Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Después
de observar un vídeo casero en el que se muestra como la Policía de la Virtud y
la Prevención del Vicio saudí (la "policía" es la "saudí",
no el "vicio", aclaro) en el que cuatro piadosos agentes se lanzan
sobre un pobre converso cuyas pintas despistaron un poco y que cometió la
osadía de ponerse en cola específica para la ventanilla de mujeres*. Los
diligentes agentes se lanzaron sobre él sin tener en cuenta que la mujer árabe
que estaba a su lado era su esposa. Ponerte en la cola de las mujeres se
considera poco "virtuoso" y una antesala a la depravación. Las
autoridades han tenido que pedir disculpas por el exceso de celo de los agentes
por mantener las colas separadas. Al varón le está permitido acompañar a la
esposa la que va a pagar en la cola femenina. Un error de apreciación lo tiene
cualquiera. ¿Cómo iban a saber los pobrecitos que era un "converso",
residente allí de toda la vida y que ella era su esposa? No hay que juzgar los
libros por las portadas, que señala el dicho, a menos que ese sea tu trabajo. En
ese caso, ante la duda —algo que siempre acaba mal desde Descartes—, se sacude
y ya está. A los agentes los han mandado fuera de la ciudad, a ventanillas
provincianas, algo que en términos saudíes significa, al menos, algo más de
calor y arena.
Después
de esta impactante experiencia, sigo mi repaso la prensa egipcia y cuál no es
mi sorpresa cuando el titular de Egypt Daily
News me salta a la cara: "Censorship authorities confiscate three
books on arrival". ¿Tres?
Dada la
campaña contra el "terror" y los islamistas emprendida por el
gobierno egipcio actual pensé que se trataría de obras proclives al yihadismo,
obras que incitaran a una versión poco tolerante de la religión y que pudieran
ser usadas en sermones clandestinos o en provocativas sentadas de barbudos. Pero el comienzo del artículo me
dejó perplejo:
Censorship authorities have confiscated three
books published by Al-Tanweer Publishing, which were part of a delivery of
books entering Egypt on Saturday. The confiscated books include “Introduction
to Semiotics” by the Egyptian academic writer Nasr Hamed Abu Zayd,
“Al-Mabrouma” by Lebanese novelist Rabei Gaber and the French philosopher Alain
Badiou’s “In Praise of Love”.
The confiscation is one of the “extreme
violations to human rights and freedoms” which occurred on Saturday, according
to a statement by the Arab Network for Human Rights Information (ANHRI). All
the other books shipped from Beirut were allowed into the country.
Al-Tanweer prints its books in Beirut, Lebanon,
for reasons that are related to printing quality and costs, according to a statement
issued by the publishers.**
Los títulos me dejan boquiabierto. ¿Se puede bloquear por
censura un libro llamado "Introducción a la semiótica"? No digo yo
que no se dejara a algún semiólogo pesado un rato de penitencia, pero
¿censurarlo? ¡Pobre semiótica! ¡No creo que sea para tanto!
Lo primero que hago es ir a comprobar qué editorial es esta
tan peligrosa como para que le requisen los libros y pasen a manos de los
ilustrados censores, hombres generalmente de amplio espectro, capaces de
dictaminar sobre todo tipo de enfermedades morales, creadoras de epidemias
sociales. Pero mi sorpresa es mayor. Esta editorial se dedica a sacar libros de
autores —literatos y ensayistas— de distintos países árabes y traducciones de
León Tolstoi, Aldous Huxley, Roberto Bolaño y hasta !Stephen Hawkins! y otros
similares que no me resultan demasiado "yihadistas" ni "barbudos".
Una vez resueltas mis dudas globales sobre la editorial
Al-Tanweer, que descarto como sospechosa de "islamismo", peligro
oficial del régimen, me dedico a revisar los tres libros, en apariencia
inocentes, cuyas páginas han sido retenidas en la aduana con mayor eficacia que
las armas que pasan de Libia, Palestina y Siria a Egipto y viceversa. ¿Habrá túneles para libros?, me pregunto. Me
lanzo a buscar información sobre los tres autores para intentar esclarecer su nivel
de peligrosidad.
Comenzamos con la Introducción
a la semiótica, del académico Nasr Hamed Abu Zayd. Inmediatamente recuerdo
el caso, muy sonado. La primera vez que escuché hablar de él fue en una
entrevista, al principio de la revolución, en la que un joven intelectual decía
que su Islam era el de Nasr Hamed Abu Zayd.
Me intrigó y me dediqué a buscar documentación sobre su obra.
Nasr Hamed Abu Zayd fue un intelectual dedicado,
efectivamente, a tareas teóricas sobre la hermenéutica y la crítica, es decir,
sobre la interpretación de los textos, de ahí su trabajo con la Semiótica, una posibilidad
teórica y metodológica de abordar esta cuestión. Un perfil estándar como mtivo
de su fallecimiento por una enfermedad vírica en 2010 señala que se tuvo que
exiliar por "his innovative approaches to Quranic studies -- promoting a
human-centered hermeneutics and applying methods derived from semiotics,
literary theory & criticism to the study of the Islamic scripture". Leí
la base de su doctrina, que se deriva, entre otras cosas, de la historicidad de la lectura, tal como
está plenamente recogido de Nietzsche en adelante por las diferentes escuelas
que fueron saliendo desde que Friecrich Schleiemacher se planteara la cuestión a
finales del siglo XVIII.
Que leemos desde el condicionamiento de nuestro presente y
que, por mucho que nos empeñemos, no podemos evitar el paso de la historia que
el texto acumula por esa historicidad que le es consustancial. Eso quiere
decir, como se ha ido incorporando a las escuelas que atienden a la
"recepción", es decir, a la lectura como momento crucial y variable
de la actualización del texto. ¿Contra qué va esto? Pues contra lo que se ha dado en llamar el texto
"esencialista", un texto considerado inmutable, con un sentido
único al margen de quien lo lee, considerado una "desviación"
cualquier otra posible interpretación.
La primera conferencia que di en la Universidad de El Cairo
fue sobre hermenéutica, que es mi campo de trabajo (al menos uno de ellos). Y
me sorprendió la reacción de algunos responsables académicos que vinieron a
hablar conmigo (me perdí la siguiente intervención) para interesarse sobre
cuestiones de la hermenéutica gadameriana que era de lo que había hablado en
parte y del aspecto de "encuentro" en el texto que tiene el hecho de
la lectura, es decir, un enfoque digamos existencial
del hecho textual. La siguiente conferencia que di en mi siguiente viaje fue ya
específicamente sobre hermenéutica y traducción, con algunos ejemplos tomados
de poesía árabe y del gran escritor egipcio Yusuf Idris.
Nasr Hamed Abu Zayd desarrolló una hermenéutica desde la historicidad del texto y de cómo cada lectura
se ajusta a su propio contexto histórico, que es desde el que leemos, por más
que pensemos que estamos comprendiendo el texto tal como fue inicialmente pensado.
Hoy la teoría esencialista del texto es naif, tan naif como el que piensa que
lo que sus ojos ven y su cerebro interpreta son la "realidad" misma y
desconoce que es la interpretación de su cerebro con lo que su aparato
sensorial le filtra. También es "realidad" la de la mosca, la vaca o
cualquier otro ser vivo que reconstruye lo que le rodea con su capacidad
sensorial y de procesar esas señales
que le llegan al cerebro.
Me imagino que ya habrán captado de dónde viene la
peligrosidad de Nasr Hamed Abu Zayd: todo eso implica que no hay una única lectura verdadera del texto, sino que este se
adapta al momento de la lectura. Con algunos pequeños giros se convierte en una
teoría peligrosa para los que conciben el "texto" como una unidad de
sentido cerrado.
En un mundo como el islámico, se cae en la herejía rápidamente.
Y eso fue lo que le ocurrió a Nasr Hamed Abu Zayd. Fue denunciado en 1993 por
sus exégesis del Corán, denunciado por sus propios colegas académicos, pues los
integristas islámicos no estaban dispuestos a renunciar a la "verdad"
de su interpretación acusando de
apostasía a todo el que se sale del guión escrito. Y se tuvo que ir a Holanda a
vivir en 1995, amenazado y perseguido. Le "divorciaron" de su esposa
al considerarle apóstata, es decir, que había abandonado la religión islámica,
en cuyo caso no puede estar casado con una musulmana y la Corte Suprema de Egipto,
aunque no lo condenó por evitar un escándalo mayor, sí los divorció motu propio, declarando nulo el matrimonio, que era
una forma indirecta de condenarlo al reconocer
oficialmente su apostasía.
El integrismo islámico exige la interpretación literal del
Corán, en donde "literal" es cuestión de grandes fisuras o de
desavenencias mayores o menores entre las distintas escuelas interpretativas
que constituyen el conjunto del Islam. Casi todas las divisiones del mundo
islámico obedecen a diferencias interpretativas, tal como ocurrió en el mundo
cristiano con los sucesivos cismas (oriente y occidente, primero; católicos y
protestantes después) ante las diferencias acumuladas y sustanciales en la
forma de entender el mensaje evangélico y la doctrina consecuente. Todos
sostienen la pureza y verdad de su lectura, por eso las luchas
son irreconciliables entre grupos.
Lo sorprendente de la censura de Nasr Hamed Abu Zayd en la
frontera es que ahora quienes detienen su obra son los que proclaman su lucha
contra los islamistas, es decir, los que ya le censuraron antes. Esto
confirmaría lo que llevamos diciendo desde hace tiempo: no se renuncia al arma
religiosa para mantener el control, que es lo que importa. Defenestrados del
poder los Hermanos Musulmanes, no se cierra el negocio; solo se traspasa.
Detener los libros de Nasr Hamed Abu Zayd es un ejercicio de censura que
contradice una y otra vez las palabras lanzadas a los cuatro vientos. Confirman
que se trata de mantener el control por cualquier medio. Egipto es un país en
el que ha habido dos revoluciones, cuatro gobiernos, tres constituciones (la
antigua, la islamista y la actual) en cuatro años y no ha cambiado todavía la
estructura policial. Puede que los censores tampoco, con muchísimo trabajo
últimamente.
El segundo caso, el del novelista libanés Rabie Gaber
—fallecido en 2010—, es bastante extraño. ¿Les habrá sonado "Rabie" sospechosamente
a "Rabaa", una referencia a la sentada islamista? Las referencias al autor son mínimas. He localizado una rarísima
crítica que le hicieron en la época de Mubarak en Ahram Weekly. El argumento de la obra le parecía al crítico de
entonces demasiado esotérico y un autor peligrosamente
prolífico. Decían entonces:
Beirutius: madina taht
al-ard (Beirutius: an Underground City), Rabie
Gaber, Beirut: Dar al-Adab, 2005. pp239
Between 1992 and 2003 Lebanese novelist Rabie
Gaber published ten novels, on average a novel a year. Gaber is thus a
remarkably prolific author, but most of his work amounts to little more than
musings, which are both divorced from reality and maintain an unbridgeable
distance from the reader. However, his latest novel is different from those
that preceded it in that it is immersed in reality rather than divorced from
it. In the book, the narrator meets a cinema security officer who addresses him
as Rabie Gaber, editor at the newspaper Al-Hayat, and goes on to recount the
story of an underground city, Beirutius, built entirely beneath the surface of
modern Beirut and to some extent modeled on it. How the city survives, or even
came into being, is unclear, yet Gaber uses it to draw connections between the
subterranean life of Beirutius and life during the civil war in its terrestrial
counterpart Beirut.***
La forma de enjuiciarlo es claramente prepotente y lo único
de lo que se le acusa es de escribir "demasiado" y de estar alejado
de la realidad, algo de lo que, tal como está la realidad, tampoco se le puede
echar demasiado en cara a nadie. Eso de que el narrador se llame como el autor
siempre ha sido un poco sospechoso y si hay un Beirut subterráneo debajo del
Beirut visible, por menos que eso te bombardean en Gaza. Quizá el censor había
leído aquella novela del prolífico Gaber pero del que no hay más pistas. No
sabemos de qué trata "Al-Mabrouka", pero seguro que el aduanero
tampoco. Habrá mandado la lista de libros desde la frontera al ministerio y le
habrá llegado con tres tachones. Y le ha tocado al pobre Gaber.
El tercer caso es más sorprendente o menos, según se mire.
Lo primero que llama la atención es que tampoco es un islamista, sino más bien
al contrario es un althuseriano y maoísta filósofo francés, miembro de la
izquierda que se echó a la calle en los 60, que llegó a alcalde de Tolouse
durante 12 años. Conocido por "El ser y el acontecimiento", es un
filósofo nada sospechoso de islamista. Pero a alguien le habrá parecido
sospechoso porque tiene una tendencia que no se le pasó en el 68 por aquello de
las masas. Creo haber encontrado
alguna posible causas de esa ignominiosa detención de su aparentemente inocente.
Encuentro la obra retenida en Amazon y la nota editorial dice:
In a world rife with consumerism,
where online dating promises risk-free romance and love is all too often seen
only as a variant of desire and hedonism, Alain Badiou believes that love is
under threat. Taking to heart Rimbaud’s famous line “love needs reinventing,” In
Praise of Love is the celebrated French philosopher’s passionate
treatise in defense of love.
For Badiou, love is an existential project, a
constantly unfolding quest for truth. This quest begins with the chance
encounter, an event that forever changes two individuals, challenging them “to
see the world from the point of view of two rather than one.” This, Badiou believes, is love’s most essential
transforming power.
¿Qué habrán visto esta vez? ¿Qué habrán pensado al ver este
libro? No se me ocurre una respuesta que no nos lleve al absurdo. ¿Les parece
mal lo de marxista-leninista, lo de maoísta, lo de Althusser, lo de Lacan, los
del partido marxista-leninista, lo de la alcaldía..., no sé... simplemente el amor quizás?
No me rindo a que el amor
quede detenido entre Líbano y Egipto, que se prohiba su importación. Sigo
buscando y buscando y, finalmente, encuentro algo: la traducción de un artículo
de Badiou en Le Monde cuando las
revoluciones de 2011. Aparece en reproducido en un blog español con el explícito
título de "La hipótesis comunista" y el título del artículo es "El
alcance universal de los levantamientos populares". Allí hay varias
referencias a Egipto que puede que, con tanta historicidad, que diría un hermeneuta, es decir, tanta distancia
entre lo que ocurrió entonces y cómo lo interpretamos hoy, haya molestado a más
de uno. Escribía Badiou:
La palabra "democracia"
apenas es pronunciada en Egipto. Se escucha hablar de "un nuevo
Egipto", de "el verdadero pueblo Egipcio", de una asamblea
constituyente, de cambios radicales en la vida de todos los días, de
posibilidades inauditas y previamente desconocidas. Hay un nuevo llano que
sucederá al que ya no existe, el que ha sido incendiado por la chispa del
levantamiento. Este llano se interpone entre la declaración de una alteración
en el equilibrio de fuerzas y la realización de nuevas tareas. Entre el grito
de un joven tunecino: "Nosotros, hijos de trabajadores y campesinos, somos
más fuertes que los criminales", y lo que dijo un joven egipcio:
"desde hoy, 25 de Enero, tomo los asuntos de mi país en mis propias
manos".
El pueblo, sólo el pueblo es el creador de la Historia Universal
Es sorprendente que en nuestro
Occidente los gobiernos y los medios consideren a los insurgentes de El Cairo
"el pueblo egipcio". ¿Cómo es posible? ¿Acaso el pueblo no es para
ellos la gente razonable, legal, que usualmente se reduce a la mayoría en una
encuesta, o la mayoría en una elección? ¿Cómo es que de repente cientos de
rebeldes son representativos de una población de ochenta millones? Es una
lección que no debe olvidarse, que no se olvidará. Después de cierto umbral de
determinación, de intransigencia y coraje, la gente, de hecho, puede concentrar
su existencia en una plaza, una avenida, algunas fábricas o una universidad...
El mundo entero será testigo del coraje, y especialmente, de las maravillosas
creaciones que surgen de él. Estas creaciones prueban que hay un Pueblo. Como
un rebelde egipcio dijo con firmeza: "antes yo miraba televisión, ahora la
televisión me mira a mí".****
Bien. La pregunta es: ¿cómo se lee esto en 2014? ¿Quién es
"hoy" la "gente razonable" y quién es "el
pueblo", según el razonamiento de Alain Badiou en su momento? ¡Vaya
problema! Con revolucionarios de 2011 en la cárcel y con defensores del orden
proclamando su segunda revolución, la cosa se complica, como ya le parecía
complicado a Badiou distinguir entre lo que Occidente llamaba "pueblo",
gente de orden, y la ordenadísima sociedad actual. Lo de la quién mira o es
mirado por la televisión está un poco más complicado. Me imagino que los libros
retenidos en la aduana lo son en nombre
del pueblo y como enemigos del pueblo.
Señalaba en el texto citado Badiou:
Desde hace dos siglos el único
problema político ha sido la forma de establecer en forma perdurable los
inventos del comunismo en movimiento. Y la única declaración reaccionaria
afirma: "Es imposible, e incluso perjudicial. Confiemos en el
Estado..." Gloria a los pueblos de Túnez y Egipto porque nos recuerdan la
verdadera y única tarea política: enfrenta el estado la fidelidad organizada al
comunismo en movimiento.****
¡Pobre Badiou! ¡Cómo lo ha tenido que pasar después de
escribir esto! Hoy el Estado es la fuerza mayor. ¡Y ahora viene a hablar del
amor? ¿Del amor a qué? La gente no
escarmienta. Ha dado tantas vueltas la situación egipcia que no es fácil
seguirle la pista, con todos clamando por la revolución, como Badiou, y casi
todos haciendo lo contrario, amando loca y apasionadamente a un Estado que saca
músculo en cuanto que tiene ocasión.
Leo el enfado de un rapero egipcio, que está que se sube por
las paredes con todo el mundo. Dice:
One of these tracks, Antom
‘Abeed (You are slaves),
condemns supporters both of the MB and the Army. The track is political
agitation showing deep concern of repeating the cycle from a religious
authoritarian rule to a military dictatorship.
However maintaining such
radical rhetoric is not easy, the unit members explain, as they suffer
suppression and censorship from cultural centres and venues.
“There was definitely more
freedom of speech during the times of Mubarak, SCAF, and Morsi than now. Now if
you say no, you get arrested. If
you protest, you might risk being shot,” Sherif said.*****
¡Pobre rapero también! Ese es el triste destino de muchos de
los que se partieron la cara el 25 de enero y que se la siguen partiendo desde
entonces. Ahora tenemos a tres libros penitentes, ¡pobrecitos!, esperando a que
decidan su destino en el ministerio.
En resumen: un egipcio acusado de apostasía por los
fundamentalistas, divorciado a la brava de su amante esposa y mandado a
Holanda; un libanés que escribe mucho pero que no gusta demasiado a los
críticos oficiales, que tiene delirios sobre peligrosas ciudades subterráneas,
y de nombre sospechoso; y un filósofo francés althusseriano, lacaniano y demás
cosas de difícil comprensión para el común de los mortales, que va predicando
el amor después de que le ha fallado todo lo demás.
Quizá se trate de un error, como en Arabia Saudí, que ante
la duda te dan un porrazo, que alguien pensara que estaban en la fila equivocada. En
Egipto, el comité censor —al que no paran de dar trabajo— se llama algo así
como Comité para la Preservación de la
Creatividad, es decir, para asegurarse que va por el camino correcto. ¿Quién ha
dicho que los censores no tienen imaginación? Tanta que hacen la competencia a
los artistas de todos los sectores, que están en general bastante enfadados —no
son solo los raperos—. Periodistas, escritores, cineastas, dibujantes, dramaturgos...
están empezando a hartarse de esta mordaza constante, de tanta tijera y parón
aduanero. El chiste del estupendo caricaturista Andeel, reproducido el 1 de
julio en Daily News Egypt, es muy claro: «And he who does not love Papa Sisi, where does he
go?” The children answer, “To prison, miss.”»****** Creo que la gente está empezando a darse
cuenta (los que quieren), que hay demasiada prevención
para muchas cosas. Que no es solo a los terroristas islamistas de diverso
pelaje, sino que se está metiendo en el mismo bote a todo el que molesta
demasiado. Y las artes son las primeras —como siempre— en pagar esta nueva
virtud y ortodoxia, pues son molestas enseguida.
No sé si se convertirán en lecturas clandestinas de culto
solo por haber sido retenidas en la aduana, o qué ocurrirá con estos libros peligrosos. Ante la duda, es mejor que
nadie lea nada que luego pasa lo que pasa.
Aprovecho para felicitar al editor, que ha conseguido que
tres libros tan distintos estén en el punto de mira. A lo mejor, quién sabe, el
aviso va para él. El ministerio siempre tiene razón. Lo ocupe quien lo ocupe,
que eso es lo de menos.
*
"Saudi religious police in rare apology after Briton beating" Ahram
Online 3/09/2014
http://english.ahram.org.eg/NewsContent/2/8/109890/World/Region/Saudi-religious-police-in-rare-apology-after-Brito.aspx
**
"Censorship authorities confiscate three books on arrival" Daily News
Egypt 3/09/2014
http://www.dailynewsegypt.com/2014/09/03/censorship-authorities-confiscate-three-books-arrival/
***
"At a glance" Ahram Weekly Online 21-27/07/2005
http://weekly.ahram.org.eg/2005/752/bo14.htm
**** "El alcance universal de los levantamientos
populares - Alain Badiou" La hipótesis comunista - blog 1/03/2011
http://lahipotesiscomunista.blogspot.com.es/2011/03/el-alcance-universal-de-los.html
*****
"On selling out, censorship, and nostalgia: Rappers reflect on society"
Daily News Egypt 31/08/2014
http://www.dailynewsegypt.com/2014/08/31/selling-censorship-nostalgia-rappers-reflect-society/
******
"Young political cartoonists use symbols to fight ‘red lines’" Daily
News Egypt 1/07/2014 http://www.dailynewsegypt.com/2014/07/01/young-political-cartoonists-use-symbols-fight-red-lines/
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.