Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
"La
precaución no evita el destino" (El hazar ma yemna’sh qadar) es el interesante
proverbio que nos trae hoy la edición de Ahram
Online. Comenta su anotador que es probable un fondo erudito y que es fácil
imaginarlo en boca de personas sabias y religiosas. Pero podemos hoy imaginarle
un uso ajustado por los políticos para encogerse de hombros ante los hechos. En
el fondo de la cuestión está a qué llamemos "destino". Es fácil meter
dentro la imprevisión o los errores, todo aquello que no hemos sabido prever o
controlar. El fatalismo tiene siempre
la excusa fácil.
Es
comprensible que a los políticos les guste este refrán, y más si tiene ese
sabor filosófico y religioso que le reconoce Ahram Online. Puesto en su boca hace ver a quien lo escucha que "el
hombre propone y Dios dispone", que sería nuestra versión de lo
inevitable. La sociedades modernas aceptan mal ya estas pretensiones sin que
ello signifique que los políticos hayan dejado de establecer variantes en
formas de destinos laicos.
Pero
algo peor ocurre cuando los políticos se revisten de fatalidad, es decir, se
consideran ellos mismos la voluntad de Dios. Entonces hay que echarse a
temblar. Mada Masr recoge algunos
ejemplos, después de un año en la presidencia de Egipto y algo más mandando de
facto —una cosa es el mando y otra el cargo—, de frases en las que Abdel Fattah
Al-Sisi ha establecido esa línea retórica que le convierte en mano del destino,
es decir, de la divinidad. Me ha llamado la atención particularmente una que no
había visto reflejada en la prensa con motivo de su visita a Alemania:
Addressing Egyptians living in Germany, Sisi
boasted about his ability to recognize the truth. “God made me a physician,” he
proclaimed. “I diagnose, I see the truth, this is a gift from god.”
He even suggested global recognition for this
“gift.” “All the experts, politicians and even philosophers, are starting to
see that what we’re saying is clean and honest; there’s no agenda behind it.”*
No sé si por "filosofo" se refiere al presidente húngaro,
Viktor Orbán, que ha sido el único que ha tenido a bien defender públicamente
la figura de Al-Sisi y lo que está haciendo en Egipto. Orbán es uno de los más
desprestigiados políticos del panorama europeo, un dictador vocacional y
desafiante, cuyo doble juego con Rusia —otro admirador y vendedor— tiene
irritada a Europa. La última admiradora pública de Al-Sisi en Marine Le Pen, a
la que tampoco consideraría en el grupo de los "filósofos". La traducción
a hechos es que, ante la avalancha de críticas desde todas partes del mundo,
instituciones públicas y privadas de defensa de los Derechos Humanos, hasta de
sus viejos aliados, todo el mundo condena la política represiva, que es el "destino"
para los egipcios que lo padecen.
Cuando alguien se considera con un don divino que le permite
ejercer la "medicina", especialmente la cirugía, sobre los pueblos es difícil que se llegue a un buen fin.
Cuando crees que tienes un don, que
Dios te ha enviado a solucionar el mundo, es cuando hay que preocuparse. Pero
estas cosas se pueden decir cuando hay un público receptivo. Y eso es lo peor
porque nada hay menos democrático que los enviados divinos. También Morsi se
consideraba un "enviado divino", por más que fueran los votos los que
le llevaron al palacio presidencial. Y eso condicionó su actuación y la de sus
seguidores. Cuando Abdel Fatah Al-Sisi decía no tener pretensiones de gobernar
el país recurrió a lo del sueño profético haciendo circular que Sadat se le
había aparecido confirmándole que sería presidente de Egipto. Debe ser lo que
llaman el "voto de calidad". Ante señal tan clara, ¿quién se opone al
destino?
Pues los que se oponen lo tiene muy clarito, según una parte
de los voceros televisivos que cantan cada día las bondades de su gobierno.
Egypt Independent
nos trae la siguiente noticia:
A number of Egyptian media hosts have been
telling viewers that if anyone criticizes President Abdel Fattah al-Sisi, his
decisions and the positions of the state, they should leave the country.
This false dichotomy perpetuated in Egyptian
media links support for Sisi and his policies with support for the homeland,
and therefore opposing him or his policies is a betrayal of Egypt.
The fate of Sisi is connected to Egypt's fate,
said host Tamer Amin in his program on Rotana Masriya Channel, adding that
standing by Sisi's side is standing by Egypt.
"Destiny wants the fate of Sisi associated
with the fate of Egypt. So we either be with the president and the homeland, or
declare it openly that we are against Egypt," Amin added.
Amin called on opponents to leave the country
if they do not like the situation.
Other media hosts have called on unemployed
youth to travel and find jobs abroad.**
Estos destinos encadenados, los de los presidentes y sus pueblos, ocurren cuando la gente no
está realmente enterada de lo que supone una democracia —hacia la que dicen ir—
y consideran que un sistema político perfecto es aquel en el que solo quedan
los que están de acuerdo. Los que no lo están, donde deben estar es en la
cárcel, en la tumba o en el extranjero, que es la versión bondadosa del
problema.
A la periodista que le grito "¡asesino!" en la
rueda de prensa en Berlín, le recordaron que "todavía" era
"egipcia", algo que no es cuestión de nacimiento, sino algo que el
gobierno de turno, el autócrata que toque, te reconoce en función de cómo te
portes. En cuanto que alguien le lleva la contraria al presidente, surgen voces
en la prensa clamando para que se les retire la nacionalidad o cosas peores,
declarándolos traidores.
Mientras esta mentalidad no cambie, Egipto —ni nadie—puede
tener un sistema democrático y de convivencia. Por mucho que se disfrace y se
encarcele o se proscriba a todo el que lleve la contraria de una forma o de
otra, violenta o pacíficamente, eso
no puede convertirse en una democracia. Y lo pagarán con mucho sufrimiento.
Los portavoces oficiosos de los medios egipcios, todo ese
cortejo de aduladores, de egipcios perfectos
—o perfectamente egipcios— lo dejan
muy claro: el que no esté de acuerdo con el presidente Al-Sisi, que coja la
puerta y se vaya. No tiene derecho a ser egipcio si piensa de otra manera.
Por eso no deja de tener su gracia —aunque maldita sea la gracia— la noticia que
nos habla del encuentro en Suiza de la Ministra de Recursos Humanos con los egipcios
residentes en aquel país:
Minister of Manpower and Immigration Nahed
al-Ashry met with representatives of the Egyptian community in Switzerland at a
dinner party, headed by Mahmoud Fadel, head local Egyptian community and
Secretary General of the Egyptian community federation in Europe.
The
meeting came on the sidelines of the session of the 104 International Labour
Conference, currently held in Geneva.
Ashry, along with ambassador Amr Ramadan, Permanent
Representative of Egypt to the European headquarters of the United Nations in
Geneva, and a number of other Egyptian diplomats, listened to the problems of
Egyptian expatriates. They called for the need to connect the second and third
generations to their Egyptian roots through summer camps and programs, tourism
and investment projects.
The
representatives of the Egyptian community expressed their happiness to meet
with the minister, who promised to solve problems they face and stressed that
the current government is establishing a new state free from tyranny and
dictatorship, based on a stable democratic state system.
"We
are concluding the road map developed by Egyptian people as the parliamentary
election is supposed to take place in next October," said Ashry.***
No sé yo —tengo mis dudas— si los personajes en esa cena
oficial con la ministra son una representación muy plural de los egipcios que
están fuera, es decir, de los que no les gusta la situación actual de Egipto o les que no gustan ellos a los actuales dirigentes. Los presentes manifestaron sus satisfacción por encontrarse con la ministra, una ministra que se hizo conocida porque su
primera medida fue la prohibición de la huelgas, acuerdo que firmó con un
sindicato desconocido. También me imagino que será de la idea de que el que
hace huelga es porque no es egipcio y debería coger la puerta.
Una vez más, la distancia entre la versión de la situación
egipcia y los que ve el resto del mundo es sorprendente. Lo señalado —"...
the current government is establishing a new state free from tyranny and
dictatorship, based on a stable democratic state system"— contrasta con la
necesidad de construir más cárceles, como le han pedido al gobierno ante el
hacinamiento que se está produciendo. No es la forma de hacer un estado ni
democrático ni, mucho menos, estable.
La idea de que quien no esté de acuerdo con el presidente
—un presidente que gobierna por decreto ante la inexistencia del parlamento,
que ha propuesto a todas las fuerzas políticas que vayan en una "lista
única" es decir, el "movimiento nacional"— se vaya de Egipto
tiene algo de obsceno. Desde luego, no es una idea democrática. No conozco
ningún país que se llame democrático que lo practique, sí, por el contrario,
casi todas las dictaduras.
Los gobiernos no son nunca perfectos. Mucho menos, divinos. Los gobernantes pueden ser
mejores o peores, y discrepar de ellos no debe suponer el exilio. Es cierto que
el problema de Egipto es complejo y va más allá de la discrepancia, pero eso no
quita que "invitar" al que no esté de acuerdo a que salga del país no es el mejor camino
para los objetivos hacia los que dicen encaminarse y que claramente son
imposibles de cumplir de esta manera y con esas formas.
El presidente Abel Fattah Al-Sisi puede creerse poseedor de un
regalo del cielo para Egipto, creer
tener un mandato divino y un ojo preclaro que le hace ver la verdad, según
afirmó en Alemania y sostienen sus seguidores. Pero desgraciadamente, el resto
del mundo no está dotado de todas estas bendiciones y ve algo muy distinto.
La precaución no evita el destino, decía el refrán fatalista
con el que comenzábamos. La soberbia tampoco garantiza la eficacia ni la
justicia. La prudencia y la humildad, en cambio, si pueden evitar muchos desastres
y desmanes. Es un camino que hay que probar.
* "An
emotional rollercoaster with Sisi" Mada Masr 9/06/2015
http://www.madamasr.com/sections/politics/emotional-rollercoaster-sisi
** "TV
hosts: Don't like Sisi? Then leave Egypt" 12/06/2015
http://www.egyptindependent.com//news/tv-hosts-don-t-sisi-then-leave-egypt
***
"Minister meets with Egyptian expats in Switzertland" Egypt
Independent 12/06/2015
http://www.egyptindependent.com//news/minister-meets-egyptian-expats-switzertland
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