lunes, 16 de septiembre de 2024

Fantasías venezolanas

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Las dictaduras siempre juegan con el miedo, con la paranoia de que van a ser atacadas. Es parte de sus estrategias para mantenerse en el poder y, sobre todo, para poder deshacerse de sus rivales opositores.

Tenemos un ejemplo perfecto en la Venezuela de Nicolás Maduro, una dictadura tan poco imaginativa que serviría para elaborar un manual para los que quieran comprender su ejemplo.

Sin embargo, el tamaño de sus temores y mentiras compensatorias suele ser un claro indicador de su debilidad. Una dictadura débil necesita sacar pecho demasiado a menudo y hacerlo además de forma extravagante.

En Independent en Español nos traen un artículo titulado "Gobierno venezolano denuncia complot y anuncia detención de 14 personas, incluidos seis extranjeros", con un ejemplo claro de la paranoia del régimen:

El gobierno venezolano denunció el sábado un supuesto plan para atentar contra el presidente Nicolás Maduro y otros funcionarios de Estado y aseguró que detuvo a 14 personas, entre ellas a seis extranjeros, que estarían relacionadas con el presunto complot.

En una rueda de prensa, el ministro de Relaciones Interiores, Diosdado Cabello, afirmó que luego de un trabajo de inteligencia y rastreo también decomisaron 400 fusiles y pistolas, armamento que según el funcionario sería utilizado para provocar actos violentos en territorio venezolano.

Cabello dijo que entre los capturados figuran tres estadounidenses, dos españoles y un checo. Entre los estadounidenses, mencionó a un hombre al que identificó como Joseph Castañeda Gómez, que según dijo es un marinero de la Armada estadounidense y a quien acusó de pertenecer a un “equipo de mercenarios”.

“El gobierno de los Estados Unidos no está ajeno a esta operación", acotó, y agregó que detrás de ella está un personaje “nefasto del tráfico de armas” al que nombró como Iván Simonovis.*


Fuera de las controladas entrevistas televisivas, los estallidos de rabia de Diosdado Cabello permiten apreciar un rasgo complementario: el mimetismo con el líder. Cabello parece una reproducción de las rabietas de su jefe, Nicolás Maduro. La teatralidad del presidente, que ya copiaba a su jefe, Hugo Chávez, se traslada a Diosdado Cabello. Es probablemente un efecto psicológico automática, ya observado en este tipo de situaciones autoritarias: los sicarios asumen la personalidad del líder en ciertos momentos y formas. La imitación de tonos, énfasis, etc. suele ser una de las formas más frecuentes.

Una dictadura necesita grandes enemigos. Los necesita para agrupar al pueblo ante la amenaza. El problema es cuando el pueblo es precisamente el que está dividido. No podemos ser tan ingenuos como para pensar que están todos contra Maduro. Habrá una parte que esté firmemente con Maduro, los más beneficiados; otra lo estará mientras esté en el poder y saldrá a celebrar su caída cuando caiga; y, finalmente, hay una gran parte que está en su contra, ya sea por autoritario, por inútil o por aburrido.

Cuando se escucha las explicaciones de Cabello sobre las detenciones de los extranjeros hay una intención de repartir problemas a los países, principalmente a Estados Unidos y a la Unión Europea, en especial a España, con la que hay grandes lazos y un idioma común, y ahora centro de opositores. Las explicaciones son tan absurdas que dejan ver lo irreal del asunto, pero también la urgente necesidad de fabricar problemas que parezcan creíbles al pueblo venezolano, que es el destinatario real del despropósito, justificando la represión.

Las "fantasías" son todo un género discursivo propio de los regímenes totalitarios. No digo que en las democracias no existan también, pero creo que son de otro tipo. Una democracia se resiente cuando empieza a fabricar este tipo de discursos victimistas y conspiratorios. Algunas están en ese camino.

En España no deberíamos dejarnos liar por las fantasías de Maduro y compañía y ofrecer un frente común que no beneficie al gobierno autoritario de Venezuela. Pero eso es mucho pedir.

 

* "Gobierno venezolano denuncia complot y anuncia detención de 14 personas, incluidos seis extranjeros" Independent en Español / AP 14/09/2024 https://www.independentespanol.com/noticias/mundo/europa/gobierno-venezolano-denuncia-complot-y-anuncia-detencion-de-14-personas-incluidos-seis-extranjeros-b2613040.html

domingo, 15 de septiembre de 2024

Casi Sinatra

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Estos días hemos estado dándole vueltas a esto de los "fake", ya sea en su versión "deep fake" o en la de "fake news" (¡la maldición del inglés!). La primera, recordemos, nos impide saber si lo que vemos es realidad o recreación, como esas fotos de Trump en las que tenemos que ver si hay un sexto dedo en una mano para decidir si son reales o no; las segundas van a otro tipo de falsedades, la informativas, que traen de cabeza a los medios serios porque no saben si lo que les dicen es cierto o tan solo un bulo lanzado por una máquina "inteligente" aparcada en las afueras de Rusia, con o sin participación humana directa. Las noticias —lanzadas por la pareja republicana— sobre que los haitianos de una población norteamericana se comen las mascotas, entran en esta categoría.

Las cosas que cuentan los de Maduro son también "fake news" oficiales, pues en esto de mentir ya no hay distingos entre lo oficial, lo oficioso, entre lo institucional y lo que va por libre. Primero se lanza el bulo y luego se mete la "realidad" a martillazos, por utilizar la expresión nietzscheana. Si dispones de un "aparato institucional" de certificación, como en el caso de Venezuela, las mentiras salen de la nada y acaban convertidas en documentos oficiales firmados por jueces, ministros, etc. La mentira se convierte en verdad mediante estos mecanismos.

Metido en estos y otros deprimentes asuntos decidí usar el método psicológico barato, es decir, irme a unos grandes almacenes y regalarme algo, un CD, una película, un libro... Funciona generalmente y se llama gratificación consumista aplicada o algo así.

Tras hacerme con un disco del brasileño João Gilberto para dejarme arrastrar por el ritmo de la bossa hasta el olvido, mi mirada curiosa se dirigió un poco a la izquierda, a los estantes colindantes. Allí me trajo la atención una caja de CD en la que resaltaba "Frank Sinatra. The best LPs 1954-1962. 16 original albums". De esa colección de cajas de 10 CD tengo bastantes, de Ella Fitzgerald a Osar Peterson, de Coleman Hawkins a Dave Brubeck, ediciones a muy buen precio y que como aficionado al Jazz valoro por lo que tienen de recuperación de una música. Puede que algún lector de este blog conozca otro, "Blog All Jazz", en el que comparto la música que me gusta con los que la quieren escuchar.

Pero, a la novedad de ver la caja dedicada a Frank Sinatra, se le añadía algo más: quien estaba en la portada ¡no era Frank Sinatra! Lo que había sido una primera intuición, un sobresalto en la memoria visual, que hizo que pasaran por mi mente todas las posibilidades de coincidencia, globales y parciales. ¡No, aquel señor con sombrero no era Frank Sinatra! ¡No sé quién era, pero no era el viejo ojos azules!

En el tren de regreso pasaron por mi mente las imágenes de Frank saliendo del barco y saludando a Nueva York (Un día en Nueva York 1949), de duro en Como un torrente (1958) El detective (1968) o El hombre del brazo de oro (1955), en sus discos con Tommy Dorsey, con Gordon Jenkins, con Bill May...

Por mucho que intentaba situar aquella imagen de Sinatra en su vida, no lo lograba. Ni aquellos eran los ojos azules del "viejo ojos azules" ni su mirada ni sus arrugas y sobre todo ¡aquel sombreo! Sinatra tenía muy a gala sus sombreros, pero aquel sombrero le habría hecho salir de la tumba y arrojarlo por la ventana.

No dudo de que el contenido de la caja incluyera esos 16 Lps prometidos. ¡Pero aquel no era Sinatra! ¿Ante qué tipo de "fake" nos encontramos?

Veamos las posibilidades que se abren. La primera es que a quien hizo el dibujo para la portada de la caja le dieron la descripción por teléfono y solo sabía de un señor con sombreo. La segunda es que le importaba poco el concepto de "parecido" y pensó que con el sombreo se le identificaría como Sinatra de la misma forma que un bombín podría identifica a Charles Chaplin, algo que evidentemente no ha funcionado. Lo que resulta evidente es que quien hizo el retrato no conocía a Sinatra. La pregunta se dirige entonces a las manos por las que pasó desde el despacho del dibujante hasta la estantería de los grandes almacenes, a su sección de música, allí donde lo encontré y me saltaron las neuronas. 

¿Cómo es posible que haya pasado por delante de tantos ojos, de alguien que alguna vez habrá visto a Sinatra en fotografías, películas, discos de su dilatada carrera artística. La tercera posibilidad es la ceguera cultural, el olvido masivo de todo lo que no haya pasado en las últimas veinticuatro horas, el pasado profundo desde el hoy absoluto en el que vivimos.

Me llegaron algunos recuerdos sobre cosas como estas. Esas páginas de fans  en Instagram o cualquier otra red en la que entre una serie de fotografías de las actrices o cantantes de repente aparece una que nos es ofrecida como de esa persona. Y tú miras y remiras porque hay algo que no te casa, que no te acaba de convencer. Miras los comentarios y entre los mayoritarios con "¡preciosa!" o "¡bellísima!" o "¡te amo!", ves algunos comentarios que dicen "¡no es ella!" o "¡de dónde has sacado esa foto, tío!" o similares. Por cada persona que ha visto que no era quien decían que era, hay cincuenta que lo han dado por bueno. ¿Nos falla la capacidad de reconocer o distinguir? ¿Aceptamos lo que se nos dice o muestra sin más?


Es como el "deep fake" pero en sentido contrario. Si en el primer caso no ofrecen una imagen imposible de distinguir, en el segundo nos dan por bueno un Sinatra que nunca existió. Puede que el sombrero fuera real, pero no en la cabeza de Frank.

Me salta la duda si la portada estará hecha con IA. Si ha sido así y es la base del ahorro por delante, no ha salido demasiado bien. Repaso decenas de fotos del verdadero Sinatra y veo algunas que, por la pose, ángulo, podrían haber "alimentado" a la IA. Sea lo que sea, fatal.

¿Qué nos espera por delante? ¿Obamas sin Obama, sinatras sin Sinatra? Lo del Sinatra sin Sinatra me parece más complejo porque para engañarte con Obama debes saber quién y cómo es, pero para todo aquello un poco distante nos pueden engañar ante la mezcla de incultura y olvido, algo más peligroso pues permite una manipulación infinita.

No hace falta ser un lince para entender que cuanto menos sepamos del mundo —pasado y presente— somos más fácilmente manipulables. El desinterés por todo lo que no sea presente nos hace presa fácil de cualquier mentira, falsificación o valoración.

sábado, 14 de septiembre de 2024

IA, negocios y estupidez humana

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Vivimos tiempos raros, sí. Acaban de crear una aplicación que sirve para saber si las noticias son meros bulos, falsas. Lo hacen para contrarrestar las aplicaciones capaces de fabricar bulos, Así asistimos, como en una pista de tenis, a un partido en el que la pelota va de un lugar a otro para riesgo de nuestro cuello. No sabemos cuándo se parará finalmente la pelota informativa. ¡Un lío! en el que la consecuencia que sacarán algunos es no perder el tiempo y echarle un par de chupitos o cañas en el espacio dedicado a estos menesteres.

La duda sobre todo lo que nos rodea crece y nos convierte a todos en hamlets postmodernos, que en lugar de la calavera tenemos un teléfono móvil en nuestras manos. "¿Es o no es?" le preguntamos y el teléfono nos da una respuesta provisional, por supuesto.

Ya hemos comentado aquí (y seguro que se dan más ocasiones de hacerlo), las dudas de la campaña electoral norteamericana, con la rotundidad sobre lo inexistente o la duda sobre lo real. Ahora le toca a las afirmaciones republicanas sobre si Kamala Harris llevaba pendientes de esos de espía con los que le irían soplando las respuestas adecuadas para intentar (solo intentar) batir al rey de los debates, Donald Trump. Por supuesto, dicen los anónimos republicanos, que ella no lo logró. Pese a contar con esa tecnología propia de espías y de estudiantes españoles, Kamala, mujer horrenda y de incierto pasado, no logró vencer a su oponente. Trump ha usado esta verdad conocida e incontestable para rechazar cualquier otro debate en el que lucir sus peligrosos pendientes. ¡No va a abandonar su cruzada humanitaria en favor de perros y gatos por una tontería así!

¿Es posible establecer algún tipo de correlación entre la marcha de la campaña y el tamaño de bulos y demás fantasías? No lo sé. Dejemos trabajar a los historiadores del futuro, si es que no han sido definitivamente sustituidos por diversos tipos de máquinas que tendrán que procesar y analizar los datos del pasado.

De esta manera, el futuro se muestra como algo "oracular", un sistema en el que mediante una estructura de preguntas y respuestas recibimos "verdades" provisionales, algo en lo que debemos creer hasta que haya una nueva versión cuasi definitiva diga lo contrario. "Oh, dime divino oráculo gpt; ¿es cierto lo que dice Trump sobre la ingesta de mascotas por parte de haitianos en Pennsylvania?" Y el oráculo nos dará una respuesta indicando qué noticias y en qué medios, en qué chats, etc. se dice la verdad y en cuáles  lo dicho es falso y en que tanto por ciento.

Gracias a la potencia de cálculo, a poder acceder en microsegundos a cualquier información almacenada en cualquier rincón del mundo, tendremos unas respuestas fiables, incluso creíbles, adaptadas a nuestra pobre comprensión, no de la naturaleza, sino de nosotros mismos.

En efecto, si hubo un tiempo que todo nos parecía exteriormente extraño, ahora somos nosotros los raros, por decirlo así. Puede que el abandono de la lectura de los grandes maestros de la literatura rusa, inglesa, francesa... que nos daban acceso a lo contradictorio el alma humana tenga algo que ver. Sea por lo que sea, lo cierto que este duelo entre máquinas engañosas y máquinas aclaradoras nos deja, como hemos dicho antes, sentados en la grada de un partido de tenis sin tie-break, condenados a dislocarnos el cuello de tanto giro.

No sabemos si este sistema de falsedades acabará con juramentos y "palabrita del Niño Jesús" para asegurarnos que todo es cierto. Habrá algún momento en el que haya que parar, ¿o las mentiras no tienen fin por su propia naturaleza? ¿Qué máquinas triunfarán haciendo saltar los fusibles de la otra por recalentamiento?

Si no te puedes fiar de lo que ves, de lo que escuchas, de lo que lees,,, ¿qué vida social te queda por delante? Si la novelista que lees resulta ser tres señores con barba; si un discurso televisivo, por ejemplo, ves a Obama en tu pantalla y habla como Obama, se mueve como Obama, etc., pero no es Obama sino un deep fake... ¿qué te queda? Si no te crees que se ha llegado a la Luna; si crees que la Tierra es plana o hueca; si crees que te meten un chip con las vacunas y que los virus no existen; si te convencen de que las terapias contra el cáncer no funcionan y que son mejores la hierbas... y así sigues y sigues, ¿qué te queda?

Pasados los siglos, la "verdad" pasará a ser un buen negocio, ¿Cuánta gente vive ya de analizar, revisar, confirmar.... verdades? ¿Cuánta de desmentir, filtrar, aclarar, descubrir...? ¿Es el negocio del futuro fabricar mentiras creíbles y que una segunda empresa las destruya? Fabrica y desmonta. Los medios ya no solo dan noticias, también tienen que desmontar mentiras. ¿Para cuándo una nueva asignatura en la carreras?

La noticia en RTVE.es que nos informa de que el MIT ha encontrado la IA que deja todo en su sitio lleva esta sinopsis: 

Desde que la Tierra es plana a que la vacuna del COVID-19 nos inserta microchips: los bulos y las teorías de la conspiración tienen ahora que enfrentarse a la inteligencia artificial. El chat Debunk Bot está entrenado por un equipo científico del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) para rebatirlos.*  

¿Lo lograrán? ¿Tendremos que estar todo el día confirmando? ¿Quedarán saturados por tanta necesidad de confirmar? ¿Acabarán siendo de pago y la verdad será cosa de ricos y suscritos? Un futuro sobre el que no nos atrevemos a preguntar... a la IA. Nos dicen que, en realidad, la gran virtud del chat IA capaz de desmontar bulos es la paciencia, el tiempo dedicado a convencernos que nos engañamos. No se sale de sus casillas, puede simplificar la explicación, etc. Dicen en el vídeo que la mitad de los norteamericanos cree en alguna especie de cosa rara y que es difícil convencerles. El nuevo chat lo va a intentar ante la pérdida de paciencia, tiempo y energía humanos.

Un pequeño paso para la Inteligencia Artificial, un gran salto para la estupidez humana. 

* "Un chat inteligente contra los bulos y la conspiranoia" RTVE.es 13/09/2024 https://www.rtve.es/play/videos/telediario-1/chat-inteligencia-artificial-bulos-conspiracion/16247713/

viernes, 13 de septiembre de 2024

Trump, perros gatos y otros comestibles

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

¿Podemos creernos cualquier cosa? Pues parece que sí. Los teóricos de la mentira pasan a ser mayoritarios frente a los viejos y anticuados amantes de la verdad, reducida a probabilidad. Me llevo para el viaje diario un libro, La función política de la mentira, de Alexandre Koyré (Pasos Perdidos, Madrid 2015), un librito, apenas un artículo encuadernado con un prólogo, un trabajo publicado en 1943, en plenos conflictos bélicos y totalitarios, que dieron buena cuenta de la verdad.

Sí, la mentira da mucho más de sí, el doble de trabajo. Hay que construirla con esmero y después hay que deconstruirla explicando cómo la han hecho y cómo nos la hemos creído.

Escribe Koyré algo muy preocupantemente actual:

[...] las filosofías oficiales de los regímenes totalitarios proclaman unánimemente que carece de sentido el concepto de verdad objetiva, de la verdad que sea igual para todos; y que el criterio de «Verdad» no radica en su valor universal, sino en su conformidad con el espíritu de la raza, de la nación o de la clase social, es decir, depende de su utilidad racial, nacional o social. (39-40)

La idea es que esto ha pasado de los regímenes totalitarios  a las democracias, que se desentienden de la verdad y se lanzan a la consecución del poder sin más. Ya no hay ideas en disputa, sino mentiras confrontadas a la busca de hacerse verdad oficial, no solo lo creíble sino lo creído.


Hoy vemos la mentira racial a través del racismo y la xenofobia, que están presentes cada día; lo vemos en el auge del nacionalismo como fuerza de atracción, en el uso de la ultraderecha en Alemania, en Francia, en España. Las mentiras de clase también se expanden. En el fondo de estas mentiras señaladas por Koyré está nuestro deseo de creer, nuestro ponérselo en bandeja para que nos rindamos a lo que estamos deseando escuchar y que nos repiten cada día.

Solo así es posible entender cómo en las elecciones norteamericanas surge cosas tan increíblemente creíbles como la acusación de Trump y su colega a la presidencia sobre el hecho de que los inmigrantes se coman los perros y gatos (y gansos, según añadió el aspirante a la vicepresidencia). ¿Hay gente que desea creerlo? Por supuesto.

La prueba la tenemos en la noticia recogida en 20minutos:

Una amenaza de bomba provocó este jueves la evacuación de la sede del Ayuntamiento de Springfield, en Ohio, la ciudad en la que el expresidente Donald Trump acusó durante el pasado debate presidencial que los inmigrantes que residen allí se comen a los perros y gatos

La ciudad informó en un comunicado que la amenaza de bomba fue contra múltiples instalaciones en todo Springfield y por ello se habían evacuado varias oficinas, entre ellas la alcaldía, y se puso en marcha un operativo policial. La amenaza se envió por correo electrónico en la mañana de este jueves "a varias agencias y medios de comunicación".**


¿Puede Trump decir cualquier cosa? Sí. ¿Puede ser creída cualquier cosa que diga? Sí.

La cuestión es cuántos se lo creen. ¿Han sido sustituidas las ideologías por las mentiras preferenciales? Sí. Eso de las ideologías ha quedado para la sombra de los partidos, pero la gente se mueve ya por esas traducciones de "ideas" a "mentiras" prácticas, como la del comerse los perros y gatos, ser violadores, etc. atribuido a los inmigrantes. Eso se entiende, las ideas, en cambio, son ya para nota, solo afectan a algunos niveles. Se trata de captar tus públicos y darles lo que quieren, lo que desean escuchar.

Cada vez más vemos afirmaciones que no necesitan ser probadas, solo contestadas con otras. Manejarse solo con la verdad es cansado y cada vez más complicado, pues las mentiras son con un alud, como una avalancha.

Vemos cada vez más que les sale rentable. Para ello es necesario el embrutecimiento, la polarización y unas intensas campañas que lo normalicen. No es casual que Trump haya abierto su propia red y que tenga una serie de apoyos mediáticos fijos, caldo de cultivo de estas cosas.

Sí, la mayor democracia planetaria es escenario de luchas por imponer esas mentiras sobre raza, nación y clase, los tres ejes sobre los que trabajaba el totalitarismo. Parece que se vuelve a trabajar sobre ellos.

Las redes sociales, era de esperar, se han llenado de imágenes trucadas de este Trump, defensor de perros, gatos y gansos. Él, por su parte, dice, que no habrá más debates, que ya ha ganado los dos anteriores, el que tuvo con Joe Biden y el que acaba de tener con Kamala Harris. Si por Trump fuera, no habría que realizar votaciones, él ya es el ganador incontestable.

* "Amenaza de bombas en la ciudad donde Trump acusa a los inmigrantes de comer perros y gatos" 20minutos / EFE 12/09/2024 https://www.20minutos.es/noticia/5633213/0/amenaza-bomba-ayuntamiento-ciudad-donde-trump-acusa-inmigrantes-comer-perros-gatos/

miércoles, 11 de septiembre de 2024

El acoso en España, mirar para otro lado

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Lo etiquetamos y eso nos permite describirlo y aportar datos, estadísticas sobre su incidencia. Es un paso necesario que expertos y medios necesitan. Esta vez le toca al "bullying". Los términos en inglés le dan cierta consistencia, Si se dice en inglés no solo queda cosmopolita, sino que nos permite asegurarnos de su existencia fuera de nuestro espacio. Es algo que no es solo nuestro, lo que da cierta tranquilidad en cierto sentido, permite comparar con la situación fuera y saber si vamos mejor o peor en términos comparativos.

Nada de eso soluciona nada; todo se queda en el aspecto discursivo, Lo que se dice limita lo que se hace.

Los datos del acoso vuelven a ser preocupantes, otra seña en el mismo sentido; pese a lo que los políticos digan, las señas que llevamos recogiendo este septiembre no son buenas. Los indicadores siguen mostrando una crisis de valores sociales, una falta de sentido social, de un modelo positivo. Parece que España fluye sin demasiado sentido hacia no se sabe dónde, sin más objetivos que los económicos y la confrontación permanente, Dado que los datos están ligados al espacio, los políticos no pueden usarlos en su lucha, ya que afecta a todos con pocas variaciones.

En RTVE.es, con material de Agencias, se titula "Casi la mitad de los estudiantes españoles no actúa ante un caso de bullying y el 9,4% afirma ser víctima"^, lo que es un signo claro de renuncia social y pérdida del sentido de la indignación y de la justicia,

En el texto se nos explica: 

Casi la mitad de los estudiantes, un 47 %, reconoce que no hace nada ante los casos de bullying que sufren sus compañeros y un 9,4% afirma que él o uno de sus amigos es víctima de acoso escolar presencial o digital.

Así lo ha reflejado el VI estudio "La opinión de los estudiantes" que anualmente realizan la Fundación ANAR y la Fundación Mutua Madrileña, que ha cuantificado por primera vez el conocimiento real de casos, no su percepción. El informe se ha realizado mediante una encuesta a más de 9.300 estudiantes de entre 11 y 14 años y de 454 profesores de centros educativos de Madrid, Comunitat Valenciana, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Baleares.

Más casos entre los 11 y 12 años

Según las respuestas, el acoso escolar tiene más incidencia entre los 11 y 12 años, un 66,2%, y es muy similar entre chicos y chicas, mientras que en Secundaria hay un 57% de casos. En concreto, el 9,4 % de los alumnos afirma que él o alguno de sus compañeros está sufriendo acoso escolar o ciberbullying. Además, uno de cada cuatro alumnos asegura que las situaciones de acoso escolar duran más de un año, el 47,3 % manifiesta que se mantienen meses y el 26,1 % señala que unas semanas.

Aunque el 53 % de los estudiantes piensa que los compañeros de las víctimas sí actúan contra el acoso ―3,2 puntos menos que el año anterior―, un 47 % reconoce que no hace nada cuando ve que otro escolar lo está sufriendo.*

 

La costumbre de tratar este tipo de situaciones de forma aislada evita que se entienda su complejidad sistémica, las conexiones con otros datos, como, por ejemplo, los suicidios y la delincuencia. ¿Creemos que los abusadores solo imponen el maltrato, que no se sienten capaces de ir más allá sintiéndose poderosos? ¿Creemos que sus víctimas desconectan al llegar a casa como si no hubiera pasado nada?

Ayer mismo me comentaba una madre que su hija había pasado un verano fenomenal... hasta ayer en que había vuelto al colegio, El recuerdo traumático de lo ocurrido durante el curso anterior devolvió la angustia a su ánimo. Esas experiencias quedan ahí, guardadas y pueden volver en cualquier momento.


El hecho de que casi la mitad mire hacia otro lado antes los ataques a otros compañeros nos va creando un perfil social que, igualmente, tendrá trascendencia en el futuro. El hecho de que no se intervenga va minando la confianza en las instituciones, empezando por las escolares.

El artículo marca dos líneas en su entrada: "Los insultos, motes y burlas son el tipo de acoso escolar más frecuente, seguido del aislamiento y las agresiones físicas" y "Las chicas son las que más sufren ciberbullying y WhatsApp es el medio principal para ello". Ambas son lo suficientemente preocupantes. Un enfoque más amplio, por ejemplo, nos permite asociarlo con el crecimiento de la violencia de género.

¿Por qué seguimos sin sumar los diferentes factores, que por más que separemos los datos afectan a las mismas personas, tanto en su presente como en su futuro?

 

* "Casi la mitad de los estudiantes españoles no actúa ante un caso de bullying y el 9,4% afirma ser víctima" RTVE.es / Agencias 11/09/2024 https://www.rtve.es/noticias/20240911/casi-mitad-estudiantes-admite-no-hacer-nada-acoso-escolar/16243949.shtml

Venezuela y el lío español

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

La capacidad española de liarlo todo comienza a ser legendaria. No hay nada que toquemos que no liemos, incluso en casos don ya está lío (¡y mayúsculo!), como ocurre en Venezuela.

Es cierto, que la crisis, por llamarla de alguna manera, venezolana ya tiene su propio lío con una impresentable Maduro y las instituciones fantasma que ha creado a su alrededor para mantenerse en el poder y transmitirlo al siguiente como si fuera un juego de "Tula". De esta forma, el chavismo empeora y se convierte cada vez más en una caricatura de sí mismo, como ha ocurrido con el anuncio del "adelanto oficial" de las Navidades por el presidente, ante el alborozado aplauso de sus sicarios. Lo pagan, claro está, todos los venezolanos, los que quedan y los millones que han tenido que salir al exterior ante la clara pérdida del sentido de la realidad que el régimen, a través de su mandatario, provoca.

Pero ahora Maduro, especializado —como Trump— en la insinuación a fuerza de tener que salvar con la palabra lo que no puede salvar con los hechos, la lía a distancia en España.

Por simplificar: se trata de establecer que el líder opositor y presidente electo pero no reconocido por el régimen, Edmundo González, ha salido de Venezuela gracias a un "acuerdo" entre España y Venezuela, vamos, que ha salido porque Maduro, amable, le ha abierto la puerta.

Desde el punto de vista extra gubernamental, González se ha ido: desde el punto de vista del oficialismo, le han dejado salir.

Para hacer creíble su versión, Maduro habla con todo el descaro del mundo, de que "¡si él hablara!...", pero no lo hace porque son "secretos de Estado". Las parecerá infantil porque lo es... pero le funciona.

No sé hasta qué punto los venezolanos de dentro y fuera se fían de lo que dicen Maduro y sus secuaces. Lo que es evidente es que el caso, más allá de la credibilidad del régimen, no solo divide al mundo en sus posibilidades (reconocer, no reconocer, exigir, condenar, etc.), sino que fracciona —más todavía— al muy débil y voluntarioso Reino de España.

Lo nuestro, ya no tiene nombre.

No contentos con el "lío Milei / argentino", en el que unos insultan o son insultados y otros dan las "llaves", nombran "hijo predilecto" o cualquier otra ocurrencia, ahora vamos a liarla y dividirnos con Venezuela.

La política española un museo de malos ejemplos, de lo que no debe ser un país que se tenga que mirar al espejo. Da igual que se renueven líderes. Pasados una horas, los que eran moderados, dialogantes, se convierten en áspides dispuestos a morder allí donde más daño hagan, cuellos, pechos o muñecas.

De verdad: insufrible.

Decían hace unos días en el informe sobre el aumento de los delitos de odio que la "polarización" era una de sus causas, ¡Pero quién no está polarizado en este país cuando se ha hecho de ello el eje de la política! ¿Hay alguien que "razone" sobre algo?

¡O te radicalizan o te aburren! Los estudiosos (los de verdad) saben que es una exigencia comunicativa producida por los propios medios, que necesitan un grado de crecimiento radical para ser visibles en el espacio político. ¡Al que no chilla, no se le ve!, sería la regla. No hace falta que se le entienda, basta con que haga girar las cabezas, desviar la mirada del otro. Y hace falta retenerla, claro.

El Diario

En la respuesta a la crisis venezolana, el gobierno ha tenido que sobreponerse al "historial Zapatero", los lazos del expresidente con el régimen de Maduro. 

Hace mucho tiempo que las dictaduras buscan apoyos financiando proyectos, candidaturas, etc., para garantizarse apoyos cuando les sean necesarios. Eso lo hace Rusia, lo hace Irán y lo ha hecho de continuo el régimen venezolano. No digo que otros no lo hagan, pero sí que las dictaduras lo hacen como una estrategia de apoyo o de creación de inestabilidad.

El protagonismo de Pedro Sánchez en el exterior para compensar sus debilidades internas o nacionales le hace abrir causas y alienta los ataques de la oposición, sea esta la que sea, e incluso de sus propios socios circunstanciales, que no quieren dejarse arrastra,

De esta forma, una vez más, somos incapaces de mantener la unidad necesaria en cuestiones internacionales, en las que la postura española debería ser, eso, "española" y no tanto de partido o de líder o facción.

Lo importante es Venezuela, que se haga lo mejor para deshacerse de un régimen tragicómico, ridículo en muchas ocasiones, brutal siempre. Todo lo que sea división resta eficacia. El deslinde del régimen de Maduro debe ser claro, clarísimo, y evitar que esta se pueda sentir respaldado o fuerte con cualquier de sus actos o insinuaciones. El gobierno y la oposición (con los socios de unos y otros) deberían mandar al régimen de Nicolás Maduro el mensaje claro de que el fraude electoral no es la vía se subsistencia, que la mayoría de los venezolanos no les quieren al frente, que se deben apartar y retirarse, Como es poco probable que el régimen haga esto, es esencial unidad y firmeza en el exterior, algo que evite la creencia en que el mundo permanecerá indiferente ante el destino robado al pueblo venezolano.

Nuestro apoyo a los venezolanos que aspiran a ser libres, responsables de sus vidas y de unas navidades cuando toca y no cuando lo dice Maduro. Ayer se manifestaron en Madrid, en su centro, con el apoyo de muchos españoles que no hacen cálculos políticos sino del sufrimiento, del exilio. Con ellos estamos, sin más colores que los de Venezuela.

El debate

martes, 10 de septiembre de 2024

José Saramago y la crisis educativa

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Recupero para el camino de vuelta a casa un texto de las estanterías de mi despacho en la Facultad. Es una edición de una conferencia —aunque el autor se niega a darle ese estatus— dada en 2005 en el Foro de la UCM, titulada "Democracia y Universidad". El autor es el premio Nobel portugués, José Saramago, quien presume en la misma de no haber pasado por la Universidad, pero ser llamado por ellas como premiado escritor.

En la primera parte de la "charla" nos habla del destino cambiante de las palabras en el tiempo, de cómo una veces significan algo y después cambian su sentido. Nos habla también de errores de las palabras, como el uso que se le da a "educación", cuando es algo distinto a lo que se debería usar, "instrucción", que es lo que las instituciones y los profesionales deben hacer, instruir. "Educar", en cambio, ni es su papel ni pueden hacerlo por más que lo intenten.

En lazo lo dicho por Saramago con un tema habitual en nuestras comidas universitarias, un espacio parea casi todo, incluido lo que nos encontramos cada año en las aulas. Hoy ha sido un día especialmente de debate en este sentido.

En la lectura de Saramago, me quedo con una gran verdad que nos lleva a lo dicho en su conferencia y en nuestra sobremesa:

No hay solución para la universidad, para sus problemas, si no se encuentra solución antes a los problemas de la enseñanza primaria y media; todo es un bloque homogéneo y coherente, tanto en lo bueno como en lo malo. A la universidad tendrían que llegar alumnos instruidos y educados. ¿Cómo hacerlo? Habrá que encontrar las fórmulas. Lo contrario es no respetarse, jugar con malas cartas una partida que no puede acabar bien. Y recordemos que la mesa de juego es la sociedad. (35-36)  

Lo que plantea Saramago es cierto, no por ello sencillo de resolver. El problema con que nos encontramos los universitarios es precisamente la dependencia que encontramos para nuestro trabajo de "instrucción", de la doble transmisión del conocimiento y una cierta actitud, un cierto espíritu crítico, cuando precisamente nos encontramos con fuerzas que van en la dirección contraria.

No se trata en absoluto de liberar de su responsabilidad a la Universidad; la tiene... y mucha. 

La crisis, por decirlo así, es del sistema y abarca desde sus primeros escalones hasta los últimos. Desgraciadamente no hace falta  un exceso de sentido crítico para percibirlo. En estos años, profesores jóvenes han vuelto al borde de la desesperación del aula al darse cuenta de la distancia existente entre ellos y los que están sentados en sus aulas.

Lo que se reduce es la idea de ambición, de deseo de aprender, de ir más allá, que debería estar presente en un porcentaje suficiente entre el alumnado. Sin embargo, esto no ocurre. Hay como una especie de anestesia general, la muerte del deseo de saber, la idea de que el "saber" solo es "conocimiento", algo que existe fuera de nosotros y a lo que se puede acceder en cualquier momento.

La idea de que el conocimiento es algo exterior y almacenable fuera ataca la principal función de la educación y de la instrucción: la transformación de la persona. Hay una extraña distancia que hace creer que el individuo viaja en el tiempo accediendo a los conocimientos que necesita y deshaciéndose de ellos cuando no le hacen falta. Es un efecto del llamado presentismo, que es uno de los males actuales.

La cuestión es ya muy seria y debe comenzar, como bien señalaba Saramago, desde el inicio mismo de los procesos de instrucción y educación, por respetar la distinción hecha por el escritor, que señala:

La universidad es el último tramo formativo en el que el estudiante se puede convertir, con plena conciencia, en ciudadano; es el lugar de debate donde, por definición, el espíritu crítico tiene que florecer: un lugar de confrontación, no una isla donde el alumno desembarca para salir con un diploma. (36) 

Comparto la idea de Saramago: la Universidad no solo instruye, sino que debe formar "ciudadanos", una categoría que le sirve para afrontar la idea de democracia, el segundo concepto de la conferencia,

Han pasado casi veinte años. La gravedad ha ido en aumento y, lo que es peor, nos hemos ido acostumbrado a esta degradación cultural y cívica. Las ideas suplementarias de la IA y de los archivos de las redes no hacen sino agudizar esa idea. De las aulas salen "empleados" eficientes y menos "ciudadanos", críticos tal como señala Saramago. Cada vez esos empleados son menos necesarios ante los procesos de automatización. Queda frustración, ira y un desconcierto crecientes.

Hay mucho por hacer.


— Saramago, José (2005) Democracia y Universidad. Foro Complutense, Universidad Complutense de Madrid, 76 pp.

lunes, 9 de septiembre de 2024

Aumentan los mensajes de odio

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Si estos días comentábamos con preocupación el incremento de los delitos entre menores, denunciada por la Fiscalía en su informe anual, el titular que nos muestran en RTVE no es para menos: "La Fiscalía alerta de que las denuncias por delitos de odio se dispararon un 300% en 2023"*.

Las cifras son impactantes porque nos muestran una dimensión más de esta sociedad que estamos creando entre todos con una pérdida de valores notable y un incremento de rasgos negativos escandaloso. Parece que solo nos queda el habitual récord de ser el país con más donaciones de órganos.

Se nos dice como introducción: 

En España, los delitos de odio están en ascenso. Según los datos más recientes de la Fiscalía General del Estado, las denuncias en 2023 se dispararon un 300% en comparación con años anteriores. De los 511 casos reportados, la mayoría están relacionados con racismo y xenofobia, seguidos por casos de LGTBfobia.

"En líneas generales se puede afirmar que hay un aumento, pero es difícil contabilizarlo", explica a TVE Mikel Mazkiaran, de SOS Racismo.

El propio informe reconoce que no todos los territorios permiten registrar de igual forma estos delitos y que se pierde información.* 

El odio no es solo algo que uno "siente", sino algo uno "expresa". Si solo fuera el sentimiento afectaría a la persona que lo siente, destruyéndola por dentro. El odio absorbe y bloquea, imposibilita la normalidad en cualquiera de sus dimensiones. Pero la expresión del odio busca más, el contagio y la acción común, la complicidad.

Por eso, no solo de habla de "odio" sino de "mensajes de odio". El odio se comunica a otros, se hace presente como llamada al odio para su expansión. El odio ya no es un sentimiento personal, sino colectivo y que busca su expansión.

Conforme la sociedad es más abierta, las tendencias a cerrarla, a hacerla retroceder, se manifiestan a través del odio. Y hemos creado el campo de cultivo perfecto: instantáneo, colectivo y anónimo, es decir, las redes sociales.

Hay odio porque hay gente que odia. Es una obviedad, pero algo preocupante por el crecimiento, es decir, cada vez hay más gente que odia. Es un indicador muy claro de nuestra crisis cultural y social, de nuestras frustraciones y de la distancia existente entre la imagen que propagamos y la que realmente existe. Esta es una sociedad de la comunicación, para bien y para mal. Información y desinformación conviven en una lucha por definir nuestras identidades, por empujarnos hacia la acción en un sentido u otro. El odio creciente se cuela por las fisuras sociales.

En el texto se señalan los objetivos más claros del odio: 

"Hemos visto un aumento terrible de mensajes, sobre todo en las redes sociales, atacando a las personas trans, en especial a las mujeres", explica a TVE el presidente del Observatorio contra la LGTBIfobia de Cataluña, Eugeni Rodríguez. Defiende que los datos certifican cierta inmunidad durante estos años en relación con delitos contra el colectivo LGTBI.

Frente a esto, el presidente considera que las políticas españolas no solo tienen que tomar nota, sino llevarlo a la práctica. "Se tienen que traducir en unos espacios amables, tanto virtuales como presenciales, y garantizar todos los derechos y libertades", añade.*

Aunque la legislación aún no cubre todos los aspectos de los delitos de odio en redes, cada vez más casos llegan a los juzgados. Según el informe, de las 157 sentencias dictadas, 129 han sido condenatorias, lo que la Fiscalía atribuye a la mejora en los informes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.* 

El odio siempre es cobarde; busca a los más débiles, a los distintos, a los que se insertan recientes en la vida diaria y pueden ser atacados, aislados. Esto es el resultado de una sociedad que avanza, pero no se asienta; una sociedad que se proclama abierta, pero en la que crecen los ataques.

Estamos en crisis. Y lo pagan los que están menos asentados. Lo pagan porque las personas que viven en la frustración, en el retroceso, necesitan volcarlo como mensaje de odio intentando evitar su pérdida de poder social. El odio les sirve para imaginar que recuperan posiciones en la sociedad.

Hay que asentar los valores que defienden la dignidad de las personas, sus derechos como tales, y evitar que algunos se sientan por encima de los demás. No hay que retroceder; no hay que dejar de denunciar el odio, de dejar fluir esas frustraciones canalizadas hacia los más débiles.

Los tribunales tienen su parte; las condenas lo demuestran. Pero, más allá, está la sociedad, que no debe retroceder en su sentido de la justicia, de lo que está bien, de lo que se ha ganado en el tiempo. Ni el racismo, la xenofobia, la violencia de género, el odio a las diferencias sexuales, etc. pueden ni deben ganar la partida de la presencia aprovechando las ventajas de la tecnología de la comunicación.

Dice la Fiscalía que la "polarización" política, que la ultraderecha, tiene mucho que ver con los mensajes de odio. No hay duda que sus líneas coinciden, que su mentalidad "anti", está en la base del crecimiento. Pero lo peligroso es que con su crecimiento crece también el odio sobre el que se sustenta, Desgraciadamente, el odio no solo les funciona a ellos.

El odio es cada vez más cobarde, pero eso no le evita el crecimiento, como le dice los datos. Frente al discurso del odio, el de la dignidad de las personas, el del diálogo y la convivencia. 

 * "La Fiscalía alerta de que las denuncias por delitos de odio se dispararon un 300% en 2023" RTVE.es 8/09/2024 https://www.rtve.es/noticias/20240908/fiscalia-alerta-denuncias-delitos-odio-lgbti-dispararon-2023/16240389.shtml