Joaquín Mª Aguirre (UCM)
De
nuevo, los Estados Unidos se convierten en ejemplo negativo para la democracia.
Uno más. Esta vez se le puede poner precio al odio, pues es hacia este
sentimiento negativo el que se mueven los actos. Con alguien que odia al
contrario no es necesario tener ideas brillantes, tan solo darle objetivos que
odiar y momentos en los que darle salida.
Eso es
de lo que nos habla Independent en Español a través de la noticia titulada "Hombre
destroza guitarra autografiada de Taylor Swift subastada en $4.000
dólares"* y firmada por Kevin EG Perry. El hecho ha ocurrido en Texas y
ante los ojos y móviles de los asistentes a la subasta.
Las imágenes del incidente que ocurrió durante una subasta benéfica en el condado de Ellis, en Waxahachie (Texas), se volvieron virales.
La guitarra fue solo uno de los
numerosos objetos subastados, que también incluían boletos para ver a George
Strait y Chris Stapleton, un safari en África, una expedición de caza de
palomas y un recorrido por el Bourbon Trail en Kentucky.
En declaraciones a The Independent, uno de los organizadores afirmó que la guitarra de Taylor Swift era una “guitarra auténticamente autografiada” y que se vendió por USD 4.000.
En el vídeo se ve al hombre aproximarse al escenario, donde lo espera un miembro del equipo de la subasta con la guitarra, decorada con imágenes de Taylor Swift de su exitosa gira Eras Tour, y un martillo.
Acto seguido, el hombre toma ambos objetos y golpea la parte frontal de la guitarra con el martillo, mientras el público lo ovaciona con entusiasmo.*
El hecho es sencillo: pago 4.000 dólares por la guitarra de Swift y luego la destruyo a martillazos. Sencillo.
Ese es el punto en el que se concentra el odio, los martillazos, y su objeto simbólico, la figura de la cantante Taylor Swift, que ha manifestado, como otros famosos, que votará por Kamala Harris y no por Donald Trump.
Son varios los incidentes electorales que se han generado entre ellos. El origen es la manipulación de imágenes de la cantante por la campaña republicana asegurando que Swift y los "swifties" estaban con Trump y votarían por él, algo que ella desmintió rápidamente. Luego ella anunció que votaría por Kamal Harris tras el debate entre los dos candidatos, Harris y Trump. Después vino el episodio de los gatos, también mencionado aquí. Las fotos de Taylor Swift con su gato era una contestación a las ideas del vicepresidente sobre lo nada patriótico comportamiento de las mujeres que no tienen hijos a mayor gloria de las Estados Unidos y tiene, en cambio, gatos. Para la campaña republicana, no tener hijos es favorecer la invasión de la inmigración, que sí tienen hijos como parte de su "plan de invasión" del país. A largo plazo, los Estados Unidos estarán llenos, opinan, de traficantes e hijos de traficantes con derecho a voto. Esa es su visión.
Taylor Swift lució su gato con orgullo, tal como hicieron decenas de miles de mujeres que entendían que tener o no tener hijos no las hacía más o menos norteamericanas. Era su decisión, no la de Trump o Vance.
Pagar 4.000 dólares para poder darse el gustazo de destruir a martillazos una guitarra firmada por Taylor Swift nos dice mucho del lo que está siendo la campaña electoral presidencial y de lo que se le pasa por la cabeza a algunos.
A nadie se le escapa que el generoso comprador de la guitarra y destructor de la misma estaba realizando un acto simbólico, que aquellos martillazos destructores de la guitarra estaban destruyendo otra cosa. Se empieza por lo simbólico y pronto todo te parece poco. No sabemos cuántos objetos necesitará destruir para calmar su odio el generoso comprador de la guitarra, pero seguro que se puede convertir en una mala costumbre.
Según Rob Bartley, uno de los asistentes, la subasta de una guitarra de Taylor Swift “no fue una sorpresa”, ya que un artículo similar se había vendido en otro evento anterior a principios de año.
Sin embargo, cuando el hombre anunció que planeaba “destruirla”, muchos de los presentes comenzaron a sacar sus móviles para grabar.
Bartley añadió: “Fue inesperado, pero no sorprendente”. Explicó que esta región de Texas tiende a ser muy “conservadora” y la administración Biden/Harris “no cuenta con mucha popularidad”.
En sus palabras, muchos trabajadores locales sienten que, en lugar de apoyarlos, el gobierno comenzó a “actuar en su contra”.*
La normalización y trivialización del odio es siempre peligrosa porque mañana alguien lo ve "lógico" y se sube a un tejado con un rifle automático, como bien sabe la oreja de Donald Trump.
La campaña norteamericana es una desvirtualización de la democracia. Es un paso más en lo que es lucha por el poder sin más. Los temores —que hemos comentado varias veces aquí— sobre una "guerra civil" son un temor real. Especialmente desde el asalto violento al Capitolio y los intentos de evitar que Biden llegara al poder revirtiendo los votos conseguidos en las urnas en determinados estados. Eso está ahora sobre la mesa de los jueces.
Si los candidatos republicanos, Trump y su acompañante como vicepresidente, siguen sembrando el odio entre los votantes, las elecciones se convierten en otra cosa, en ocasión de violencia. Aquello de la "fiesta de la democracia" pasó a mejor vida en favor de un escenario bélico cada vez menos simbólico y más real en su violencia.
Si Trump ya lo hizo una vez antes de traspasar el poder, ¿puede hacerlo de nuevo? Lo que pueda haber en la mente de Trump se acerca a los peores escenarios posibles, si los precedentes son como estos, los de la siembra del odio, que es una forma de señalar con el dedo a los que puedan ser víctimas en un conflicto con las urnas como centro. ¿El martillo que destrozó la guitarra de Taylor Swift romperá las urnas con los votos si estos no se prevén favorables? ¿Alguna cabeza por el camino?
* Kevin EG Perry "Hombre destroza
guitarra autografiada de Taylor Swift subastada en $4.000 dólares" 4/10/2024
https://www.independentespanol.com/entretenimiento/musica/taylor-swift-guitarra-destrozada-subasta-texas-b2624221.html
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