Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
El
presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi ha hecho dos buenos chistes en un mismo
día. El primero —muy celebrado inmediatamente por los egipcios en las redes
sociales— es que vivió durante 10 años solo con agua en el frigorífico, algo
que les confirma que el agua egipcia contiene bastantes sustancias. El segundo
es que el Ejército controla en el 1 y el 1'5% de la economía del país. Se lo ha
dicho a los jóvenes reunidos en el foro organizado para tratar de cambiar la
imagen del régimen entre la juventud, algo que difícilmente logrará por más que
se reúna con los jóvenes si no cambian muchas circunstancias.
El
chiste del frigorífico llega en mal momento, en plenas crisis de los alimentos
básicos. Mientras los titulares hablan de que sigue sin aparecer el azúcar y no
salen las cuentas pese a la requisa de las fábricas y las noticias nos dicen
que los militares están haciendo "paquetes" con los alimentos básicos
para poder repartirlos, el chiste de la nevera es de lo más desafortunado.
Especialmente porque no era su intención hacer un chiste sino proponerse de ejemplo,
un error comunicativo de grueso calado. Que un "ejemplo" se convierta
en "chiste" es un mal ejemplo en Egipto. No hay que provocar su sentido del humor porque se puede encerrar a las personas pero no a los chistes.
Pero
dejar dos malos chistes en una misma sesión destinada además a recomponer la
imagen del régimen ante los jóvenes, es demasiado peligroso a todas luces.
La idea
de vivir 10 años con un frigorífico vacío o solo con agua está para algunos
demasiado cerca de la realidad. Digamos que en
estos momentos a un egipcio a una egipcia le es más fácil imaginarse un
refrigerador vacío que uno lleno, que necesita hacer un esfuerzo menor.
Egypt Independent recoge la frenética lucha de
ministerios y policía para sacar de donde sea azúcar:
On Tuesday, Supply Minister Mohamed Meselhy
said his ministry is currently working to build up a six-month strategic
reserve of basic commodities, including sugar, which has been in short supply
recently.
The ministry is working with the National
Service Projects Authority of the Armed Forces to boost reserves, he said,
adding that the CBE has allocated US$1.8 billion to fund the project.
According to Meselhy, there are currently
enough sugar reserves to last four months. The ministry has ordered 450,000
tons of sugar, 134,000 tons of which will be available this week, he said.
Giza police seized 10 tons of subsidized sugar,
40 tons of flour, and 46 tons of rotten sweets in crackdowns on violating
traders.
In Sohag, the crisis continued as shopkeepers
and traders refused to either sell or store subsidized sugar for fear of police
crackdowns.
The local supply authorities in Sohag sold
large quantities of subsidized sugar through state-run outlets at LE7.25 per
kilo in an attempt to mitigate the crisis.
In Qena, wholesale traders set a 5-kg limit on
the amount of subsidized sugar that could be sold to any citizen.
Five tons of sugar and one ton of rice were
seized in a police crackdown in Qous city, Qena.
Undersecretary of the Supply Ministry in Beni
Suef, Mohsen Farghaly, said 30 tons of subsidized sugar were seized in a
crackdown on a violating trader in Bandar Nasser locality.
Undersecretary of the Agriculture Ministry in
Beheira Samir al-Halag announced providing non-subsidized sugar to workers at LE6
per kilo.*
Ayer comenzábamos diciendo que el Egipto de al-Sisi comienza
a parecerse a la Venezuela de Maduro, con escasez de casi todo, con amenazas a
todo el que guarde más de un paquete. Maduro —ese retórico— achaca a
conspiraciones extranjeras la escasez de alimento. Ayer ya se hablaba de la
"Sugar Cell" terrorista haciendo desaparecer el azúcar para derribar
al gobierno. La realidad es que ante el panorama descrito más arriba por el
periódico solo cabe quedarse pasmado ante una situación de este tipo. ¿Es
posible que la crisis haya llegado a ese extremo? Evidentemente sí.
La crisis es económica, pero lo que está en crisis realmente
es el modelo egipcio sobre el que se ha cimentado el país durante décadas, una
mezcla de estatalismo nasseriano y de capitalismo de Chicago representado por
Sadat y que convergen en Mubarak con lo peor de ambos bandos. El régimen de al-Sisi
solo es un recauchutado de la vieja rueda, una modernización de los arreglos de
la vieja pachanga, sin cambios sustanciales porque el sistema de corrupción no
se desmanteló porque habría sido pedir a los poderes que se hicieran el
harakiri y no estaban por la labor. Solo se utilizaron las dagas teatrales y la
sangre ficticia para representar su muerte sobre el escenario o plató. Hubo
mucha sangre real, pero otra fue fingida.
Un modelo ni funciona cuando no hace progresar a su sociedad
y sí, en cambio, la empobrece. La incongruencia egipcia es que se levantan
contra un modelo que después ratifican en la figura que lo simboliza: la
militar.
Tras la subida al poder presidencial del presidente al-Sisi,
en 2014, The Washington Post publicó
un artículo titulado "Egypt’s military expands its control of the
country’s economy", en el que se señalaba:
In the shadows of a harsh political crackdown,
the military that overthrew Egypt’s first democratically elected president last
summer is positioning itself to become the country’s uncontested economic
power.
Egyptians have focused in recent months on the
likely ascent of military commander Abdel Fatah al-Sissi to the presidency in
the nation’s first post-coup election this spring. But already, the generals
have used their July power grab to slip their allies into key economic posts
and expand their authority over government development deals, including a
lucrative Suez Canal project.
The industries owned by the military have
always been a powerful force in the country’s economy, though their profits and
scope have never been disclosed to the public. In the years before the 2011
revolution, the military and its businesses sometimes competed for economic
policymaking power with the family of longtime autocrat Hosni Mubarak and a
handful of oligarchs.
Now, experts say, the Egyptian economy is
increasingly shaped by the opaque desires of the ruling generals. And the
military’s business activities appear to be expanding — from the manufacture of
basic items such as bottled water and furniture into larger infrastructure,
energy and technology projects, analysts say.
“We’re dealing with a brand-new economy that’s
now run by ‘Military Inc.,’ ” said Joshua Stacher, an Egypt expert at Kent
State University who has studied the military economy.
Three years after Mubarak was toppled during
massive demonstrations, Egypt’s endemic corruption hasn’t changed, Stacher said
— just the order of who you do business with if you want to succeed in the Arab
world’s largest state.
“In every government authority now, there is a
military officer. You deal with him,” said Abdel Wahab Mustafa, who imports
satellite receivers through the country’s ports, where he said military control
— and corruption — have come to permeate every aspect of the bureaucracy.**
El largo artículo da cuenta de la opaca situación de los
negocios regentados por los militares, de sus exclusiones fiscales o de la
propiedad de todo el suelo egipcio, etc. SE incide en ello por su competencia
desleal respecto a los que quieran invertir en Egipto, que perciben que están
compitiendo de forma irregular con unas empresas cuyos trabajadores son
soldados y militares, con financiación que sale de presupuestos no controlados
ni por el propio parlamento.
Tuvimos ocasión de comentar recientemente la acusación de
"antiegipcio" al diputado Mohamed Anwar El-Sadat, quien pidió ver las
cuentas en el parlamento, conocer cómo
se gestionaba sus presupuestos. El-Monitor titulaba entonces de forma muy
directa "Is discussing military budget taboo in Egypt?". La respuesta
es sí y lo sigue siendo. El-Sadat se limitó a hacer lo que se hace en cualquier
parlamento democrático del mundo, preguntar por las cuentas militares:
The dispute started when Sadat voiced his
opposition to the increase. “I emphasize the role our great armed forces play
in protecting our lands and preserving stability and security as well as
development. I would even demand that military pensions be raised to by more
than 10%,” Sadat said. “However, how can we adopt this increase while we have
not even been acquainted with the salaries that the officers take, not to
mention knowing the payment system adopted by the military institution?” he
asked.
“What do you think of the honorable officers
who hold civilian positions either as ministers, governors, mayors or chairmen
of companies? What do you think of providing them with pensions?” Sadat asked
Gen. Mamdouh Shaheen, the representative of the military inside the House of
Representatives.***
El general preguntado se irritó profundamente llegando a
gritar que ellos pagaban lo que llamó "the blood tax", respuesta lo
suficientemente clara sobre cómo se enfoca la situación y el papel militar. ¿El
hecho de que hay militares que mueren implica que no deben ser controlados por
las instituciones? Interesante respuesta.
La respuesta dada por el presidente de la Cámara, Abdul Aal,
debería pasar a la Historia de la oscuridad parlamentaría disfrazada de
patriotismo:
“When any of our men in the armed forces speak,
we should stand in respect and appreciation to them. We should bow our heads in
respect and appreciation to our armed forces. The lesson has been learned not
only by parliament members but also by anyone who would try to separate the
people from the army. The people and the army will remain one hand,” added the
speaker.***
Se comprende fácilmente que el régimen no está por la
transparencia militar y mientras el poder lo tenga un militar llevado por los
militares al poder es presumible que sea así. Mohamed Anwar El-Sadat, ya es
expresidente de la Comisión de Derechos Humanos y ya se dirigieron contra él
las fuerzas del parlamento y los medios por haber asistido en Ginebra a una
conferencia sobre derechos humanos sin habérselo comunicado al Guardian de la
Cámara, Abdul Aal.
La situación egipcia es un círculo vicioso en el que se van
consumiendo los pocos recursos que quedan. La imagen de la policía revisando
comercios y almacenes para conseguir azúcar o la anterior de búsqueda del trigo
desaparecido o mal contado no se corresponde con lo que Egipto debería tener al
final de la "hoja de ruta" democrática, tal como el presidente
proclama.
Esta situación viene de lejos, pero lo
incomprensible es que se trate de convencer a los egipcios de que el estado
actual es de democracia, cuando esta supone esencialmente transparencia e
igualdad ante la ley. Esta no solo se niega, sino que se considera que lo
patriótico es no preguntar y creérselo todo.
La combinación de los dos chistes presidenciales crea una
honda preocupación que se puede volver contra quien los ha hecho. El presidente
no debe proponer a los egipcios la aceptación de ese frigorífico con solo agua.
Es el síntoma de la carencia de ideas y, por ello, de soluciones a los problemas.
Pero en gran medida, la responsabilidad de la situación económica tiene por
protagonista a los del segundo chiste. La afirmación de que los militares solo
controlan entre el 1 y el 1'5% de la economía es un chiste peligroso. Eso no se
le puede decir a los egipcios y el mensaje estaba más dirigido hacia quienes no
se arriesgan a la inversión en Egipto por el control militar de su economía, lo
que se pretende rebajar.
Es de nuevo la táctica de la negación de lo evidente para
tratar de convertirlo en verdad oficial. Pero eso solo tiene validez en Egipto,
en donde te pueden encarcelar por decir lo contrario acusado de tratar de
desprestigiar al régimen. Fuera se conocen las cifras globales del negocio
militar y del control de la economía. Por su opacidad nunca serán precisas,
pero es absurdo situarlas en esos márgenes. Daily
News Egypt cerraba su información con diferentes estimaciones y uniendo los
dos "chistes":
This percentage differs from previous
estimations. Business tycoon Naguib Sawiris told German news agency DPA in
April that the military’s control of the economy is estimated to be between
10-20%. Transparency International estimates it to be between 45-60%.
The president added that the armed forces are
not entering the economy to compete with the private sector or for profits, but
rather to take on the task of rebuilding Egypt. He explained that all military
projects are subjected to taxes and regulations.
Moreover, Al-Sisi explained that funding for
military projects and renovation comes from the armed forces’ budget, not the
state budget. The army was able to allocate these funds after years of
rationalising without burdening the state budget.
Al-Sisi then announced that the army is
preparing to assemble 8m food packages containing essentials goods, including
rice, sugar, and tomato paste; these will be offered at half price.
“For 10 years, I lived with nothing in my
fridge but water, and I didn’t complain,” Al-Sisi said. This statement, which
stirred controversy on social media, was used an effort to encourage citizens
to be patient until all the economic reforms are implemented.****
¿Qué reformas? La
situación actual es precisamente por la falta de reformas y el agravamiento de
los males habituales. Hay menos para los depredadores económicos del sistema
porque no entra apenas nada.
Aceptando con reticencia la versión de que tuvo 10 años el
frigorífico vació y no se quejó, lo que suscita curiosidad es si no lo hizo por
patriotismo o por temor a manifestarse y arruinar su
carrera militar o ser encarcelado, algo frecuente entonces con las quejas. Hoy
algunos que se han quejado, como sucedió hace unos días en Port Said, sin
realizar cantos contra el gobierno o los militares, sí han sido detenidos.
Hasta sus parlamentarios salieron a defenderles.
Al-Sisi se crió en un ambiente nada democrático donde la
queja no estaba bien vista y sobre todo mal valorada. Las sociedades
democráticas son aquellas en las que puedes quejarte si tu frigorífico y el de
unos cuantos millones de personas están vacíos. Es lo menos. Y se ha formado en
una institución, el Ejército, en donde manifestarse tampoco se considera
decoroso. Quizá la visión de Egipto como un gigantesco cuartel sea el problema.
El chiste del frigorífico trataba de convencer a los
egipcios que uno puede sobrevivir con agua y que no debe quejarse, incluso puedes llegar a la presidencia, en
versión chunga del "sueño americano". El otro chiste estaba destinado
a atraer lo que no llega, inversiones El grave problema es que el régimen en general y el presidente al frente siguen sin acabar de entender por qué.
El presidente les ha dicho a los jóvenes asistentes a la conferencia que esta se celebrará todos los años. Pero que para evitar tener que esperar las nuevas soluciones, se reunirá con ellos todos los meses.
Realmente está en forma.
2014 |
*
"Sugar shortage persists, crackdowns on traders continue" Egypt
Independent 26/10/2016
http://www.egyptindependent.com//news/sugar-shortage-persists-crackdowns-traders-continue
**
"Egypt’s military expands its control of the country’s economy" The
Washington Post 16/03/2014
https://www.washingtonpost.com/world/middle_east/egyptian-military-expands-its-economic-control/2014/03/16/39508b52-a554-11e3-b865-38b254d92063_story.html
***
"Is discussing military budget taboo in Egypt?" Al-Monitor
11/08/2016
http://www.al-monitor.com/pulse/originals/2016/08/egypt-parliament-debate-military-budget-pension-increase.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.