Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Nos
dicen los científicos de la mente que tratamos de justificar las medidas que
tomamos con razones muchas veces forzadas. Es la manera de tratar de encontrar
una coherencia racional a algo que surge más del deseo, del miedo, de fuerzas
irracionales. Buscamos razones que justifiquen lo que hacemos camuflando las
intenciones reales. Son los mecanismos de racionalización.
La Ley
antiprotestas en Egipto se ha convertido en algo así, en un mecanismo justificador
de las acciones de represión. Primero se detiene y después se justifica a
través de la elevación de la peligrosidad de aquello por lo que se detiene a
alguien. El que ha sido detenido, por el hecho de serlo —y no al contrario—, se
convierte en un peligroso criminal
que no debe estar suelto. La seguridad de todos depende que siga encerrado. Y
los que justifican la ley, justifican la detención que sirve para volver a
justificar la ley.
Las
huelgas de hambre en apoyo de detenidos sin más razón que protestar contra la Ley
antiprotesta o sus efectos se suceden en Egipto. En huelga de hambre se han
puesto los detenidos y los familiares y amigos que si afirman que la detención
es un absurdo son detenidos también por protestar. Es una ley
"viciosa", circular, que penaliza la crítica a la propia ley
considerándola como una protesta no autorizada.
La
Policía egipcia son las pirámides de la vida social. No han cambiado desde la
caída del régimen de Hosni Mubarak, pese a tener un largo y cruel expediente de
torturas y violencia. Siguen ahí, sin cambio, sin condenas. Estuviera quien
estuviera en el poder, ellos actuaban con la misma contundencia. Son la columna
vertebral del Estado, junto al Ejército; la interfaz social que permite a los
egipcios distinguir entre unos y otros, aunque sean los mismos quienes les
manden. La policía ucraniana, al menos, pidió perdón tras la caída de
Yanukovich.
Egipto
estalla por la muerte de un joven, Khaled Saied, arrestado, torturado, muerto y
abandonado en plena calle. La misma policía siguió haciendo lo mismo en el
periodo de la SCAF. Allí seguía, sin cambios, cuando Mohamed Morsi llegó al
poder e hizo lo mismo. En este periodo hubo un intento de cambio, sí: los policías
islamistas intentaron dejarse la barba, pero los superiores (que no eran
islamistas) lo evitaron, prohibiendo el cambio de look facial. Tras la revolución del 30 de junio y el golpe
posterior, la policía siguió haciendo lo mismo, sin cambio alguno. Por
supuesto, nadie volvió a plantear lo de dejarse barba.
Algunos
medios empezaron a señalar que habría que cambiar, al menos, al Ministro del
interior, el que había dirigido la represión bajo gobiernos antagónicos, pero
la Policía es lo único que no cambia, que está siempre ahí en Egipto. Aunque
cambien los ministros —si es que llegan cambiar, que tampoco lo hacen— sigue
empleando lo mismos métodos con los mismo resultados.
Los
mecanismos justificadores son siempre el "terrorismo" y la "anarquía".
No se trata de negar que no existan peligros reales, pero esos temores están
sirviendo para eliminar toda oposición al régimen. La Ley antiprotestas
convierte en criminales a todo al que se le ocurra protestar sin el
consentimiento del gobierno, que evidentemente no lo da. Da igual que la
protesta sea pacífica; es "protesta" y eso es suficiente. Es una
forma especial de interpretar el camino de la democracia marcado que parece ir
por la ruta más larga aprovechando que el mundo es redondo.
Pese a
los rumores y peticiones de que se modifique esa ley y se pueda protestar por
muchas cosas que lo merecen más allá de cuestiones del poder, el ejecutivo
egipcio no va a renunciar a esta herramienta tan útil.
El
diario Egypt Independent señala:
The government has announced that no changes
will be made to the protest law, despite its local and international
controversy.
"The law on demonstrations has received
the consensus of people, and there is no intention to discuss it," said
Ambassador Hossam al-Qawwesh, spokesman for the Cabinet, in a statement on
Thursday.
"[The law] is issued and in effect and
there is nothing new about it," said the Minister of Justice Saber
Mahfouz.
During the inauguration on Thursday of Brolos
District Court in Kafr al-Sheikh, Saber called on the people to adhere to the
law as Egypt can no longer bear lawlessness.*
No sé a qué llama el embajador Hossam al-Qawwesh, el portavoz del gobierno,
"consenso del pueblo", pero mucho me temo que se refiere a la
interpretación unilateral de aquella masiva manifestación a la que se llamó
para tener carta blanca en la lucha
contra el terrorismo. El provecho que le están sacando algunos a aquel acto de
buena voluntad de una gran mayoría del pueblo egipcio, al que asistieron muchos
de los que hoy están en la cárcel, es enorme. Me imagino que más de uno se
habrá arrepentido de haber estado allí y que su presencia se haya utilizado
para meterle después en la cárcel.
Egipto
lleva camino de que las cárceles sean más representativas que el futuro
parlamento, que mucho me temo, va a ser tanto o más monocorde que el islamista
de Morsi, gracias a otra ley en trámites que ya comentamos, la que hace que el
80% de los escaños sea para electos al margen de los partidos, dejando para
estos solo un débil 20%. Es una forma de aplicar la Ley antiprotestas en el propio
Parlamento, donde la mayoría competirá por aplaudir más y mejor. Será llamado
un parlamento patriótico, eufemismo
para reflejar la unanimidad que se logrará en casi todo lo que se exponga ante la
cámara.
Hoy en
las cárceles están los mismos que protestaban contra Mubarak, contra la SCAF y
los que protestaron después contra Morsi. Los que se encuentran entre rejas son
los islamistas y los que han protestado contra la represión posterior en nombre
de los derechos humanos y de una democracia real que quieren para Egipto.
En un
impresionante artículo, titulado "The prison in us", publicado en Mada Masr el día 17, Alia Mossallam nos
da cuenta de lo que empiezan a ser las prisiones egipcias. Comienza así:
About a month ago I went to visit a friend in
prison.
It doesn’t matter who he or she was, since
there are now hundreds of young men and women in Egypt’s prisons because of the
new Protest Law. The prisons are full to the brim with teenagers, students,
fathers, brothers, daughters and only sons. They are full to the brim with
dreamers and idealists and brave souls who ventured into the streets to call
for the release of their friends, comrades, brothers and sisters. Our prisons
also hold in captivity people who have been arrested in police stations where
they were looking for their loved ones, students who attended funerals in large
numbers, individuals who had arguments in petrol stations affiliated with the
military and even protestors who stood outside courts calling for
accountability for the murder of Khaled Saeed.**
El mundo que nos describe coincide con el que nos contaba
desde dentro de la cárcel la activista socialista alejandrina Mahienour al-Massry
—lo contamos aquím en "Macrocosmos y microcosmos con fanfarria de fondo", el 8 junio de 2014—. Lo hizo en otro impresionante artículo sobre
el descubrimiento del Egipto tras las rejas en la cárcel de mujeres en la que
se encontraba. Fue encarcelada por protestar contra la impunidad en el crimen
de Khaled Saied, el que desencadenó la revolución de 2011, del que nadie se ha
hecho responsable todavía.
No hay duda de que en Egipto existe un problema terrorista.
Hay decapitaciones de las que no habla nadie, como la que nos contaban ayer los
medios. Otro cuerpo decapitado encontrado en el norte del Sinaí. Son ya seis
los decapitados en la zona acusados de dar información para localizar a los
terroristas de la zona. Cuatro de ellos fueron acusados de suministrar datos
para los ataques con drones desde Israel y se les decapitó grabándolo en un
vídeo, como ya es costumbre en estos carniceros. Pero que exista un problema
terrorista no puede ser justificación para la reducción de derechos que los
egipcios se han ganado con sangre, sudor
y lágrimas en las calles y plazas, ni para la impunidad de las fuerzas de
represión que han actuado en todo momento con la misma brutalidad. Pensar que
en Egipto solo es problema el "islamismo" y que todos se acabarán
haciéndolos desaparecer es de una gran ingenuidad y perversión si además se
señala que cualquier protesta te convierte en aliado
de los islamistas y terroristas.
Es esencial para un país que dice encaminarse hacia la
democracia, que es la que justificó el levantamiento popular, tener una fuerzas
de seguridad que no sientan que son inmunes al cambio e impunes ante la petición
de responsabilidad. Y no ha habido ninguna señal en ambos sentidos, sino lo
contrario. Son múltiples las voces en Egipto que piden un cambio necesario en
la Policía y sus actuaciones y responsabilidades. Pero sirven de muy poco y
corren el riesgo de considerarse también "protestas".
Esto está causando una gran desolación y abatimiento en los
egipcios que no solo desean un país "tranquilo", sino que quieren un
país democrático en el que se pueda ejercer la crítica y que haya cierta
proporcionalidad de las penas, algo de lo que se carece en el momento. A
Mahienour al-Massry le cayeron dos años de prisión, que no son muchos en
comparación con casos en los que las sentencias han sido entre siete y diez años
por "delitos" que no valdrían ni una noche en comisaría en los países
que, además de decirlo, tienen un sistema democrático.
La opción del silencio
que muchos intelectuales ha tomado, haciendo pública su disconformidad y abandonando
las loas y defensas del sistema, ha dado un protagonismo a los periodistas, que
se han sumado también a las huelgas de hambre contra la ley antiprotestas. Este
fenómeno dignifica a una parte importante de la profesión periodística que ha
comprendido que su tarea no es solo informar sino respaldar los derechos que la
posibilitan, entre ellos el de expresión e información, que también puede estar
sujeto a arbitrariedades, pues el gobierno decide también lo que es "verdadero"
y "falso", qué "deteriora" la imagen de Egipto y qué no.
Frente a artículos babosos —preguntándose, por ejemplo, si The New York Times es "fiable"—
respecto a la adulación al poder, la Sisi-manía, etc., el periodismo egipcio
está también dando ejemplo de valor y capacidad crítica mediante la publicación
de valientes artículos independientes recordándole al poder que el compromiso
democrático es algo más que palabras, que exaltar un nacionalismo ciego y
adulador no es el mejor camino para construir un gran país. Negar los problemas
o la diversidad solo lleva a perder lo mejor que el país puede ofrecer. El
drama egipcio es perder a muchas de sus mejores voces y mentes, linchadas públicamente
en cuanto que manifiestan su disconformidad con lo que entienden es un camino
equivocado.
Si ir a la cárcel es ya un gran problema, estar en ellas no
lo es menos. Hace dos días, Daily News Egypt publicaba las respuestas de los
grupos de derechos humanos ante las enmiendas a la ley existente a la ley de
encarcelamiento:
The Ministry of Interior’s
proposed amendments to prisons’ legislation “are disappointing”, the Egyptian
Initiative for Personal Rights said in a statement Wednesday.
The group added that the
amendments were “far from meeting Egyptian constitutional guarantees and the UN
minimum standards for the treatment of prisoners.”
The statement called for the
need to overhaul “all existing laws, protocols and procedures governing the
administration of prisons in Egypt.”
EIPR stated that they found
“torture, inhumane treatment and worsening living conditions,” to be recurring
themes in recent prisoner testimonies.
The proposed amendments to the
current law on Prison’s procedures fail to allow for independent monitoring of
detention facilities. They also fail to introduce mechanisms for prisoners to
lodge complaints with impartial and independent bodies such as human rights
organizations.
They added that testimonies showed “an alarming
escalation in the excessive use of force, brutality, beatings, verbal abuse and
other forms of cruel and degrading treatment or punishment for prisoners by law
enforcement officials.”***
Es otro campo en el que las revoluciones y el deseo del
pueblo tampoco han evolucionado. Por las prisiones no han pasado vientos de
reforma y sigue habiendo la misma impunidad que antes. Así a las detenciones en
aplicación de la Ley antiprotestas, esa que el portavoz oficial dice contar con
el apoyo del pueblo egipcio, se suma la situación una vez que entras en prisión,
en donde puede ocurrir cualquier cosa. Que no se les ocurra a tus amigos o
familia protestar por el estado lamentable en que te puedan encontrar porque
serán encarcelados rápidamente en aplicación de la ley que lo impide. Como
decíamos anteriormente, un círculo vicioso que no sirve más que para retirar a
la disidencia de las calles y encerrarla en prisiones llenas ya hasta los
topes.
Allí se junta ya un repertorio amplio. Los islamistas son
encerrados por reclamar la legitimidad de Morsi, por pertenencia a grupo
terrorista o por ser terroristas por sus actos. Los liberales y socialistas,
los grupos laicos, también acaban entre rejas cuando se quejan por las leyes
represivas, defendiendo los derechos de todos, y allí les acompañan pronto los
que protestan porque han sido encarcelados.
El problema social es la justificación que una parte de los
egipcios parece mantener como respuesta y que se le pide como actitud. Todos
los que están en la cárcel es porque se lo merecen, dicen algunos, que
es el principio mediante el cual el autoritarismo se asienta. Todo el que no
está de acuerdo con esto es un enemigo
del pueblo, un peligro para la paz y el desarrollo, culpándolos de que no
vaya el turismo o de que la economía no se recupere.
Hace tiempo que un periodista egipcio, editor de un periódico
independiente, empezó a usar el término "fascismo social" para
caracterizar este estado de persecución y justificación, de lo que se hace para
eliminar la disidencia. Al final se ha acabado la posibilidad de diálogo social,
de avanzar hacia una sociedad más abierta, porque evidentemente la consecuencia
de esto es el aislamiento internacional, el ensimismamiento de una sociedad que
comienza a sentir, como está ocurriendo ya, que los demás no la entienden, se la juzga mal porque no se comprenden sus motivos, que todos los demás viven en el error y solo ellos en la verdad. No es así y
eso solo agrava las cosas aumentando la paranoia social.
El impresionante artículo de Alia Mossallam, que citamos
anteriormente, concluye así:
The best of us are in those prisons. The best
of us are locked away, for speaking, writing and documenting against injustice.
The best of us are locked away for fear that they may liberate us of our own
stale, unjust existence. A fragile existence ours is. For these arrest raids
spare only the silent; but can one stay silent forever?**
Es triste que un pueblo que se ha levantado dos veces contra
el autoritarismo y el sectarismo tenga que ver desde la cárcel el deterioro de
su propia revolución, la perversión de sus deseos de libertad y de democracia.
Es todavía más triste que una parte de ellos lo justifiquen sin discriminar las
causas por las que se puede acabar entre rejas, que acaban siendo irrelevantes.
Muchos están empezando a darse cuenta de ello y algunos tienen el valor de
decirlo. La respuesta de otros es el pesimismo fatalista, que nada ha cambiado
y nada puede cambiar después de este ciclo comprimido de la historia en estos
tres años. Pero la actitud de otros es seguir su compromiso de alcanzar un
Egipto en el que se pueda vivir con unos estándares de derechos similares a los
de otros países.
La Ley de excepción le sirvió a Hosni Mubarak para controlar
durante treinta años la vida egipcia. La Ley antiprotestas actual tiene un
presente firme y un futuro oscuro por delante. Esta ley viciosa no traerá ni paz ni democracia; solo represión de la que se huía y un complejo social de culpa que acabará asomando cuando estalle en su forma más brutal, cuando se llegue al punto de no retorno.
*
"Cabinet spokesperson: Protest law here to stay" Egypt Independent
19/09/2014 http://www.egyptindependent.com//news/cabinet-spokesperson-protest-law-here-stay
**
"The prison in us" Mada Masr 17/09/2014
http://www.madamasr.com/content/prison-us
***
"Proposed amendments to Prisons’ Law ‘disappointing’: EIPR" 18/09/2014
http://www.dailynewsegypt.com/2014/09/18/proposed-amendments-prisons-law-disappointing-eipr/
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