cut back the Family Library
project we will have abandoned one of our chief weapons in this battle against
terrorism itself, a battle that we still need to win.
I appeal to all our lawmakers in the House of
Representatives to take heed of the danger and to insist that the government
safeguard the Family Library project and increase, rather than cut, its
allocation in the budget.
This is the type of action we need to take if
we are truly serious about fighting terrorism.*
El mensaje ha salido a través de Ahram Weekly y de Ahram
Online, lo que indica que ambos medios le conceden importancia a la figura y al
mensaje. Su defensa de la cultura, de los libros y la lectura, como formas de
defenderse del mal del integrismo fundamentalista que acaba traduciendo sus
ideas en muerte es importante porque muchos de los intelectuales no están
dispuestos a decir cualquier cosa que les sitúe frente al régimen. Entre el
silencio y el halago, Salmawy ha elegido una tercera vía, la crítica para dejar
en evidencia a los que desprecian el papel de la cultura. Las ideas que salen
habitualmente del parlamento egipcio no son precisamente un motivo de
esperanza.
El siglo XXI es ya el siglo de la ignorancia, el de la falta
de capacidad de enfrentarse a los problemas reales a través de las ideas por la
irrupción masiva de la trivialidad, el gran enemigo del pensamiento. Hoy hay
demasiadas cosas que nos llevan a ellas. Lo percibimos allí donde deberían producirse
los debates. Ya no hay debate, solo grito o bostezo.
Esto hace que en los países en paz se busque el conflicto
permanente y que en los que viven graves conflictos —como Egipto— la violencia
sea constante. Tiene razón Salmawy: la raíz son las ideas y se combaten con
ideas. En aquellas sociedades que desperdician sus espacios de diálogo porque
han empezado a apoderarse de ellas la trivialidad, el vacío se llena con
populismos, nacionalismos, integrismos, sectas, etc. Todo ello es resultado
claro del vacío, de la incapacidad de traducir en actitudes y compromiso la
defensa de nuestras libertades y logros. Solo desde la ignorancia es posible
rechazar lo que construimos y dinamitarlo. Los favorecidos son los que tienen
orden e ideas y siembran el desorden primero para cosechar después.
El ejemplo de Egipto es importante. Hay que defenderse frete a los partidarios del libro único o de ideas únicas. Para esos libros diversos ya no hay
espacio, parece, en nuestros hogares. Sin ellos, sin sus palabras variadas, ricas, nos empobrecemos y pasamos a ser alimento de los carroñeros
que niegan las libertades y necesitan de nuestros cadáveres intelectuales. Leer nos saca de nosotros mismos, de nuestras certezas, y nos ayuda a comprender mejor al regreso de nuestro viaje en la lectura. Hay que leer, leer de forma diversa, acercarse a lo desconocido para comprender mejor y comprendernos críticamente. En la variedad está la receta contra el adoctrinamiento.
Esperemos que el artículo de Mohamed Salmawy sirva de algo y
la Biblioteca familiar pueda llegar a más hogares llevando energía renovada en las ideas, lejos del adoctrinamiento, de la propaganda y del amiguismo. Lo expresado sobre la Feria
del Libro de El Cairo como único recurso da cuenta de la precariedad y del
abandono de regiones enteras que han quedado fuera del alcance de la
influencia de los libros. Se pagan así los años de censuras, de silencios,
aprovechadas por los que no necesitan más que un libro y sus tácticas de
seducción.
* Mohamed
Salmawy "Culture against terrorism" Ahram Online 21/05/2018
http://english.ahram.org.eg/NewsContentP/4/299893/Opinion/Culture-against-terrorism.aspx
** "Reforming Suzanne Mubarak’s Family Library" EgyptIndependent 11/08/2011 http://www.egyptindependent.com/reforming-suzanne-mubaraks-family-library/
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