Joaquín Mª
Aguirre (UCM)
Egypt
Independent nos trae una noticia de Reuters con el titular "Thousands of
Tunisians march against corruption amnesty law". La noticia no es
irrelevante para los egipcios y pone encima de la mesa la cuestión de la
Primavera Árabe y de la salida del poder de grandes bolsas de corrupción económica
que controlaban el estado y sus negocios.
El móvil de las revueltas fue una combinación de represión
política y corrupción económica, sobre un fondo de desempleo que no se ha
resuelto en casi ningún país. El más estable parecía ser Túnez al lograr evitar
caer en los abismos de guerras y golpes de Estado, con enormes baños de sangre,
como cayeron Libia, Siria, Yemen o, en menor medida, Egipto.
La noticia nos avisa de uno de los casos que pueden contribuir
a enrarecer más todavía el caso tunecino:
Several thousand Tunisians marched through
central Tunis on Saturday to protest against a bill that would grant amnesty to
businessmen accused of corruption when autocrat Zine El-Abidine Ben Ali was in
power.
Critics of the Economic Reconciliation bill say
it is a step back from the spirit of Tunisia's 2011 revolution to oust Ben Ali
but government officials say it is a way get the businessmen to inject some of
their ill-gotten cash back into the economy.
The draft law allows businessmen to reveal
stolen funds and repay them. No exact figures exist for the amount of graft
during Ben Ali times but based on past investigations, officials say some $3
billion could be returned initially under the law.
Waving flags and banners saying "No to
forgiveness" and "Enough Corruption", about 5,000 people
accompanied by opposition party leaders and activists marched through the
capital's central Avenue Habib Bourguiba.*
El gobierno tunecino lleva varios años intentando colar esta ley. Los tunecinos han salido una y otra vez a la calle. Es una enorme desgracia desmoralizadora que los tunecinos
tengan que amnistiar a los que se llevaron el dinero del país por devolver una
parte (no creo que haya ingenuos que confíen en que devolverán lo que se
llevaron durante años). Es sobre todo un retroceso en la medida en que se les
abren de nuevo las puertas de un estado en crisis en el que el dinero
permitirás de nuevo comprar voluntades para fijar los negocios.
El otro caso de ley para amnistiar a los hombres de negocios
corruptos, el caso egipcio, tampoco ha funcionado demasiado bien más que para
los que lavaron sus caras ante el país. El dinero que entra por un lado, acaba
perdiéndose por otro pues no se han tapado los agujeros por donde se perdía la
riqueza del país.
2015 |
Para los que piensen que el campo es sencillo, podemos
recuperar una interesante información de Bloomberg, firmada por David J. Lynch,
y que lleva el expresivo título de "Egypt’s Islamists Woo Mubarak Tycoons
as Mursi Seeks Funds". La noticia está fechada el 14 de mayo de 2013,
cercano al final del régimen islamista:
Black lacquered walls and crystalline lighting
greeted attendees at a two-day London conference touting investment
opportunities in Egypt.
For some of those in what the May Fair Hotel
calls its “gorgeously opulent” Danziger meeting room, the Jan. 14-15 sales
pitch was personal. Wealthy exiles from post-revolutionary Egypt, they were
being invited home by representatives of the country’s Islamic government,
including Hassan Malek, a leading businessman in the Muslim Brotherhood.
“Most of these investors, they own large
projects in Egypt,” said Malek, who spoke at the conference. “Their coming back
mostly would be a sign of reassurance to others who might want to invest their
money here.”
Egyptian President Mohamed Mursi, struggling to
reduce an unemployment rate of 12.5 percent, is wooing the cash, Davos-caliber
rolodexes and management savvy of men such as auto and banking investor Yassin
Mansour and Hamed El Chiaty, chairman of the Travco hotel and tourism company.
They are among the insiders who fled the collapsing regime of President Hosni
Mubarak in early 2011.
If they came home, the Mubarak-era tycoons
would find a country in a state of political paralysis and economic decay. On
Jan. 29, Defense Minister Abdelfatah Al-Seesi warned that the continuing
turmoil risked “the collapse of the state.”
The courtship of the old elite by the new
underscores both the political change that has occurred since the revolution
and the difficulties involved in rebooting an economy growing at an annual rate
of less than 2 percent.**
La inserción del nombre del entonces ministro de Defensa del
gobierno islamista de Morsi y actual Presidente egipcio, Abdel Fattah al-Sisi,
quejándose de las revueltas continuas, da al párrafo un sentido histórico
interesante. En cierto sentido, el discurso no ha cambiado.
La selecta reunión en la lujosa sala acristalada del Hotel
May Fair londinense, compuesta por empresarios islamistas bien situados, por antiguos
millonarios colaboradores de Mubarak, etc. tiene dos aspectos relevantes. El
primero es el papel de la City de Cameron, centro del dinero sin adscripción
(poco después, Londres intentaría hacerse con el dinero de la "economía
islámica", forma de ir al paraíso bien cubiertos de dinero); y en segundo
lugar la recomposición de las inversiones con el régimen de los islamistas que
tiene a sus propios inversores.
La imagen que se transmite de los islamistas es más la de
los barbudos de las bases, pero se olvida que eso no es más que la parte
visible de una casta económica, internacional, que tiene sus lazos en el mundo
árabe (y por medio mundo), que manejan negocios e inversiones con respaldo
mutuo.
El lamento de Erdogan por la caída de Morsi fue sobre todo por los
negocios que se truncaron a sus empresarios turcos, que ya estaban
estableciendo buenos negocios con Egipto. Los Hermanos Musulmanes son
esencialmente una agrupación internacional de negocios que viven de los países
en los que se hacen con el poder.
Es interesante una de las declaraciones citadas entonces en
el artículo de Bloomberg:
“We’re going to see new people coming up and
their businesses flourish. We’re going to see people from the old regime
bending down and making deals,” said Raymond Khalife, Cairo-based adviser to
the chairman of Semiramis Hotels. “And we’re going to see people go out of
business because they can’t get along with this regime.”**
La llegada al poder de los islamistas eran oportunidades de
negocio para el grupo ascendente y para los que se plegaran al nuevo para
seguir haciendo negocios y la salida de otros, como bien se señala en las palabras
de Raymond Khalife. Los negocios del mundo árabe son una realidad oculta y
paralela a lo que ocurre en la superficie. El dinero pasa de un lugar a otro
hasta perderse. Una parte llega a financiar grupos extremistas; otra sigue
creciendo en paraísos fiscales invirtiendo allí donde allí donde se dan las
garantías necesarias para tener a salvo el dinero. Hay una diplomacia árabe del dinero en los negocios, como la hay del
petróleo, más visible, al menos en parte.
El regreso del dinero sucio, su lavado oficial, no es una
buena señal. No lo ha sido para Egipto ni lo será para Túnez. Ver desfilar a
los que esquilmaron al estado porque devuelven una parte no es nunca un buen
mensaje ni un buen ejemplo. Ni dentro ni fuera. Mañana estarán haciendo lo mismo.
* Thousands
of Tunisians march against corruption amnesty law" Egypt Independent
14/05/2017
http://www.egyptindependent.com//news/thousands-tunisians-march-against-corruption-amnesty-law
**
"Egypt’s Islamists Woo Mubarak Tycoons as Mursi Seeks Funds"
Bloomberg 14/02/2013 https://www.bloomberg.com/news/articles/2013-02-13/egypt-islamist-elite-woos-mubarak-tycoons-as-mursi-seeks-funds
2013 |
2014 |
2015 |
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