Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
La
historia del incidente de las nueces de macadamia y la vicepresidenta de las
aerolíneas de Corea del Sur lleva camino de convertirse en una fábula
contemporánea. Aquí, al contrario del sentido habitual, las pocas nueces están causando mucho ruido, un ruido intenso e
indignado ante el comportamiento brutal de la persona que se considera dueña y
señora de los demás.
La
historia comenzó hará dos semanas, un vuelo que no terminaba de salir debido al
ataque encolerizado de una pasajera. Me imagino que el personal de la torre de
control del aeropuerto internacional John F. Kennedy, en Nueva York, no acababa
de entender por qué el avión no salía y regresaba de nuevo a la zona de
embarque. La explicación se conoció pronto y con consecuencias. El diario El
País lo contaba así el día 10, cinco días después del incidente:
La polémica por la expulsión de un tripulante
de cabina de un avión de Korean Air por servir mal unos frutos secos se ha
cobrado la dimisión de la vicepresidenta de la aerolínea, mientras el
trabajador afectado ha pedido la baja, informaron este miércoles medios
surcoreanos. El auxiliar, expulsado del avión el pasado viernes minutos antes
del despegue por la vicepresidenta en una noticia que ha dado la vuelta al
mundo, "está sufriendo un alto nivel de estrés y necesita visitar a un
profesional, por ha solicitado un mes de baja médica", indicó el diario
surcoreano Money Today (MT).
Cho Hyun-ah, de 40 años e hija del poderoso
presidente de la aerolínea Cho Yang-ho, presentó el martes su dimisión por las
fuertes críticas recibidas tras revelarse que expulsó del avión al auxiliar al
enfadarse porque le sirvieron unos frutos secos sin preguntar y en una bolsa de
plástico cerrada en lugar de un plato.
La compañía también reveló que el auxiliar de
vuelo era un hombre y no una mujer tal y como apuntaban hasta ahora los medios,
y que el expulsado no fue quien le sirvió los frutos secos —concretamente,
nueces de macadamia— sino su responsable inmediato que no supo dar una
explicación adecuada al error en el servicio.*
De nada
le sirvieron a la iracunda Cho Hyun-ah sus explicaciones. Nadie se ha creído
que lo suyo fuera una acción didáctica, una especie de Masterchef en el que te
echen la bronca por presentar mal el plato. Parece ser que los coreanos están
bastante calientes con la cuestión del trato en algunas empresas y las
condiciones de sumisión que se les requieren.
Las
versiones de lo ocurrido dentro del avión pasaron de la indignada directiva que
vela por los pasajeros y cómo deben ser tratados en primera clase a la
actuación de una histérica autoritaria que hizo arrodillarse a los empleados
para pedir perdón y después expulsar, en juicio sumarísimo, de la nave a quien
ella consideró responsable de un crimen contra la Humanidad por servir las
nueces en una bolsa cerrada y obligar a que sus delicados dedos tuvieran que
abrir la bolsa.
El País
vuelve a traernos algunas de las consecuencias, más allá de sus dimisiones en
cadena de todos los puestos que como hija de su padre se merecía desde su
nacimiento. El titular del diario nos decía ayer que la Fiscalía de Seúl pide
la detención de la ex ejecutiva e hijísima de por vida. La acusan de haber
puesto en riesgo la seguridad de los pasajeros con el precipitado regreso y me
imagino que acumularán todos los cargos técnicos que puedan para que la
población de Corea del Sur se pueda recuperar un poco de la humillación de los
miembros de las poderosas familias que controlan el mundo de las grandes
empresas del país.
El caso ha puesto sobre la mesa el gran poder
que ostentan las sagas familiares propietarias de los mayores conglomerados
empresariales del país, conocidos como Chaebol, como es el caso de Korean Air
pero también de Samsung, Hyundai o LG. Las nuevas generaciones de estas
familias, que heredan las empresas fundadas por sus padres o sus abuelos –en el
caso de Korean Air, los tres hijos ocupan altos cargos en la empresa-, están en
el punto de mira de la opinión pública.
Un estudio reciente señaló que un 92% de los
jóvenes surcoreanos consideran que viven en una sociedad injusta. La mayoría de
ellos creen que estas familias gozan de grandes privilegios económicos y
sociales, y tienen la percepción que están por encima de la ley.**
Que los
jóvenes coreanos sean casi unánimes sobre la sociedad en que viven es muy
significativo. No sé cómo estaremos por aquí, pero más vale no preguntar. El
mundo de las grandes empresas está empezando (lleva mucho tiempo) a parecerse
al de los campos de trabajo. Desgraciadamente todo lo tapan unos buenos
resultados y unos malos lo justifican todo.
El
trato dado por la Vicepresidenta a sus empleados ha sido vergonzoso hasta para
su propio padre: «Su padre, Cho Yang-ho, también tuvo que disculparse
públicamente y afirmó que la actitud fue “insensata”. “No he logrado educar
adecuadamente a mi hija”, señaló.»** Pues no, realmente. O ella le entendió mal,
que es también probable. Su celo, desde luego, les ha parecido a todos
desproporcionado. Ahora el problema del padre es qué hacer con ella. ¿Habrá tratado a Hyun-ah como
ella trató a sus subordinados?
El Daily Mail
británico daba la noticia el día 24 y nos mostraba dos imágenes de la llegada
el día 17 a la fiscalía para ser interrogada. El práctico corte de pelo de Cho
Hyun-ah le servía para taparse el rostro con solo inclinar un poco la cabeza.
Solo se le ve un ojo, pero el ojo que se le ve da un poco de miedo. No sé yo
qué pasa cuando te mira con los dos y no tiene a nadie a su alrededor que la
frene. Desde luego ese ojo suyo no apunta a la contrición ni al propósito de
enmienda, sino más bien a un "os vais a enterar".
Por su parte The
Guardian califica el caso como "nutgate", que dado los varios sentidos que tiene "nut" en inglés, le da un matiz psicológico al caso, no
desprovisto de ironía. A ella la llaman "nut queen" y hablan del incidente como "nut rage". Recogen algunos testimonios de los pasajeros y de la
actitud brutal de la hija del jefe:
Cho has
denied she forced the pair to kneel. “I’ve never heard such thing. I don’t know
anything about it,” she said when reporters asked her to confirm claims by Park
in an interview with Seoul’s KBS television.
But
another passenger in first class confirmed most of Park’s account and said she
saw the two attendants on their knees. “I felt so sorry for the flight
attendants, who looked totally terrified of her,” the passenger told KBS after
meeting Seoul prosecutors on Saturday to give testimony over the incident.
“Cho’s
voice was so loud that even people in the economy class turned to look,” the
passenger said, describing the atmosphere during the 14-hour flight as “very
menacing and distressing”.***
Asustaditos
debían estar los pasajeros por esa voz atronadora, un poco de Godzilla surcoreana, un poco Hulk, que
recorrió todo el avión, desde los asientos más humildes hasta aquellos en que
no se puede servir las nueces en bolsa. El
País se empeña en los dos titulares referidos en hablar de "discusión
por unas nueces", pero no sé si el término "discutir" describe
correctamente la situación en la que una persona grita, insulta, amenaza,
zarandea (lo negaba, pero los testigos lo confirmaron) y expulsa a unos
subordinados a quienes se humilla y se les hace poner de rodillas primero para
echarlos después. Creo que mi idea de "discutir" es más igualitaria,
requiere de dos.
¿Quién
podría imaginar que ese paquetito con unas cuantas nueces podría causar la
caída de la poderosa vicepresidenta? Probablemente no sea su primer estallido
de ira y despotismo empresarial, pero sí el primero que ha hecho volver un
avión. Y eso es lo que la perdió, estar confiada en que estaba en uno de sus
aviones y que allí ella era la reina. Me imagino que dados los tiempos mediáticos en que estamos, las nueces pasarán a tener un tono reivindicativo y habrá pronto envíos anónimos de paquetitos de nueces de macadamia a los jefes abusivos. Marvel podría sacarle partido para uno de sus "vengadores". "Nut Queen" también es un buen nombre para una supervillana. Todo es ponerse.
El País cierra su última información señalando que,
aunque le pongan multas y las pague porque tienen dinero por un tubo, los
surcoreanos están contentos de verla pasar por los juzgados. Son cosas que aquí
entendemos perfectamente.
** "Dimite la vicepresidenta de Korean Air tras discutir por unas nueces" El País 10/12/2014 http://internacional.elpais.com/internacional/2014/12/10/actualidad/1418214277_360041.html
** "La Fiscalía de Seúl pide el arresto de la directiva que discutió por unas
nueces" El País 24/12/2014
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/12/24/actualidad/1419422197_077351.html
*** "Police to arrest daughter of Korean Air
chief who demanded passenger jet turn around and return to the airport after
steward served her macadamia nuts in a bag instead of on a plate" Daily
Mail 24/12/2014
http://www.dailymail.co.uk/news/article-2885945/Arrest-warrant-sought-South-Korea-nut-rage-heiress.html
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