Joaquín Mª Aguirre (UCM)
¿Recuerdan
aquel viejo comentario de Donald Trump cuando le preguntaron sobre la película
"Ciudadano Kane", la obra maestra de Orson Welles? Dijo que no
entendía de qué le servía a Kane ser millonario si no se separaba de su esposa.
En su momento comentamos que eso era lo que definía a Trump. ¿De qué te sirve
ser poderoso, tener un ejército desplegado por el mundo, etc. sino conseguías
lo que quieres? Trump es la negación del diálogo, la negación de los tratados,
de la justicia, etc. Todo ello requiere precisamente anteponer a la fuerza otro
tipo de razones. Para Trump eso es absurdo: ¿para qué dialogar, negociar en
plano de igualdad cuando tú eres muy superior? Hoy lo practica de nuevo.
La
noticia de qué impondrá aranceles a su gusto a todos los que le rodean, a la
Unión Europea, a China, que se hará con el Canal de Panamá, con Groenlandia o
todo lo que desee no es más que la consecuencia de esa manera de pensar.
Para
poder llevar esto a la práctica no necesita excusa compleja. La basta con un
"nos han tratado mal", "nos envían criminales y los castigamos
por ello", nos "han llenado de fentanilo el país" o cualquier
otra que enumera ante las pantallas evitando intermediarios.
Trump
tiene excusas, más que argumentos, de todos los colores y grados. El problema
es que le crean unos y los acepten sumisamente otros. Canadá, por ejemplo, ya
ha dicho que se vayan preparando, que piensa contestar. No todos van a ser como
el colombiano Gustavo Petro que tardó minutos en enfundar la espada, sentando
un mal precedente.
¿Estamos ante una guerra de otro tipo? Es probable. Preocupa el tipo de respuesta que los países le den a la prepotencia, a la amenaza norteamericana desplegada en apenas una semana de mandato y en batería. Si Trump plantea una guerra de aranceles primero y una imposición económica de compra, que será el segundo paso, habrá una guerra abierta en la que de nuevo se recurrirá al boicot de productos impuestos desde Estados Unidos. Ha sembrado tal cantidad de enemigos y antipatías que será difícil defender sus posturas en ninguna parte del globo.
Esto
tendrá unas repercusiones que Trump venderá como parte de ese
"maltrato". Pero eso tendrá también unos efectos imprevisibles (quizá
no tanto) sobre la economía estadounidense.
Una
guerra de aranceles abre muchas incógnitas y algunas certidumbres sobre los
problemas que puede causar. ¿Son Trump y su administración millonaria
conscientes de ellos o amenazan a ver qué cambia? No lo sabemos, pero sí que
pronto comenzarán a producirse algunos problemas en sectores dependientes,
sensibles en estos cambios. Sabemos también que las medidas que se tomen
tendrán igualmente efecto sobre el conjunto.
En RTVE.es podemos leer sobre esta cuestión arancelaria inmediata:
La Casa Blanca ha confirmado este viernes que sigue en
pie el plan de imponer un 25% de aranceles sobre México y Canadá, y un 10%
sobre China, una acción que podría afectar el comercio global y encarecer
algunos de los productos que consumen los estadounidenses.
En una rueda de prensa, la portavoz de la Casa Blanca,
Karoline Leavitt, ha declarado que el presidente de Estados Unidos, Donald
Trump, ha confirmado que este sábado se implementarán dichos aranceles en
represalia por lo que considera una permisividad de estos países en la entrada
de fentanilo a territorio estadounidense.
"El presidente implementará mañana aranceles del
25% sobre México, aranceles del 25% sobre Canadá y un arancel del 10% sobre
China por el fentanilo ilegal que han obtenido y permitido distribuir en
nuestro país, que está matando a ciudadanos estadounidenses, además de la
entrada de inmigrantes ilegales", ha dicho Leavitt.
Preguntada por un posible efecto negativo de los aranceles en la economía estadounidense, la portavoz ha asegurado que si en algún momento el presidente decide revertir la medida será él quien tome esta decisión. "A partir de mañana, esos aranceles estarán vigentes", ha zanjado.*
Esta idea de "represalia" es una modalidad que implica que Trump es "juez, jurado y verdugo" de la situación. Es una característica de su populismo este tipo de conexión entre cosas que no tienen nada que ver, pero que a la gente que no entiende el funcionamiento real le gusta escuchar. El populismo trumpista es altamente demagógico, lo que es parte de su "atractivo", da explicaciones simplistas para gente que no entiende, pero que tiene un peculiar sentido de la "justicia", sentando la base de ese supuesto y airado "maltrato" dado por el mundo a los Estados Unidos, la "explicación final", la que acaba con cualquier otra.
Trump vende el país "noble y generoso" maltratado por sus "falsos" amigos y aliados. verdaderos parásitos. El mundo está lleno de este tipo de abusos ante la inocencia americana. Y Trump ha llegado para "hablar claro" y acabar con esta situación, fruto de la inoperancia de las presidencias anteriores.
"Nos tratan muy mal. No aceptan nuestros coches, no aceptan nuestros productos agrícolas, esencialmente no aceptan casi nada, y tenemos un enorme déficit con la Unión Europea. Así que haremos algo muy importante con la UE, vamos a equilibrar la balanza", ha añadido.*
No se sabe muy bien
qué implica "aceptar" en una competitiva economía global, favorecida
por los Estados Unidos. "Equilibrar la balanza" sobre una política
arancelaria es una forma de disfrazar la realidad mediante esta forma de
intervencionismo. ¿Estaremos obligados a comprar petróleo aunque compremos
coches eléctricos, aunque la energía solar sea nuestra elección? Trump lo tiene
claro. Vosotros "perforad, perforad y perforad", les ha dicho en su discurso
de toma de posesión. A nosotros nos ha dado otra instrucción: comprad, comprad y comprad. Por
supuesto, productos norteamericanos.
* "La Casa Blanca confirma que aplicará desde este sábado aranceles del 25% a México y Canadá y del 10% a China" RTVE.es / Agencias 31/01/2025 https://www.rtve.es/noticias/20250131/casa-blanca-confirma-aplicara-desde-este-sabado-aranceles-del-25-a-mexico-canada-del-10-a-china/16431424.shtml