Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
La
pérdida de la mayoría de los islamistas en Turquía es un gran reno a
Erdogan y a sus planes de transformación del modelo político.
El
autoritarismo creciente del presidente, pretendiendo perpetuarse en el poder,
y las sucesivas purgas que ha ido realizando en el país cada vez que salía al
aire algunas de sus vergüenza,s han ido dejando fuera de la vida política,
dentro de la cárcel o ambas cosas a los que pudieran oponerse a sus
planes de consolidación personal y a los de su partido.
Erdogan ha esperado al momento para hacer ver quién era y cuáles su
objetivos. El hombre que sostiene que ya había mezquitas en América cuando llegó
Colón o que niega la evolución y procura que en los colegios no se enseñe, sabe
que la mejor forma de hacer triunfar sus tesis es un movimiento envolvente lento
primero y fuerte después. Ahora sus planes se ven frenados al carecer del poder suficiente.Hoy una parte sustancial del electorado ha sentido miedo si le daba más poder y no ha cedido a sus peticiones para hacer una Turquía a su imagen y semejanza.
La
pérdida de la mayoría y el serio retroceso no dejarán indiferente a Erdogan,
que intentará sacarse algún as de la manga. No es fácil para quien cree tener
el destino bendecido por la divinidad aceptar estos obstáculos. Dice el diario
El Mundo que el primero ministro Ahmet Davutoglu ha señalado tras conocer los
resultados desde su ciudad natal de Konya: "No os preocupéis. Con permiso
de Dios, esta es la decisión del pueblo"*. No sé qué es más preocupante,
si el "no os preocupéis" o lo del permiso divino. Su insistencia en aceptar el resultado no es la misma de Erdogan, poco acostumbrado a los reveses.
Erdogan
ha pasado de tener 327 a 258, una pérdida significativa porque es achacable a
su propia persona más que a otras variables. Su autoritarismo ha logrado unir a
los que estaban dispersos. Esta es la idea que recoge The New York Times:
Selahattin Demirtas, 42, a former human rights
lawyer who leads the largely Kurdish People’s Democratic Party, told reporters
Sunday night: “As of this hour, the debate about the presidency, the debate
about dictatorship, is over. Turkey narrowly averted a disaster.”
The People’s Democratic Party, known as H.D.P.,
was able to broaden its base by fielding a slate of candidates that included
women, gays and other minorities and appealed to voters whose goal was to
curtail Mr. Erdogan’s powers.
“I voted for H.D.P. because it’s the only party
that can break up Erdogan’s bid for absolute power,” said Selen Olcay, 47, a
fitness instructor who voted in Istanbul’s Sariyer district. “In this election
a lot of Turks abandoned their ideological preferences and voted strategically
to derail Erdogan’s one-man rule.”**
El autoritarismo de Erdogan ha ido convirtiéndose en un
problema mayor desde el momento en el que traspasa las líneas constitucionales
y pide la confirmación de los votos para romper el sistema de convivencia. Ahora ha perdido una mayoría que tenía desde 2002 y que le ha ido haciendo perder el horizonte en su megalomanía otomana.
La
máscara de Erdogan tardará oficialmente en caer porque son muchos los intereses
existentes hacia Turquía, empezando por su pertenencia a la OTAN y el momento terrible que se vive en la zona. Su actitud ante el avance del Estado Islámico hasta las
mismas fronteras intentando evitar que los kurdos pudieran defender a los suyos
viendo cómo los masacraban a escasos kilómetros de la frontera, ha debido ser
difícil de explicar para muchos. Hoy los kurdos han recibido votos más allá de sus espacios propios rompiendo su techo.
En el otro lado, Egipto celebra en sus titulares de prensa el retroceso de Erdogan, convertido en enemigo oficial del régimen por sus vínculos con los Hermanos Musulmanes. Es en este país, probablemente, donde más se haya celebrado la pérdida de votos de Erdogan.
La campaña electoral ha estado presidida por ataques constantes
e incidentes con los que se quería frenar el avance de la oposición. Señalan en
El Mundo:
Durante la campaña, el HDP fue objeto de más
de 60 ataques. Artefactos estallaron en sus oficinas de Adana y Mersin. En
Bingöl, desconocidos acribillaron a tiros al conductor de un vehículo de
campaña de la coalición. En Erzurum, una turba ultranacionalista asaltó un
mitin y trató de quemar vivo a otro conductor del HDP. A ello se sumó la
violencia verbal. Despectivamente, el ejecutivo y Erdogan tildaron al HDP,
despectivamente, de ser partido de "armenios, ateos y homosexuales".*
Está
por ver la reacción de Erdogan. No creo que se contente con la derrota porque no aparece en el horizonte
la posibilidad de que una personalidad como la del presidente turco acepte que
no se puede salir con la suya. Sin cerrar todavía los recuentos de las urnas, ya hablaban algunos de elecciones anticipadas.
Hoy son
muchos los que celebran una derrota que ha sido suficiente como para evitar que
Erdogan se siga considerando, con el permiso de Dios, el dueño de Turquía.
*
"La izquierda kurda acaba con el 'sultanato' del presidente Erdogan"
El Mundo 7/06/2015 http://www.elmundo.es/internacional/2015/06/07/5573d7a5e2704ef2378b4571.html
**
"Turkey’s Ruling Party Loses Parliamentary Majority" The New York
Times 7(06/2015
http://www.nytimes.com/2015/06/08/world/europe/turkey-election-recep-tayyip-erdogan-kurds-hdp.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.