Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Hace
unos día hablábamos aquí sobre un fenómeno doble: la sentimentalización de la
política y la politización de los sentimientos, la aparición de un reportaje en
RTVE.es firmado por María Menéndez con
el titular "Amor e ideología: ¿es posible enamorarse de alguien que vota
diferente en medio de la polarización política?"* En el texto se recogen
los testimonios de diversos expertos sobre los efectos de la creciente polarización
política sobre la vida sentimental y las compatibilidades en las parejas.
Se
señala que no se ha llegado al extremismo norteamericano, pero que estamos
camino de ello. La forma de hacer política basada en la polarización tiene
muchos efectos devastadores ya que mina las posibilidades de acercamiento y
siembra de recelos la vida en común.
En el
artículo se nos habla de este fenómeno creciente y se señala que
(...) la polarización política se ha convertido en uno de los grandes fenómenos sociales de nuestro tiempo y entre las distintas formas de polarización, la Revista Española de Sociología usa ya el término polarización afectiva en su artículo 'Amor y política: polarización afectiva y relaciones de pareja en España' para definir los procesos de "animadversión y hostilidad entre los ciudadanos basados en identidades partidistas" y la "forma de antagonismo entre personas cuyas características y sentimientos de pertenencia son diferentes, lo que genera distanciamiento".*
Hay ciertos momentos en los que el tema se trata como si fuera una "evolución natural" y no un plan perfectamente diseñado en el que los ciudadanos fueran "animados" a verse ellos mismos de una manera radical y a los otros como un peligro constante de destrucción del sistema. La "polarización" no es un juego, sino una forma de destruir la convivencia encerrando a las personas en posiciones radicales, mostrándolos como incompatibles
Como hemos señalado en diversas ocasiones, tiene además un poder selectivo sobre los políticos, convertidos en agitadores, en personas que alientan la radicalización y estigmatizan a los contrarios. La polarización no necesita de personas constructivas, más bien al contrario. La mayor parte de sus discursos consisten el hablar del otro denigrándolo. Es más importante destruir que construir.
Ese efecto llamada sobre los corruptos lo estamos viendo cada día. Ya no se trata de "uno", sino de grupos enteros que toman al asalto la estructura de los partidos e instituciones. La política polarizada no necesita de grandes constructores, sino de personas capaces de encandilar con sus voces y gritos, con sus descalificaciones.
En el cierre del texto se nos señala
La doctora en Psicología Silvia Álava explica a RTVE Noticias que las parejas de diferente color político pueden tener problemas no tanto por esa diferencia, sino por la rigidez con la que muestren tales diferencias. "Si somos flexibles a nivel cognitivo, tolerantes y empáticos, claro que se puede tener una pareja que vota diferente", afirma.
A su juicio, hay personas que fusionan demasiado su identidad personal con la política y "cuanto más fusionado estés con tu ideología, menos capacidad para compartir con otras personas". Por el contrario, hay quien sabe diferenciar entre la persona y lo que vota, y piensa: "Me enamoro de la persona, no de su ideología".
Y coincide con los sociólogos en el sentido de que la polarización política actual sí lleva a muchos a verlo todo en clave de "blanco o negro y de buenos y malos": "No son capaces de ponerse en el gris y obviamente esas personas van a encontrar dificultades en establecer relaciones, ya no solo de pareja sino de amistad, con otro que piensa diferente".*
Evidentemente si las personas "polarizadas" no son "rígidas" es que no están polarizadas. "Ser flexible" es lo contrario de la polarización.
Sin embargo, lo que buscan los partidos son personas polarizadas a las que alimentan con sus mensajes radicalizados que les asegura el voto.
Hubo un tiempo en el que en España casi todo el mundo se definía como "de centro", ya fuera de centro izquierda o derecha. La sociedad española en su conjunto quería convivir, palabra importante, y había ciertas cosas de las que se procuraba no hablar para evitar discusiones. Hoy, en cambio, no es la convivencia lo que se busca y se lanzan constantemente mensajes radicalizadores. Hay expresiones que escuchas que te hacen llevarte las manos a la cabeza. ¿Qué será lo próximo que se lancen?
Los efectos de la polarización en la vida sentimental no pueden negarse, especialmente si forma parte de la estrategia la discusión diaria. Sería ingenuo pensar que lo que afecta a la vida sentimental se puede aislar del resto, de la misma manera que uno de los expertos señala que "nos enamoramos de la persona y no de la ideología", como si estas cosas se pudieran aislar y prescindir de ellas. Es precisamente la polarización la que nos lleva a la discusión y al enfrentamiento.
En la medida en que la polarización no es un hecho fortuito, sino una estrategia buscada, destruye todo lo que pueda afectarla. Te alejas de ella o te arrastra. El hecho, como nos cuentan, de que los perfiles para la búsqueda de pareja incluyan cada vez más datos políticos, confirman que lo político es cada vez más un factor decisivo, salvo que se quiera pasar la vida discutiendo en la pareja.
Lo que sí se percibe es un aumento de los estudios, una preocupación conforme ha ido creciendo la polarización en estos años, señal de que algo se percibe.
* María
Menéndez "Amor e ideología: ¿es posible enamorarse de alguien que vota
diferente en medio de la polarización política?" RTVE.es 29/11/2025
https://www.rtve.es/noticias/20251129/amor-ideologia-polarizacion-politica-posible-enamorarse-alguien-vota-diferente/16788084.shtml














































