Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
La
campaña electoral norteamericana ha tocado levemente la situación de Egipto, es
decir, qué tipo de régimen es. La cuestión no es sencilla. Según el rasero con
el que se mida y los aspectos que se tengan en cuenta, el análisis será muy
distinto. ¿Qué ha llamado la atención de los aspirantes a las nominaciones en
un momento tan delicado en la zona? En esto discrepan los republicanos y los
demócratas.
En
Egyptian Street se recogen algunas menciones al hilo de la campaña de las
primarias:
Democratic presidential candidate Hillary
Clinton has called Egypt’s government “basically an army dictatorship” during a
live debate with her opponent Bernie Sanders.
“I cautioned about the overthrow of [former
President Hosni] Mubarak, and now we’re back with basically an army
dictatorship,” said Clinton during the debate.
“To promote democracy is a hard road to walk.”
It remains unclear whether Clinton’s statements
about President Sisi’s government will be the official position of her
administration if she wins the Presidency race.
Egypt-US relations have been rocky since the
ouster of former President Mohammed Morsi, but some recent progress had been
made to restore stronger ties.
Clinton’s views are starkly different to
Republican presidential candidates who have vowed to support Egyptian President
Abdel Fattah Al-Sisi. In August 2015, Republican presidential candidate Ted Cruz
said Obama should be more like President Sisi in the fight against terrorism.
“Let me contrast President Obama, who at the
prayer breakfast essentially acted as an apologist. He said well gosh the
crusades, the inquisitions … We need a president that shows the courage that
Egypt’s President al-Sissi did—a Muslim—when he called out the radical Islamic
terrorists who are threatening the world,” said Cruz on Fox News.*
Hay reconocer que las elecciones norteamericanas están dando
sorpresas sobre los gustos de la gente. Aunque se diga que sobre gustos no se
debe discutir, ya analizamos la admiración de Vladimir Putin por Donald Trump,
pero viniendo del presidente ruso nunca se sabe si es una forma de sembrar la
discordia. No sabemos tampoco si el apoyo de Putin es beneficioso o
perjudicial. Que los rusos admiren a Putin tiene su lógica, pero que Putin se
manifiesta a favor de Trump ya no tiene tanto.
Admiradores de Putin eran el euroescéptico británico Nigel
Farage y la ultraderechista Marine Le Pen. Incluso a esto podemos encontrarle
sentido. Pero la devoción mutua que se tienen Putin y Trump empieza a ser un
poco extraña. En estos
momentos, el titular de The Washington
Post es «Donald Trump on Putin: ‘Nobody has proven that he’s killed anyone’». Trump
había señalado hace un par de días que el resto de los candidatos republicanos
se "morían de envidia" por los piropos dichos por Putin sobre su
persona. Ahora, Trump se sientre en la obligación de salir en su defensa:
Republican presidential candidate Donald Trump
defended Russian President Vladimir Putin against accusations that he has
assassinated political adversaries and journalists, responding to criticism
from his rivals over his embrace of praise from the Russian leader.
"Nobody has proven that he's killed
anyone. ... He's always denied it. It's never been proven that he's killed
anybody,” Trump said on ABC’s “This Week” on Sunday. “You're supposed to be
innocent until proven guilty, at least in our country. It has not been
proven that he's killed reporters."**
Los piropos de Trump a Vladimir Putin y los de Ted Cruz al
presidente Al-Sisi no dejan de ser un despropósito y un insulto a la
inteligencia de sus votantes, por más que la de algunos deje mucho que desear. Pero es sobre todo un desaire a aquellos que viven de mala manera bajo sus dictados autoritarios.
Putin y Al-Sisi tienen cotas muy altas de popularidad en sus
países, pero eso no los convierte en modelos de nada, sino, por el contrario,
en beneficiarios de un déficit democrático muy acusado que pagan sus países por
muy contentos que puedan estar. Es lamentable que los modelos represivos que
encarnan, pese a sus elecciones ganadas por goleada, se convierta en admiración
en aquellos que van perdiendo el rumbo en su rápida deriva hacia el absurdo.
La lucha contra el terrorismo en Egipto no puede ocultar la
situación de los derechos humanos, las detenciones de periodistas y opositores
de todo tipo con la excusa de una "ley anti manifestaciones",
claramente establecida para silenciar a todos, no solo a los islamistas, como
bien saben los activistas de la revolución. Los admiradores públicos de Al-Sisi, además de Cruz, son el propio Vladimir Putin o el húngaro medio dictador Victor Orban.
Los republicanos están empezando a asustar a los mismos
republicanos, quedando los más extremistas. Se han ido escorando con cada acontecimiento,
tratando de aprovechar el impulso que les daba ante la opinión pública: los
inmigrantes, la islamofobia, las armas... Todo ello ha surgido durante la
campaña o lo han buscado para tratar de entrar en el electorado. Ahora siguen,
como una bola de nieve, cayendo por la pendiente engrosando la bola de nieve de
los despropósitos.
No sé si la admiración mutua de Trump y Putin dará votos a
alguno de los dos; tampoco creo que la admiración de Ted Cruz por los métodos
expeditivos del mariscal El-Sisi le dé demasiados en la comunidad egipcia en
los Estados Unidos. Dudo que ambos consigan mucho por esos caminos. Pero, como
decíamos hace unos días, habrá quien lo aproveche en su propio país mostrándolo
como un signo de reconocimiento internacional a su labor.
Las preguntas que se hacían en Egytian Streets son una
muestra de esa preocupación. Si las divergencias en la consideración del
gobierno egipcio oscilan tanto en las posiciones de republicanos y demócratas,
los resultados les afectarías. El
periódico termina señalando:
Hillary Clinton was outspoken in her memoir
‘Hard Choices’ about Egypt. In the memoir, Clinton revealed that she had warned
the Obama administration against supporting protests against Hosni Mubarak
during the January 25 revolution in 2011.
“There is little reason to believe that
restored military rule will be any more sustainable than it was under Mubarak,”
wrote Clinton in her memoir, according to the Washington Post.
“To do so it will have to be more inclusive,
more responsible for the needs of the people, and eventually, more democratic.”
During the one-year rule of Morsi and the
Muslim Brotherhood, Clinton was accused by the opposition of supporting
Islamists. However, she was also accused by Muslim Brotherhood supporters of
supporting protests against Morsi.
Los problemas de la ambigüedad en política internacional son
estos, al final no convences a nadie y todos te acaban echando la culpa de lo
que haces y de lo que no, hagas lo que hagas. Para muchos, Estados Unidos
es responsable de sostener al régimen de Mubarak, de haber provocado la
revolución que le hizo caer, de haber llevado a los islamistas al poder y de haberlos sacado mediante
un golpe de estado. También de crear, ¿por qué no?, el Estado Islámico.
Es el problema de ser la nación más poderosa de la Tierra. Pero si además se dedican a confundir..., entonces nos liamos todos.
*
"Egypt’s Government ‘Basically An Army Dictatorship’ says Hillary
Clinton" Egyptian Streets 20/12/2015
http://egyptianstreets.com/2015/12/20/egypts-government-basically-an-army-dictatorship-says-hillary-clinton/
**
"Donald Trump on Putin: ‘Nobody has proven that he’s killed anyone’"
The Washington Post 20/12/2015
https://www.washingtonpost.com/news/post-politics/wp/2015/12/20/donald-trump-on-putin-nobody-has-proven-that-hes-killed-anyone/?hpid=hp_hp-top-table-main_trump-putin-215pm%3Ahomepage%2Fstory
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