Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Es
difícil encontrar precedentes de una ofensiva de tal calibre contra la prensa
como la que se está viviendo en Egipto. Es cierto que el panorama mediático
egipcio —lo hemos dicho muchas veces— se compone de un amplio repertorio que va
desde la bellaquería al servicio de los más oscuros intereses empresariales y
políticos a los ejercicios más brillantes y dignos de defensa de las libertades
que competen a la prensa y su función social. Aquí hemos recogido los escritos
de personas encomiables y las infamias de otros que han usado los medios a su
alcance para hundir a personas dignas, ejerciendo una difamación sin límites
contra personas que molestaban al régimen.
El
documento filtrado por error desde el Ministerio del Interior, del que dábamos
cuenta, no son lo establecía la estrategia contra las personas directamente,
sino un plan de acción combinado con los canales de televisión afectos al
régimen y que son usados para atacar en cuanto se produce la discrepancia o el
abandono. Son las televisiones mayoritariamente. Son los canales financiados
por magnates que tienen sus poderes y ganancias en las zonas más oscuras del
mundo empresarial, herederas y heredadas del régimen anterior. Este generó una
casta política, empresarial y militar de negocios redondos, que van desde la
especulación con los terrenos públicos —en manos militares— hasta la dirección de
las empresas del sector público, pasando por la importación y exportación. Los beneficiarios
de estos negocios —del gas a las licencias para las nuevas matrículas de los
coches— han tenido un ojo puesto en la creación de medios que les sirvieran
para sustentar su poder y manejarlos a favor o en contra de quien fuera
necesario o se les ordenara.
Todo
ese aparato mediático se dirige ahora contra los periodistas que osan desafiar
al poder criticándolo o rompiendo sus exigencias de silencio de todo aquello
que al régimen no le gusta que sea dicho. El presidente El-Sisi ha establecido
una nueva modalidad de discurso político, la "orden de callarse", una
versión política del viejo "toque de silencio" cuartelero, mediante
el cual se ordena "no hablar" a los egipcios en determinados temas.
Un medio contaba hasta siete cuestiones de las que el presidente había dicho a
los ciudadanos que era mejor que se callaran. Mandar callar a un egipcio es
como mandar hablar a una foca, tiempo perdido, por lo que los conflictos se
abren en esos temas, que ya suelen ser conflictivos de por sí. El último de
ellos es el desencadenante de todo este conflicto, la entrega por las buenas a
Arabia Saudí de dos islas, Tiran y Sanafir, que ha causado la irritación del
pueblo, que no entiende esta forma de practicar el "por amor a
Egipto".
La
versión judicial de la recomendación de silencio a la gente es la imposición judicial
de silencio a los medios, algo de lo que el sistema está abusando porque no se
trata de cuestiones realmente judiciales de procedimiento, sino de medidas
claramente políticas, destinadas a acallar las protestas. ¿Qué sentido tiene
que no se pueda informar sobre la detención de dos periodistas en el interior
del Sindicato más que acallar a la propia prensa? A la farsa política se suma
la farsa judicial y, por último, la religiosa, que es la que, en el caso de la
entrega de las islas, acaba señalando que ya estaba predicha en el Corán, como
señaló el Ministro de Asuntos Religiosos. Absurdos mayores es difícil de
encontrar.
Los
ataques a la prensa son los que se realizan físicamente (han sido agredidos o
intimidados), los legales (detenciones, prohibiciones), los políticos
(declaraciones de políticos, amenazas del parlamento de promulgar leyes
restrictivas, prohibición de retransmitir los debates parlamentarios, etc.) y
los mediáticos (ataques y difamaciones a periodistas críticos con el régimen.
El
Sindicato de Periodistas de Túnez acaba de realizar una declaración
institucional de "apoyo incondicional" a los periodistas egipcios. Ahram Online
titula "Tunisia's press union expresses solidarity with Egypt's
journalists" y señala:
Tunisia's national press syndicate expressed on
Wednesday "absolute support and unconditional solidarity with [Egyptian
journalists]," saying it stood by their colleagues "against the
unjustified attack they are subjected to" by Egypt's interior ministry.
The Tunisian union criticised in a statement
what it described as a "vicious attack" on press freedom in Egypt,
days after police stormed the Journalists Syndicate building in Downtown Cairo
in an "unprecedented raid."
It added that the administration of President
Abdel-Fattah El-Sisi should be held "legally and ethically
responsible" for violations against journalists, citing 'jailing' of
writers over publishing issues, "forced disappearances" of others,
and raids on homes.*
A continuación hacen una relación del número de periodistas
detenidos en Egipto. El escrito del sindicato tunecino de periodistas
—publicado en su página de Facebook— crítica duramente las acciones contra los
colegas egipcios. Al final del texto se acumulan los agradecimientos por el
apoyo.
Por falta de apoyo, en cambio, ha sido muy criticado el
comportamiento informativo del diario oficial Al-Ahram, que si bien se lanzó contra el ministro del Interior y
sus acciones, no ha dado la cobertura adecuada a lo ocurrido en el Sindicato
haciendo ver que los compañeros concentrados en el Sindicato para protestar
eran muy poco. Otra bajeza del régimen que marcará las distancias entre los
medios, por si era suficiente lo que ya había. Egypt Independent le dedica un artículo que titula "Al-Ahram
slammed for 'insulting' coverage of press syndicate meeting" en el que
arremete contra el diario estatal:
The undersecretary of the Egyptian Journalists
Syndicate has slammed Al-Ahram newspaper for its "insulting" coverage
of the syndicate's emergency meeting on Wednesday, which aimed to decide the
next moves in escalating tensions with the Interior Ministry.
The state-owned newspaper gave little room on
Thursday's front page for the syndicate's emergency General Assembly, reporting
that attendance had been relatively small, indicating limited support for the
syndicate's stand-off with the ministry.
Giving priority to President Abdel Fattah
al-Sisi's encounter with Korean investors in Egypt, Al-Ahram reported on the
syndicate's meeting under the headlines "The general assembly of
journalists has failed and turned into a meeting" and "Cracks in the
walls of the journalist community".
Karim Mahmoud, the syndicate's undersecretary,
expressed deep disappointment with the newspaper an interview with TV host Wael
al-Ibrashy on the satellite channel Dream TV.
"Thursday's issue of the state-run
Al-Ahram newspaper is an insult to the prestigious history of the Al-Ahram
institution, as well as an insult to the syndicate itself," said Mahmoud.
According to Al-Ahram, the planned General
Assembly meeting was a failure because there were not sufficient syndicate
members in attendance, a claim hotly disputed by journalists on other
newspapers.
In its front-page article, Al-Ahram wrote:
"The majority of journalists did not respond to the calls of the
Journalists Syndicate for a General Assembly, as 1,000 at the most showed up,
out of 8,000 members of the syndicate… which is a clear indicator of a great division
among journalists regarding what happened two days ago."**
Se abre así un frente importante que acabará —ya es real—
creando conflictos en el seno del diario estatal, que sufrirá cada vez mayores
presiones por parte del gobierno para convertirse en un arma contra los propios
periodistas y el Sindicato mismo. Es otra batalla inútil y errónea que el
gobierno de El-Sisi abre y cuyo final previsible es el crecimiento del descontento
y aumento de la crítica y la irritación.
El-Sisi sigue queriendo practicar la 4GW a su propio pueblo
a través de los medios, pieza esencial para el mantenimiento de un régimen de
sus características, cuya estrategia esencial es la combinación de propaganda y
desinformación, como muy bien se ejemplifica en los titulares de Al-Ahram: se
evade el problema con los periodistas y se resalta la visita del inversor. Da
igual que el problema quede y los inversores se vayan (a estos no es fácil
escamotearles nada), lo importante es el control de la sociedad, aislándolas de
las fuentes de información que entren en contradicción con los discursos
oficiales.
Informábamos hace dos días de cómo el responsable de la información
estatal, el embajador Salah Abdel Sadek, había dado una conferencia en la
Facultad de Periodismo de la Universidad de El Cairo en la que había acusado
—para carcajada general— a los dibujos animados de Tom y Jerry (y a los
videojuegos) de la violencia en Oriente Medio. La prensa se había burlado de él
reproduciendo imágenes de los dos venerables personajes de los
"cartoons" (el embajador no está mediáticamente actualizado y se
quedó en su infancia). Sin embrrgo, la cuestión es más compleja y
anticipatoria, es decir, forma parte de la estrategia que hace recaer sobre los
medios la responsabilidad de los males sociales para justificar su control.
Esto no es nuevo, sino una preocupación obsesiva del presidente El-Sisi, ya que
es su especialidad militar, como Jefe de la Inteligencia militar egipcia que
fue antes de ser nombrado por el expresidente Mohamed Morsi —al que derrocaría—
Ministro de defensa.
Egyptian Streets
nos da más información sobre lo que se coció en la Facultad de Periodismo de la
Universidad de El Cairo, un medio altamente controlado
dentro del plan de El-Sisi. Recordemos que las autoridades ministeriales y
universitarias se negaron a reconocer la victoria de los candidatos
independientes en las elecciones universitarias y que los rectores son
nombrados desde el ministerio, desde donde se vigila por evitar que surja
contestación en las aulas. La universidad siempre ha sido un medio complicado
por la contestación de los jóvenes. No olvidemos que el caso de la
desaparición, tortura y asesinato de Giulio Regeni es un "caso
universitario", como estudiante de doctorado en la Universidad Americana
de El Cairo y cómo sus compañeros estudiantes recriminaron a sus propias
autoridades la vergonzosa tibieza ante el asesinato.
La conferencia internacional debió sacar los colores a más
de uno a tenor de los temas y la forma en que estos fueron tratados. Recogen en Egyptian Streets sus conclusiones:
Media officials and journalism professors
demanded the immediate tackling of violence associated with today’s Egyptian
media at the 22nd annual International Journalism Conference that took place on
Monday at Cairo University.
The conference was organized by Gaber Nassar,
president of Cairo University, Gihan Yousry, head of the university’s Mass
Communication department, and Barakat AbdelAziz, deputy head of post-graduate
studies at the university.
Nagwa El Fawad, head of the National Research
Council, stressed the importance of media playing a crucial role in dealing
with the daily acts of violence, analyzing reasons for violence that emerges in
media today, and encouraging effective solutions to protect audiences.
“We need to discipline today’s media by
implementing constitutional laws of 2014, hence controlling the culture of
violence that we witness in daily life,” El Fawad said.***
Hay que reconocer que la fórmula "disciplinar los
medios" es de un cinismo insoportable, digno de un censor nato. Con la
prensa arrinconada por la Policía en los locales del Sindicato defendiendo a
dos compañeros detenidos, decenas de periodistas detenidos anteriormente,
algunos desaparecidos otros ya condenados, con el régimen llenando autobuses
con seguidores del presidente dispuestos a insultar a los periodistas que
defienden la libertad de prensa, etc., la expresión "disciplinar"
adquiere una sonoridad y una densidad política auténticamente vergonzosa.
Para estos analistas y profesores de Periodismo convocados,
como para el responsable de la Información estatal que les inauguró, la
responsabilidad es de los medios. Se entiende que, dado que lo dice un miembro
responsable del estado, se referirá a todos aquellos que disienten de las
líneas informativas, editoriales, que el estado sostiene. Una de esas líneas es hacer repetir a los medios que
son los medios los causantes de la violencia, la desunión de los egipcios, etc.
"Disciplinar los medios", en este contexto, es
hacer una petición al Parlamento —que ya amenazó con ello— para que ponga coto
a los desmanes de la prensa, algo que visto lo visto funciona como esas
barreras policiales puestas en torno al Sindicato de periodistas: impiden pasar
a los periodistas que van a la asamblea y dejan pasar a los que can a
insultarlos. Es el peculiar sentido de la libertad de expresión que el régimen
posee, cuya versión definitiva es la que se explicitaba en el documento del
ministerio del Interior mandado por error a la prensa: prohibamos a los que nos
critican y alentemos a los medios afectos a que los ataquen. Ante esta
estrategia del gobierno —dijeron que se trataba solo de ¡un borrador!— sobra
cualquier reflexión sobre unos medios que cumplen su papel de informar a la
sociedad y sí, en cambio, los que se dedican a difamar dentro de planes
gubernamentales perfectamente detallados.
Egyptian Streets
refleja algunas intervenciones señaladas:
Moataz El Sayed Abduallah, head of Cairo
University’s Literature department and a professional psychiatrist delved into
the reasons behind acts of violence in today’s Egyptian community.
“Our Egyptian society is no longer forgiving
and violence has a specific cycle that starts with discrimination, leading to
radicalism, then hatred and later all three aspects are translated in acts of
violence and terrorism,” said Abduallah, who was one of the public speakers at
the conferenced.
He mentioned the different forms of
discrimination and intolerance that took place in society right before it
became a matter of a public opinion and the topic of many talk shows, including
intolerance against religion, tribes, color, sports, gender and political
views.
Abduallah also stated that contemporary
Egyptian talk shows nurture discrimination in viewers’ minds and incite
violence through making a big deal out of individual cases.
“Media is dramatizing individual problems, such
as the corruption of police forces that was an assumption built on only around
15 cases and not more of security violations, which was not worth the hassle
because Egyptian society is larger than this number,” Abduallah said.
“Therefore, individual cases like this may not have a crucial impact on the
larger number of society; that is why it is really important to be accurate
with numbers to promote credibility of media outlets.”
He stated that violence incited in talk shows
and other TV news programs or in newspapers violates the social responsibility
and professional media ethics that should be present in every journalist and
reporter.
He concluded that effective methods to tone
down negative media performance include the rebuilding of the Egyptian
personality through encouraging critical thinking in schools and engaging
students and youngsters in a reputable dialogue free of subjectivity. According
to Abduallah, these are all initiatives that will lead to practicing real
democracy and actual reform of political education.***
No quedas demasiado claro si habla como literato o como
psiquiatra. En cualquier caso no deja de ser una mezcla en la que finalmente se
reparte para todos, justificando el "tratamiento" de los medios, a
los que se debe someter a terapia para que no enloquezcan al pueblo egipcio que
tiene una realidad distorsionada por los medios. El ejemplo de la corrupción
policial es el menos afortunado que se le podría haber ocurrido al psiquiatra,
pero supongo que será un acto fallido.
En Egipto no existe la corrupción, como todo el mundo sabe,
y las condiciones para que la gente se queje de lo que ocurre son meras
veleidades de la subjetividad de cada uno que, inducidos por unos medios
carentes de ética, hacen que la gente tenga sensaciones casi alucinadas de
encontrarse en un estado complicado en el que la economía no va mal, la libra
tiene todo su valor, la seguridad está garantizada, etc. Las quejas de los
sindicatos de médicos, abogados, periodistas o funcionarios públicos, de los
agricultores, de los cultivadores del algodón, el trigo, etc. no son más falsas
percepciones que se pueden evitar con mucha ética y enseñando el pensamiento
crítico en la escuelas, usando manuales en los que se hace desaparecer a las
figuras que no le gustan al señor presidente por están "más allá de las
capacidades cognitivas" de los alumnos, como se dijo por la eliminación
orwelliana de Mohamed El-Baradei de los libros de texto.
El pensamiento crítico, habría que decirlo, lo ejercen hoy
no los profesores —entregados al silencio la mayor parte de ellos— sino unos
cuantos periodistas que se resisten a contar —por la ética que el literato
psicólogo presume que no tienen— la versión oficial que se exige que sea
transmitida entre trompetas y tambores. Las protestas de la gente por la
entrega de las islas a Arabia Saudí no nos un invento de los medios, sino una cacicada gubernamental de una osadía sin
precedentes. Lo que haya tras ella, la Historia lo explicará. Pero, hoy por
hoy, es un escándalo al que se le pretende imponer silencio mediante todo tipo
de amenazas y actos. La solución efectivamente vendría de la práctica del pensamiento
crítico en el sistema educativo, pero para ello hace falta un gobierno que no
condene por ello y unos profesores que no copien la autoridad de sus
gobernantes para convertirse en incontestables. No es precisamente el
pensamiento crítico lo que se enseña hoy o ayer en las aulas. Ojalá que se
pueda hacer en el futuro, por el bien de Egipto y de todos los que viven en él.
The conference also focused on covering vibrant
subjects that involved violence in films and the community to help encourage
research on a wider spectrum, which present one of Egypt’s crucial current
goals.
The goals of the convention also included
analyzing media attempts that produce an unbalanced representation of an
argument and media anchors who tend to judge and attacks certain factions or
individuals without proof, which results in the loss of a media person’s
objectivity.
An open discussion that took place in the
conference concluded that these media attempts tend to spread hate speech that
affects the audience’s behavior when dealing with women, children, people in
the workplace, and street violence.
Many intellectuals and media professors also
analyzed the acts of violence against journalists, stating that this violates
the freedom of expression and the right of audiences to attain information.***
La dignidad se salva en esas solitarias dos líneas y media finales
en las que se habla de la violencia contra los periodistas, la violación de la
libertad de expresión y del derecho del público a estar informados. Eso, la
auténtica noticia que se está produciendo en esos mismos instantes, a unos metros
de allí, solo merece el final desgarbado del artículo. Los titulares se los
llevaron Tom y Jerry y el responsable de la información del Estado. No hace
falta que se diga más porque el propio texto lo dice todo sin decir nada, solo
mostrando lo que se puede esperar de los consejos profesionales de un
psiquiatra y un embajador.
Tras su llegada al gobierno —oficialmente, queremos decir—,
El-Sisi se manifestó preocupado por la temática de las series televisivas de
Ramadán. No le parecían las más adecuadas para el recogimiento propio del
tiempo de meditación y ayuno. Los guionistas, actores, etc. respondieron
poniéndose firmes y diciendo "¡a la orden, presidente!". En su visita
a la Academia militar, advirtió a los cadetes y oficiales de la institución,
sobre los peligros de la prensa para mantener un país en el orden debido. Su
mentalidad es y ha sido siempre la del censor. Sus declaraciones recientes
sobre los derechos humanos concuerdan con
las que hizo a Hollande en su visita a Francia: los derechos humanos son
muy bonitos, pero no van con la
realidad egipcia y musulmana. Esa doctrina se usa una y otra vez para mantener
la represión característica de dictadura.
Lo malo es que una dictadura de esta características no se
produce, como pretende, para garantizar la seguridad de Occidente —como le
gusta decir—, sino para perpetuarse en la medida en que ha sido fabricada a
medida de los intereses de una casta militar, empresarial y administrativa que
se ha beneficiado de ella en detrimento de un pueblo cada vez más empobrecido y
al que se lleva a la ignorancia por falta de inversión en los recursos,
dejándolo en manos de los astutos islamistas que saben por dónde deben empezar
su labor de captación, por las carencias del sistema. Lo que el estado niega,
cuando el estado agrede o reprime, los grandes beneficiados son los que no
tienen nada más y a los que se empuja hacia unos islamistas que se organizan
frente al estado con una acción asistencial. Ellos están allí esperando, como
lo han estado como siempre.
El ataque a la prensa es una agresión al sistema de
libertades enunciado en la constitución, que también ha sufrido desprecio por
parte del presidente obligado a aplicarla y proteger los derechos en ella recogidos.
Pero aquella constitución, realizada enmendando la islamista y convirtiéndola
en liberal, ya ha sido amenazada para dar más poderes a un presidente que
quiere todavía más.
Lo que queda es la prensa. Si se cede en ello, los egipcios
no tendrán acceso a su propia situación. No habrá "opinión pública"
porque no se van a cerrar los medios afines, sino los críticos. Que hay que
cerrar algún u otro para dar esa sensación salomónica de que se trabaja en
beneficio de todos, pues se cierra.
Una vez más: silenciando a la prensa no se acaban con los
problemas, solo se esconden y se crea uno más. Y en Egipto va quedando muy poco
espacio para seguir escondiendo problemas. La basura bajo la alfombra ya es
demasiada y puede hacer que algunos tropiecen.
Los periodistas egipcios siguen su lucha por evitar se manejados o "disciplinados" por el gobierno y manipulados por los opositores islamistas. Saben que cualquier desliz en este sentido lo pagarían con creces y saldrían derrotados en una guerra que se da por las libertades y no como invitados en una batalla más entre dos fuerzas que las desprecian.
Una vez más, el gobierno egipcio sigue equivocándose y dejando clara su objetivo: un país disciplinado.
*
"Tunisia's press union expresses solidarity with Egypt's journalists"
Ahram Online 5/05/2016
http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/207104/Egypt/Politics-/Tunisias-press-union-expresses-solidarity-with-Egy.aspx
**
"Al-Ahram slammed for 'insulting' coverage of press syndicate
meeting" Egypt Independent 5/05/2016
http://www.egyptindependent.com//news/al-ahram-slammed-insulting-coverage-press-syndicate-meeting
***
"Media Officials Call for ‘Discipline’ in Egypt’s Media at Annual
Journalism Conference" Egyptian Streets 4/05/2016
http://egyptianstreets.com/2016/05/04/media-officials-call-for-discipline-in-egypts-media-at-annual-journalism-conference/
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