Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Una de
las cosas que hacían moverse el mundo era el deseo de los padres de que sus
hijos tuvieran un mundo mejor. Creo que esto ha cambiado en algunos sentidos,
especialmente cuando no hay un sentido claro de que haya un "futuro".
En los 60 y 70 era el miedo a la guerra nuclear, al la destrucción del mundo.
Ahora, esto ha sido sustituido por el miedo ecológico, el desastre planetario
del cambio climático y de otras fórmulas de las que responsabilizamos a la
acción humana. La palabra "futuro" ha cambiado se sentido en muchos
aspectos, como lo ha hecho "progreso", volviéndose amenazantes.
Lo que
en los años 60 y 70 fue un rechazo del mundo urbano, de la tecnología en una
generación que decidió abandonar las ciudades, dejarse el pelo largo. Volver a
lo básico y rechazar el sistema, es hoy todo lo contrario: tecnología, predominio
de lo urbano y consumo. De los sueños, por disparatados e ingenuos que fueran,
a lo virtual, otra forma de ensoñación que nos viene desde fuera, seduce y nos
hace olvidarnos de lo que pueda ser lo "verdadero".
La
ficción que hemos tratado aquí de poder "dialogar con los muertos",
de "quedarnos" virtualmente "aquí" para narcisismo de los
que se virtualizan mediante IA y los
que los acogen como negación de la muerte, va en ese mismo sentido. Sin
"muerte" no hay pasado, presente o futuro. La vida se vuelve
paréntesis de la nada. Pero es confortable, entretenida, mejor que lo que hay
"fuera".
También el negocio se extiende a las mascotas, que pueden ser clonadas por diferentes precios, como ya tratamos aquí. Un gran negocio con futuro.
En
RTVE.es nos traen una interesante información (más que noticia) desde el lugar
más privilegiado de su página web: "Las mascotas superan a los niños, el
gran cambio en los hogares españoles: "La tendencia se va a
consolidar""*. No me sorprende el dato en sí, sino la forma en que
está desarrollado, su lógica de fondo, por decirlo así.
En
España hemos desarrollado un pensamiento en el que un problema no es un
problema hasta que alguien lo define como tal. Es lo que ha ocurrido, por
ejemplo, con la cuestión de la "vivienda", que ha sido definido "oficialmente"
como "problema". Han tenido que salir miles de personas a la calle a
protestar por el precio, la escasez, el endeudamiento, la proliferación de los
"pisos turísticos", etc.
El artículo de Lucía González sí vincula el problema de la vivienda, de los bajos sueldos, con la falta de hijos y la proliferación de mascotas. Pero no acaba de ir más allá, a lo que supone o representa.
En los últimos años, España ha sido testigo de un
fenómeno social que ha transformado la estructura de las familias. El número
de mascotas ha crecido exponencialmente y supera al de niños en el conjunto
de los hogares.
"Es más fácil hacerse cargo de un perro que de
un hijo", cuenta a RTVE.es Laura Fernández. "Y mucho más
barato", recalca con una sonrisa. Esta joven de 29 años, que comparte un
perro con su pareja, reconoce que le gustaría ser madre, pero cree que no puede
hacer frente a lo que supondría: "Entre los gastos que conlleva y la
conciliación laboral, es misión imposible".
Según los últimos datos publicados por la Red Española
de Identificación de Animales de Compañía (REIAC), que recoge los animales
censados a mediados de 2023, en nuestro país había 10.165.498 perros y
967.834 gatos. Mientras, en enero de ese mismo año había 1.786.406 niños de
entre 0 y 4 años, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Este crecimiento en la población de mascotas no es
casual; responde a una serie de factores que han llevado a los españoles a optar
por la compañía animal en lugar de la crianza de niños.*
El artículo lleva mucha información de interés, pero tiende a dar por hecho eso que define como "fenómeno social". Que la gente no pueda (o quiera) tener hijos porque; a) no puede tener una vivienda en condiciones; b) no tenga un sueldo suficiente; y c) no pueda conciliar no es un "fenómeno social" es una "crisis social" que determina algo más que una moda o tendencia. Es, como decimos, una "crisis" en toda regla surgida de una serie de problemas encadenados, como los tres enumerados a los que se podrían añadir algunos más.
Una parte del artículo enfoca el "fenómeno" como para una "oportunidad" para la economía correspondiente, el negocio de las mascotas, algo que va de las vacunas, las peluquerías, el cortado de uñas, las clínicas veterinarias, la clonación, etc. Lo que ya está llevando a una intensa campaña mediática a favor de los negocios de las mascotas. En las TV ya se ven anuncios sobre los seguros para las mascotas, un negocio floreciente según parece.
Lo preocupante para mí es el paso de un problema real, la falta de hijos debido a problemas de otro orden que son los que involucran a las mascotas. No se trata de enfrentar a hijos y animales, sino de entender los graves problemas derivados, los que irán apareciendo aquí, como han aparecido en otros lados.
Tomemos el problema desde una perspectiva que hemos desarrollado en ocasiones aquí, el de los Estados Unidos, en donde el tener o no tener hijos ha pasado a ser una cuestión política de primer orden que ha favorecido el ascenso y consolidación de Donald Trump y la ultraderecha de corte tradicional o evangélica.
Se ha calificado a los demócratas como gente que no tiene hijos y prefiere las mascotas. Kamala Harris era una "mujer con gato", una idea sobre la que ha girado la campaña. Preferir "gatos" a "hijos" significaba debilitar los Estados Unidos frente a la inmigración que se va "apoderando de América". Los inmigrantes tienen la fuerza de su crecimiento frente a la decadencia norteamericana. La ultraderecha ha hecho de los hijos, de tenerlos o no tenerlos, una de las bases populistas que se están extendiendo por el mundo. Ese es un aspecto puramente político.
Evidentemente se trata de una forma de manipulación, pero no por ello es menos real y, sobre todo, encubre los problemas reales y los traslada a otro plano, señalando un origen del problema falso.
El descenso de la natalidad tiene que ver, como se ha repetido, con la necesidad de cubrir puestos de trabajo ante la falta de personas nacionales. Esto acaba creando una espiral en la que lo que es necesario se convierte en problemático. Efectivamente, el problema de los que no pueden tener hijos se acaba convirtiendo en el problema de los que tienen que cubrir el empleo. La manipulación política hace el resto.
Como se suele decir, las mascotas crean nuevas oportunidades. Si hemos mencionado los anuncios de seguros para mascotas, también podemos ver cómo ya aparecen otros anuncios en los que su propone a los jóvenes formarse como "ayudantes de veterinario", una profesión con "futuro" según se nos anticipa. El titular de RTVE.es lo confirma, claro.
Hemos pasado del negocio de la infancia a los de las mascotas. Sigue creciendo, en cambio, el de los ancianos, que es verdadero negocio nacional, como demostró la pandemia con las residencias y las elevadas muertes que ocurrieron en España en ese periodo. Conservarlos, en cambio, es un negocio mientras duran, de los medicamentos, a los terapeutas y cuidadores, a las residencias con más o menos servicios y de calidades muy variables.
Cuando cada mañana me dirijo a coger el tren, me cruzo con innumerables ancianos que, acompañados de amables personas extranjeras, les acompañan mientras espera ser llevados a las residencias cercanas. Las otras personas que me encuentros son padres y madres que llevan a sus hijos al cole y, cada vez más, gente paseando a sus perros. Los ancianos van desapareciendo por ley de vida; los niños crecen y las mascotas se renuevan.
Muchos ya los cuentan como de la familia. Dicen en el artículo que la soledad hace mucho en esto de las mascotas, que llena un hueco. Este es otro problema, que supongo también entra en los "fenómenos" sociales. Si en los 70 el problema era la "incomunicación", ahora es que hablamos más con los animales.
Una cosa es tener mascotas y otra muy diferente creer que son sustitutos de los hijos, especialmente cuando se hace de forma masiva. Decimos que llenan la soledad. Vayamos al problema, no a pseudo soluciones. Decimos que es lo que nos permite la falta de espacio y el bajo suelo. Vayamos a los problemas en el origen. ¿Conciliación? Lo mismo, vayamos al problema.
Si no vamos a los problemas reales, taparlos no es más que una ilusión que tiene también consecuencias. Pero si no hay "futuro", ¿por qué preocuparse?
* Lucía
González "Las mascotas superan a los niños, el gran cambio en los hogares
españoles: "La tendencia se va a consolidar"" RTVE.es
17/01/02/2025
https://www.rtve.es/noticias/20250117/mascotas-superan-ninos-espana-cambio-familiar/16277666.shtml