viernes, 6 de mayo de 2016

La prensa (in)disciplinada

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Es difícil encontrar precedentes de una ofensiva de tal calibre contra la prensa como la que se está viviendo en Egipto. Es cierto que el panorama mediático egipcio —lo hemos dicho muchas veces— se compone de un amplio repertorio que va desde la bellaquería al servicio de los más oscuros intereses empresariales y políticos a los ejercicios más brillantes y dignos de defensa de las libertades que competen a la prensa y su función social. Aquí hemos recogido los escritos de personas encomiables y las infamias de otros que han usado los medios a su alcance para hundir a personas dignas, ejerciendo una difamación sin límites contra personas que molestaban al régimen.
El documento filtrado por error desde el Ministerio del Interior, del que dábamos cuenta, no son lo establecía la estrategia contra las personas directamente, sino un plan de acción combinado con los canales de televisión afectos al régimen y que son usados para atacar en cuanto se produce la discrepancia o el abandono. Son las televisiones mayoritariamente. Son los canales financiados por magnates que tienen sus poderes y ganancias en las zonas más oscuras del mundo empresarial, herederas y heredadas del régimen anterior. Este generó una casta política, empresarial y militar de negocios redondos, que van desde la especulación con los terrenos públicos —en manos militares— hasta la dirección de las empresas del sector público, pasando por la importación y exportación. Los beneficiarios de estos negocios —del gas a las licencias para las nuevas matrículas de los coches— han tenido un ojo puesto en la creación de medios que les sirvieran para sustentar su poder y manejarlos a favor o en contra de quien fuera necesario o se les ordenara.


Todo ese aparato mediático se dirige ahora contra los periodistas que osan desafiar al poder criticándolo o rompiendo sus exigencias de silencio de todo aquello que al régimen no le gusta que sea dicho. El presidente El-Sisi ha establecido una nueva modalidad de discurso político, la "orden de callarse", una versión política del viejo "toque de silencio" cuartelero, mediante el cual se ordena "no hablar" a los egipcios en determinados temas. Un medio contaba hasta siete cuestiones de las que el presidente había dicho a los ciudadanos que era mejor que se callaran. Mandar callar a un egipcio es como mandar hablar a una foca, tiempo perdido, por lo que los conflictos se abren en esos temas, que ya suelen ser conflictivos de por sí. El último de ellos es el desencadenante de todo este conflicto, la entrega por las buenas a Arabia Saudí de dos islas, Tiran y Sanafir, que ha causado la irritación del pueblo, que no entiende esta forma de practicar el "por amor a Egipto".
La versión judicial de la recomendación de silencio a la gente es la imposición judicial de silencio a los medios, algo de lo que el sistema está abusando porque no se trata de cuestiones realmente judiciales de procedimiento, sino de medidas claramente políticas, destinadas a acallar las protestas. ¿Qué sentido tiene que no se pueda informar sobre la detención de dos periodistas en el interior del Sindicato más que acallar a la propia prensa? A la farsa política se suma la farsa judicial y, por último, la religiosa, que es la que, en el caso de la entrega de las islas, acaba señalando que ya estaba predicha en el Corán, como señaló el Ministro de Asuntos Religiosos. Absurdos mayores es difícil de encontrar.


Los ataques a la prensa son los que se realizan físicamente (han sido agredidos o intimidados), los legales (detenciones, prohibiciones), los políticos (declaraciones de políticos, amenazas del parlamento de promulgar leyes restrictivas, prohibición de retransmitir los debates parlamentarios, etc.) y los mediáticos (ataques y difamaciones a periodistas críticos con el régimen.
El Sindicato de Periodistas de Túnez acaba de realizar una declaración institucional de "apoyo incondicional" a los periodistas egipcios. Ahram Online titula "Tunisia's press union expresses solidarity with Egypt's journalists" y señala:

Tunisia's national press syndicate expressed on Wednesday "absolute support and unconditional solidarity with [Egyptian journalists]," saying it stood by their colleagues "against the unjustified attack they are subjected to" by Egypt's interior ministry.
The Tunisian union criticised in a statement what it described as a "vicious attack" on press freedom in Egypt, days after police stormed the Journalists Syndicate building in Downtown Cairo in an "unprecedented raid."
It added that the administration of President Abdel-Fattah El-Sisi should be held "legally and ethically responsible" for violations against journalists, citing 'jailing' of writers over publishing issues, "forced disappearances" of others, and raids on homes.*


A continuación hacen una relación del número de periodistas detenidos en Egipto. El escrito del sindicato tunecino de periodistas —publicado en su página de Facebook— crítica duramente las acciones contra los colegas egipcios. Al final del texto se acumulan los agradecimientos por el apoyo.


Por falta de apoyo, en cambio, ha sido muy criticado el comportamiento informativo del diario oficial Al-Ahram, que si bien se lanzó contra el ministro del Interior y sus acciones, no ha dado la cobertura adecuada a lo ocurrido en el Sindicato haciendo ver que los compañeros concentrados en el Sindicato para protestar eran muy poco. Otra bajeza del régimen que marcará las distancias entre los medios, por si era suficiente lo que ya había. Egypt Independent le dedica un artículo que titula "Al-Ahram slammed for 'insulting' coverage of press syndicate meeting" en el que arremete contra el diario estatal:

The undersecretary of the Egyptian Journalists Syndicate has slammed Al-Ahram newspaper for its "insulting" coverage of the syndicate's emergency meeting on Wednesday, which aimed to decide the next moves in escalating tensions with the Interior Ministry.
The state-owned newspaper gave little room on Thursday's front page for the syndicate's emergency General Assembly, reporting that attendance had been relatively small, indicating limited support for the syndicate's stand-off with the ministry.
Giving priority to President Abdel Fattah al-Sisi's encounter with Korean investors in Egypt, Al-Ahram reported on the syndicate's meeting under the headlines "The general assembly of journalists has failed and turned into a meeting" and "Cracks in the walls of the journalist community".
Karim Mahmoud, the syndicate's undersecretary, expressed deep disappointment with the newspaper an interview with TV host Wael al-Ibrashy on the satellite channel Dream TV.
"Thursday's issue of the state-run Al-Ahram newspaper is an insult to the prestigious history of the Al-Ahram institution, as well as an insult to the syndicate itself," said Mahmoud.
According to Al-Ahram, the planned General Assembly meeting was a failure because there were not sufficient syndicate members in attendance, a claim hotly disputed by journalists on other newspapers.
In its front-page article, Al-Ahram wrote: "The majority of journalists did not respond to the calls of the Journalists Syndicate for a General Assembly, as 1,000 at the most showed up, out of 8,000 members of the syndicate… which is a clear indicator of a great division among journalists regarding what happened two days ago."**


Se abre así un frente importante que acabará —ya es real— creando conflictos en el seno del diario estatal, que sufrirá cada vez mayores presiones por parte del gobierno para convertirse en un arma contra los propios periodistas y el Sindicato mismo. Es otra batalla inútil y errónea que el gobierno de El-Sisi abre y cuyo final previsible es el crecimiento del descontento y aumento de la crítica y la irritación.
El-Sisi sigue queriendo practicar la 4GW a su propio pueblo a través de los medios, pieza esencial para el mantenimiento de un régimen de sus características, cuya estrategia esencial es la combinación de propaganda y desinformación, como muy bien se ejemplifica en los titulares de Al-Ahram: se evade el problema con los periodistas y se resalta la visita del inversor. Da igual que el problema quede y los inversores se vayan (a estos no es fácil escamotearles nada), lo importante es el control de la sociedad, aislándolas de las fuentes de información que entren en contradicción con los discursos oficiales.
Informábamos hace dos días de cómo el responsable de la información estatal, el embajador Salah Abdel Sadek, había dado una conferencia en la Facultad de Periodismo de la Universidad de El Cairo en la que había acusado —para carcajada general— a los dibujos animados de Tom y Jerry (y a los videojuegos) de la violencia en Oriente Medio. La prensa se había burlado de él reproduciendo imágenes de los dos venerables personajes de los "cartoons" (el embajador no está mediáticamente actualizado y se quedó en su infancia). Sin embrrgo, la cuestión es más compleja y anticipatoria, es decir, forma parte de la estrategia que hace recaer sobre los medios la responsabilidad de los males sociales para justificar su control. Esto no es nuevo, sino una preocupación obsesiva del presidente El-Sisi, ya que es su especialidad militar, como Jefe de la Inteligencia militar egipcia que fue antes de ser nombrado por el expresidente Mohamed Morsi —al que derrocaría— Ministro de defensa.


Egyptian Streets nos da más información sobre lo que se coció en la Facultad de Periodismo de la Universidad de El Cairo, un medio altamente controlado dentro del plan de El-Sisi. Recordemos que las autoridades ministeriales y universitarias se negaron a reconocer la victoria de los candidatos independientes en las elecciones universitarias y que los rectores son nombrados desde el ministerio, desde donde se vigila por evitar que surja contestación en las aulas. La universidad siempre ha sido un medio complicado por la contestación de los jóvenes. No olvidemos que el caso de la desaparición, tortura y asesinato de Giulio Regeni es un "caso universitario", como estudiante de doctorado en la Universidad Americana de El Cairo y cómo sus compañeros estudiantes recriminaron a sus propias autoridades la vergonzosa tibieza ante el asesinato.
La conferencia internacional debió sacar los colores a más de uno a tenor de los temas y la forma en que estos fueron tratados. Recogen en Egyptian Streets sus conclusiones:

Media officials and journalism professors demanded the immediate tackling of violence associated with today’s Egyptian media at the 22nd annual International Journalism Conference that took place on Monday at Cairo University.
The conference was organized by Gaber Nassar, president of Cairo University, Gihan Yousry, head of the university’s Mass Communication department, and Barakat AbdelAziz, deputy head of post-graduate studies at the university.
Nagwa El Fawad, head of the National Research Council, stressed the importance of media playing a crucial role in dealing with the daily acts of violence, analyzing reasons for violence that emerges in media today, and encouraging effective solutions to protect audiences.
“We need to discipline today’s media by implementing constitutional laws of 2014, hence controlling the culture of violence that we witness in daily life,” El Fawad said.***


Hay que reconocer que la fórmula "disciplinar los medios" es de un cinismo insoportable, digno de un censor nato. Con la prensa arrinconada por la Policía en los locales del Sindicato defendiendo a dos compañeros detenidos, decenas de periodistas detenidos anteriormente, algunos desaparecidos otros ya condenados, con el régimen llenando autobuses con seguidores del presidente dispuestos a insultar a los periodistas que defienden la libertad de prensa, etc., la expresión "disciplinar" adquiere una sonoridad y una densidad política auténticamente vergonzosa.
Para estos analistas y profesores de Periodismo convocados, como para el responsable de la Información estatal que les inauguró, la responsabilidad es de los medios. Se entiende que, dado que lo dice un miembro responsable del estado, se referirá a todos aquellos que disienten de las líneas informativas, editoriales, que el estado sostiene. Una de esas líneas es hacer repetir a los medios que son los medios los causantes de la violencia, la desunión de los egipcios, etc.


"Disciplinar los medios", en este contexto, es hacer una petición al Parlamento —que ya amenazó con ello— para que ponga coto a los desmanes de la prensa, algo que visto lo visto funciona como esas barreras policiales puestas en torno al Sindicato de periodistas: impiden pasar a los periodistas que van a la asamblea y dejan pasar a los que can a insultarlos. Es el peculiar sentido de la libertad de expresión que el régimen posee, cuya versión definitiva es la que se explicitaba en el documento del ministerio del Interior mandado por error a la prensa: prohibamos a los que nos critican y alentemos a los medios afectos a que los ataquen. Ante esta estrategia del gobierno —dijeron que se trataba solo de ¡un borrador!— sobra cualquier reflexión sobre unos medios que cumplen su papel de informar a la sociedad y sí, en cambio, los que se dedican a difamar dentro de planes gubernamentales perfectamente detallados.
Egyptian Streets refleja algunas intervenciones señaladas:

Moataz El Sayed Abduallah, head of Cairo University’s Literature department and a professional psychiatrist delved into the reasons behind acts of violence in today’s Egyptian community.
“Our Egyptian society is no longer forgiving and violence has a specific cycle that starts with discrimination, leading to radicalism, then hatred and later all three aspects are translated in acts of violence and terrorism,” said Abduallah, who was one of the public speakers at the conferenced.
He mentioned the different forms of discrimination and intolerance that took place in society right before it became a matter of a public opinion and the topic of many talk shows, including intolerance against religion, tribes, color, sports, gender and political views.
Abduallah also stated that contemporary Egyptian talk shows nurture discrimination in viewers’ minds and incite violence through making a big deal out of individual cases.
“Media is dramatizing individual problems, such as the corruption of police forces that was an assumption built on only around 15 cases and not more of security violations, which was not worth the hassle because Egyptian society is larger than this number,” Abduallah said. “Therefore, individual cases like this may not have a crucial impact on the larger number of society; that is why it is really important to be accurate with numbers to promote credibility of media outlets.”
He stated that violence incited in talk shows and other TV news programs or in newspapers violates the social responsibility and professional media ethics that should be present in every journalist and reporter.
He concluded that effective methods to tone down negative media performance include the rebuilding of the Egyptian personality through encouraging critical thinking in schools and engaging students and youngsters in a reputable dialogue free of subjectivity. According to Abduallah, these are all initiatives that will lead to practicing real democracy and actual reform of political education.***

No quedas demasiado claro si habla como literato o como psiquiatra. En cualquier caso no deja de ser una mezcla en la que finalmente se reparte para todos, justificando el "tratamiento" de los medios, a los que se debe someter a terapia para que no enloquezcan al pueblo egipcio que tiene una realidad distorsionada por los medios. El ejemplo de la corrupción policial es el menos afortunado que se le podría haber ocurrido al psiquiatra, pero supongo que será un acto fallido.
En Egipto no existe la corrupción, como todo el mundo sabe, y las condiciones para que la gente se queje de lo que ocurre son meras veleidades de la subjetividad de cada uno que, inducidos por unos medios carentes de ética, hacen que la gente tenga sensaciones casi alucinadas de encontrarse en un estado complicado en el que la economía no va mal, la libra tiene todo su valor, la seguridad está garantizada, etc. Las quejas de los sindicatos de médicos, abogados, periodistas o funcionarios públicos, de los agricultores, de los cultivadores del algodón, el trigo, etc. no son más falsas percepciones que se pueden evitar con mucha ética y enseñando el pensamiento crítico en la escuelas, usando manuales en los que se hace desaparecer a las figuras que no le gustan al señor presidente por están "más allá de las capacidades cognitivas" de los alumnos, como se dijo por la eliminación orwelliana de Mohamed El-Baradei de los libros de texto.


El pensamiento crítico, habría que decirlo, lo ejercen hoy no los profesores —entregados al silencio la mayor parte de ellos— sino unos cuantos periodistas que se resisten a contar —por la ética que el literato psicólogo presume que no tienen— la versión oficial que se exige que sea transmitida entre trompetas y tambores. Las protestas de la gente por la entrega de las islas a Arabia Saudí no nos un invento de los medios, sino una cacicada gubernamental de una osadía sin precedentes. Lo que haya tras ella, la Historia lo explicará. Pero, hoy por hoy, es un escándalo al que se le pretende imponer silencio mediante todo tipo de amenazas y actos. La solución efectivamente vendría de la práctica del pensamiento crítico en el sistema educativo, pero para ello hace falta un gobierno que no condene por ello y unos profesores que no copien la autoridad de sus gobernantes para convertirse en incontestables. No es precisamente el pensamiento crítico lo que se enseña hoy o ayer en las aulas. Ojalá que se pueda hacer en el futuro, por el bien de Egipto y de todos los que viven en él.

The conference also focused on covering vibrant subjects that involved violence in films and the community to help encourage research on a wider spectrum, which present one of Egypt’s crucial current goals.
The goals of the convention also included analyzing media attempts that produce an unbalanced representation of an argument and media anchors who tend to judge and attacks certain factions or individuals without proof, which results in the loss of a media person’s objectivity.
An open discussion that took place in the conference concluded that these media attempts tend to spread hate speech that affects the audience’s behavior when dealing with women, children, people in the workplace, and street violence.
Many intellectuals and media professors also analyzed the acts of violence against journalists, stating that this violates the freedom of expression and the right of audiences to attain information.***

La dignidad se salva en esas solitarias dos líneas y media finales en las que se habla de la violencia contra los periodistas, la violación de la libertad de expresión y del derecho del público a estar informados. Eso, la auténtica noticia que se está produciendo en esos mismos instantes, a unos metros de allí, solo merece el final desgarbado del artículo. Los titulares se los llevaron Tom y Jerry y el responsable de la información del Estado. No hace falta que se diga más porque el propio texto lo dice todo sin decir nada, solo mostrando lo que se puede esperar de los consejos profesionales de un psiquiatra y un embajador.


Tras su llegada al gobierno —oficialmente, queremos decir—, El-Sisi se manifestó preocupado por la temática de las series televisivas de Ramadán. No le parecían las más adecuadas para el recogimiento propio del tiempo de meditación y ayuno. Los guionistas, actores, etc. respondieron poniéndose firmes y diciendo "¡a la orden, presidente!". En su visita a la Academia militar, advirtió a los cadetes y oficiales de la institución, sobre los peligros de la prensa para mantener un país en el orden debido. Su mentalidad es y ha sido siempre la del censor. Sus declaraciones recientes sobre los derechos humanos concuerdan con  las que hizo a Hollande en su visita a Francia: los derechos humanos son muy bonitos, pero no van con la realidad egipcia y musulmana. Esa doctrina se usa una y otra vez para mantener la represión característica de dictadura.
Lo malo es que una dictadura de esta características no se produce, como pretende, para garantizar la seguridad de Occidente —como le gusta decir—, sino para perpetuarse en la medida en que ha sido fabricada a medida de los intereses de una casta militar, empresarial y administrativa que se ha beneficiado de ella en detrimento de un pueblo cada vez más empobrecido y al que se lleva a la ignorancia por falta de inversión en los recursos, dejándolo en manos de los astutos islamistas que saben por dónde deben empezar su labor de captación, por las carencias del sistema. Lo que el estado niega, cuando el estado agrede o reprime, los grandes beneficiados son los que no tienen nada más y a los que se empuja hacia unos islamistas que se organizan frente al estado con una acción asistencial. Ellos están allí esperando, como lo han estado como siempre.


El ataque a la prensa es una agresión al sistema de libertades enunciado en la constitución, que también ha sufrido desprecio por parte del presidente obligado a aplicarla y proteger los derechos en ella recogidos. Pero aquella constitución, realizada enmendando la islamista y convirtiéndola en liberal, ya ha sido amenazada para dar más poderes a un presidente que quiere todavía más.

Lo que queda es la prensa. Si se cede en ello, los egipcios no tendrán acceso a su propia situación. No habrá "opinión pública" porque no se van a cerrar los medios afines, sino los críticos. Que hay que cerrar algún u otro para dar esa sensación salomónica de que se trabaja en beneficio de todos, pues se cierra. 
Una vez más: silenciando a la prensa no se acaban con los problemas, solo se esconden y se crea uno más. Y en Egipto va quedando muy poco espacio para seguir escondiendo problemas. La basura bajo la alfombra ya es demasiada y puede hacer que algunos tropiecen.
Los periodistas egipcios siguen su lucha por evitar se manejados o "disciplinados" por el gobierno y manipulados por los opositores islamistas. Saben que cualquier desliz en este sentido lo pagarían con creces y saldrían derrotados en una guerra que se da por las libertades y no como invitados en una batalla más entre dos fuerzas que las desprecian.
Una vez más, el gobierno egipcio sigue equivocándose y dejando clara su objetivo: un país disciplinado.




* "Tunisia's press union expresses solidarity with Egypt's journalists" Ahram Online 5/05/2016 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/207104/Egypt/Politics-/Tunisias-press-union-expresses-solidarity-with-Egy.aspx
** "Al-Ahram slammed for 'insulting' coverage of press syndicate meeting" Egypt Independent 5/05/2016 http://www.egyptindependent.com//news/al-ahram-slammed-insulting-coverage-press-syndicate-meeting

*** "Media Officials Call for ‘Discipline’ in Egypt’s Media at Annual Journalism Conference" Egyptian Streets 4/05/2016 http://egyptianstreets.com/2016/05/04/media-officials-call-for-discipline-in-egypts-media-at-annual-journalism-conference/

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