lunes, 28 de octubre de 2024

El poder de censura de las plataformas

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

El caso Errejón tiene una serie de consecuencias colaterales a las que no podemos dejar de atender, por mucho que nuestra atención se lleve hacia otros ámbitos. El primero es, evidentemente, el de las víctimas a las que la exposición puede hacer pasar por otro tipo de experiencia negativa y dolorosa. Las consecuencias políticas no son pequeñas, pero hay que tener cuidado con las generalizaciones. Errejón es Errejón, responsable de todo lo que ha hecho. Los habrá responsables de haber mirado para otro lado o de tratar de evitar ser salpicados. Lo que no es de recibo es aquellos que quieren aprovechar para atacar al "feminismo", a la "izquierda" en su conjunto, etc. De todo esto hay estos días ejemplos. No metamos a todos en el mismo saco, porque las reacciones pueden ser negativas y llevar posiciones poco claras y aprovechadas de la situación.

Conforme pasan las horas se empieza a prestar atención al hecho de algo que comentamos aquí: la actuación de Instagram: 

La red social Instagram ha reactivado la cuenta de Cristina Fallarás (cfallaras), después de que la periodista y escritora denunciase el cierre de la misma de forma unilateral por parte de Meta, como respuesta a que publicase nuevos mensajes de mujeres en los que se acusa a Iñigo Errejón de presunta violencia machista.

Según un mensaje que aparecía en la red social, Instagram había suspendido su perfil por no cumplir las normas de la comunidad. Fallarás presentó enseguida una apelación para que le devolvieran el acceso a la cuenta, que ya está accesible al público general.

En declaraciones al Canal 24 Horas de TVE, Fallarás había asegurado estar "furiosa" por la decisión de Instagram, ya que —afirmaba— "desde que publiqué el testimonio contra Errejón me habían llegado más de un millar de mensajes", muchos de ellos relatos sobre agresiones sexuales llevadas a cabo por políticos, gente de la cultura y periodistas. "Si esa cuenta no se me devuelve, todos esos testimonios quedan perdidos", alertó.

La periodista ha recordado que ya en marzo de este año le suspendieron la cuenta sin más explicaciones, aunque tras apelar le fue devuelto su perfil. Además, ha señalado que no cree casual que el cierre se haya producido "en este momento, en que tengo centenares y centenares de relatos nuevos de mujeres que señalan además a ciertos sectores de la vida pública" y tras la "dimisión de un político a causa del relato de una mujer", en referencia a Errejón.*


Más allá de lo conspiratorio que se puede entre leer en lo apuntado por Cristina Fallarás, lo que esto —y muchos otros casos similares—, lo que deja al descubierto es la forma de trabajar de las plataformas, bastante conflictiva, de criterio estadístico (por llamarlo de alguna manera) y, especialmente, autoritario.

En las dos última décadas hemos sido empujados, por distintos medios, hacia una vida virtual, hacia una forma de sociabilidad nueva, en la que somos movimiento, en la que provocamos con nuestras acciones informacionales un flujo de bits de un lugar a otro de una red de datos. Su uso cotidiano ha hecho que muchas personas tengan que transformarse en "datos" para poder vivir y sobrevivir virtualmente y ahora vitalmente.

No podemos sobrevivir en un mundo en el que todo se desmaterializa sin, por ejemplo, una firma digital, algo que se nos exige ya en todas partes desde las propias administraciones. La vida social, por otro lado, se ha convertido en virtual a través de los múltiples grupos que tenemos abiertos.

La decisión de eliminar una red —como ya ocurrió— se lleva por delante tus datos, la memoria de tus acciones-publicaciones, que puedes intentar salvar, aunque no siempre se pueda. Actuamos como si lo que nos rodea fuera eterno, hubiera estado siempre ahí y fuera a estar siempre ahí.

Lo que nos muestra el caso de Cristina Fallarás es que ese espacio que creemos "nuestro", "privado", etc. es cualquier cosa menos eso. Vivimos de prestado en las redes sociales, sujetos a algo que no percibimos hasta que nos ocurre, como en el caso citado.

¿Qué son esas "normas de la comunidad", que han hecho cerrarle la cuenta con las denuncias de acoso que le habían llegado a la periodista?

La realidad es que estamos en manos de unas cuantas compañías norteamericanas que han dibujado el espacio público y privado conforme a sus normas y criterios, conforme a sus intereses comerciales y políticos. Como en cualquier estrategia de dominio, lo primero es convertirse en absolutamente necesarias, imprescindibles. Una vez logrado esto, es posible que actúen desde ese autoritarismo que hemos visto en Instagram, digno de cualquier western; "dispara primero y pregunta después".

Aquí he expresado en dos ocasiones los ejemplos de dos ocasiones en las que "alguien" decidió que artículos como el que está leyendo debían ser suprimidos. Las normas son dignas de ese autoritarismo que no necesita dar explicaciones. Si le parece bien rectifica, si no te ignora.

¿Puede alguien conseguir que se cierre una cuenta de Instagram a la que están comunicando denuncias por acoso, violencia sexual, etc.? Por lo visto, sí. Sería un buen momento para que la compañía dejará claro cómo tomó esa decisión, cuáles fueron sus criterios. Creo que sería importante saber quién y cómo se decide sobre nosotros, sobre nuestra vida privada y pública.

El carácter global de las redes, su instalación en países alejados y casi siempre con protección legal extra, lo que les asegura impunidad, dificulta su control y asegura su funcionamiento sin dar explicaciones. La primera vez que algo así ocurre, el usuario entra en shock; de repente es consciente de su vulnerabilidad y dependencia.

En estos días han surgido diversas noticias relacionadas con esto. Se nos ha dicho que Elon Musk pidió a sus ingenieros que los usuarios tuvieran que ver obligatoriamente sus mensajes, asegurando así la llegada de su apoyo a Donald Trump y su capacidad de llevar a la Casa Blanca a un presidente de su elección. Se nos ha hablado también de las tendencias antidemocráticas de las empresas tras las plataformas sociales; también se nos habla de continuo sobre los discursos de odio camuflados (y no tanto) en las redes.

La vigilancia es imposible, por lo que se automatizan ciertos criterios y ocurren casos como el de Cristina Fallarás en los que apenas se atiende al contenido sino a su creación de "movimientos" que se salgan de las rutinas y estándares establecidos.

¿Cómo se ven desde las empresas estos casos? ¿Les importa lo que significan socialmente en cada país o lo ven como simples "perturbaciones" que les alteran los efectos publicitarios que buscan?

Sea lo que sea, los criterios permanecen ocultos tras palabras vacías sobre el funcionamiento de las redes. A Cristina Fallarás se le ha devuelto su cuenta, pero habrá muchos otros que no tengan tanta suerte o que el escándalo causado apenas perturbe el estado de la red.

Vivimos en un mundo cada vez más controlado, de apariencia libre pero controlado por intereses políticos y económicos, Un artículo norteamericano hablaba hace unos días de cómo las grandes empresas no están interesadas en un mundo democrático, que les atrae más un escenario autoritario en el que sean ellos los que doblegan a ciudadanos y políticos, que quedarían bajo su control. No es demasiado apocalíptico; está más próximo de lo que pensamos, sobre todo si proliferan los Musk por el mundo.

Hasta el momento, el acento se ha puesto en los comportamientos negativos de los usuarios. Va siendo hora que miremos también hacia arriba. 

* "Instagram reactiva la cuenta de Cristina Fallarás donde llegan nuevas denuncias de mujeres contra Errejón" RTVE.es/Agencias 26/10/2024 https://www.rtve.es/noticias/20241026/instagram-cierra-cuenta-cristina-fallaras-tras-nuevas-denuncias-errejon/16304531.shtml

 

domingo, 27 de octubre de 2024

Entre el apocalipsis y el personalismo o vigila a tu líder

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

El caso Errejón sigue el guion anticipado ayer, entre los "mea culpa" y los "dedos acusadores", según el reparto de papeles. La política española padece el mal que ella misma ha gestado, del que se alimenta; el personalismo.

El personalismo funciona como un antes y un después del escándalo, cuya potencia está ligado, claro está, al peso mediático y político del señalado. El personalismo es lo que ha hecho que algunas acusaciones previas no salieran a la luz y que algunos miraran para otro lado entre incrédulos y temerosos, El personalismo, igualmente, actúa amplificando el escándalo y lanzándose contra él y lo que representa. Este último factor es importante porque sirve para la lucha ideológica de las negaciones. Si, pequeño favor le ha hecho el acusado a las causas que defendía públicamente aunque las incumpliera en privado.

Ante esto, los próximos se han declarado públicamente tontos y ciegos en diversas proporciones. Alguna ilusa salió a defenderle y ahora se encuentra ya en la calle.

La personalización y promoción de los líderes es peligrosa cuando se dan casos como este. El líder, la cara visible, la voz autorizada, etc. se vuelve contra todos y el edificio al completo se derrumba tras él. Los rivales lo atacan y sacan consecuencia generales destructiva. "¡Ya lo decía yo!", dicen los rivales. "¡Esta claridad no pasa en la derecha, que no defiende a las mujeres!", decía una voz ayer haciendo de la necesidad virtud.

Desaparecidos en la sombra los "partidos" porque los asesores de comunicación creen que es más eficaz la política personalista que las ideologías, que la gente pasa de eso y se aferra a la empatía, a las emociones, al chiste ocurrente y al ingenio, a la buena presencia, los partidos políticos pasan a depender de los giros vitales, de los errores y aciertos, de sus líderes. Es más fácil engatusar al electorado que convencerle con explicaciones. Ahí es donde un buen líder gana la partida a un mal líder.

La única salida que le queda al sistema es la "ejemplaridad". Errejón va a pagar lo suyo y lo de los demás, deseosos todos de salir del fango creado. El País habla de "panorama brumoso", interesante expresión.

Como la lucha política española (y en más lugares) se produce en ese fango de lo asqueroso, a Errejón solo le queda experimentar el daño común de sus compañeros que tras confesarse inútiles y crédulos, se lanzan sobre él para tratar de evitar el previsible daño causado y los aprovechamientos de los amigos de siempre.

Ahora podemos apreciar la distancia entre la "imagen" construida y la "realidad" de los hechos. Podemos apreciar también la doble violencia sobre las víctimas: la que ejerce el personaje en cuestión sobre ellas y la que ejercen los círculos protectores de popularidad y poder. Las víctimas lo son de maltratador, acosador, violador, etc., por un lado, y de la falta de respuesta, del silencio o, peor, de la reacción contra ellas, algo que también se ha dado inicialmente en este caso. La gente no quiere que le derribe los ídolos y se revuelve furiosa contra quienes lo hacen. Luego vienen los golpes en el pecho y los actos de contrición con la evaluación de daños. Hay muchas cosas que aprender de nosotros mismos en este caso. Hay mucho que aprender de cómo elegimos líderes, de cómo no hay que dejar de mirarlos con el rabillo del ojo por si acaso.


Hay que evitar las chapuzas. La violencia machista, desgraciadamente, está por encima de la ideología. Otra cosa es el machismo, que como ideología violenta puede ser reformulado en principios políticos y acciones, como, por ejemplo, las prohibiciones de determinados libros en las bibliotecas, o con políticas restrictivas a los derechos de las mujeres.

La guerra de las mujeres por la igualdad de derechos, por su libertad plena en todos los ámbitos, es una guerra que ganamos todos, pero que para muchos debilita un mundo construido patriarcalmente. La política necesita en lo social de personas que se preocupen por los demás, pero en lo personal atrae narcisistas a los que el poder les fascina y ejercerlo es una tentación muy poderosa. Es difícil acabar con esa atracción totalitaria del poder, ese deseo de ejercerlo sobre los demás. La política personalista atrae a narcisistas personas deseosas de que el mundo se rinda a sus pies. La adulación constante, el estar representando continuamente un "papel" es peligroso y muchos sucumben, cayendo en la doble vida. Atraen con su imagen construida y destruyen después. No se esperaban algo así, dicen las víctimas, atraídas por la imagen pública. A solas ya es otra cosa.

Tras el caso Errejón, que acapara todas las miradas, hay otros con patrones parecidos:

Ecologistas en Acción ha iniciado una investigación interna contra uno de sus fundadores, el histórico activista Santiago Martín Barajas, tras ser acusado de agresión sexual. La organización ecologista ha comunicado que busca "esclarecer lo ocurrido, colaborar con la investigación policial y tomar las medidas que sean necesarias" tras conocer "la gravedad de los hechos que se comunican".

Según ha adelantado elDiario.es, una mujer le denunció el verano pasado, relatando que quedó con el investigado para tomar un café tras años sin verle, y él aprovechó que estaban solos en su casa para agredirla sexualmente. El activista declarará como investigado el próximo 30 de octubre ante la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 6 de Arganda del Rey por estos hechos, según han confirmado a EFE fuentes jurídicas.

El juzgado tuvo conocimiento de los hechos por dos vías: por un parte de lesiones que envió la médica de un centro de salud que atendió a la mujer y por la denuncia que la víctima interpuso. Esta mujer supo después que a otras dos mujeres, que a día de hoy no han denunciado, el presunto agresor les había hecho lo mismo, según detalla Eldiario.es*


El prestigio se usa para vencer las barreras de desconfianza. Sin embargo, cuando menos se espera salta el violento, el violador, el agresor. El caso no debería influir sobre la validez del ecologismo, de la misma manera que el caso Errejón no debería acabar con lo que es positivo. Lo que  sí debería someter a juicio son las formas de selección y control de las personas que se ponen en situación de liderazgo y se carga sobre ellas un peso representativo grande. Con el aumento de las denuncias y la salida a la luz de los casos, es un riesgo.

No es fácil manejarse con esta doble condición de público y privado. Lo público actúa como cebo y en privado se enfrentan a esa realidad tapada. Después, la tendencia a defenderse, a minimizar o a desconfiar de lo que el propio líder ha hecho. ¿Cuentan con ello los agresores? ¿Saben que la tendencia natural es a protegerle para protegerse ellos mismos?

Las caras y voces en Sumar que nos mostraban los medios eran penosas, de no saber realmente como enfrentarse a esa situación a la defensiva. Tampoco las de la oposición eran demasiado convincentes, aunque intentaban parecerlo. Lo ocurrido no debería ser una "buena noticia" ni para la oposición, Es una muy mala noticia para el sistema y para la sociedad en su conjunto. No es solo cuestión de "Sumar", es un problema de todos que aparece y reaparece por distintos lugares. Que cree una crisis política tiene su propia lógica, pero no es la única.

Habría que llevar la cuestión más arriba para intentar comprender la profundidad de las huellas de la violencia machista en nuestra sociedad. Deberíamos aprovechar estos casos para reflexionar y poner remedios más allá de las cuestiones partidistas. Sin embargo, no parece que esto atraiga tanto.

Preocupante es también la censura y cierre de la cuenta de Instagram de la periodista denunciante del caso ante la avalancha de quejas. Nos muestra el tipo de "reacción" defensiva del "popular" y el papel oscuro de las redes sociales, tomadas por grupos y consignas.

Los medios tiran de hemeroteca y nos muestran a Errejón lanzando encendidos discursos contra machistas y violadores, participando al frente de manifestaciones en defensa del feminismo. Un novelista intentaría indagar sobre lo que había en su cabeza en esos momentos. Hoy nos lo preguntamos todos.

Entre el personalismo de los líderes y el apocalipsis de su caída tiene que haber un espacio en el que las cosas adquieran su dimensión adecuada. Nadie va a renunciar a la rentabilidad política de la caída, pero sí deberíamos pensar que mañana puede ocurrir en muchos ámbitos y grupos. 

Hoy los partidos e instituciones se enfrentan a las caídas de líderes, ministros, presidentes, diputados, asesores, familiares, líderes sociales, culturales, etc. Ya sea por machismo, por corrupción o por cualquier otra causa, la confianza queda minada hasta la próxima promesa. Aquellos que estaban protegidos por su poder y admiración, hoy lo están menos. Más dura será la caída.

Muchas cosas para pensar. 

* "Ecologistas en Acción abre una investigación contra uno de sus fundadores tras ser acusado de agresión sexual" RTVE.es 24/10/2024 https://www.rtve.es/noticias/20241024/ecologistas-accion-investigacion-fundadores-agresion-sexual/16302099.shtml 

sábado, 26 de octubre de 2024

La censura "pacífica" en un mundo violento

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Si hace pocos días me quejaba aquí de las absurdas censuras de Facebook o X, de sus arbitrariedades y mal entendidos, esta mañana me sorprende la noticia de la eliminación de artículos en Pinterest. Cuando leo el correo en que se me indica indican las causas y casos por los que se han eliminado páginas de su red me quedo perplejo. La explicación de las seis supresiones es decir, los textos censurados, se identifica o explican tres como "agentes violentos" y otras tres como "violencia gráfica". Insisto en que lo que hago en Pinterest es establecer un enlace que contiene lo mismo que se cuelga en Blogger, en Facebook, en Instagram y en X. Otra parte de los tableros, el tablero denominado "Base de informaciones", es usado como base de datos recopilando artículos de interés publicados por diferentes medios internacionales. ¿También deciden sobre qué guardo, no solo lo que publico? Son los llamados "tableros "secretos", es decir, no visibles para nadie, que parece que no son "tan secretos" como el diccionario sugiere.

Ninguno de los artículos publicados fomenta la violencia, sino, por el contrario, la critican; ninguno de los artículos utiliza imágenes que no estén sacadas de medios de prensa nacionales o internacionales.

Esto es lo que se "explica" cuando se accede a las "causas": 

Estado: Desactivado

¿Qué significa esto?

Esto significa que el Pin no está disponible en ninguna parte ni para nadie en Pinterest.

Cómo se ha identificado este incumplimiento

Hemos identificado este incumplimiento a través de nuestra propia investigación.

Qué política infringió

Este Pin infringe nuestras Directrices para la comunidad sobre agentes violentos.

 Como se puede apreciar la información real es inexistente, todo lo más, tautológica. Estar "desactivado" significa "no estar disponible para nadie"; el "incumplimiento", se nos dice, se ha realizado "por su propia investigación" e infringe lo que infringe, su propias normas, Todo remite a sí mismo y la alternativa es la "impugnación" y los tribunales. La amenaza es eliminarte de su red. Es totalitarismo barato, probablemente basado en algo que es la gran amenaza: en un mundo inabarcable de datos, la IA es la "solución". Esta IA es fácilmente manipulable, por decirlo así, incapaz de matices y diferenciar intenciones.

Para evitar esta crítica en otro de los informes, etiquetado como "violencia gráfica", se señala:

Tomamos esta decisión con un método híbrido. Esto quiere decir que una persona ha determinado que el contenido incumplía una política de Pinterest. Asimismo, una serie de sistemas automatizados han permitido ampliar la decisión para que se aplique a Pines identificados de manera automática como el tuyo. 

No deja de ser sorprendente el orden en el que se expresa el proceso del "método híbrido". Primero una "persona" determina "qué infringe" la norma y los "sistemas automatizados" posteriormente se lanzan a la caza y captura de elementos gráficos que la incumplan. ¿Quién es esa persona, con qué criterios actúa, etc.? ¿Desde fuera o de dentro de la red? ¿Cualquiera puede denunciar y luego las máquinas deciden?


Interesante, ya que el comienzo es un "criterio" que luego aplican las máquinas. ¿No deberían estar las guerras de Ucrania y Palestina en Pinterest? ¿Qué es este Shangri-La, esta Arcadia feliz fuera del tiempo?

¿Saben en Pinterest que hay al menos dos guerras en el mundo? ¿Saben que en las guerras se destruye y hay violencia? ¿Lo saben? ¿Se puede hablar de guerras y sus efectos? ¿Quiénes son los "agentes violentos" que justifican la censura?

Según nos dicen desde el "Centro de denuncias e infracciones",  las imágenes "violentas" son el "problema" en la mitad de los casos. Siempre tengo cuidado con que las imágenes de violencia de las guerras no sean explícitas en lo humano. Puedo poner un edificio destruido, pero no una persona destrozada. Siempre me ha repugnado el uso del dolor como fuente de atracción, de lo morboso. Pero no se puede ocultar la destrucción de personas y ciudades enteras. 

Los noticiarios se meten en el fondo de los hospitales, en la descarga de cadáveres, filman su descenso a las fosas en los cementerios; muestran los gritos de dolor mientras sacan cuerpos de los escombros. Yo apenas lo hago. Mis artículos van por otro lado, a las causas, son más analíticos y críticos.


Me sorprende y me hace pensar esta especie de acoso, por llamarlo de algún modo. Desconozco si otros lo padecen en el mismo sentido. Me preocupa el papel de "esa persona" y de "esos procesos automatizados" y, sobre todo me preocupa el recorte de libertades en estas mal llamada redes sociales. Estas acciones autoritarias, estas crecientes forma de censura, nos ponen en nuestro sitio, como dependientes y obedientes de empresas con intereses específicos por todo el mundo, con sus apoyos a candidatos y acciones políticas o bélicas dentro de oscuros entramados.

No me creo que yo sea un "peligro" para nadie, pero sí que puede que esté asignado a alguno cuyo divertimento es presentar denuncias, quejas. Me llama la atención ese "agentes violentos" que ocupa la mitad de los casos. ¿Qué es eso, qué quiere decir? ¿Quiénes son? ¿Solo ellos son violentos?

¿Pueden eliminar artículos que tengo en un tablero "privado", sin difusión alguna, como archivo? ¿Deciden sobre qué puedo guardar, además de qué puedo comunicar?

La forma en que pensamos o nos comunicamos está cada vez más vigilada y censurada, es cada vez más arbitraria o dependiente de oscuros intereses. En cuanto se da cierta difusión, se desencadenan mecanismos que eliminan aquello que no gusta a esa "persona" escondida tras las máquinas.

Quizá esta situación internacional tan conflictiva sea un anticipo de lo que será el control de las libertades y derechos por parte de compañías con poder mundial en el futuro. Ellas ya mandan.

El tablero privado censurado en la actualidad

viernes, 25 de octubre de 2024

La sombra del machismo es alargada

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

No gana uno para sorpresas, traducidas en defenestraciones, guillotinas y "ya lo decía yo". Lo de Errejón te pilla entre el primer y segundo plato. No sabes nada y te leen en ese teléfono que no se nos cae de las manos ni para comer unos largos e incomprensibles párrafos, más dignos de un congreso que de una arrepentimiento, más cercanos a la excusa "patriarcal" que a otra cosa. En fin, escuchas y sigues comiendo.

La sorpresa de todo esto es que la ideología actúa estableciendo perplejidades. ¿Existe una doble condición masculina de cintura para arriba y para abajo? ¿Es posible que el varón este dividido, como el viejo Berlín por un muro, que unos pocos centímetros de distancia separen dos mundos tan diferentes, contradictorios? Ya no es lo de la mano derecha y la izquierda; esto va más allá.

Leo en RTVE.es y otros medios unas largas semblanzas vitales de Íñigo Errejón, un resumen de una vida política, una historia de desavenencias y construcciones alternativas al pasado en el presente, un historial de paladín, de estratega, de ideólogo. Pues, según parece, faltaba una pieza, la que han definido con la etiqueta "violencia machista".

Leemos el siguiente artículo, el de los testimonios de esta historia que empieza por el final, con la renuncia del político de sus cargos. Las personas perjudicadas comienzan a ser parte de esta obra realista que nos aparece condensada: 

"Fue acoso sexual, hay pruebas, hay testigos y hay una denuncia". Son las declaraciones de la actriz Elisa Mouliaá, que este jueves se ha convertido en una de las primeras mujeres en dar el paso y denunciar públicamente haber sido víctima del hasta ahora portavoz de Sumar en el Congreso, Íñigo Errejón. Mouliáa, con quien ha podido hablar RTVE.es, ha afirmado que sufrió acoso sexual y que la denuncia "se hará pública", si bien ha preferido no aportar más detalles por el momento.

La actriz, que dice sentirse desbordada, cuenta que para ella dar su nombre era fundamental tanto para demostrar que no se tratan solo de "denuncias anónimas y, por tanto, falsas" como para intentar "esclarecer" los hechos y apoyar al resto de mujeres. "Que se vea que más mujeres hemos sido acosadas por parte de este hombre", ha subrayado. "He pensado que era conveniente dar nombres y apellidos", ha afirmado en conversación telefónica con RTVE.es.

La publicación de varias acusaciones anónimas de acoso sexual y machista en los últimos días ha desembocado en la dimisión de Errejón, a quien se han atribuido estos hechos y contra el que su partido ha iniciado una investigación este mismo jueves. Horas más tarde, Mouliáa se atrevía a publicar en sus redes sociales su testimonio, afirmando querer "denunciarlo". "¿Y todo este tiempo?", le cuestionaba un usuario. "Miedo", ha respondido la actriz.* 

Errejón ha procurado abreviar diciendo que lo dicho "era verdad", lo que simplifica un tanto lo que vienes después, por un lado, pero también se complica por otro. La manifestaciones de "amigos", como Pablo Iglesias diciendo que "de esto se hablaba hace un año", nos sitúa en el segundo centro problemático tras el de los hechos.

Es interesante la forma en que se califica lo que sea que haya pasado, de "comportamientos machistas" a "violencia machista", algo que polariza las informaciones. Vamos de lo explícito de la portada digital de ABC ("La denuncia a Errejón por agresión sexual: «Me empujó sobre la cama y se sacó el miembro»") o otras que apuntan ya a los dardos envenenados de Iglesias de que "era cosa sabida" y el aviso de la periodista Cristina Fallarás sobre denuncias contra otros líderes políticos.

¿Apocalipsis machista en la política española? Pues no tendría nada de particular por lo que se va sabiendo. Lo primero son las víctimas, que son las realmente perjudicadas. El morbo de los efectos políticos está en una dimensión diferente. En cierto sentido los perjudicados somos indirectamente todos, ya que son nuestros representantes, los que recogen nuestros votos con hermosas palabras.

Que tengamos políticos ladrones, corruptos y practicantes de "violencia machista" exige, como ya reclaman algunos, una "reflexión". El machismo, según parece, es transversal, que diría un cursi académico.

Las preguntas que surgirán son muchas, claro. Lo serán sobre las oposiciones "público/privado", sobre las contraposiciones entre "valores/ideologías", sobre  "acciones políticas/acciones de género"... Podremos hablar de "hipocresía" particular y de partido... de muchas cosas.

El caso de Íñigo Errejón dará mucho que hablar, hará que muchas altas torres tambaleen según se vaya tirando de la manta y sigan saliendo nombres de afectadas que han perdido el miedo y de partidos que ahora son todo miedo. Coaliciones, acuerdos, socios, etc. en el aire por... este machismo subyacente.

Parece mentira que este país siga debatiendo entre los machismos reales y los de activistas republicanos. Tenía razón el que decía que el hábito no hace al monje y que desnudos, todos los hombres son iguales. A muchos se les habrá caído un ídolo y les habrá salido un inconfesable escindido ideólogo. Empezarán a salir de las hemerotecas los discursos bonitos, que quedarán enterrados por los feos actos y demás parafernalia que acompaña a estos sucesos. ¡Todo patas arriba!

Hay que alegrarse, al menos, porque haya caído una máscara y unos cuantos tópicos con ella. Hay que tener cuidado con lo que se presupone. Donde menos se espera salta el agresor. Al menos se ha vencido el miedo a denunciar.

Hoy todas las televisiones dedicaban sus mañanas tertulianas a esto; los periódicos sus páginas. Unos para atacar, otros para explicar lo que tenían delante de las narices y no quisieron o supieron ver. Algunos para cumplir viejas venganzas atrasadas... no nos alejemos de la verdad de los hechos. Lo importante es ponérselo más difícil a los que abusan, a los violentos, a los violadores.

¡Ay, el poder! La sombra del machismo es alargada. 

* Elisa Frediani "Elisa Mouliaá, sobre la denuncia a Errejón: "Fue acoso sexual, hay pruebas, hay testigos y hay una denuncia"" RTVE.es 24/10/2024 https://www.rtve.es/noticias/20241024/denuncia-errejon-fue-acoso-sexual-testigos/16302445.shtml

ABC



jueves, 24 de octubre de 2024

Los rusos también votan para la Casa Blanca

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

La noticia cubre el frente de The Washington Post, etiquetada como "exclusiva": "American creating deepfakes targeting Harris works with Russian intel, documents show". En la noticia, firmada por Catherine Belton, se nos cuenta lo siguiente: 

A former deputy Palm Beach County sheriff who fled to Moscow and became one of the Kremlin’s most prolific propagandists is working directly with Russian military intelligence to pump out deepfakes and circulate misinformation that targets Vice President Kamala Harris’s campaign, according to Russian documents obtained by a European intelligence service and reviewed by The Washington Post.*

La existencia de personajes de este tipo, trabajadores para el Kremlin, nos confirma dos cosas que quedan suficientemente claras: 1) existe una campaña política global, es decir, una participación "activa" por parte de Rusia en las elecciones en los lugares clave de cualquier parte del mundo; y 2) Rusia tiene "activos" por todo el mundo que trabaja desde dentro para evitar así los posibles bloqueos que se le pudieran aplicar.

Hay también un tercer elemento, el de sembrar la duda, un elemento también relevante. El sembrado del desconcierto es uno de los hechos más eficaces. Ya no se trata solo de "engañar", sino de algo más destructivo, hacer dudar de la realidad que te rodea, de cada información que te pueda llegar. Esa situación genera reacciones diversas que acaban generando una tensión que puede resolverse en apatía o en una defensa furiosa de la mentira convincente o simplemente de aquella que nos gustaría que fuera "verdad".

En The Washington Post, Matt Bei introduce en su columna de opinión el interesante concepto de "Cold Civil War", la "guerra fría civil", que creo recoge acertadamente una parte importante del problema al entremezcla lo que antes se vivía entre súper potencias y ahora se vive internamente debido a la polarización. En momentos anteriores muchos han hablado de "guerra civil" sin más como una posibilidad.

Los llamamientos de Trump a la intervención de la Guardia Nacional en las próximas elecciones forma parte de esos efectos condicionantes del electorado, de esa presión que Trump usa desde siempre, el poder de la insinuación, destinado a hacerle reaccionar violentamente, como ocurrió con el asalto al Capitolio del 6 de enero.

La exclusiva de The Washington Post sacando a la luz el entramado interior-ruso es la confirmación de esos tres elementos, el interés del Kremlin en hacer que Trump llegue a la Casa Blanca, el apoyo de los grupos más ultras de los Estados Unidos a la "causa rusa" y la manipulación tecnológica.

Esos "deep fakes" son las herramientas que permiten la manipulación del electorado a través de las conexiones de las redes. Como ya anticipaban desde el campo literario y cinematográfico, más que el triunfo de la mentira se produce la victoria de la duda, la disolución de cualquier estabilidad creando un fondo de duda. La realidad o entorno se convierte en un espacio de confusión en el que se te propone una especie de test, un "¿qué ve usted aquí?", en el que el deseo perfila lo percibido.

Esa "guerra fría civil" es un nuevo estado en el que la democracia deja de ser diálogo y solo es manifestación creciente de la irracionalidad contenida, de la adhesión emocional rodeada de los fantasmas de las obsesiones. Trump es un provocador de instintos, de reacciones básicas. Solo así logra la adhesión que supone el voto.

El creciente número de ex colaboradores que le retratan como un "fascista", un personaje autoritario, no debe hacernos olvidar el atractivo que estos personajes pueden llegar a tener en un mundo de miedos y falsedades, en el que se llega a creer todo lo que se desea creer.

De nuevo: al peligro de Trump en el poder ser suma el peligro del poder que lo lleva hasta la Casa Blanca. Que millones de norteamericanos puedan elevar a la presidencia a un personaje como Trump, después de su paso durante cuatro años anteriores —el hombre que saludaba amablemente a los dictadores, el que hablaba de inyecciones de lejía para frenar el coronavirus, etc.— significa que los Estados Unidos han dejado de ser una referencia democrática para el mundo, que los viejos tópicos, como el del "mundo libre", ha dejado de funcionar.

La exclusiva de diario norteamericano es la constatación de un entramado que busca favorecer a Trump. Que sea la Rusia de Putin la que lo favorezca es preocupante, aunque no sorprendente. Trump es el candidato ruso. Las visitas al Kremlin de los líderes de la ultraderecha anticipaban los deseos de Putin de ganar la batalla de la confusión internacional. 

De una forma u otra, los rusos también votan. Han conseguido tener voz en cada elección relevante para su expansión y la consolidación de sus intereses.

 

* Catherine Belton "American creating deepfakes targeting Harris works with Russian intel, documents show" The Washington Post  23/10/2024 https://www.washingtonpost.com/world/2024/10/23/dougan-russian-disinformation-harris/