Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Quizás algunos recuerden, de uno de nuestras entradas anteriores, la respuesta de la descarada y popular participante china que ante una oferta de matrimonio (de eso iba el concurso) le contestó al aspirante a su mano que prefería “llorar en un BMW” antes que ser feliz pedaleando con él en una simple bici [ver entrada].
The New York Times nos lo ha hecho recordar gracias a un reportaje* en el que nos habla de los estereotipos que la introducción de coches occidentales en el mercado chino han generado. Los chinos han establecido sus propias asociaciones, diferentes a la nuestras, entre modelos y marcas y las personas que los usan. En el caso de BMW, el articulista señala:
Since entering the Chinese market, BMW has acquired a reputation as a vehicle for the arrogant and the rash, making it largely off-limits to wealthy officials who prefer a low-key public image.
Considerar “arrogantes” e “impetuosos” a los conductores de BMW es una forma de describir su posición social a través de sus rasgos característicos. Nos cuentan que este estereotipo aplicado a los conductores de los BMW se basa en un incidente ocurrido en 2003 en el que una conductora atropelló intencionadamente a una persona que le había abollado la carrocería. Hay que saber a quién te enfrentas si tienes un conflicto con un BMW. Los chinos han aprendido a identificar a las personas por los coches que poseen. Se convierten en reflejo de cómo son sus conductores:
On Sina Weibo, the country’s most popular microblogging service, a recent posting tried to sum up the car clichés. “A gathering of Mercedes indicates a get-together for old folks,” the writer said. “A group of BMWs means young nouveaux riches are about to run someone over and have a party; several Audis, and you know it’s a government meeting.”
Mercedes, BMW o Audi, entre otras marcas, sirven para identificar, en la mentalidad popular, a sus conductores. Segmentación de mercado, segmentación de caracteres. Pero esto no se podría haber instalado de esta manera en la sociedad sin una afluencia de coches notable. Cuatro conductores no crean un cliché.
A través los coches, con su nuevo mercado en China, podemos apreciar algunas de las transformaciones económicas importantes que se están produciendo como consecuencia de la crisis, sí, pero también de los cambios de la última década. Nos dice The New York Times que son las ventas en China las que están salvando a la industria del automovilismo en Estados Unidos. Buick y General Motors logran salir del estancamiento gracias a las compras chinas. Lo mismo está ocurriendo con los fabricantes alemanes.
El fenómeno va más allá de los coches. Italia ha sabido vender lujo y diseño en complementos, además de en automóviles. La constante en las declaraciones de las empresas que van bien en los países en crisis es que están vendiendo sin tregua a los denominados “países emergentes”. Se vende allí donde está el dinero.
Ante el estancamiento del consumo en Occidente, en Estados Unidos y Europa, las grandes marcas (y las no tan grandes que pueden) se están abriendo camino en el mercado chino, un mercado que tiene dos características importantes: 1) es el más grande; y 2) es el que tiene más ricos. Los que venden coches carísimos, por ejemplo, saben que lo venden a las minorías, pero eso puede suponer en China ¡medio millón de unidades! Lo mismo ocurre con bolsos, perfumes o cualquier otra cosa prescindible para la mayoría de los mortales pero que a los ricos les resulta imposible vivir sin ellas. Y por el otro extremo económico ocurre lo mismo: puedo producir mucho más barato si vendo un producto popular pero vendo millones de unidades. Si Occidente no compre, todo se va hacía Oriente y otras zonas emergentes.
China se ha convertido en un gran mercado porque es un mercado grande. Y hay muchos chinos millonarios porque se hacen grandes negocios. ¿Qué es un gran negocio en un país como China? Pues evidentemente vender todas estas cosas y otras muchas cosas más. China fabrica para el mundo y después compra, pero la desproporción es muy grande porque su tasa de ahorro es muy elevada. Una parte va a la transformación innegable del país y otra parte, por lo que vemos, va a esos automóviles que no son más que el signo de que se agrandan las diferencias entre los BMW y las bicicletas.
El mercado funciona.
* “In China, Car Brands Evoke an Unexpected Set of Stereotypes” The New York Times 14/11/2011 http://www.nytimes.com/2011/11/15/business/global/in-china-car-brands-evoke-an-unexpected-set-of-stereotypes.html?pagewanted=1&_r=1&hpw
Escultura en ladrillo del artista Dai Yun : un BMW a escala natural en la población de Wuxi |
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