Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Como
señalamos ayer, nos ocupamos hoy del artículo publicado por Daily News Egypt sobre los posibles
efectos de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y los efectos de
aplicación de su programa en África. En estos momentos, la prensa de todo el
mundo especula sobre los efectos del terremoto que ha supuesto la victoria de Trump.
No hay país que no establezca entre sus prioridades revisar las relaciones y
compromisos actuales con los Estados Unidos y, sobre ello, tratar de saber qué
le puede ocurrir. Esto vale para países, alianzas defensivas en las
que participa (la OTAN), agencias internacionales y acuerdos comprometidos (la
lucha contra el cambio climático, por ejemplo), las zonas comerciales (la
establecida en Asia, con Japón y otros países de la zona), etc.
Hay cuestiones
muy delicadas con Rusia, como es la cuestión de Ucrania y las sanciones
europeas en su defensa. Putin y él ya han hablado y le ha ofrecido la ocasión de
hacer una entrada en la política a lo grande, con una nueva era de relaciones
con Rusia, ¡eso sin tener designado un equipo y a dos meses de la toma de
posesión!
Las
reticencias sobre los pocos nombramientos que ha anticipado ya han llegado a
las primeras planas por haber propuesto a un racista, promotor de la
"supremacía blanca", antisemita y antimusulmán, como cabeza de su
equipo en la Casa Blanca. Ya ha hecho que el senador John McCain, el primero a
quien insultó en las primarias, levante la voz para criticar las conversaciones
y expectativas de lazos con la Rusia de Putin.
Las
esperanzas que algunos tenían que Trump fuera un bravucón que no se atrevería a
hacer lo prometido chocan con lo que se está viendo hasta el momento. La
conclusión tras su primera entrevista en "60 minutos" es que tiene
respuestas para todo y solo él tiene razón sobre lo que ocurre en el mundo.
Estados
Unidos pasaría de un liderazgo a la Obama a un cambio drástico en casi todo,
dado que su programa ha sido a la contra.
Donde los demócratas decían una cosa, Trump proponía la contraria. Eso es
realmente peligroso ya que en materia exterior, la política norteamericana tiene
compromisos con casi todo el mundo. La pregunta es: ¿entiende o le importa a
Trump la idea de "compromiso"?
Es aquí
donde entra en juego la visión que el propio Trump tiene de sí mismo y de la
política. Trump se ha presentado como alguien al margen de la política (cierto)
que, harto de errores y de ineptos (el sistema político), decide decirle la
verdad (que él posee) de lo que ocurre al pueblo americano para que estos le respalden en su
transformación del sistema. En un sentido, "Trump" es un antisistema político. Pertenece a la
élite económica, pero no como un hombre de
empresa, sino como un hombre de
empresas y estas se llaman "Trump". En las primarias se deshizo
fácilmente de una candidata muy cualificada como directiva de las grandes empresas
norteamericanas. Pero ella no tenía una torre con el nombre de Trump,
como tiene él, ni un avión también con su nombre. Para Trump el poder es poder y es algo que acumula y ejerce.
Sus
simplificaciones reduccionistas tendrán consecuencias allí donde se practiquen,
se centrará donde pueda conseguir más poder y lo reutilizará para conseguir más en una espiral. Habrá zonas que se verán afectadas por sus decisiones y
otras por sus olvidos, según le interese. Pero siempre tratará de mostrar que es él quien tiene el poder.
Daily
News Egypt reproducía la información de la Deutsche Welle sobre los efectos en África, el continente más
abandonado a su suerte. Los efectos del "programa Trump" para África se podrían establecer sobre estos 10
puntos:
Trump fanned fears and stirred up negative
emotions, but on concrete issues such as security and the fight against
terrorism the future US president has been known to position himself on
opposing sides, often within the same speech. If Trump's muddled statements can
be considered to be a program, it reads like a 10-point plan for the
degradation of Africa.
1) African companies must expect to pay import
duties on goods entering the US. Until now, almost 5,000 African products from
38 countries are exported to the US duty-free under the AGOA trade agreement
(African Growth and Opportunity Act.)
2) Africa's fragile civil society will be
significantly weakened if its American sponsors, who have so far been very
active, curtail their support or withdraw it altogether.
3) The focus on "America First"
means, conversely, that Washington will not be focusing on African autocrats.
These will then be able to go on ruling with impunity.
4) Minorities, especially Africa's LGBT
community, are losing the support of the country that is probably their most
important global ally.
5) Moderate Muslims will come under even more
pressure from their radicalized co-religionists if the new US president
continues to vilify Muslims across the board.
6) The security situation on the front lines
with Islamist terrorist militias in West and East Africa could deteriorate if
the use of drones is extended, leading to further radicalization.
7) A change of course on climate policy would
be a huge setback for Africa, which has been proven to be the continent most
affected by climate change.
8) Africa's health sector – starting with
George W. Bush's presidential AIDS program PEPFAR – fears the loss of billions
of dollars of donations, which in recent years have brought about significant
improvements in basic healthcare and research.
9) The fate of Barack Obama's ambitious energy
program "Power Africa" lies in the balance.
10) The American dream is coming to an abrupt
end for hundreds of thousands of Africans who hoped to study in the United
States. Both the estimated $35 billion (32 billion euros) a year transferred
home by the African diaspora and the educational input of researchers and
experts of African origin are under threat.*
La lista de intenciones y de consecuencias es realmente
desoladora para África. Cada uno de sus puntos puede convertirse en terribles
dramas con una consecuencia inmediata: la huida hacia Europa o zonas más
seguras o ricas. La pobreza y la violencia son las presiones que la población
tendrá en un continente recorrido por bandas del Ejército Islámico, traficantes
de armas y personas, con gobiernos autocráticos unos o débiles otros, incapaces
de enfrentarse a sus problemas sin ayudas. El panorama es realmente penoso. Se acabó "We are the World" y comienza "We are USA".
Muchos puntos de la lista requieren acciones, pero otros
solo dejar de hacer, recortar, disminuir la presencia o la presión, como ocurre
en el campo de los derechos. Los analistas que intentan explicar la subida de
Trump como un fracaso de Obama (si el gobierno de Obama hubiera sido
satisfactorio, la gente no habría buscado un cambio) se darán pronto cuenta de
la diferencia que puede haber en algunos países cuando dejen de sentir la
presión sobre la cuestión del respeto a los derechos humanos. Si los gobiernos
autoritarios no sienten el temor a sanciones o a perder peso en la comunidad
internacional, pronto tendremos el mundo lleno de figuras como Erdogan, haciendo
purgas políticas de miles de personas sin que nadie se atreva a pedirle
demasiado por el chantaje de la inmigración, el terrorismo y la guerra de
Siria. Otros darán la respuesta de al-Sisi en Egipto: los derechos humanos no
están hechos para la zona. Y a Trump le parecerá muy bien porque estará
haciendo lo mismo en su país, recortando derechos y deportando a millones de
personas, creando movimientos de mayor intensidad que los que provoque en
África.
¿Estará dispuesto a mover un dedo por los que aspiran a
tener derechos en sus países como los que muchos norteamericanos tenía en su
país hasta el momento? Es poco probable que le importe a alguien que lo primero
que ha hecho es nombrar a un racista, partidario de la "supremacía
blanca" y que haría suyas las palabra del ultraderechista francés Le Pen
cuando dijo que una buena epidemia en África resuelve muchos problemas a
Francia. Las palabras exactas las reproducía en su día El Mundo: 'El Ébola puede solucionar el problema de la inmigración
en tres meses'. Lo que Trump ha sacado a la luz es un sentimiento racista que no se queda atrás.
De todas las cosas que se han visto en apenas unos días, una
de las más irritantes, de la que dan cuenta los medios americanos o la BBC es de la
expresión "ape-in-heels" aplicada a Michelle Obama como parte de la conversación en facebook entre la dirigente de una organización local y la alcaldesa de Clay County, hecha pública
por los medios. América retrocede y empequeñece. Esos insultos es lo que ha
significado para muchos la llegada de Trump al poder, la euforia del racista
que cree que su mundo ha triunfado y que por fin Dios ha hecho justicia corrigiendo el desorden. Desde
hace un par de días los editoriales de The
New York Times exigen a Trump que rechace explícitamente el odio y la discriminación, el
racismo y la xenofobia. No lo ha hecho. Solo amenazas a la prensa, amenazas de
procesar a Hillary Clinton (se lo está pensando, dice) y de expulsar a tres millones de personas, criminalizando a los inmigrantes.
La lista africana es terrible y, salvo que ocurra un
milagro, se acabará cumpliendo en mayor o menor medida. Cuando Trump era el
candidato más criticado, decía lo que lo que quería; ahora es ya el hombre más
poderoso del mundo, lo cual es muy inquietante para todos. El mundo hace bien
en preguntarse qué puede ocurrir.
*
"Opinion: Trump, the anti-Obama for Africa" Daily New Egypt
14/11/2016
http://www.dailynewsegypt.com/2016/11/14/opinion-trump-the-anti-obama-for-africa/
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