Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Las
protestas de los actores y la comunidad afroamericana que han rodeado la
entrega de los Oscar de este año han sido solo una parte, la referida a los
papeles y a las nominaciones. Pero hay otra paralela que se mantiene abierta,
la que afecta a los asiáticos.
Hollywood
—por no decir los grupos dominantes en la sociedad norteamericana— siempre ha
tenido una visión muy particular de la diversidad
humana. Conforme se ha ido avanzando en los derechos, las minorías han
conseguido ser representadas desde una óptica distinta a la habitual, que solía
estar distorsionada a fuerza de estereotipos y tópicos.
La
cuestión que se plantea ahora desde la comunidad asiática es que los pocos
papeles adecuados que se escriben sean representados por actores no asiáticos y,
otra variante de la queja, que papeles originariamente de personajes asiáticos
sean cambiados para que puedan ser interpretados por actores que no lo son. En
el primer caso se recurre al maquillaje; en el segundo al cambio de
nacionalidad del personaje.
No es
una cuestión nueva, pero este año pasado, con la contestación que han tenido
las nominaciones de los Oscar, todo ha vuelto a salir a la luz. Tras la
reivindicación de los afronorteamericanos, ahora llega la de los
asiático-americanos.
Los Angeles Times le dedica un artículo a esta
cuestión que ha estado presente desde los Oscar en los medios. El periódico
habla, en primer lugar, de la adjudicación del papel de monje tibetano a la
actriz Tilda Swinton en la película Doctor
Strange, basada en los personajes de los comics de Marvel. Después se centró
la polémica en otro de los casos más controvertidos: la selección de Scarlett
Johansson para el papel principal del
"live action" de un clásico del cyber-punk,
Ghost in the Shell (1995). La
película es un hito en el anime y
sirvió de inspiración a películas como Matrix,
por ejemplo, que se realizó cuatro años después. Los mangas de Masamune Shirow han servido para varias películas de
animación, serie de televisión y videojuegos. Con el proyecto que se estrenará
en 2017, la polémica ha ocurrido con la selección de una actriz no asiática, la
estrella Scarlett Johansson.
Los Angeles Times califica este tipo de acciones
de Hollywood como "borrado racial". Tras referirse a la larga tradición
de interpretación de los personajes asiáticos por actores que no lo son, se señala
en el artículo:
But even more troubling and insidious is a
newer phenomenon of racial erasure — when in the process of adaptation,
filmmakers remove the original racial identities of the characters in favor of
… something else. Something Hollywood (wrongly, some might say) perceived to be
box-office safe.
For Tom Cruise's "Edge of Tomorrow" —
based on the Japanese novel "All You Need Is Kill" — the protagonist
was named William Cage, a departure from the novel's Keiji Kiriya. In "The
Martian," Chewitel Ejiofor plays NASA bigwig Vincent Kapoor — a character who
in Andy Weir's novel is named Venkat Kapoor.
Which brings us back to Johansson. That first
image of "Ghost in the Shell" identifies her only as the Major,
carefully not revealing the character's actual full name. Will she still be
playing a character with an Asian name, or has it been rewritten for racial
erasure? And ultimately which is worse: Hollywood not casting Asians to play
Asians or Hollywood pretending that Asians don't exist in the first place?*
La forma de evitar tener que pasar por maquillaje es el
cambio en el guión. Allí donde había un personaje asiático, se cambia. La elección
del los actores queda ya lista de impedimentos étnicos.
Cuando vemos muchas viejas películas de Hollywood, nos da
cierta vergüenza (al menos a mí) contemplar la forma en que se trata a veces a
las personas de otros países, culturas y continentes. Es una colección de
estereotipos y tópicos, con una importante base racista. Hoy esto supone un
verdadero conflicto, con audiencias repartidas por todos los continentes. El
actor afroamericano Chris Rock, que presentó los Oscar este año, recurrió a un
chiste sobre asiáticos, lo que suscitó críticas y nuevas protestas desde otra comunidad.
Vanity Fair señalaba:
Even as host Chris Rock directly criticized the
Oscars for their lack of diversity during the Academy Awards broadcast on February
28, he pointed out yet another blindspot for Hollywood and race. After weeks of
think pieces and frustrated tweets about one of Rock’s jokes, bringing Asian
children onstage as faux PriceWaterhouseCoopers accountants, the Academy has
apologized for the bit. “The Academy appreciates the concerns stated, and
regrets that any aspect of the Oscar telecast was offensive,” the organization
said in a statement released today. “We are committed to doing our best to
ensure that material in future shows be more culturally sensitive.”
The statement came after two-time Oscar winner
Ang Lee joined a group of 25 Academy members of Asian descent in writing a
letter protesting the joke. “In light of criticism over #OscarsSoWhite, we were
hopeful that the telecast would provide the Academy a way forward and the
chance to present a spectacular example of inclusion and diversity. Instead,
the Oscars show was marred by a tone-deaf approach to its portrayal of Asians.”
The letter continued, “We’d like to know how
such tasteless and offensive skits could have happened and what process you
have in place to preclude such unconscious or outright bias and racism toward
any group in future Oscars telecasts.”**
Parece que la mecánica chistosa norteamericana se ha
instalado en un continuo desprecio de unos a otros desde un sistema
jerarquizado en el que se va ascendiendo mientras se mantiene una discriminación
hacia la siguiente comunidad en la fila. En esta época en la que el racismo y
la discriminación alcanzan el grado de aspirante a la Casa Blanca de mano de un
Donald Trump, los chistes racistas son más peligrosos que nunca. En un ambiente
crispado, los chistes son incendiarios. Los ataques a Barack Obama han sido
muchos de ellos por ser afroamericano. Su acceso a la presidencia ha sido más
de lo que muchos esperaban ver en vida.
Hollywood parece estar siempre, en estos casos, en el centro
de las polémicas, lo que tiene su sentido. Es allí donde se crean las
representaciones que se hacen de los demás. Es en los medios donde se plasman y
desde donde se transmiten por la sociedad y hacia el exterior, dado el poder de
la maquinaria cultural norteamericana.
Para algunos, es mejor para la taquilla disfrazar a la estrella que prescindir de ella y colocar a alguien
desconocido para un papel de un personaje extranjero. En muchas ocasiones se ha
llegado al ridículo y en ocasiones ha sido premiadas por la Academia de
Hollywood interpretaciones que hoy nos mueven a la risa.
Ya no se aceptan este tipo de maquillajes con la misma
facilidad que antes, aunque se haya mejorado en las técnicas. No se trata
tanto, desde el nuevo planteamiento, de una cuestión de verosimilitud, sino más
bien de representación social. Y una cuestión, evidentemente, de dignidad.
En el segundo de los casos citados de cambio de la
nacionalidad y etnia del personaje protagonista, la película de Ridley Scott The Martian, también ha tenido su
polémica. La revista GQ publicó un artículo con el título "Why Couldn’t
The Martian Have Had an Indian Dude In It?", en el que se señalaba poco
después del estreno:
Ridley Scott’s The Martian opened last week to
some pretty stellar reviews. However, the film has received backlash for some
of its casting choices—namely, a couple of Asian-American characters from the
book appear as non-Asian-American in the movie. Black actor Chiwetel Ejiofor
and white actress Mackenzie Davis play roles that were written as Asian-Indian
and Korean-American in the book, respectively.
Look, I’m not here to say South Asians have had
it particularly rough in this country. I’m also not here to say white-washing
isn’t a serious problem in Hollywood. But I am here to say: Really, Ridley
Scott? If I had to sit through the gross-ass alien birth scene in that butt
movie Prometheus, then Scott can cast
Kal Penn in his goddamn movie as Vincent Kapoor (originally written as Venkat
Kapoor), the head of Mars operations at NASA. In a world where millions of
Americans watch The Big Bang Theory,
in which an Indian character can’t speak to women for most of his life and the
whole joke is he may be gay, when we
finally get a cool, well-drawn, interesting rocket scientist character, call me
selfish, but I want him to stay Indian.***
No le falta razón. ¿No podía mostrar la película un protagonista
indio? Parece ser que no, que la
taquilla, suponemos, se habría resentido. No tienen este inconveniente para con
los personajes secundarios, sobre todo en películas que tienen una gran
aceptación mundial, en la que se trata de ampliar los nacionalidades y etnias
para que exista una buena recepción en los mercados.
Hollywood está tratando de cuidar un mercado especialmente
importante, el chino. Es tal la cantidad de ingresos por taquilla que puede
suponer que el hecho de ofenderles con un actor maquillado hace tiempo que se
ha desestimado. Los tiempos de Fumanchú y el Emperador Ming (del planeta Mong)
ha pasado, pero no del todo. Hollywood ha incorporado a las mega estrellas
asiáticas como garantía de apertura de los mercados internacionales. Actores y
directores se incorporan a las películas de Hollywood cada vez más. Y muchos
funcionan muy bien. Pero hay ciertos "riesgos" que no se quiere
asumir.
Hollywood tiene muchos errores que enmendar y muchos vicios
que corregir en el tratamiento de los otros. Probablemente no exista ni haya
existido una maquinaria tan poderosa para la distorsión de la percepción de los
otros que el cine norteamericano, una verdadera fábrica de estereotipos, además
de los consabidos sueños.
En un mundo globalizado y de intercambio permanente, no es
concebible que se sigan produciendo este tipo de distorsiones culturales, con
taquilla o sin taquilla. Hoy hay que buscar más la colaboración y el diálogo que estas viejas fórmulas agotadas, propias de otros tiempos.
El estreno de la nueva versión de El libro de la selva trae el debut de un extraordinario actor infantil, el indo-americano Neel Sheti, perfecto en su papel de Mowgli. La pregunta es ¿cuántos papeles como este, un protagonista, podrá interpretar a lo largo de su futura carrera Neel Sheti? ¿Habrá sitio en las historias?
El personaje de Mowgli ya fue interpretado por Sabú, un joven actor descubierto por el documentalista Robert Flaherty en la India e incorporado por el húngaro Zoltan Korda a sus películas. Fue él quien interpretó a un primer Mowgli en 1942. Sabú gozó de gran popularidad como actor y enganchó una racha de películas en las que además de hindú, como en Rebelión en la India, hizo de árabe e otras como El ladrón de Bagdad o Las mil y una noches. La piel oscura valía para todo.
Esperemos que al joven Neel Sheti le esperen papeles en los que pueda ir más allá del estereotipo, que no le hagan interpretar algún personaje de algún remoto lugar solo porque su piel sea más oscura o que no pueda optar a un buen papel porque los guionistas han decidido trasladar la historia a Nueva York. Por cierto, Neel Sheti es neoyorquino. Pero eso es verdadero, demasiado para una película.
*
"Hollywood's glaring problem: White actors playing Asian characters"
Los Angeles Times 18/04/2016
http://www.latimes.com/entertainment/movies/la-et-mn-racial-erasure-essay-20160418-story.html
**
"Chris Rock’s Oscars Asian Jokes Finally Prompt Academy Response"
Vanity Fair 15/04/2016 http://www.vanityfair.com/hollywood/2016/03/chris-rock-asian-jokes-response
*** "Why Couldn’t The Martian Have Had an Indian Dude In It?" GQ 15/10/2015 http://www.gq.com/story/why-couldnt-the-martian-have-had-an-indian-dude
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