Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Como
anticipábamos, las reacciones ante la muerte del estudiante de doctorado Giulio
Regeni se suceden con mayor intensidad conforme el caso va teniendo mayor
extensión. La muerte por torturas de un estudiante que realiza su investigación
doctoral en otro país es una materia sensible para muchas personas y, algo que
hay que tener muy en cuenta, fluye por la comunidad académica internacional a
través de sus propias redes de contactos sumando adhesiones. Los lazos en el
mundo académico son importantes y son un canal por el que fluyen las noticias
referidas a sus miembros. Regeni realizaba su tesis en la Universidad de
Cambridge, que no es precisamente una universidad aislada. Tanto las
iniciativas italianas como las británicas se han sucedido y ya hay recogida de
firmas solicitando la investigación profunda del caso y la condena del
secuestro, tortura y asesinato del joven italiano.
Medios de
distintos países reproducen la carta que ya han formado más de cinco mil
docentes de todo el mundo. Con el titular "Academics demand justice after death of Italian
student in Egypt", en The Mancunion, de Manchester, señalaba:
Almost 5,000 academics from across the world
have signed an open letter protesting the death of an Italian student in Cairo.
Last week, Giulio Regeni, a 28-year-old
Cambridge Ph.D. student, was discovered dead on Cairo Road. His body showed
extensive signs of torture.
On examination of his body, an Egyptian
prosecutor said that Regeni had suffered cigarette burns, bruises and knife
wounds. The Italian newspaper La Repubblica reported that he had been
systematically beaten, with both his finger and toenails pulled out, in a
torture method security forces normally reserve for suspected spies.
On Sunday, in shock at the details of a second
autopsy on the body, Italy’s Interior Minister said that Regeni’s fate had been
“inhumane” and that his treatment was “something animal.”*
La información, como en muchos otros casos, da cuenta de los
hechos conocidos hasta el momento y de las reacciones oficiales, como es el
caso del ministro italiano. Es evidente que todo el mundo se siente horrorizado
por el caso y se trata el acontecimiento desde distintas perspectivas,
básicamente como un "crimen contra un joven" y "un crimen contra
un investigador". Los dos ejes son diferentes porque el primero pone el
énfasis en la muerte de la "persona" y el segundo en un "académico".
El peligro que se corre —en mi opinión— es descontextualizar el crimen en sí y
que la corriente de indignación internacional sea revertida en beneficio de
aquellos que desean anularla. Por eso me parece más adecuado que la información
se contextualice en el proceso egipcio y no como un hecho contra "extranjeros".
Trataré de explicarme,
Una de las manipulaciones más burdas pero efectivas que se
producen en todo el mundo árabe es acusar de "hipocresía" a los que
se preocupan solo de los casos que afectan a extranjeros y no lo hacen, en
cambio, con la situación de los locales, en este caso, los egipcios. Da igual
que los medios egipcios hagan lo mismo cuando sus nacionales son secuestrados
en Libia o en cualquier otro lugar. El hecho es que cuando se llega a un punto
determinado, empieza a aparecer informaciones en las redes sociales, artículos
en la prensa de personas siempre con un mismo argumento: los occidentales solo
se preocupan de los occidentales, meten mucho ruido cuando les pasa algo a uno
de los suyos pero ignoran lo que les pasa a ellos. Para esto hay muchas
explicaciones, tanto desde el mismo funcionamiento de los medios como del de la
opinión pública y la atención. Pero lo cierto es que funciona porque hay muchos
intereses en manipular a la opinión pública de los países árabes con el
antioccidentalismo. Este se utiliza para aislar a los partidarios de los
derechos humanos, el feminismo y la democracia en general, haciendo ver que en
Occidente ellos no importan. Se utiliza así el tradicional victimismo árabe
para hacer sentir a la gente ese abandono que acaba en la paradoja de que es
malo no preocuparse y peor hacerlo.
Por eso creo que es importante no desligar el crimen de
Giulio Regeni de la situación en la que viven los propios investigadores egipcios
o simplemente los jóvenes —estudiantes mayoritariamente— los académicos que
osan investigar en las zonas recomendables de la realidad de Egipto desde la
perspectiva del nuevo régimen, empeñado en
el silencio como alternativa a la pura propaganda.
Por eso me parece satisfactorio que el artículo en The Mancunion se cierre citando las
palabras de la profesora Mueller, de la Universidad de Manchester:
Last week, in a blog post, Dr. Tanja Mueller
wrote: “Maybe we will never know what really happened on the night Giulio
disappeared—a night full of heavy policy presence in Cairo because of the
protest anniversary date, if he was simply at the wrong time in the wrong
place, or whether his ‘disappearance’ was part of the government crackdown on
those who look behind the scenes and fight for their freedom and rights.
Giulio’s research focused on a topic that has become sensitive in the climate
of fear that dominates in the country: trade union and labour rights.
“He might thus have been targeted deliberately
like the many Egyptians who fall foul of a detention policy whose main feature
is the secrecy around those who simply vanish without traces – without the
wider world taking much notice, usually. As a tweet on the University of
Cambridge twitter-feed that announced Giulio’s death stated: ‘Welcome to the
daily routine of living in the Arab world…'”*
La cita del tuit
que hace la profesora Mueller es ya reveladora de la actitud que comentábamos:
la excepcionalidad occidental es la rutina del mundo árabe. Por eso insisto en
que la reivindicación de la investigación, las protestas, etc. por la muerte de
Giulio Regeni no se deben desligar de las circunstancias en las que se dan. Y
es lo que Regeni trató de hacer con su propia investigación y trabajo.
La investigación que realizaba y la publicación en el diario
italiano Il Manifesto de artículos bajo pseudónimo no buscaban protagonismo
alguno sino dar a conocer la situación del Egipto actual bajo el régimen de
El-Sisi. Si nos centramos exclusivamente en él y olvidamos lo que a él le llevó
a Egipto y, por eso mismo, a la muerte torturado es el amor a los egipcios a
los que veía esforzarse por conseguir para su país lo que se le niega a muchos
de ellos: libertades a todos y la vida a muchos.
Si la investigación se queda en el propio Regeni, se acabará
convirtiendo en un juego para los que quieren que se olvide. Cuanto más se
realce en el exterior, más fácil será manipular la situación en el interior y
la gente será más proclive a creerse las historias que se estarán fabricando
para satisfacer oficialmente a los países que demandan información y sobre todo
la que se ofrecerá a los propios egipcios a los que es fácil decir que es una
maniobra para seguir perjudicándoles en su economía y turismo. Será una pieza
más de la historia conspirativa en la que su destino está envuelto. Y muchos
egipcios la recibirán con el agrado de la confirmación de las ideas que cada
vez les encierran más en su universo aislado del resto.
Como sabe cualquier lector habitual de este blog —o le basta
con mirar su historial— los casos similares a los de Giulio Regeni, tanto por
los impedimentos a la investigación como por la desaparición, tortura y muerte,
son algo más que frecuentes. Forman esa "rutina" de la que hablaba el
tuit de la profesora Mueller. Aquí, a diferencia de los medios convencionales
en los que las noticias tienen que darse de codazos unas con otras para
conseguir un hueco, seleccionamos, agrupamos y analizamos lo que honestamente
pienso que puede ayudar a comprender un proceso que comenzó con los primeros
días de 2011 y que sigue abierto en una aventura cultural y política ya global con
pocos precedentes, que comenzó en plazas y calles y hoy es una guerra abierta,
ha cambiado los gobiernos de la zona y condiciona la política mundial de las
superpotencias afectando a todos en cadena.
En este contexto, no hemos restado importancia a la muerte
del joven italiano, sino al contrario, la consideramos importante tanto por el
ser humano en sí, como por las consecuencias previsibles que ahora contamos.
Por ello creo que es importante que esta muerte sirva para tomar conciencia a
muchos de la situación real por la que pasan muchos millones de personas, que
es lo que Giulio Regeni trató de comprender y transmitir como investigador y
con sus artículos en la prensa italiana.
Hoy mismo Mada Masr publica un artículo en el que se reclama
la libertad de entrada a Egipto de muchos académicos que tienen prohibida la
entrada en el país ya sea para trabajar en sus investigaciones o para dar sus
conferencias a las que son invitados muchas veces por instituciones académicas
egipcias, pero que ven sus visados anulados el llegar al aeropuerto de El Cairo.
Aquí hemos contando diversos casos recientes. Escriben en Mada Masr:
A study carried out by the Association for
Freedom of Thought and Expression (AFTE) suggests the banning of foreign
researchers from entering Egypt is largely based on their anti-government stances.
AFTE’s study, “Entry banned: On banning entry
of foreign researchers and academics to Egypt,” highlights a number of
situations in which researchers have been prevented from entering the country
due to their political views, including the case of Egyptian-German researcher
Atef Botros, who was banned from entering Egypt on January 30.**
Una característica que se detectó pronto de este régimen es
lo poco que le gusta mirarse en el espejo o, para ser más exacto, lo que ve en
él. Desde el principio el régimen de El-Sisi y él mismo ha trabajado sobre la
imagen pública de una manera intensiva, aunque poco eficaz. Pronto detectaron
que tenían absolutos inútiles como portavoces. Su inutilidad política era
grande, pero la comunicativa desbordaba cualquier manual básico de comunicación
política. Pero no es fácil mantener personas inteligentes en estas condiciones,
con lo que el régimen ha tenido que rebuscar en la filas de las camarillas de
la época de Mubarak y su entorno y, lo que fue todavía peor, gente formada en
la Universidad de Al-Azhar o profesores en la misma. Cuanto más hablaban, peor.
Pero los tiempos exigen presencia pública,
declaraciones, imagen, etc. y eso —como demuestra la metedura de pata de los
kilómetros de alfombra roja que comentábamos ayer— no es tan sencillo. Puede
que fuera fácil manipular a los propios egipcios para que se apuntaran a la
"sisimanía", pero al resto del mundo no era tan sencillo. Las
discrepancias entre lo que la prensa egipcia contaba y los comentarios de la
prensa internacional llamándolo "dictadura", "golpe de
estado", etc. Podemos recordar el incidente en el que Al-Ahram tuvo que pedir disculpas públicas a The New York Times por
la manipulación realizada sobre la información del periódico referida a El-Sisi.
Los artículos atacando a la prensa internacional, vendiendo conspiraciones,
etc. han sido frecuentes, Ahora ya no tanto.
Otra forma de intentar mantener aislado al pueblo egipcio de
las fuentes de información —algo imposible hoy— es la prohibición de la entrada
a los académicos egipcios en el exterior o a los extranjeros que intenten dar
una visión distinta a la que el régimen quiere imponer. La prohibición de
entrada es la única forma de conseguir que no se escuchen otras voces que las
favorables al régimen o las que viven en un limbo por parte de los propios
académicos egipcios, dedicados a investigar sobre trivialidades, el pasado
remoto o con enfoques que no perturben ni al régimen ni a su propia carrera
académica, cada vez más controlada por los rectores colocados por el régimen.
En junio de 2014, Ahram Online informaba, con el titular "Egypt's El-Sisi
reintroduces appointment of university heads and deans"***, de las medidas
que convertían los rectorados en comisariados políticos de vigilancia. Han sido
frecuentes las noticias de detenciones de alumnos durante los exámenes
convocados, de los que sencillamente se los han llevado. También se informa de
la pérdida del derecho a matricularse en las universidades o de la pérdida de
años académicos como forma de sanción.
La muerte de Giulio Regeni es un episodio negro que no se
puede desligar de este contexto de represión académica interna y externa. La
pregunta es por qué fue secuestrado, torturado y asesinado en vez de expulsado,
que también forma parte de esa "rutina" de la que hablamos. ¿Por qué
complicarse la vida de esta forma? La explicación no se obtendrá nunca, pero
confirma algo que hemos repetido muchas veces ante los casos que se producen:
el régimen no controla sus propias fuerzas.
Mantenerlo en el contexto es reivindicar lo que el propio
Regeni quería, que se diera a conocer la situación egipcia. El artículo sobre
las prohibiciones académicas en Mada Masr se cierra así:
All of the banned researchers should have been
given the opportunity to acquire a visa upon arrival at the airport, and many
were coming to Egypt based on invitations from Egyptian institutions, AFTE
noted, adding that in all cases, authorities were aware of the political
stances of researchers before their arrival, with many being included on
“security lists” or previously flagged for their work.
“Egyptian authorities ban academics and
researchers from entering Egypt with the intention to affect the atmosphere of
freedom of expression. It is a message to those who carry another nationality
that they are obliged to express views in line with the directions of the
Egyptian regime in their foreign countries, or they will not be able to enter
the country and communicate with the Egyptian public,” AFTE claims.
The rights group asserts this is a “dangerous”
precedent, as such “arbitrary” measures prevent researchers with dual
nationalities from visiting their families and “will affect the participation
of Egyptians abroad in issues related to their country.”
AFTE urged the Egyptian government to declare
the legal reasons for banning researchers and academics from entering Egypt and
define what is meant by “threats to national security.” The Egyptian government
should, according to AFTE, commit to the legal standards of issuing visas to
foreign researchers.**
En efecto, la estrategia está meridianamente clara. La
pregunta es hasta cuando se podrá mantener estas prohibiciones. Una regla de
oro del funcionamiento de las dictaduras es que endurecen sus medidas cuando
sienten que los demás pueden percibir su debilidad. La prohibición explícita a
los investigadores de entrar en Egipto va contra muchas cosas, incluida la propia
Constitución egipcia, aunque eso no le importa mucho al poder, que seguirá,
como hizo Mubarak, manteniendo durante décadas las medidas de excepción para
mantener el silencio.
Evitar que el régimen anule las críticas exteriores y del
interior por la muerte de Regeni es importante. Cuentan, como señalamos, que
una campaña intensa es manipulable a través de los medios progubernamentales y
que se reducirá el interés pasados unos días. Todo lo mediático es efímero. Eso
hay que evitarlo porque si no se seguirán produciendo casos que se mantendrán
en la impunidad mediante el silencio o el aburrimiento.
El mejor homenaje a la memoria de Giulio Regeni es no
desvincular su destino del de muchos otros. Regeni no están en el lugar
inadecuado en el momento inoportuno. por el contrario: sabía que estaba donde
hacía falta, apoyando a los que creían en las mismas causas que él, dando comprender
y dar a conocer la vida y destino de muchos egipcios.
*
"Academics demand justice after death of Italian student in Egypt"
The Mancunion 9/02/2016
http://mancunion.com/2016/02/09/academics-demand-justice-death-italian-student-egypt/
**
"AFTE: Banning researchers from entering Egypt threatens academic
freedoms" Mada Masr 9/02/2016
http://www.madamasr.com/news/afte-banning-researchers-entering-egypt-threatens-academic-freedoms
***
"Egypt's El-Sisi reintroduces appointment of university heads and
deans" Ahram Online 25/06/2014 http://english.ahram.org.eg/News/104697.aspx
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.