Joaquín Mª Aguirre (UCM)
En RTVE.es el titular es rotundo: "Récord de periodistas asesinados en 2024: Israel fue responsable de más del 70% de las muertes"* Lo es en sus dos puntos, el número de fallecidos y la responsabilidad de Israel en ese crecimiento escandaloso.
Los periodistas pueden morir por muchas causas, pero estos mueren en el cumplimiento de su profesión: informar a los demás de lo que ocurre, sacar a la luz los entresijos de una guerra, ser testigos y contarlo. Y eso, que es su labor, no interesa a los poderes implicados, los que necesitan de la oscuridad para alcanzar sus objetivos declarados unos y ocultos otros, según el caso.
Se nos dice en el artículo de RTVE.es:
El 2024 ha batido un récord como el año con mayor número de asesinatos de periodistas desde que hay registros. Así lo ha denunciado este miércoles el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) que ha señalado a Israel como el mayor responsable con alrededor del 70% de las muertes. El segundo mayor número de periodistas asesinados se registraron en Sudán y Pakistán.
Al menos 124 periodistas de 18 países murieron en 2024. De todos ellos, 85 fueron asesinados a manos del Gobierno israelí: 82 fallecieron en Gaza y los otros tres en el Líbano. Esta cifra supera a la de todos los muertos en el resto de conflictos. Según el CPJ, los países más mortíferos para los periodistas, entre ellos Israel, "comparten un manual común que les ayuda a eludir responsabilidades y a negar la justicia a los periodistas asesinados".
El comité ha acusado a Israel de intentar evitar las investigaciones, echar la culpa a los periodistas e ignorar su deber de exigir responsabilidades por los asesinatos. Por su parte, el ejército israelí ha respondido que no se había proporcionado suficiente información sobre los supuestos incidentes y que, por tanto, no podía comprobarlos, añadiendo que "las IDF nunca han atacado ni atacarán deliberadamente a periodistas".*
Sabemos que esto último es falso, pues hay evidencias suficientes de periodistas que habían seguido los protocolos de notificación, iban correctamente identificados, etc. y que sin embargo sufrieron ataques deliberados por parte del ejército israelí. Sencillamente: no quieren testigos de las atrocidades cometidas.
El carácter testimonial de los periodistas en las guerras cubre ese otro frente bélico más amplio, el de la opinión pública por todo el mundo. Acostumbrados cada vez más a silenciar la información en contra, los gobiernos de muchos países empiezan a considerar a los periodistas como un obstáculo que hay que evitar en el camino.
La existencia de ese "manual común" es la manifestación de las respuestas normalizadas para eludir responsabilidades por las muertes de los periodistas. Es un intento de usar lo que les "funciona" a unos (Israel) en otros espacios en los que es necesario deshacerse de los periodistas "molestos", los que no transmiten las versiones oficiales, los que están donde "no deben", los que son testigos incómodos.
Cada muerte de periodistas es un signo de un fracaso internacional, Lo peligroso es que ese tipo de fracaso se da en países de todo tipo. La excusa utilizada y el silencio cómplice, la justificación de los asesinatos, se convierten en un mal en una sociedad mediática en donde la información está cada vez más controlada. En una sociedad de bulos todo acaba relativizado, acaba siendo efímero y trivial.
Ese récord en los asesinatos de periodistas producida en 2024 nos dice mucho sobre cómo se va gestando esta Sociedad de la Información, en la que las noticias son parecidas a fuegos artificiales que ascienden, explotan y desaparecen sin dejar rastro. Los criminales cuentan con ello al constatar que los efectos de esas muertes duran apenas unos segundos en las mentes de los receptores.
Israel no tiene pudor en la muerte de los periodistas. El informe del CPJ habla directamente de asesinatos. Pero basta con etiquetarlos como "terroristas" o "descuidados" que han ido a lugares peligrosos indebidamente. Sin embargo, son profesionales que decidieron arriesgarse para no tener que depender de la versión poco satisfactoria que se les ofrecía sobre lo que ocurre cada día.
La Guerra de Gaza ha superado los 48.000 muertos. Ha superado en barbarie a muchas otras y se ha cebado en civiles, en mujeres y niños, pues sus objetivos eran despoblar un territorio, dejarlo en ruinas para vaciarlo y construir una "Riviera en Oriente Medio", según la descripción reciente. Es una guerra de "vaciado", de expulsión.
Es un ejercicio sistemático de exterminio, de intimidación sobre una población, del que no interesa que haya testigos y que sean desacreditados los pocos que queden. La muerte de los periodistas es silencio y advertencia a otros de lo que les pueda pasar.
No lograrán que esta guerra se olvide. Tampoco camuflarla y revenderla. Quedará como lo que es: crueldad e injusticia, muerte indiscriminada, genocidio. Los testimonios periodísticos, conseguidos con sangre muchos de ellos, lo evitarán.
* "Récord de periodistas asesinados en 2024: Israel fue responsable de más del 70% de las muertes" RTVE.es 12/02/2024 https://www.rtve.es/noticias/20250212/record-periodistas-asesinados-2024-israel-responsable/16447420.shtml
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