Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Los
medios de todo el mundo han repetido estos días informaciones casi idénticas
sobre la participación de mujeres en la selecciones de los consejos municipales
en Arabia Saudí. Se les permitía presentarse como candidatas. Las mismas notas
repetidas que sirven para describir sucintamente al Reino: monarquía absoluta,
las mujeres no pueden conducir, no han podido dar mítines más que a otras
mujeres por la segregación de sexos, y la ausencia de fotografías en las
papeletas y carteles. Las cifras han sido repetidas igualmente por todos los
medios: solo un millón y medio de personas apuntadas en los censos de una
población de 21 millones y entre ellas 119.000 mujeres inscritas; 6.440
candidatos presentados, de los que más de 979 mujeres eran mujeres.
Puede
parecer que no es mucho: un 8-9% de voto femenino en el censo y un 15%
aproximadamente de los candidatos. De todo esto, la noticia que tenemos es que
una de esas más de novecientas mujeres que se han presentado ha resultado
elegida. Se llama Salma bint Hizab al-Oteibi. Ha hecho historia. También ha hecho historia la primera mujer, Salma Al Rashed, en registrarse. Todo es historia cuando se parte de cero.
El
hecho de haber salido tiene un enorme mérito, sobre todo si tenemos en cuenta
que a su puesto se presentaban siete hombres y dos mujeres. No está nada mal.
Es el carácter único de su elección lo que muestra las dificultades que tenía
para salir elegida una sola de ellas. Realmente era una carrera de obstáculos.
La participación de las mujeres se había anunciado por primera vez hace cuatro
años y por fin, contra viento y marea, se ha podido producir.
Dicen
que la realidad de las mujeres saudíes está entre la invisibilidad y los
tópicos. Constituyen un mundo oculto pero con muchas ganas de salir a la luz en
un mundo que es bastante hostil a las mujeres en la vida pública y donde la
vida privada oscila mucho entre unos y otros según el grado de conservadurismo
existente.
No hace
mucho nos referíamos aquí a la importancia de que en las elecciones legislativas
egipcias las mujeres hubieron ganado más puestos que en su historia anterior.
Más allá de las cuotas, lo importante es que
hayan podido ganar puestos a los hombres, indicador de que las mujeres
han ido a votar y de que hay hombres que también lo hacen. Este último factor
es importante porque es ir más allá de "las mujeres votan a las
mujeres".
Cuando
se trata de romper con la historia, como es el tema del voto y la
representación femenina, es importante cada paso y cada techo roto. Cuando las
mujeres se asientan en los puestos pueden transmitir la ilusión por conseguir
en las siguientes elecciones una mayor representación. Lo que parecía
imposible, como es el caso de Arabia Saudí, se consigue. Desde fuera puede
parecer poco, pero —en términos relativos— es un gran avance.
No es
fácil cambiar las costumbres que han sometido a las mujeres. Si de Egipto llegaba
la noticia del aumento de las mujeres en el futuro parlamento, llega también
otra negativa que se repite año tras año: los datos de la ablación, de la
mutilación genital femenina.
Egyptian Streets vuelve a mostrarnos unos datos
que hacen ver el poco interés del gobierno en este tema que se supone la ley
prohíbe. El titular es
claro: "90% of Egyptian Women Suffer From Female Genital Cutting Despite
Ban". Nos dicen
The 2015 Egypt Health Issues Survey (EHIS) has
found that around 9 in 10 women aged 15-49 have undergone female genital
cutting (also known as female genital mutilation) despite a government ban on
the practice.
The report is the second time ever a survey has
recorded the prevalence of FGM among all Egyptian women aged 15-49. Previous
studies focused on the prevalence of the custom among women who had been
married or who are married.
FGM, which the 2015 EHIS says have been a
tradition in Egypt since the Pharaonic period, remains widespread across Egypt
but is expected to decline. For example, seven in 10 women aged 15-19 have been
circumcised compared to eight in 10 women aged 20-24. However, for women
between the ages of 25-49, the percentage of women who have been circumcised
ranges from 89 to 97 percent.
Comparing the results to the 2008 Egypt
Demographic and Health Survey (EDHS), there has been a four percent decline in
the overall rate of FGM for women aged 15-49.*
Un descenso del 4% en seis años no parece un avance
excesivo. Es cierto que este periodo ha estado políticamente agitado en todos
sus niveles. Pero los datos muestran que esta cuestión se mantiene al margen de
las demandas y que la lucha no acaba más que arrancar.
Los datos no permiten escaparse por los datos de las zonas
rurales, como se hace en otras ocasiones. Un 90% de mujeres es una cifra que
convierte a Egipto en el país del mundo en donde esta horrenda práctica se
realiza más. No es una cifra que deba enorgullecer a nadie.
Pese a los cambios en las mentalidades, esta cuestión no
avanza a la velocidad deseada. Tras ella se esconde la hipocresía social que
evita que haya mujeres que se puedan librar de esta práctica. Si el noventa por
ciento lo ha sufrido es porque la totalidad de la familia lo refrenda. Y esto
ocurre en todas las capas sociales; no puede recurrirse a la
"ignorancia" o a las "tradiciones bárbaras". Como hemos
comentado en ocasiones, forma parte del paquete "egipcio", ya que
aunque se haya dicho hasta la saciedad que es una práctica precoránica, se
sigue considerando como una especie de requisito de control de las mujeres.
Los avances en aquellos que afecta a las mujeres se deben
producir en diversos frentes para ser eficaces pues no solo han de combatir las
legislaciones restrictivas, sino las mentalidades retrógradas, las tradiciones
que establecen la exclusión social a quien no las cumple. La hipocresía de los
médicos islamistas, que controlaron el sindicato, sigue funcionando: según
ellos, la realizan ellos para más "seguridad" de las mujeres. De esta forma se sigue manteniendo está práctica con Egipto al frente de las cifras mundiales.
Esperemos que las mujeres que han llegado al parlamento sean capaces de afrontar este problema y plantear iniciativas que superen el machismo social que sigue manteniendo esta forma de violencia sobre las mujeres.
El único caso que en Egipto ha sido llevado ante los
tribunales —lo tratamos aquí en su día— fue el de la muerte de una niña de
trece años a causa de la intervención. El padre y el médico fueron condenados,
pero se medio libraron mediante apaños e indemnizaciones entre ellos.
El caso forma parte de una mentalidad similar a la ley que
comentamos esta semana, puesta en marcha por el ministerio de Justicia, para
que los extranjeros (los del Golfo) que se casen con niñas, indemnicen a las
familias mediante una fianza ingresada de 50.000 libras egipcias. Otra práctica
vergonzosa que ahora la ley encubre. No se trata de evitar los matrimonios
infantiles, sino de asegurar dinero a las familias que han vendido a sus hijas
cuando —con toda seguridad— sean devueltas a sus familias tras intensas y
románticas bodas.
Si en Arabia Saudí es un avance que las mujeres se hayan
presentado a las elecciones, hayan votado y que una de ellas pase a formar
parte de un consejo municipal, en Egipto es una noticia triste algo que afecta
a muchas, la ablación.
La guerra de las mujeres por sus derechos —y dignidad
personal y social— sigue su curso. Hay pequeñas victorias que significan mucho;
hay grandes problemas que requieren grandes avances.
PS. Las últimas noticias del día hablan de ¡19 mujeres electas! en Arabia Saudí, lo que es una muy gran noticia. La soledad de Salma bint Hizab al-Oteibi ya no es tanta. Ella ha sido la primera, pero pronto la han seguido otras.
* "90%
of Egyptian Women Suffer From Female Genital Cutting Despite Ban" Egyptian
Streets 10/12/2015
http://egyptianstreets.com/2015/12/10/90-of-egyptian-women-suffer-from-female-genital-cutting-despite-ban/
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