Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Hoy, 25
de noviembre, es el día internacional contra la violencia de género, una lacra
de la que nos ocupamos aquí a lo largo del año. En las páginas de los medios
descubrimos los resultados de estudios, como el presentado por Elena Olmedes en
20minutos, tras el preocupante titular "Una de cada cuatro menores de 25
años afirma haber sufrido algún tipo de violencia machista en el último
año"*, que nos da cuenta de las dimensiones del problema y de cómo ha ido
creciendo imparable.
La
variable de edad afecta al tipo de vida y ambiente en que se pergeña la
violencia. Hoy mismo, también en 20minutos con información de EFE, leemos otros
casos de violencia: "Muere una menor de 15 años por cuchilladas en el
cuello en la costa alicantina"**. Hace tiempo que este tipo de violencia
tiene asiento en España, crímenes que muestran una violencia callejera subida
de nivel. Las muertes por arma blanca o a patadas y golpes empiezan a tener
presencia habitual en nuestros medios, reflejo de un ambiente violento.
En
RTVE.es leemos una información sobre el peligro de la reincidencia, publicada
el día 21: "Más de 16.000 víctimas de violencia han sido alertadas de que su
agresor ya había maltratado a otras mujeres"*** Son ya grandes cifras que
nos dan información sobre las dimensiones del fenómeno más allá de los hechos
puntuales.
Un total de 16.400 víctimas de violencia de género han sido avisadas por distintos cuerpos policiales de que su maltratador ya ha agredido a otras mujeres y presenta un perfil agresor con un mayor nivel de riesgo asociado tanto para ella como para sus hijos e hijas.
Fuentes del Ministerio del Interior han precisado a
EFE que la Policía Nacional ha advertido a 6.948 mujeres de que el maltratador
es un agresor persistente; la Guardia Civil, a 6.767; las policías locales, a
2.605; la Policía Foral de Navarra, a 13; y las unidades adscritas de la
Policía Nacional en las comunidades autónomas, a 67.
En 2023, Interior comenzó a informar a algunas
víctimas de los antecedentes de estos agresores. Una labor que se hace de forma
individualizada tras evaluar que esta realidad suponga "un factor de
riesgo especial" tanto para ellas como para los menores a su cargo.
El departamento de Fernando Grande-Marlaska aprobó una
instrucción para ello, en la que se especificaba que se informará a las
víctimas cuando hacerlo sea "proporcional y necesario" y, en tal
caso, la comunicación se limitará a transmitir que el agresor tiene
antecedentes por violencia de género y que eso conlleva un riesgo especial.
Los cuerpos policiales en ningún caso dan información
adicional de la naturaleza de los hechos en los que el maltratador ha estado
implicado previamente.
Esta medida se adoptó después de constatar que la peligrosidad de estos agresores es superior y que son responsables de un importante número de feminicidios. Suelen quebrantar más medidas de protección y en cada nueva relación recurren a la violencia antes y con una mayor lesividad. ***
La
medida es sin duda necesaria. La reincidencia abre una perspectiva de necesidad
de advertencia de una serie de patrones en los agresores. Si leemos sobre el
gran aumento de las agresiones entre jóvenes y del alto porcentaje de sufrir reincidencia
entre la población maltratada, el panorama no es demasiado favorable.
De la
"advertencia" a la "protección" va un largo trecho de
posibilidades que hacen ver la necesidad de otro tipo de medidas y enfoques de
los problemas reales. En un día especial, como lo es hoy, hace falta algo más que
manifestaciones en las calles. La violencia de género es un problema
"real" en cualquiera de sus fases y que revela algo más que una
patología individual. Aunque lo sea, sus consecuencias son sociales, como lo
son sus dimensiones.
Esa
alta probabilidad de reincidencia tiene que tener algo más que los
"avisos" detrás, necesita con urgencia otro tipo de medidas que lo eviten.
Es cierto que no es fácil, pero seguro que se puede hacer algo más que advertir
del riesgo.
Nos
dicen en RTVE.es:
El nivel de riesgo al que está expuesta una víctima aumenta cuando el agresor tiene antecedentes por violencia machista, con la misma mujer o con parejas anteriores.
Este perfil de maltratador es manipulador, mentiroso y muy celoso, según Interior. Suelen tener muchas relaciones sentimentales, a veces al mismo tiempo, y presentan bajos niveles de empatía. Interior tiene identificados a agresores que han llegado a agredir a cuatro, cinco y hasta a 13 víctimas.
Aunque en VioGén hay registrados decenas de miles de agresores persistentes, los cuerpos policiales solo se ponen en contacto con las víctimas cuando analizan un nivel elevado de riesgo.
Entre las cuestiones que se tienen en cuenta para ponderar ese riesgo y decidir informarlas están una valoración policial de especial relevancia, medio, alto o extremo; adicción a sustancias; amenazas, episodios exagerados de celos o que la víctima haya expresado su intención de romper la relación.
También que la violencia denunciada sea grave o muy grave (sexual, física o amenazas de muerte) y el nivel de vulnerabilidad de la víctima.***
Evidentemente, la eficacia del aviso depende de la calidad de la información. Las posibilidades de avisar sin infringir las presunciones de inocencia son un problema pues la ley actúa cuando ya puede ser demasiado tarde para la víctima. Creo que hay que avanzar en la idea de responsabilidad social en la protección de las víctimas. Con demasiada frecuencia lloramos en grupo lo que pudimos evitar creando una red protectora.
La violencia de género es un hecho, un hecho creciente. Nos dicen los especialistas que cada vez que las mujeres conquistan un derecho, hay una serie de hombres que no lo aceptan, que no están dispuestos a aceptar la igualdad o la competencia. Esto, como hemos señalado ayer mismo, forma parte de esa toxicidad ideológica que se traduce en machismo militante.
Creo que gran parte de la solución es pedagógica, enseñanza a proteger, a responsabilizarse de este tipo de desafíos socialmente. No me vale la idea de "crisis de identidades" masculinas y otras bonitas ideas atenuadoras. La violencia es violencia y es inadmisible como sociedad que se detecte el aumento de su aceptación por una parte cada vez mayor de la juventud, que acabará arrastrando el problema.
Hay un individualismo creciente, unas ideas de autosuficiencia cada vez más peligrosas en la medida en que hay una inhibición social y, en parte, institucional. No se puede dejar crecer la idea de que la "igualdad" es una mera "ideología" y que el "varón atacado" responde así a los ataques.
Algo falla en las medidas, pero algo falla también en la percepción social de los problemas y en la busca de soluciones. Los estudios son necesarios, pero también es necesario tomar medidas eficaces después.
* Elena
Olmedes "Una de cada cuatro menores de 25 años afirma haber sufrido algún
tipo de violencia machista en el último año" 20minutos 25/11/2024
https://www.20minutos.es/noticia/5656248/0/una-cada-cuatro-mujeres-jovenes-afirma-haber-sufrido-algun-tipo-violencia-machista-ultimo-ano/
**
"Muere una menor de 15 años por cuchilladas en el cuello en la costa
alicantina" 20minutos / EFE 25/11/2024
https://www.20minutos.es/noticia/5657442/0/muere-una-menor-15-anos-por-cuchilladas-cuello-costa-alicantina/
***
"Más de 16.000 víctimas de violencia han sido alertadas de que su agresor
ya había maltratado a otras mujeres" RTVE.es / EFE 21/11/2024
https://www.rtve.es/noticias/20241121/victimas-alertadas-agresor-habia-maltratado-otras-mujeres/16340414.shtml
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