Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
La
sorpresa del día egipcia es la detención de otro líder de la oposición, Abdel
Moneim Aboul Fotouh, uno de los participantes en la llamada conjunta a
boicotear las elecciones ante la falta de libertades y presiones a los
candidatos. Abdel Moneim Aboul Fotouh no se presentaba ahora, pero es un antiguo
candidato a la presidencia y obtuvo un respetable respaldo popular en su
momento.
El
arrestado tiene también una trayectoria política clave ya que fue un disidente
importante dentro de la Hermandad Musulmana, de la que se distanció en 2011 y
un crítico de Mohamed Morsi durante su mandato. Sobrevivir a la Hermandad
Musulmana no es sencillo, pero Aboul Fotouh lo hizo y ha sido una voz
crítica más ante la deriva posterior del régimen de al-Sisi que ha hecho que
pierda los apoyos políticos con los que contó inicialmente.
Ahora nos lo encontramos también arrestado, como uno más de
los sistemáticamente eliminados por el régimen que es sometido a crítica. A los
arrestos y presiones anteriores se suma otra que confirma la falta de
libertades en Egipto y el deseo de al-Sisi de ser la única voz en el país, algo
que manifestó ya en su momento.
La visión que al-Sisi tiene del país y de sí mismo no tiene
nada de democrática. Es la encarnación de una visión absolutista y mesiánica,
en la que el Ejército es el padre de una conflictiva familia en la que siempre
ha de poner orden y tener la mano firme para castigar a los díscolos. La
crítica es la primera fase del caos y es necesario eliminarla para evitar la
erosión del temor reverencial. Un freudiano diría que el Ejército es una
especie de superego del país,
controlador del caos del Id nacional.
El problema aquí es que la represión crea más caos en forma de contestación,
creando un sistema retroalimentado que el Ejército usa para que nadie dude de
su función correctora.
Por eso nada lleva peor que las críticas que puedan
cuestionar el papel salvador que ellos mismos se atribuyen después de ser los
responsables del país desde los años 50. De esta forma, en vez de construir un
país de convivencia —tiempo han tenido— se contentan con un sistema polarizado siempre
bajo riesgo de caos, en el que su papel es esencial. Cuando los egipcios piden
al Ejército que se aparte de la vida política, lo hacen el tiempo suficiente,
un año, para que el pueblo compruebe lo mal que les va cuando ellos no están en
el poder.
La detención de Abdel Moneim Aboul Fotouh es un paso más en
la escalada de represión que está acabando con la oposición democrática a
fuerza de inventar conspiraciones. No hay más estrategia pues que la del miedo,
que pasa por convertir en traidores, conspiradores, enemigos de la patria a
todos los que no se sometan al liderazgo del al-Sisi, que desde el momento en que
se definió como el brazo armado manejado por la voluntad del pueblo, gobernará
más con plebiscitos que con votos, deleznable invento occidental.
Egyptian Streets nos cuenta así la detención y sus posibles
causas:
Egypt’s general prosecution has ordered on
Wednesday the detention of former presidential candidate Abdel Moneim Aboul
Fotouh pending a case that pertains to the outlawed Muslim Brotherhood group,
according to Extra news TV channel.
Aboul Fotouh’s son wrote that his father, along
with six other members of his political party “Strong Egypt” were arrested.
The detention of Aboul Fotouh comes a few days
following the arrest of the party’s deputy president, Mohamed al-Qassas.
Aboul Fotouh ran in Egypt’s 2012 presidential
elections. There have been several calls and complaints to the general
prosecution to arrest Aboul Fotouh over the past few days after he had appeared
in an interview with al-Jazeera channel. Aboul Fotouh severely criticized
Egypt’s current regime, particularly president Abdel Fattah al-Sisi.*
La publicación incluye un enlace con las declaraciones del
detenido en la cadena qatarí para que sus lectores puedan apreciar el
"delito".
En Egipto siempre hay un número suficiente de personas honestas y piadosas que acuden a los tribunales, escriben cartas o gritan
quejumbrosas en los programas de televisión pidiendo que encierren, lapiden o
violen a alguien en el nombre de algún principio político, religioso o de
ambos, que da más prestigio. Se convierten así en voces del pueblo o de Dios
ante lo que consideran traición, blasfemia o cualquier otra clase de delito
horrendo y nefasto. Es la forma de disfrazar la intransigencia como virtud.
Mediante este acto acusador, basta con que algún juez decida
atender las demandas para que estas sean convertidas en un proceso que acaba
con la libertad, la fama o las posibilidades de ser candidato en alguna
elección.
Ser entrevistado por Al-Jazeera ya es un acto de
"traición" pues es connivencia con el enemigo, una vez que se ha
declarado a Qatar el origen del mal y a Al-Jazeera su portavoz. Si además se
hace desde allí una crítica al régimen, es cuestión de tiempo que tu puerta
esté repleta de policías llevándote a declarar y haciéndote pasar un mal rato.
Casi toda la prensa que recoge la detención lo hace en los
mismo términos: no se sabe muy bien qué ha hecho, algunos suponen que pueda ser
por contactos con la Hermandad (la versión que más le gusta al régimen), pero
parecen ser las declaraciones criticando al régimen, es decir, lo mismo que
hicieron públicamente los que denunciaron la situación y pidieron el boicot de
las elecciones ante la falta de transparencia o, si se prefiere, el exceso de
contundencia, algo que se ajusta más a la realidad. La falta de transparencia,
ante el historial político egipcio, siempre se da por hecha.
En este momento crítico, un político respetado, el médico y
articulista Mohamed Abu Gal, publicó el día 7, en Egypt Independent, un artículo, con el título "The reason for
Egyptians’ concern", en el que comienza señalando:
No patriotic Egyptian wants chaos, destruction
of facilities, or disruption to economic growth or tourism, and we are all
determined to eliminate terrorism at the earliest opportunity. But everyone is
very concerned about the future. Yet, the regime does not understand the
concerns of Egyptians, which stem from their concern of inefficiency in the
regime, demonstrated very publicly through management of the presidential
election.
The timing and outcome of the election has been
expected for four years. It was known that the president will run, and it was
known for all that the president will succeed with ease regardless of the
candidate he faces. It is a foregone conclusion in all third world countries,
where the democratic process is limited and complex, and the entire state
apparatus stands with any president seeking re-nomination. There are no
surprises at all, look at what different governmental bodies have done.**
A esta sencilla y clara declaración del punto de partida
egipcio hoy en día, le sigue un recorrido por la lista de tropelías cometidas
contra cualquier persona que haya decidido presentarse en una cosa llamada
"elecciones" a la que se supone que se pueden presentar pues para eso
se convocan. Pues no. Las elecciones en Egipto deben servir para reafirmar las
maravillas de un sistema que debe ser perfecto, pero que no lo es y le molesta
que se lo recuerden.
Para ello, el sistema convoca pero luego imposibilita que
los candidatos puedan presentarse. Cuando le recuerdan que es más elegante que
haya dos candidatos, el régimen decide quién debe ser apartando a todos los
indeseables.
En el artículo de Abul Ghar se explica así la llegada del
candidato del último minuto:
Suddenly, due to a lack of competitors, the
regime discovered that the president would run the elections alone, a sole candidate
in a referendum. This was feared to potentially decrease the turnout of voters
to the extent that it may indicate a loss the regime’s legitimacy, and suddenly
the regime’s satellite channels which had previously attacked Ali requested
that he return to the race.
This bullying from the group in power is
counterproductive and highly damaging to the state.
The prospect of a referendum caused great
concern for the regime, but then it considered Sayed al-Badawy, a chairman of
an old party who could play a puppet role, and Badawy agreed.
However, the amount of anger and ridicule that
Badawy and the regime faced was unexpected. In addition to the exposure of
Badawy’s criminal record on the internet which made the candidacy impossible,
the Wafd Party were infuriated and voted overwhelmingly against his candidacy.
At the last minute, the regime gave the order
to Moussa Mostafa Moussa to run in the elections, after it equipped him with
recommendations from 20 MPs – the required amount according to the National
Elections Authority (NEA). Despite not revealing their names, it claimed Moussa
had demonstrated his power and impressive impact on parliament and its leader
Abdelaal. Upon his candidacy, he announced that he supports President Abdel
Fattah al-Sisi, and would elect him, because his wife loves Sisi.**
El sainete electoral no tiene desperdicio en los detalles o
en las vistas lejanas. El aparato mediático, político y policial del régimen se
pone en marcha eliminando a los posibles candidatos levantando calumnias,
deteniéndolos o llevándolos ante los tribunales para conseguir su
inhabilitación legal para presentarse.
La pregunta es: ¿es este el comportamiento de un régimen
cuyo presidente saldrá elegido con un mínimo de un 90% favorable de los votos?
En la mayor parte de los lugares sería absurdo, pero no en Egipto, que siempre
es excepcional. El argumento para que no se presente un militar (había tres
candidatos) es que no se puede tolerar que la institución muestra desacuerdo en
público.
En el artículo titulado, "Analysis: How Sisi has been
sidelining his opponents", publicado en Mada Masr, se indica lo siguiente sobre
la detención de Sami Anan:
The sources’ accounts are in line with a
journalist’s first-hand testimony of a conversation led by former SCAF member
and current Minister of Military Production Mohamed al-Assar during a reception
ceremony held by the Saudi Embassy in Cairo at the end of January. Assar spoke
to a small group of Egyptian journalists about what he described as a
“violation” committed by Anan, not just of the law, but of military norms. For
Assar, Armed Forces leaders could not let it appear as though the military was
fielding two candidates competing over power, and the decision to arrest Anan
was only made after all efforts to sway him away from candidacy had failed.
The same ceremony attendant recounts that Assar
affirmed that the Egyptian military would not allow one of its leaders to be
harshly humiliated; while being charged with violating military laws must
entail disciplinary action, Anan’s punishment “will not be more than six months
of house arrest, which he’ll serve in his own home.”***
Esas "normas militares" no escritas, es decir,
mostrarse siempre como una institución unánime en su respaldo. La historia del
Ejército egipcio está llena de esas fisuras que han acabado siempre mal. Algún
día se escribirá la historia de sus purgas, como la que el propio al-Sisi ha
ido realizando en este tiempo. Es mejor cortar la hierba antes de que sea
demasiado tarde.
Pero hay otra "norma" no escrita, pero practicada
siempre: al Ejército no se le critica. La posibilidad de enfrentar un candidato
militar con uno civil es todavía peor que la de la lucha de dos militares. Nada
debe erosionar una figura que se delinea primorosamente desde los medios
estatales y afines. Y una campaña electoral es sacar trapos sucios, criticar,
etc. ¿Es eso posible con un presidente que dice que se le aparecieron en sueños
diciéndole que debía presentarse para salvar a Egipto? Hasta la ley electoral y
el diseño del parlamento se hizo para respaldar al presidente y no para mantener
debates y realizar críticas. ¿Sesiones de
control, qué es eso?
El artículo de Mohamed Abul Ghal termina con preocupadas
conclusiones:
The performance of the regime since the
beginning of the electoral process to its end indicates a severe weakness in
the efficiency of the country’s governance.
The matter was decided from the first moment
for the benefit of the president, but the use of state resources, ministries,
and television in this way does not benefit the president, instead it harms
him.
We need stability, and this comes from efficient
management of administration and resources.
Therefore, the people are very concerned, we
face serious issues threatening Egypt and its future, such as the Nile water
access, the economy, nuclear energy, terrorism, the future of Sinai, and the
continued population explosion. All of these are of high importance for
Egyptians, and we fear that these concerns will be poorly managed, similar to
way the presidential election has been managed.
May Lord keep us.
In the words of Sayed Darwish, “Stand up
Egyptian, Egypt is calling on you.”**
El problema de todo esto —como hemos expresado muchas veces—
es que va a más sin remedio. La estrategia de dinamitar la democracia en sus
principios y mantenerla como una fachada decorada no engaña a nadie. Todos los
movimientos emprendidos desde 2013 van hacia la constitución de un temible
estado policial en el que sea la violencia, en sus distintas manifestaciones,
la que se convierta en su principio rector.
La detención de Abdel Moneim Aboul Fotouh es otra mala noticia para el sistema, que se
muestra incapaz de contener las críticas por las actuaciones realizadas. Abdel
Fattah al-Sisi sigue eliminando a todos aquellos que puedan quitarle
protagonismo. Cuando se pase el efecto narcótico de la campaña en el Sinaí con
sus muertos diarios, al-Sisi se tendrá que enfrentar a los problemas existentes
junto con los que ha creado con sus acciones. Quiere que en los medios solo
aparezcan las promesas de un futuro que los egipcios se van creyendo menos —ya
no se habla de la popularidad del presidente— ante la dura realidad que tienen
por delante. Como señala Abul Ghar, son muchos problemas que no se solucionan
con la fuerza, sino con la inteligencia y la buena gestión, algo en lo que el
régimen no aprueba.
Las consecuencias de desmantelar la oposición democrática solo
llevará a la radicalización de unos y a la apatía de otros. Debilitando la
democracia solo se trae autoritarismo. Pero la teoría egipcia es otra: la
democracia trae el caos. El Ejército con sus acciones no salva a Egipto, le
condena a depender de él para el resto de su historia.
*
"Former Presidential Candidate Abdel Moneim Aboul Fotouh Arrested"
Egyptian Streets 14/02/2018
https://egyptianstreets.com/2018/02/14/former-presidential-candidate-abdel-moneim-aboul-fotouh-arrested/
** Mohamed
Abul Ghar "The reason for Egyptians’ concern" 7/02/2018
http://www.egyptindependent.com/the-reason-for-egyptians-concern/
*** Ashman
Soliman "Analysis: How Sisi has been sidelining his opponents" 10/02/2018
https://www.madamasr.com/en/2018/02/10/feature/politics/analysis-how-sisi-has-been-sidelining-his-opponents/
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