Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Por
cuarenta dólares, los adultos que vayan por Kentucky pueden vivir desde mañana, 7 de julio, una
experiencia que nadie vivió: entrar en el arca de Noé. Los Angeles Times nos dan cuenta de una
nueva atracción con la que el fundamentalismo norteamericano convierte la
religión es absurdo espectáculo. No se trata de visitar Tomorrowland en el mundo que Disney creó en los años cincuenta, Disneyland, para los que quisieran
anticiparse al futuro dando un paseo por él. Ya no es la Ciencia lo que atrae,
sino el absurdo del que se niega a salir de un mundo mítico y fantasioso. Nos cuenta el
periódico californiano:
A 510-foot-long, $100 million Noah's ark attraction
built by Christians who say the biblical story really happened is ready to open
in Kentucky this week.
Since its announcement in 2010, the ark project
has rankled opponents who say the attraction will be detrimental to science
education and shouldn't have won state tax incentives.
"I believe this is going to be one of the
greatest Christian outreaches of this era in history," said Ken Ham,
president of Answers in Genesis, the ministry that built the ark.
Ham said the massive ark, based on the tale of
a man who got an end-of-the-world warning from God about a massive flood, will
stand as proof that the stories of the Bible are true. The group invited media
and thousands of supporters for a preview Tuesday, the first glimpse inside the
giant, mostly wood structure.
"People are going to come from all over
the world," Ham said to thousands of people in front of the ark.
The ark will open to the public Thursday and
Ham's group has estimated it will draw 2 million visitors in its first year,
putting it on par with some of the big-ticket attractions in nearby Cincinnati.
The group says the ark is built based on
dimensions in the Bible. Inside are museum-style exhibits: displays of Noah's
family along with rows of cages containing animal replicas, including dinosaurs.
The group believes that God created everything
about 6,000 years ago — man, dinosaur and everything else — so dinosaurs still
would've been around at the time of Noah's flood. Scientists say dinosaurs died
out about 65 million years before man appeared.*
El nombre del grupo constructor ya nos da una idea de su
alcance: Respuestas en el Génesis. La incapacidad de salir de la era de los
mitos es una de las características del fundamentalismo. Amparado en las
libertades que la Constitución americana consagró para proteger las creencias
de cada uno y que nadie recibiera por imposición las de los demás, el arca no
deja de ser una solemne estupidez y reflejo de una mentalidad peligrosa.
Por qué el mundo camina hacia la oscuridad rechazando las
evidencias y aceptando gigantescas mitificaciones infantiles es uno de esos
misterios que los sociólogos, psicólogos y estudiosos de la cultura no acaban
de explicarnos con detalle.
La ignorancia organizada crece como un cáncer por todo el
mundo. El arca de Kentucky es un monumento absurdo para un mundo absurdo. La
capacidad de seducción de los viejos mensajes es sorprendente porque su
atractivo reside precisamente en el absurdo que transmiten.
No es fácil explicarse por qué se elige la estupidez, se
abrazan las versiones más absurdas de la realidad, las ideas más desfasadas,
los hechos más inverosímiles. El fenómeno no se limita al cristianismo, sino que
lo viven otras religiones en las que se concentran en los aspectos que más
entran en contradicción con lo que el conocimiento científico nos aporta.
El arca de Kentucky es un retroceso. Supone la inmersión en
el lado oscuro dejando de lado lo que la Humanidad ha logrado avanzar desde las
sombras y el infantilismo. Creer en el arca y en su imposible convivencia de
especies es negar todo razonamiento, todo conocimiento y arrojarse en manos de
mediadores divinos a los que se debe creer de forma tautológica: se les debe
creer porque repiten lo que dice la
Biblia. ¿Cómo dudar de ello? No hay más argumento: lo pone allí. La
circularidad es total en los fundamentalistas: lo que se cree es verdad; lo que se puede conocer es ilusión, mentira y
soberbia humana.
El arca de Kentucky es un monumento gigantesco a la
manipulación. No es el toro de Osborne recortándose en el horizonte. Es un
símbolo que se toma como una realidad y una realidad que se toma como símbolo. Es
una confirmación de que el arca existió, de que allí viajaron juntas las
especies separadas por millones de años.
Durante los tres siglos últimos, desde que se empezaran a
encontrar evidencias de la evolución a través de los registros fósiles y se
avanzara en las formas de datación de la Tierra, muchos —incluidos prestigiosos
científicos— aceptaban como buenas las explicaciones bíblicas sobre el mundo.
No es casual que los que han fabricado el arca se llamen "Answers in
Genesis". De allí se sacaban los datos y fechas... hasta que la realidad
empezó a mostrarnos algo muy distinto. Lo que se había creído empezó a resultar
inaceptable para la razón.
Desde ese momento surgió el conflicto que aparcaba las
creencias antiguas si entraban en contradicción con lo que se iba encontrando
científicamente. Pero no todos lo fueron aceptando. Se empezó a desarrollar un
movimiento reacio a la visión científica del mundo —basada en la observación,
la experimentación, etc.— y que se centraba en la mera lectura persistente de
la Biblia. Pero un libro no es verdad porque lo leamos muchas veces o lo memoricemos.
Es en los Estados Unidos donde, debido a una serie de
procesos específicos en su configuración, los grupos bíblicos fundamentalistas
arraigan y se expanden por el mundo para tratar de recuperar el espacio que la
Ciencia les ha retirado. El arca de Kentucky es un monumento anticientífico,
una lección tridimensional para desaprender lo sabido.
Las libertades norteamericanas son usadas para transmitir la
ignorancia y el descrédito de la Ciencia y los conocimientos que esta produce.
Hay estados más afectados que otros. En muchos de ellos, es cada vez más
arriesgado enseñar la Ciencia, transmitirla socialmente y muchos se ven en
situaciones complicadas en sus comunidades.
A diferencia de la mente ilustrada que debe trabajar con la
revisión crítica de sus propios conocimientos, en equilibrio revisor, la mente
fundamentalista se encastilla en sus creencias y vive en la intransigencia
activa. Las libertades son invocadas para vivir en la ignorancia y transmitirla
a través de las familias primero y de los centros educativos adecuados después.
Hoy son gigantescas organizaciones, con todo tipo de recursos para transmitir
su visión del mundo y convencer de que lo que sabemos son patrañas diabólicas.
En un mundo en el que existe el salafismo —un movimiento que
sacraliza el tiempo de escritura coránica convirtiéndolo en modelo— y el Estado
Islámico como consecuencia, no nos podemos permitir más ignorancia. Hay algo en
la sociedad moderna que falla en el acoplamiento de los individuos. Nos
preguntamos sobre qué lleva a un joven educado a matar en atentados porque cree
que en el paraíso les están esperando vírgenes eternas, pero no lo hacemos
sobre el que construye un arca en Kentucky. Las bases psicológicas son las
mismas: el rechazo a lo que el mundo le ofrece como evidencia y la aceptación
del mito como verdad.
Hay algo que falla en la educación, algo que hace que no
integremos los conocimientos ni los métodos, sino que los recibamos para su
aplicación sin cuestionarnos qué es lo que suponen. En esto el papel de las Humanidades
es esencial. No se trata solo de comprender la Ciencia, sino del desarrollo de
un espíritu crítico. En esto se está fracasando pues la Ciencia es algo que
usamos pero algo que no modela nuestras mentes.
La mejor forma de combatir el dogmatismo, el fundamentalismo
y el radicalismo es el pensamiento crítico. Sin embargo es la asignatura que
falta en todos los estudios, en todas las carreras, en todos los campos.
Nuestro desconocimiento de la Historia es creciente, nuestra ignorancia de la
Historia de las Ideas en apabullante, etc. Somos carnaza para la ignorancia.
Vivimos en una sociedad movida a golpe de efectos, en un mundo de
entretenimiento que no decae aunque esté al borde de un desastre. En esta
situación la manipulación es constante y tenemos ejemplos crecientes.
La preocupación por lo que la campaña de Trump está
revelando sobre el estado actual de Estados Unidos es real. Pero no es fácil
contrarrestar a los bien organizados grupos fundamentalistas. Han creado sus
mecanismos de captación y de refuerzo. Saben cómo usar las leyes para que lo
que enseñan crezca. La inteligencia se reduce y amansa, deja de especular y se limita a moverse en círculos alrededor de una única y errónea idea.
El arca de Kentucky, con sus parejas de dinosaurios
incluidas, es una nueva mala noticia. Sobre todo por lo que muestra de avance
de una forma absurda de ver el mundo. Lo malo es que se expanden no porque su
verdad sea convincente, sino porque existe un poderoso vacío en la mente de
muchos millones de personas que viven a la espera de que les capten. Los niños que miran asombrados los falsos dinosaurios enjaulados por un Noé actual que les cobra cuarenta dólares a sus padres crecerán marcados por esa verdad innegable que está ante ellos. Ellos lo vieron.
La imagen de entrada nos muestra un arca gigantesca y junto a ella un padre y un hijo que toca con su mano el arca. Tocar para creer, para disipar dudas futuras: lo has tocado.
El arca de Kentucky no está hecha para mayor gloria de Dios
sino como un monumento a la ceguera estúpida de los hombres. "Bigger than imagination", dicen en su página promocional. El absurdo sin límites.
*
"Noah's ark attraction, complete with dinosaurs in cages, ready to open in
Kentucky" Los Angeles Times 5/07/2016
http://www.latimes.com/nation/nationnow/la-na-noahs-ark-kentucky-20160705-snap-story.html
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