jueves, 4 de julio de 2024

Denuncias ineficaces

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Al final hay que decirlo, contar las limitaciones del sistema, ir más allá de la propaganda, que es el límite que la política y los políticos establecen sobre la eficacia de su propia gestión. Los casos de violencia asesina contra mujeres e hijos acumulados en un solo día hacen ver las limitaciones de los medios y, sobre todo, las limitaciones del discurso político. La política pasa a ser el arte de convencer de que todo está controlado... hasta que la realidad demuestra lo contrario y pone en su sitio lo que hay, desde las ilusiones a la falta de recursos de todo tipo.

Esto es lo que acaba de ocurrir con aquellos que convocados para el Gabinete de Crisis —una primera medida esencial para transmitir "tranquilidad" y "eficiencia"— reunido por las autoridades. Los casos aumentan, nos dicen, porque ahora se denuncia más, trasladando el foco de los casos a las denuncias, que no aumentan porque aumente la violencia sino que aumenta la "conciencia ciudadana" ante la eficacia de los programas. Sin embargo, la realidad insalvable es el número de muertes. Hay algo que no funciona en el sistema.

El titular en RTVE.es lo señala con claridad: "Miguel Lorente, sobre la protección a las víctimas de violencia de género: "Funciona cuando el agresor decide que funcione""* Lorente es el ex delegado del Gobierno y sabe de lo que habla. Lo que nos dice es claro: si el violento quiere matar no hay nada que se lo impida. Una de las víctimas del fin de semana estaba en el sistema VioGén, otra fórmula —la segunda— para hacer ver que se hace algo.

El exdelegado del Gobierno de Violencia de Género, Miguel Lorente, ha advertido sobre el fallo en el "propio concepto del sistema de protección" a las víctimas de la violencia machista, un sistema que, según ha señalado, "funciona cuando el agresor o el asesino decide que funcione", no cuando se ponen en marcha "instrumentos que impedirían que en caso de decidir actuar en esas circunstancias, eso no se pudiera producir".

Así lo ha asegurado el también profesor de Medicina Legal en la Universidad de Granada, al ser entrevistado en Las Mañanas de RNE, coincidiendo este martes con un Comité de Crisis por parte del Ministerio de Igualdad tras confirmarse que solo en abril hubo siete víctimas mortales - cuatro mujeres y tres menores- y después de un fin de semana especialmente trágico, con cuatro mujeres y dos niños asesinados. Una de las víctimas, madre de los pequeños, pese a encontrarse en el Sistema de Seguimiento Integral de los Casos de Violencia de Género (Viogén). La orden de protección funciona, según ha señalado este experto, porque "los agresores deciden cumplirla, no porque haya un factor que impida que la cumpla", ya que el único factor de protección que existe es el uso de dispositivos para "garantizar" que se cumple la orden de alejamiento, pero su uso sigue siendo "limitado".

De esta manera se está situando "en la responsabilidad, en la decisión o voluntad del agresor que se cumpla la medida contra la violencia que ellos ejercen".*


Es decir, el agresor puede hacer lo que quiera porque nadie se lo puede impedir, como así ocurre de hecho. De esta forma, es fácil decir que "el sistema funciona" porque, afortunadamente, siempre habrá más personas que se alejen que las que agreden.

La entrevista tiene muchos aspectos de interés, muchas cosas que habitualmente no suelen salir a la luz —el tercer factor de distorsión— y que ahora se señalan tras la acumulación de casos:


Lorente señala también que los estudios apuntan a que la valoración del riesgo de cada caso de violencia de género "no siempre se hace de la manera adecuada" porque la valoración policial se hace sobre las víctimas que tienden a "minimizar" el peligro, como demuestra el hecho de que permanezcan "de media alrededor de nueve años en la relación donde sufren la violencia".

La mayoría de las mujeres, al contrario de lo que a veces dicen sobre las denuncias falsas y las exageraciones, no denuncian. "Sabemos que el 80% de las mujeres que son asesinadas nunca han denunciado, con lo cual no hay una denuncia como instrumento "para tratar de obtener beneficios judiciales". Suelen minimizar el tiempo que están en la violencia pensando que "va a acabar, que no es tan grave, que ellas también tienen parte de responsabilidad, todo lo que serían factores sociales y culturales".*

 

Este último aspecto, la falta de denuncias, es especialmente importante en el medio rural, es decir, en pueblos pequeños donde existe el problema doble del estigma y del "histórico" de la mujer culpable, que se trata de un castigo por sus "malas acciones", que la mujer "debe aguantar", etc.

Ese 80% de mujeres asesinadas que nunca han denunciado pone en bandeja las excusas al sistema. Sin embargo, si aumentaran las denuncias el sistema de vigilancia quedaría más en evidencia pues sus recursos no aumentarían en la misma proporción. De hecho, la falta de denuncias, a la que se insta a las mujeres, es seguro que se debe en gran medida a la falta de confianza en que se convierta en una incitación a la violencia de la pareja, en una respuesta a la denuncia.


Como se señala en la entrevista, nada impide al agresor serlo, solo su control es lo que se interponen entre él y su víctima. Y eso las mujeres en esta situación, lo saben. Las quejas en contra de la ineficacia del sistema de protección no necesitan de mucho más, solo fijarse en los hechos, que son claros desgraciadamente.

Si seguimos insistiendo en que se denuncie, el sistema debe cambiar porque no hay garantías para las mujeres, que siguen dependiendo de la gracia de agresor, con control sobre la vida de ella y de los hijos, con el aumento de la llamada "violencia vicaria". Hay que tener otra estrategia ante gente a la que no le importa ya la vida propia y menos la ajena.

Las denuncias son claramente ineficaces si no hay medidas que protejan a las denunciantes, Eso es muy claro y es lo que viene a decir Lorente. Lo demás es un sistema de quejas y de pasarse la pelota unos a otros por la carencia de medios y estrategias claras. Las noticias sobre el crecimiento del machismo infantil y juvenil no son buenos datos para el futuro que nos espera. La educación es un factor esencial para actuar sobre los problemas crecientes que el futuro nos guarda.



* "Miguel Lorente, sobre la protección a las víctimas de violencia de género: "Funciona cuando el agresor decide que funcione"" RTVE.es / RNE 2/07/2024  https://www.rtve.es/noticias/20240702/miguel-lorente-advierte-fallo-sistema-proteccion-victimas-violencia-genero/16170799.shtml

miércoles, 3 de julio de 2024

Ideas (lecturas veraniegas 1)

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Una de las ideas que más atención tuvo en el siglo XIX fue la de "decadencia". A los nuevos imperios les preocupaba por qué habían desaparecido los antiguos. Les resultaba preocupante que grandes civilizaciones, con enorme riqueza de ideas y poder, hubieran desaparecido al ir encontrándose los restos de estas. ¿Qué podía haber ocurrido? Y sobre todo: ¿podía volver a ocurrir? El siglo XIX y parte del XX son los siglos del estudio de la decadencia precisamente porque son definidas por el "progreso", otro concepto esencial y complementario. El progreso implicaba mirar hacia delante, orientarse hacia el futuro con una fuerza nueva, romper con la poderosa idea que fijaba los modelos en el pasado, como espejo de grandeza, como modelo clasicista.

Es precisamente la revolución industrial la que abre un nuevo sentido del progreso, algo medible, palpable, algo que se puede organizar, medir y dirigir en un sentido determinado, frente a los modelos anteriores basados en cuestiones más etéreas y difusas.

En introducción de su obra "Ideas. Historia intelectual de la Humanidad" (Ideas. A History from Fire To Freud 2005, ed. Crítica 2008), Peter Watson escribe:

Ésta es quizá la lección más importante que podemos extraer de una historia de las ideas: que la vida intelectual —acaso la dimensión más importante, satisfactoria y característica de la existencia humana— es una cosa frágil, que puede perderse o destruirse con facilidad.*

Que después de la lectura de miles de páginas, cientos de libros en muy diversas lenguas, la redacción de un libro que sintetice parte de lo visto en lo que considera esencial, de años de trabajo, etc. la idea esencial que el autor quiere transmitir al lector sea esta, la fragilidad de la vida intelectual, es algo más que una paradoja.

El repaso por las diferentes culturas que se consideraron la culminación de los tiempos y la constatación de que desaparecieron y que solo a través de un ejercicio de rescate, de recuperación histórica para poder recordarla como algo lejano, algo que fue, quizá no sean más que nuestras propias raíces olvidadas o un simple ejercicio retórico de elegante selección de paternidad.

Es cierto que mucha de esa información histórica se encuentra almacenada, que crece conforme pasa el tiempo y aumentan la documentación disponible, que las nuevas sociedades se han organizado "profesionalizando" el "recuerdo" a través de la academia, pero ¿reduce esto el peligro real que señala Watson o, simplemente, crea una sensación de falsa seguridad?

Cada vez constato por mí mismo —y las quejas de mis compañeros docentes van en el mismo sentido— la perversión por olvido de lo que supone el pasado, de la historia que no sería sino una sistematización, una organización y sentido del pasado. Cada vez que nos encontramos con una disciplina que necesita cierto conocimiento histórico, el edificio personal tiende a desmoronarse por falta de conocimiento, incapacidad de visiones de conjunto, interacciones, etc. Simplemente vivimos. No hay una articulación del conocimiento porque este no se acumula, de ahí esa obsesión con el aquí y ahora tecnológico, que se divide en dos grandes grupos "lo obsoleto" y "lo todavía útil". El presente es solo "lo último", que se lleva a casi todos los extremos de la vida. Lo demás es inútil, innecesario, prescindible.

La idea de que el presente se sustenta en lo pasado se desvanece en un presente inmediato que no es necesario recordar o almacenar precisamente para dejar sitio. Los dispositivos de almacenamiento de información —el libro, por ejemplo— ya no tienen sentido si no se pueden actualizar, convirtiendo a la "nube" en el alter ego de la nueva memoria y al teléfono móvil en nuestro sexto sentido (mal contado), en la llave de acceso.

En 2005, cuando terminó de escribir "Ideas. Historia intelectual de la Humanidad", Peter Watson no era plenamente consciente (¿o sí?) del cambio tan brutal que se estaba produciendo delante de él. Hoy estamos en una segunda generación que ya apenas lee. Hemos pasado de pasado libresco al presente de la "nube". Es ahí donde se están configurando las nuevas "ideas" o algo extraño que ya no puede ser llamado así más que por falta de términos adecuados.


El título inglés nos habla de dos F —del Fuego a Freud— para definir la trayectoria intelectual. Hoy se nos habla de la "memoria de 7 segundos", en la que todo se entremezcla y es tragado por una línea que avanza separando el presente del oscuro pasado en el que entremezcla todo. "¿Cómo puedo explicar "Casablanca" si no saben qué es el "régimen de Vichy"?", se preguntaba un amigo docente. La Historia se convierte en enemigo amenazante cuyos obstáculos hay que evitar como sea. No accedes a los libros, solo buscas resúmenes que te permitan salir del paso. Nuestros objetivos educativos se ajustan a los sociales. Ahora con la "inteligencia artificial" se reducen funciones; ¡que "piensen" las máquinas, que lo hacen muy bien!

No, la idea de "decadencia" es esencial para pensarnos y no pensar en otros. Pero parece que estamos tan pagados de nosotros mismos que somos incapaces de pensarnos críticamente (¿qué es eso, para qué?).

Parece que Watson acertó. Todas las divisiones y explicaciones de la humanidad están hechas desde un momento de la propia humanidad. Somos objetivos manipulables cuando se intenta convencernos de nuestra propia facilidad manipuladora. Sin "historia", sin "crítica", somos lo que otros definen y creemos que nuestros problemas son los que molestan a otros.

Vivimos en una sociedad auto satisfecha porque solo cuenta con el presente que no es otra cosa que "lo que hay", aislado como está de sus raíces (¿cómo he llegado hasta aquí?) y de sus metas (otro día más). Si este presente se vuelve problemático, como de hecho ocurre, hay que sacudir el presente hasta que salga alguna solución o camino posible.

En esta situación, con el peso creciente de la reescritura para ajustarla a nuestros deseos, ¿para qué pensar? Mejor solo vivir el presente. Es una nueva forma de decadencia sin sentido de la misma por incapacidad de conceptualizarla. No es de extrañar que en 2014, Peter Watson publicara una obra titulada "La edad de la nada" dando cuenta de la evolución desde el siglo XIX hasta el momento de la escritura.

El libro de Watson nos da la oportunidad de pensar en cómo los otros han valorado muchas ideas y cosas que hemos ido dejando por el camino. No es un libro para leerse de un tirón (¡son casi 1,500 páginas!), pero sí tomárselo como una especie de enciclopedia especializada en las ideas, un meritorio orden de lo caótico de la vida y la Historia. 

 

* Watson, Peter (2008) Ideas. Historia intelectual de la Humanidad; ed. Crítica, Barcelona.

martes, 2 de julio de 2024

Desahucios trágicos

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Uno de los tópicos con los que representaba el suicido era la expresión "¡adiós, mundo cruel!" puesta en boca de aquellos que se despedían de la vida. Hace tiempo que no la usamos, pero creo que estamos inmersos en un mundo cada día más "cruel" y polarizado, en el que hay personas que necesitan personas que escuchen y contesten y, sin embargo, cada día nos encontramos con barreras impersonales que nos rechazan.

A los crímenes machistas del sábado negro, con seis personas muertas, mujeres y niños, le siguen este lunes la noticia de la muerte por suicidio de dos personas que iban a ser desahuciadas el lunes.

Dos hermanas de 54 y 64 años han aparecido muertas la madrugada de este lunes en Barcelona, unas horas antes de ser desahuciadas de su vivienda en la calle de Navas de Tolosa. Los Mossos no han encontrado indicios de criminalidad, por lo que la principal hipótesis sería la de un doble suicidio, según han indicado fuentes de la investigación. Las dos mujeres se habrían precipitado por un patio interior del edificio pasadas las cuatro y media de la mañana. Este lunes debía llevarse a cabo un alzamiento consecuencia de un procedimiento abierto en el juzgado de primera instancia 34 de Barcelona por expiración de plazo y falta de pago. 

El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha explicado en un comunicado que el juzgado de instrucción 29 de Barcelona ha hecho el levantamiento de los cadáveres.* 


RTVE.es añade algunos datos de interés en este desgraciado caso: 

Los servicios municipales se personaron en varias ocasiones en el domicilio, hasta dejar mensajes, pero nunca se pudo contactar con nadie ni se respondieron los mensajes. La intención del ayuntamiento era evaluar la situación de vulnerabilidad y realizar acompañamiento social (explorar las opciones de acceder a ayudas, alternativas o mediación con la propiedad).

No existe en este caso, ningún informe de vulnerabilidad por imposibilidad de realizarlo por parte de los servicios correspondientes del Ayuntamiento al haber estos, intentando contactar con los inquilinos de la vivienda varias veces sin que estos hayan respondido en ninguna ocasión, según consta en el informe aportado. *

 

Es posible que los "protocolos" no sean los adecuados y que haya que buscar fórmulas para acercarse a las personas vulnerables y detectar que realmente lo son. No hace mucho, con motivo de la presentación de una campaña realizada por una universidad barcelonesa se incluía un momento especial, el ataque de risa de una mujer cuando era preguntada: ¿"Vulnerable? ¡Lo que soy es "pobre"!, decía. Se ocupaba de un marido enfermo y un par de hijos, además de la casa. Quizá estamos más preocupados por los "conceptos", por las "etiquetas", y menos por las personas que metemos dentro.

La sucesión de momentos traumáticos, de los juzgados a los servicios del ayuntamiento, tener que ser etiquetados y expuestos a la vergüenza pública, a la violencia visible del desahucio con la intervención policial, etc. quizá necesitan de otras formas de actuación, otras formas de acercamiento menos directas, menos agresivas ante lo que es una parálisis clara forzada por la falta de recursos, por las circunstancias de la vida.

Los casos de desahucios van aumentando conforme crecen los problemas sociales, por un lado, y aumentan los intereses en desalojar casas para realquilarlas, venderlas, etc. dentro de esta guerra que hace de los hogares campos de batalla que hay que reconquistar. 

Desconozco el caso de los impagos y no cuestiono el derecho a recibir su compensación por parte de los propietarios; sí cuestiono los procedimientos, aquello que lleva a decir que no hay informe porque no contestan, cuando esto es un claro síntoma de "miedo".

También considero que la guerra de los pisos turísticos llevará a un intento de hacerse con aquellos que queden disponibles por diferentes causas, una de las principales los desahucios.


En RTVE.es recogen declaraciones del Sindicato de Inquilinos ante lo ocurrido:


[..] Desde el sindicato [de Inquilinos] denuncian que "la desesperación y la inestabilidad que sufren las personas con riesgo de ser desahuciadas no se encuentra con un acompañamiento idóneo, sino con un alud de papeleo y burocracia que acentúa el problema y, muchas veces, victimiza a las afectadas".

Como rechazo a la situación de las dos hermanas, se ha convocado una concentración este martes a las 20:00 horas en la plaza Sant Jaume de Barcelona. "Este hecho debe darnos también al sindicato y a todo el movimiento por la vivienda la energía suficiente para llegar a cada casa, a cada barrio, ya cada persona que esté sufriendo por el precio de la vivienda, y para convertir todo este sufrimiento en la rabia y la organización con la que le daremos la vuelta a la situación", han alentado.* 

Palabras reivindicativas ante lo que parece ser el aviso de una guerra por la vivienda. Si menospreciar los derechos de nadie, creo que esta guerra va a atraer muchas víctimas de diferente tipo. Conforme esta circunstancia se agrava, crecerán en cadena las víctimas, de los propietarios hipotecados a manos de los bancos a las personas sin recursos que no tienen dónde vivir y se van presionadas a declararse "vulnerables" a manos de ejércitos burocráticos. Otras, como las hermanas citadas en la noticia, pondrán fin a su vida saltando por la ventana o por cualquier otro procedimiento.

No hace muchos días saltaba un titular a la prensa: "El Cádiz Club de Fútbol compra la vivienda de una mujer para evitar su desahucio: "Estoy loca de contenta"". Lo que ha sido una noticia negra, el suicidio de las dos hermanas, tenía aquí un desenlace feliz con la compra de la vivienda y el mantenimiento de María, la inquilina de "renta antigua", una mujer de 88 años, a la que se engañó mediante los laberintos legales, como se nos explica en el texto.

La noticia deja al descubierto lo que son los planes de guerra de estas partes dispuestas a desalojar los obstáculos vivos en su camino: 

Los propietarios de esta casa también poseen todo el edificio y su intención era venderlo entero, aunque tanto María como otro inquilino tienen un contrato de renta antigua. Sin embargo, no lograron llevar a cabo la venta completa, por lo que lo vendieron piso por piso, algunos de los cuales se han convertido en viviendas turísticas. Inicialmente, estos propietarios le dieron a María el plazo de dos años para que abandonase la vivienda, transcurrido este tiempo iniciaron un proceso judicial cuya sentencia final dictaminaba el desahucio para finales de junio.

Durante estos dos años, los dueños de la vivienda le ofrecieron venderle la casa por 147.000 euros, pero tanto la mujer como sus hijas no tenían la posibilidad de depositar tal cantidad. También una constructora le ofreció una casa que aún estaba en construcción, por lo que esta solución tampoco llegaba a tiempo. **


Es triste que el camino de los españoles a la vivienda se esté convirtiendo en un camino de sangre, tanto física como simbólica. En el fondo hay esa guerra por desalojar las viviendas para ampliar ese negocio, el de los pisos turísticos, la nueva guerra, que va a traernos muchos quebraderos de cabeza sociales al imposibilitar vivir a los que ganan cada vez menos y a los que cobran cada vez más en todos los aspectos, en especial la vivienda. Ya sean propietarios personales, inmobiliarias o bancos, el futuro de los españoles es cada vez más oscuro. Las víctimas son esos "viejos" que se convierten en obstáculos ante el beneficio que los nuevos alquileres dejan con pisos para turismo y fiestas.


Son muchos los signos de esta realidad, de este "mundo cruel", inhabitable, que nos alcanza. Ya no es país ni para viejos ni para pobres, solo para los que se lo pueden pagar de chiringuito en chiringuito. Habrá que esperar que nuestros servicios sociales, municipales o los que toquen, entiendan que sus protocolos cada vez tienen que ver con el mundo real y comprendan que si nadie contesta no es porque no haya nadie dentro.

 Hay que ir más allá del lado mediático, del suicidio a la alegría de la buena acción como la del Cádiz. Hay que entender que la vivienda se ha convertido en un elemento apetecible y que las circunstancias económicas y sociales pueden favorecer esas  "apetencias". 

Sí, el mundo se ha hecho cruel y va a más en su indiferencia.


* "Dos hermanas se suicidan en Barcelona horas antes de ser desahuciadas" RTVE.es 1/07/2024 https://www.rtve.es/noticias/20240701/dos-hermanas-suicidan-barcelona-desahuciadas/16170110.shtml

** "El Cádiz Club de Fútbol compra la vivienda de una mujer para evitar su desahucio: "Estoy loca de contenta"" RTVE.es / Agencias 14/06/2024 https://www.rtve.es/noticias/20240614/cadiz-cf-compra-vivienda-mujer-para-evitar-desahucio/16147233.shtml

lunes, 1 de julio de 2024

Maldito acuerdo

Joaquín Mª Aguirre (UCM)

¡Nos lo temíamos! Todo regresa a su senda y los dos partidos mayoritarios vuelven a entonar los cantos de guerra tras la extraña foto —¿una ilusión óptica?— en la que ambos se agarraban las manos bajo la mirada irónica de Europa.

No sabemos si alegrarnos porque todo vuelve a estar como siempre o sentirnos nostálgicos por ese momento efímero, fáustico, en el que pedimos al tiempo que se detenga, "¡detente, eres tan hermoso!". Pero por aquí no hay mucho leído en la política y cuando te quieres dar cuenta el tiempo no solo no se ha detenido, sino que ya arrastran tu alma a las nuevas elecciones.

La ministra Alegría señala: "Una se pregunta: o no sabe lo que dice o no entiendo lo que ha firmado hace escasas horas su propio partido". Así que del Fausto pasamos a Hamlet, de la belleza del instante a las oscuras dudas hamletianas.

En la "síntesis" imposible de lo que ocurre, en RTVE.es lo intentan con un texto en el vacío:

'Populares' y socialistas mantienen las distancias tras el acuerdo para renovar el CGPJ. Alberto Núñez Feijóo dice que no se fía de Pedro Sánchez, y no garantiza que vaya a apoyar futuros pactos. Desde el PSOE se reivindican como el partido de los acuerdos. Subrayan que hay legislatura a medio y largo plazo.*


¿Se entiende algo? Quizá todos están hablando de otra cosa que se nos escapa, quizá en esto todos van varias decenas de jugadas por delante. Nuestra alegría en un pozo. Pensamos que un acuerdo era un indicio de racionalidad, pero era solo como una gripe momentánea que nos llegó de Europa, una presión extrema que ellos resolvieron con un apretón de manos más falso que un duro de seis pesetas.

Una vez salvado ese momento de acuerdo inducido, todo vuelve a la anormalidad relativa, a nuestra agitada burbuja.

A lo mejor, tan centrados en sus propios ombligos, los políticos españoles no se dan cuenta lo que está pasando al otro lado de los Pirineos. La victoria de la extrema derecha francesa en la primera vuelta, el hundimiento de Macron, la formación de un "frente popular" a la espera de lo que pueda ocurrir en la segunda vuelta. Todo esto con la ultraderechista Meloni en Italia y el ascenso de las fuerzas ultraderechistas en Alemania. Esto nos coloca con los tres países básicos de la Unión en peligro de ser tomados por un nuevo "eje" de la ultraderecha.

Mientras esto ocurre, en España nos gozamos con deportes, fallas y sanfermines, con ferias y festejos, con playas y cervecitas, riéndonos de olas de calor y tormentas, de extremismos y secesionismos en todos los niveles, de los separatistas leoneses y las monjas cismáticas preconciliares.

La semana pasada, durante un zapping, se iban acumulando quejas ciudadanas contra los políticos y la política. Diversos invitados en diferentes cadenas televisivas revelaban lo mismo: su hartazgo y repulsa ante un sistema que se despreocupa de lo que ocurre, de los problemas reales de la ciudadanía, para recrearse en esa melé continua y disparatada que es la política española.

¿Son conscientes nuestros parlanchines políticos de que ese es el principio de la atracción populista? ¿No se dan cuenta todavía que la ultraderecha vive y crece de la ineficacia de los grandes partidos, de su lucha continua y sin fruto?

La primera parte la tienen ya: el fraccionamiento. Empezó reivindicándose como "indignación", declarándose "antisistema" porque, decía, el "sistema" no funciona. Consiguieron hacerse un hueco cada vez mayor ante la pérdida de votos, que no es sino la traducción de la pérdida de confianza. Ya tenemos ultraderecha de la ultraderecha, como nos ha mostrado en las europeas algo que se ha hecho llamar "¡Se acabó la fiesta!" y que ha conseguido colocar tres picas en el Flandes europeo. Pero esto tampoco ha servido de aviso. Que un "no partido" logre esos resultados debería preocupar y cambiar ciertas tendencias. No lo ha hecho.

Debería preocupar cómo los ultras se hacen con el voto joven, el más visceral, el menos informado y analítico. Pero el voto joven se acaba haciendo mayor con cada elección, va sumando y llegando así a números preocupantes. A las fuerzas ultras les basta con mantener su radicalidad, su negación continua del sistema y dejar que se escuche el espectáculo bochornoso de las fuerzas históricas, de las que han tenido un papel esencial en la configuración de la Unión Europea, que se ven acorraladas por su propia estupidez, por su incapacidad de salir de su propia desidia repetitiva.

¿Llegará el momento en que se den cuenta que es más lo que comparten que lo que les separa, que tienen intereses en la estabilidad del sistema y no en su voladura? Que los dos grandes partidos se pongan de acuerdo en un sistema para mantener independiente el poder judicial no solo es básico sino que debería ser normal. Sin embargo, ha sido una pieza del juego político ante la imposibilidad doble, metafísica y genética, de ponerse de acuerdo ante el temor, como ha sucedido, de ser acusados —a derecha e izquierda por los ultras— de débiles y de ser poco fiables, de ser traidores a sus votantes.

La estrategia presionante es sencilla, previsible y aburrida. Es sencilla de romper si se enfrentan a sus propios fantasmas. Ver los efectos que ha tenido y tiene en Europa debería ayudar.

* "PP y PSOE mantienen las distancias tras el acuerdo para reformar el CGPJ" RTVE Play 30/06/2024 https://www.rtve.es/play/videos/telediario-fin-de-semana/pp-psoe-mantienen-distancias-tras-acuerdo-para-reformar-cgpj/16168796/