martes, 30 de noviembre de 2021

La injusticia sudafricana

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)


Hubo que esperar hasta la quinta noticia para escuchar algo positivo. Todo "se dispara": los contagios, la inflación, las cancelaciones... "Dispararse" parece ser la respuesta de estos tiempos a los cambios rápidos, explosivos por la amplificación de la información instantánea. "Las malas noticias vuelan rápido" solía decirse y es probablemente una de esas ideas que siguen siendo válida. Lo negativo corre más deprisa que lo positivo.

En un mundo interconectado, global y vertiginoso, cualquier noticia puede acelerar procesos. La velocidad de Sudáfrica al notificar la variante Ómicron se vuelve contra ella, según su propia queja. Los sudafricanos tienen razón: haber sido tan rápidos ha hecho que las reacciones mundiales hayan sido muy rápida, aislándolos del mundo en apenas unas horas.


En RTVE.es se señalan las grandes diferencias entre continentes y cómo África es el que tiene las cifras globales más bajas, el 7% de su población. Dentro del continente, la que tiene el nivel de vacunación más elevado, sobre el 24%, es la propia Sudáfrica donde se detectó el brote de Ómicron. 

La paradoja es que Sudáfrica, cuya capacidad investigadora para secuenciar el genoma del virus ha permitido detectar esta variante ómicron, se ve ahora señalada y aislada por el resto de países, afirma Ignacio López-Goñi, microbiólogo de la Universidad de Navarra, en declaraciones en Las mañanas de RNE.

Según el análisis de las pocas muestras disponibles, añade, "no es que esta variante haya explotado en Sudáfrica, sino que probablemente se viene moviendo por el planeta desde hace bastante tiempo". Sin embargo, los sistemas de vigilancia no la detectan hasta que no hay un brote, ha explicado el experto, que considera que no tiene sentido cerrar las fronteras con los países del sur de África y castigar al país que ha hecho su trabajo y ha sido transparente con el resto del mundo.

 


La rápida detección de casos de Ómicron por casi toda Europa y Asia, parte de África, parece dar la razón a López-Goñi. Es cierto que la mayor parte de los casos están vinculados a Sudáfrica. Los afectados tienen algún vínculo de viajes con ella: de los jugadores de golf que fueron a jugar a los equipos deportivos o personas que iban a realizar turismo o negocios. Desde Sudáfrica, los contagios se ven de otra manera; pero el hecho de que la gran mayoría tengan un vínculo sudafricano de contacto directo (viajes) o indirecto (en segundo o tercer grado) ha hecho que las alertas se hayan dirigido al país y a los movimientos de idas y venidas.


Sudáfrica, por boca de sus autoridades, se queja de que la aíslen, de que sea una medida drástica e injusta. Pero esto no tiene casi nada que ver con la "justicia" sino con movimiento de pánico y de supervivencia. Los gobiernos tienden a ser rápido en estas medidas y mucho más lentos en las medidas internas, mucho más impopulares y con resistencia en grado diverso.

A la pregunta de si es justo le sigue otra importante: ¿es útil? Desgraciadamente es nuestra movilidad la que lleva los virus de un lado a otro, por lo que las limitaciones son productivas, aunque esta forma quizá no lo sea tanto si a lo que lleva es a mayor movilidad interna. Con el virus circulando socialmente a través de nuestra relaciones y contactos, con el beneplácito de los sectores afectados, es evidente que el problema se plantea con una nueva variante cuyos efectos se desconocen y, lo más importante, no sabemos hasta qué punto la protección de las vacunas actuales le frena. Ante estos problemas, la respuesta del bloqueo se ha vuelto vertiginosa. Primero se cierra y después ya se verá si tenía sentido.


La rapidez ha servido para determinar con claridad los contagiados y sus motivos de desplazamiento, ocio y negocio. Mientras el sistema para fomentar los viajes sea fingir que todo "es seguro" seguiremos teniendo un gran peligro. No se ha cambiado la mentalidad porque esto supondría merma de las ofertas. Gran parte del negocio mundial consiste en llevarnos de un sitio a otro. Todos estos viajes y actividades, estancias, etc. son foco de peligro si no se toman las medidas adecuadas y es de ellas de las que se huyen. Los franceses e ingleses, los alemanes y holandeses han estado viniendo a España porque aquí se les dejaba hacer lo que no podían hacer en su casa. Lo decían ellos mismos cuando se les preguntaba. No van a los lugares más seguros, sino a los más flexibles y permisivos. Por eso los lugares turísticos o de gran movimiento han estado teniendo cifras de contagios diferentes en muchos casos.

Es duro tener que estar siempre sin bajar la guardia, vivir en la prevención. Pero esto es una cuestión de mentalizaciones. Mientras en los telediarios los científicos y expertos nos dictan unas normas, los anuncios de las pausas nos incitan a lo contrario. Las imágenes de la "nostalgia" de besos y abrazos, de viajes, cenas, de intercambiar regalos, etc. nos impactan en la libido después de que las noticias nos hundieran con sus cifras e imágenes realistas. Tras imágenes de pinchazos, exploraciones nasales, camas de UCI ocupadas, etc. nos llegan las alegrías publicitarias, con risas, con playas soleadas, con mesas y velitas junto al mar.

Lo mejor que podemos hacer para compensar la injusticia sudafricana es enviarles millones de vacunas, mandarlas a los países que les rodean y que padecen los mismos brotes. Para ellos el aislamiento es también una forma de muerte injusta porque dependen igualmente del turismo en tiempos poco turísticos.

La mejor forma sigue siendo organizar un mundo más seguro y no seguir la táctica del avestruz, negando el peligro y jugando a una especie de "ruleta rusa", que suele ser el método habitual en todas partes.

 


* "La alerta por ómicron destapa la desigualdad en el reparto de vacunas: África solo ha vacunado al 7%" RTVE.es 29/11/2021  https://www.rtve.es/noticias/20211129/alerta-omicron-destapa-desigualdad-reparto-vacunas-africa-solo-vacunado-7/2234669.shtml

lunes, 29 de noviembre de 2021

Las mujeres afganas siguen en el punto de mira

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)


Como era previsible, Afganistán va desapareciendo del mapa informativo, ya bastante caldeado por tensiones internacionales y pandemias galopantes que afectan a la economía. Las noticias saltan con cuentagotas y tienen como centro lo que ocurre a las mujeres allí, pues no hay otra obsesión en el mundo radical que devolver a la mujer a la oscuridad.

En Antena 3 leemos noticias que llegan rebotadas de otros medios sobre lo que ocurre allí:

Según revela el 'Daily Mail', un hombre vendió recientemente a su hija mayor cuando tenía 5 años a un pederasta de 52 años por 1.386 libras esterlinas. Este padre asegura el hambre fue el motivo que lo llevó a tomar este decisión. "Tuve que venderla para mantener con vida a los demás. No tenía otra opción", ha apuntado al citado medio. "Ella llora todo el tiempo. Le pregunta a su madre por qué la vendimos. Su futuro está arruinado. No estoy seguro de cómo vivirá el hombre con ella, ya que es tan pequeña. No puedo dormir pensando", ha asegurado.*


La práctica es corriente ya que las hijas son una fuente de ingresos y no, como se las considera, de gasto. La pobreza es siempre mala consejera. Casos como este se han producido en distintos campos de refugiados de sirios o sin campos, como en los llamados "matrimonios de verano", en que los ricos saudíes van a las zonas pobres de Egipto a ofrecerse a comprar a las niñas para "salvarlas" de "peores destinos", como la violación en las zonas pobres. En los campos de refugiados, estos hombres piadosos van a las familias a ofrecerse como garantía de que ellas estarán mejor que allí, rodeadas de peligros.

Desgraciadamente, lo que ocurre en Afganistán es un retroceso a estas prácticas, de vuelta con los talibanes. Es una visión  masculina y patriarcal del mundo, en donde las mujeres son piezas sin voluntad que son movidas sin piedad. No debemos engañarnos con las lágrimas del padre. Lo que ha hecho lo ha hecho porque podía hacerlo, porque se sabe que es ese el mercado de la pobreza que recibe las bendiciones del nuevo régimen. Los santos precedentes lo avalan. Cuando llegue el momento podrá disfrutar de su festín marital. Si tienen "suerte" la devolverá repudiada pasados unos meses.

BBC 6/11/2021


El artículo de Antena 3 se cierra con las declaraciones de los políticos afganos diciendo que las mujeres podrán estudiar y trabajar. Es mera propaganda hacia el exterior, ya que se trata de conseguir financiación para la inexistente economía, hundida por su ascenso al poder. Nos informan de las reuniones en Qatar para tratar de convencer a los que dejaron en ridículo con su marcha, los norteamericanos, y a la Unión Europea. Parece que la religión no les da suficiente para comer.

Por su parte, la BBC se centraba hace unos días en las normas que regulan las apariciones de mujeres en los dramas y programas televisivos: 

Women have been banned from appearing in television dramas in Afghanistan under new rules imposed by the Taliban government.

Female journalists and presenters have also been ordered to wear headscarves on screen, although the guidelines do not say which type of covering to use.

Reporters say some of the rules are vague and subject to interpretation. **



Como se ve, esa ambigüedad se resolverá en los propios platós. Los talibanes quieren ofrecer una imagen "moderada", por lo que las normas se leen de una manera y se aplican de otra en la práctica. Las preguntas para resolver las ambigüedades difícilmente serán resueltas por los responsables.

Pasado un tiempo, las prácticas de los límites se irán imponiendo. Mientras las normas son ambiguas, la práctica es sencilla. Solo se emite lo que se ajuste a las reglas no escritas que se irán descubriendo en el día a día.

No hay que olvidar el drama de las mujeres afganas, la necesidad que hace que se vendan las niñas o que se limite su vestimenta hasta hacerles imposibles muchas tareas y trabajos. Para que se cumplan o precisen las imprecisas reglas están precisamente esos piadosos vigilantes que cuidarán de la observación cuidadosa de lo no escrito, pero escrito en una norma de rango superior.

A finales de septiembre, la misma BBC se ocupaba de las mujeres afganas jueces con el siguiente titular "Female Afghan judges hunted by the murderers they convicted". Es lo suficientemente explícito como para no requerir muchas aclaraciones. Las mujeres se enfrentan al rencor y al odio de estos machos destronados, incapaces de aceptar que las mujeres puedan haber dictado sentencia contra ellos contraviniendo las leyes de Dios. ¡Tal sinsentido debe ser corregido y castigado!


La niña vendida, las actrices y periodistas llamadas al orden y marginadas, o la venganza contra las juezas tienen todas las bendiciones para que su mundo se ajuste a lo que ha sido requerido desde arriba. El dedo acusador se dirige al cielo para señalar que es lo que Dios quiere. Los tres casos son representativos de esta forma de pensar, retrógrada y patriarcal.

No olvides a las mujeres afganas. Solo les queda nuestra memoria.

 


* "Un padre afgano vende a su hija de 5 años a un hombre de 52 años" Antena3 28/11/2021 https://www.antena3.com/noticias/mundo/padre-afgano-vende-hija-5-anos-hombre-52-anos_2021112861a345559ef0da0001ef4840.html

** "Afghanistan: Taliban unveil new rules banning women in TV dramas" BBC 22/11/2021 https://www.bbc.com/news/world-asia-59368488

*** "Female Afghan judges hunted by the murderers they convicted" BBC 28/09/2021 https://www.bbc.com/news/world-asia-58709353

domingo, 28 de noviembre de 2021

Alarmas y alegrías

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)


Indudablemente, lo que ocurra fuera tiene efectos dentro. Más allá de nuestros contagios, cuya reducción era un aliciente para la atracción del turismo y la celebración de cualquier cosa, lo que ocurra fuera afecta nos directamente, tanto para las llegadas como para las salidas. Es decir, cancelar nuestros vuelos con Sudáfrica es una pequeña parte del problema. Los que piensan que lo sucede en el extremo sur de África no nos debería afectar se equivocan de pleno. En este mundo intercomunicado e interdependiente, global aunque nos pese, todo está a un tiro de contagio, a un cruce de vuelos en un aeropuerto. Todo está ya cerca, muy cerca.

La falta de información sobre lo que ocurre en África no significa que no pase nada. En Europa hay más casos porque nos movemos más, sí, pero también porque tenemos más información. De muchos países africanos apenas sabemos nada. A esta variante Ómicron se le llama ya la "sudafricana", justa o injustamente, porque es de allí de donde llegan aviones cargados de infectados.


La detección de la variante Ómicron abre un nuevo capítulo en la lucha contra el coronavirus y deja ver claramente que esto no acaba por lo que se ha explicado una y mil veces pero no hemos acabado de entender o simplemente querido hacerlo. En RTVE.es leemos sobre los primeros casos detectados, que son los que

 

La preocupación ante la nueva variante del COVID persiste y este sábado Alemania, Reino Unido, Italia y República Checa han notificado sus primeros contagios, seis en total que se suman al confirmado este viernes en Bélgica (el primero de Europa).

El Gobierno británico ha registrados dos, los mismos que la región alemana de Baviera, mientras que Italia y República Checa tienen uno cada uno.

Asimismo, se investigan los contagios de 61 pasajeros de dos vuelos procedentes de Sudáfrica que han dado positivo en coronavirus después de aterrizar en Ámsterdam, donde se les sometió a una PCR al llegar a Países Bajos cuando ya entró en vigor la prohibición de vuelos desde países del sur de África.

Y en Dinamarca, el Ministerio de Sanidad ha emitido un comunicado en el que reconoce que tiene una "sospecha razonable" de los que podrían ser los dos primeros casos de la nueva cepa, algo que se confirmará en los próximos días. "Las dos personas que han sido infectadas han estado en Sudáfrica y ahora está aisladas y las autoridades están en el proceso de rastrear un tercer vínculo (...) y están trabajando arduamente para hacer llegar este mismo aviso a todos los que estaban en el mismo avión"*

 


En fin, los que se han detectado son los primeros; antes están los casos no detectados, los que se han colado antes de que hubiera alarmas. ¿Se ha detectado pronto? Quizá el crecimiento de nuestros propios contagios en Europa haya actuado a nuestro favor y las alarmas hayan sonado pronto. Eso si hemos tenido suerte.

El proceso ahora en la reacción rápida de los controles y la detección aislante de los casos antes de que sigan contagiando. Hay que dar tiempo a que los científicos puedan tener disponible esa vacuna contra Ómicron, tiempo calculado en cien días. Pero cien días en estos tiempos de pandemia son muy largos, incluso dando lugar a la aparición de alguna otra variante.

El caso vuelve a traer a primer término la cuestión de las diferencias de vacunación entre muchos países. De poco sirve tener a la mayoría de la población vacunada si la variante que aparece tienes tantas mutaciones como Ómicron y las vacunas existentes no lo frenan. En los lugares en donde hay poca vacunación es más probable que surjan variantes nuevas por una sencilla cuestión estadística. Los científicos que han analizado la variante Ómicron se han mostrado sorprendidos por las 50 mutaciones que el virus acumula respecto a lo que conocemos. Esto significa que ha tenido relativa tranquilidad para expandirse y eso es muy malo para el futuro.


Cada vacuna que se envía a países que no disponen de ellas es un seguro para el planeta en su totalidad. No solo evita las muertes, sino que debilita la expansión del virus. Allí donde no se hace nada, el virus se diversifica en nuevas variantes que pueden ser contenidas con las vacunas existes o dar lugar a variantes con muchas mutaciones como este Ómicron que me temo no va a complicar bastante tiempo conforme empiecen a aparecer contagiados y focos.

Es la misma historia que hemos visto anteriormente. Las variantes se detectan y pronto se han extendido por el planeta. La cuestión está en la mortandad que produzcan y la rapidez con la que se expandan.


Las medidas, una vez más, son las mismas de siempre: mascarillas y distancia, higiene y ventilación. Seguimos tomándonos esto de forma poco adecuada, como una lucha entre placeres permitidos y prohibiciones, casi algo freudiano entre placer y autocontrol. En una sociedad de ocio y diversiones, de caprichos, como es la nuestra, no es fácil mentalizar a la gente sobre controles y restricciones. Hay demasiados intereses, como demuestran las caídas de las bolsas en todo el mundo. Nuestro mundo se ha construido sobre esos placeres para sostener una economía del dinero en movimiento, del gasto repartido. Y eso no funciona bien con la situación si no se redirigen los placeres a lo posible.

Nos hemos llenado la cabeza de temas como la "fatiga de zoom" y otros tópicos con los que se nos incita a salir a la calle y gastar, salir del país y gastar, salir de nosotros mismos y gastar. Por supuesto, todo esto estará muy bien para quien se lo pueda permitir. Ahora los virus nos llegan desde países con enorme pobreza del que regresan cansados turistas contagiados. Como ocurrió desde el inicio de la pandemia, la forma de vencer el miedo son las irresistibles tarifas turísticas, de hoteles, de vuelos, comidas, etc. La ley de la oferta y la demanda se convierte en una carrera entre el riesgo de contagio/muerte y ahorro/placer. Así nos va.

Las imágenes de las celebraciones estudiantiles en Salamanca, del patrón de la fiesta de Farmacia,  nos muestran que sigue fallando la comprensión del problema o que le importa a pocos. Mucha bata blanca y muy poca mascarilla. Es el futuro del sector, sí. Todo un ejemplo. Las alegrías de la celebración tienen que dejar de taparse como reacciones de hartazgo o aburrimiento y decir claramente lo que son y suponen, irresponsabilidad.

La foto que acompaña a la noticia en la CNN, con la que abrimos este post, nos muestra un grupo de africanos  manifestándose; uno de ellos sostiene un cartel: "we want a vaccine".  Algo muy distinto a los estudiantes que celebran  su patrón. Aquí no hay alegría, aquí no piden, como los turistas vallisoletanos que nos muestra el diario ABC,  que les saquen de Sudáfrica y les devuelvan a sus países del Primer Mundo. Allí, en Sudáfrica, los que piden vacunas es para sobrevivir y no para salir de marcha.

Las prioridades de unos no son las de otros.

 


* "Reino Unido, Alemania, Italia y República Checa confirman sus primeros casos de la nueva variante" RTVE.es 28/11/2021 https://www.rtve.es/noticias/20211128/reino-unido-alemania-italia-confirman-primeros-casos-nueva-variante-regresan-restricciones/2234486.shtml

sábado, 27 de noviembre de 2021

La llegada de Ómicron

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)


Lo temíamos. Si ayer era solo una variante sin nombre, una de esas conjunciones de letras y números, hoy ya lo tiene: «The World Health Organization announced Friday it has designated the newly identified coronavirus variant, B.1.1.529, as a variant of concern, named Omicron», explica la CNN. Si ayer mismo los expertos por estos lares decían que no había que preocuparse mientras las bolsas se desplomaban (era nuestro post de ayer), hoy la preocupación es gran, con detecciones de casos en Sudáfrica, Botsuana, Hong-Kong y Bélgica. Y si está en esos sitios, quiere decir que está ya en muchos otros. Cuando un caso se detecta quiere decir que se han contagiado otros antes que, ya están circulando.

Esta nueva variante, Ómicron, plantea una serie de problemas serios respecto a los casos anteriores. Tiene una serie de mutaciones mucho más elevada respecto a los anteriores. Eso quiere decir que es muy distinto, por lo que el sistema de defensa de nuestras vacunas actuales, diseñadas para cubrir una serie de elementos, puede dejar sin atender un conjunto mayor de elementos dañinos o peligrosos. En pocas palabras, las vacunas serán mucho menos eficaces, si esto se confirma. Lo que hay que ver es si esas mutaciones son peligrosas para nosotros o no. 

Lawrence Young, a virologist and a professor of molecular oncology at Warwick Medical School in the United Kingdom, said the Omicron variant was "very worrying."

"It is the most heavily mutated version of the virus we have seen to date. This variant carries some changes we've seen previously in other variants but never all together in one virus. It also has novel mutations," Young said in a statement.

The variant has a high number of mutations, about 50 overall. Crucially, South African genomic scientists said Thursday more than 30 of the mutations were found in the spike protein -- the structure the virus uses to get into the cells they attack.

Neil Ferguson, the director of the MRC Centre for Global Infectious Disease Analysis at Imperial College London, said in a statement the number of mutations on the spike protein was "unprecedented."

"The spike protein gene [is] the protein which is the target of most vaccines. There is therefore a concern that this variant may have a greater potential to escape prior immunity than previous variants," Ferguson said.

 


Lo preocupante, además de esta nueva variante del coronavirus, es este ambiente prenavideño a la española que nuestro gobierno y otros políticos mantienen, como suele decirse, para no arruinar la "campaña navideña".

Desde el principio nos ha fallado la pedagogía. No hemos sabido o querido enfrentarnos a este insólito problema de salud colectiva. Las luchas políticas a su alrededor se han hecho claras: todos quieren apuntarse los éxitos y cargar a los demás con las restricciones. Se ha enfocado, como hemos repetido en varias ocasiones, que el problema eran las "restricciones" y no el virus. Las restricciones cuestan votos; el virus, vidas. Y lo primero es lo que cuenta en las cuentas de algunos.

El tratamiento miserable dado a una Sanidad Pública a la que se le exige todo y se le da con cuentagotas muestra que los políticos han visto esto siempre como una carrera en la que ellos debían ganar tiempo, manteniendo un equilibrio, hasta que la Ciencia encontrara una vacuna. Con la vacuna, pensaban, todo desaparecería.

Pero a lo que estamos asistiendo es a otra cosa. Las vacunas llegaron y el coronavirus sigue. La idea de que vacunados todo es más llevadero es cierta, pero ¿qué ocurre en el momento en que entre otra variante para cuyas mutaciones no tengamos defensas? ¿Cuántas veces ocurrirá esto?

Podemos crear una fábula evolucionista en la que los coronavirus han estado permitiendo al ser humano desarrollar una forma de vida lo suficientemente favorable como para difundirse ampliamente por el mundo y ganar la carrera evolutiva. Sus estrategias contra las nuestras, podríamos decir; el azar de las mutaciones contra el orden programado de los humanos, lleno de errores e intereses, de estimaciones fallidas, pero también de aciertos en los avances, cuyo tiempo se ha reducido espectacularmente pero con los problemas que se crean debidos a esta misma velocidad.


La duración de esto no nos hace ver que es un problema de dimensiones planetarias. La política sigue pendiente de las elecciones siguientes, su medida del tiempo y de la vida. La Ciencia vive otro tiempo. La gente, finalmente, vive el que se corresponde con su forma de ver el mundo, ya sea responsable o irresponsable.

Lo visto estos días atrás en España, con unos políticos jugando con el "semáforo covid", con el tipo de restricciones aplicable y echando luces navideñas al fuego, complicando la situación deja mucho margen para la reflexión. El político cree que por repetir tres veces la palabra "vacuna", como hacen aquí y fuera de aquí, el coronavirus desaparecerá como por arte de magia. Con estas cosas gana tiempo y ya se acumula la tercera dosis bajando en edad, primero eran 70, luego 60 y después todo el mundo, como es obvio ante la pérdida de eficacia con el paso del tiempo —ocurre con muchas otras vacunas, las que se repiten cada año— o la llegada de nuevas variaciones, algo que no se contempla en el "programa político". La estrategia de dilación de los problemas está destinada al fracaso, ya que estos nos pasarán por encima.

A estas alturas no podemos estar sin una "Ley de Pandemias". No la tenemos porque nadie quiere asumir el riesgo de las limitaciones, de las restricciones que habría que aplicar. Por contra, asistimos al juego surrealista de que sean los jueces los que determinen las aplicaciones. Esto es una aberración que sin embargo tiene su juego claro: se hace a los jueces responsables en cuanto que en cada Autonomía se produce un rechazo. Los políticos necesitan de un "culpable", un responsable que asuma lo que ellos mismos imposibilitan, las leyes acordes a estas necesidades. Aquí cualquier patronal puede mandar a sus abogados a impugnar medidas de control porque no hay una ley marco que acoja estos supuestos. Los argumentos de los tribunales han sido realmente penosos para los políticos: falta de argumentación, mal documentado, excesivo, etc. en las solicitudes. Creo que algunos gobiernos autonómicos hasta habrán respirado más tranquilos: ellos lo intentaron, pero los jueces echaron abajo sus propuestas de restricción. Que dos años después estemos así no solo es sorprendente sino además deprimente.

elDiario.es

Ahora, ante la llegada de una variante con muchas mutaciones, con una alta capacidad de contagio, etc. nuestras preguntas son locales: cómo compartir la mesa navideña con la familia o los compañeros de las empresas, qué pasa con los mercadillos y las cabalgatas...  Deberíamos haber asumido que somos nosotros los que debemos plantear las medidas de seguridad.

Ha bastado solo un día entre escuchar que no debemos preocuparnos a que debemos estar preocupados, que es un estado de ánimo, cuando deberíamos decir "preparados", que implica además una serie de acciones. Sin embargo, para los políticos españoles esto es casi imposible. Mientras toda Europa intenta aplicar restricciones para poder pasar la llegada del invierno y en España perdemos los buenos datos en dos semanas, queda mucho por hacer lo que presenta como una mala temporada.

Nos dicen que en 100 días puede haber ya vacunas contra Omicron. Tenemos y tendremos nuevas armas para combatir el coronavirus; lo que no tenemos son herramientas para combatir nuestra desidia o los intereses ocultos. Todos nos podemos contagiar, sí, pero la cuestión es la facilidad con la que podamos hacerlo. Si no ponemos más de nuestra parte, malo. Ese "más" significa prudencia, inteligencia, vigilancia y contención.

Omicron, desgraciadamente, parece que estará pronto en nuestro día a día. Va a llegar en un mal momento, un tiempo de expansión de la variable anterior y el choque puede ser brutal. Pero eso no parece preocupar a nuestros políticos, que ya se daban por satisfechos cuando la incidencia estaba hace unos días en 140. Ahora, por mucho que se maquille, estamos ya por encima de 170, dejando poco margen de celebración.


* David McKenzie, Ghazi Balkiz, Ivana Kottasová y Laura Smith-Spark "Omicron, a new Covid-19 variant with high number of mutations, sparks travel bans and worries scientists" CNN 27/11/2021 https://edition.cnn.com/2021/11/26/africa/new-covid-variant-discovered-south-africa-b11529-intl/index.html

viernes, 26 de noviembre de 2021

¿En qué quedamos?

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)


La noticia de la aparición de una nueva variante del coronavirus provoca reacciones muy distintas según los campos que escuchemos. Nos empeñamos en considerar esto como un campo cerrado y controlado en el que todo se reduce por nuestros esfuerzos. Preferimos ignorar la situación real, que esto está abierto a una serie de variables inciertas que lo convierten en mucho más complejo e interminable. Por ejemplo, se toma la vacunación como un sistema de sumas y restas; hoy ya se nos dice que las vacunas pierden eficacia a los seis meses y que el proceso vuelve a empezar. A esto se le añade que lo que "vuelve a comenzar" puede estar agravado, como ahora nos dicen, con una nueva variante cuyos efectos y velocidad de contagio pueden ser mucho más graves.

Siguen saliendo en las cadenas de televisión españoles —como he visto hace unos minutos— que salen diciendo que se vacunan para poder "salir de marcha", un loable objetivo vital al que le empujan nuestras patronales del ocio/negocio y los medios. Pese a los avisos, como el sorprendente positivo del joven tenista Carlos Alcaraz, dado que viven en una "burbuja" para la Copa Davis. La burbuja se ha pinchado por algún lado y escuchamos compungido al médico del equipo, que ve cómo se le escapa un jugador y gana un paciente. Afortunadamente, el resto —por ahora— está bien, en condiciones de jugar. Teniendo en cuenta el sistema de control y pruebas, solo se puedo haber contagiado allí, donde se suponía que estaba todo controlado. Como no se puede preguntar, desconocemos si además de las pruebas están vacunados los jugadores. Alcaraz ha estado moviéndose por medio mundo y es ahora cuando da positivo. Le deseamos una pronta recuperación y ausencia de secuelas por su bien y el del tenis español.

Lo que preocupa a unos y menos a otros es la noticia de la aparición de esa nueva estrella del contagio, una variante aparecida en lugares distantes, lo que es un mal síntoma. Antena 3 nos cuenta:

"Tomará unos días ver qué impacto puede tener y el potencial de las vacunas ante la variante", subrayó la experta, quien también indicó que un grupo de asesores de la OMS celebrará un encuentro para analizarla.

"No hay motivo para la alarma, pero hay que ver qué significa", ha afirmado Van Kerkhove, quien también ha recordado que la variante Delta, actualmente causante de prácticamente todos los nuevos contagios de COVID-19 en el planeta, presenta asimismo diferentes mutaciones.

Científicos y autoridades sanitarias de Sudáfrica confirmaron hoy la existencia de la nueva variante del coronavirus, denominada B.1.1.529, que posee una treintena de mutaciones. La nueva variante presenta "una constelación muy inusual de mutaciones", pero su "significado aún es incierto", ha explicado por su parte el profesor Tulio de Oliveira, de la Plataforma de Innovación en Investigación y Secuenciación de KwaZulu-Natal (KRISP).

Hasta ahora se han confirmado casos de esta nueva variante en Sudáfrica, en la vecina Botsuana y en Hong Kong (China).*

 

Pero cada vez que un experto dice "no hay motivo de alarma", el resto del mundo se sacude y entra en pánico. Han escuchado demasiadas veces este mantra como quedarse tranquilos.

Los movimientos se desatan en aquellos otros campos afectados por la pandemia, es decir, todos. Es extraña la simbiosis que se está produciendo entre los llamados expertos y los políticos. Muchos expertos se han transformado en "políticos" y muchos políticos se transforman en "expertos". La misión del experto se ha convertido en la de un intermediario fiable de los políticos poco fiables. Sin embargo, es difícil ser expertos en algo nuevo, en algo que desconocemos.

Si la misión del político es decir que no cunda el pánico, la expresión "No hay motivo para la alarma, pero hay que ver qué significa" suena sospechosa a los oídos de gente que lleva dos años escuchando frases similares. Si además va acompañada de expresiones como "inusual" o "incierto", la gente comienza a ponerse nerviosa y lo que se quería evitar, se produce.

En ABC leemos el siguiente titular poco tranquilizador "Las Bolsas se hunden por el temor a la nueva variante del Covid-19 detectada en Sudáfrica", que evidencia los peligros de que se tranquilice antes de tener informaciones, afirmando que "hay que ver". En algo tan sensible como la bolsa escaldada, los efectos son terribles:

El pánico regresa a los parqués de todo el mundo por la nueva variante del coronavirus y la vuelta de las restricciones ante el repunte generalizado de los contagios. El Ibex 35 se desploma este viernes más de un 4% en los primeros compases de la sesión por el temor de los inversores tras la detección de una nueva variante del virus en Sudáfrica y en un contexto de nuevas restricciones en Europa para hacer frente a la pandemia. El principal selectivo español perdía la cota psicológica de los 8.500 puntos a primera hora de la mañana, mientras que las ganancias del año se reducen por encima del 6%. El resto de Bolsas europeas cotizaban también con pérdidas superiores al 3%.

En la apertura, París retrocede el 3,57%; Milán, el 3,45%; Londres, el 3,25%, y Fráncfort, el 3,12%.

Científicos sudafricanos anunciaron el jueves la detección de una nueva variante de covid-19, potencialmente más contagiosa y con múltiples mutaciones. Ante el temor a una reactivación de la pandemia, todos los grandes valores del Ibex 35 registraban caídas con las compañías turísticas y aéreas a la cabeza de las pérdidas. En concreto, IAG sufría un fuerte retroceso del 11,02%, Amadeus se dejaba un 10,5% y Aena perdía 7,07% pasadas las 10.00 horas.**

 


Para no tener mucha información y ser todo "incierto", los efectos son muy contundentes en todas las plazas y sectores. Hace ya muchos años que dejó de considerarse la Economía como una ciencia racional y pasó a contemplar la irracionalidad de los pánicos y miedos como su centro. El "homo aeconomicus" es terriblemente irracional a diferencia de lo que la Economía clásica consideraba. Hace mucho que los Premios Nobel se los llevan los que estudian cómo miedos y emociones nos perturban el raciocinio y retuercen nuestros criterios de decisión.

Los expertos de la Economía lo saben; los que tienen que invertir, comprar y vender saben que el miedo conoce la fuerza del miedo. Y aquí ya vivimos en medio de pura sugestión, sobresaltados, con futuros que no van a mucho más allá de puentes, fines de semana, festividades y celebraciones familiares.


Con el miedo a 700.000 muertes anunciadas por la OMS para Europa en los próximos meses, con nuestros políticos lanzándonos a cruzar los nuevos semáforos del COVID, diciéndonos que mientras haya UCI hay esperanza, es fácil que los pánicos se desaten y que ese joven que salía en el noticiario tema por no poder quedar con los amigos el finde para ir de marcha, ¡terrible situación, inimaginable desastre!

Las bolsas, eufóricas con las subidas de la energía, se hunden por el amago de aparición de un virus en Botsuana, Sudáfrica y Hong-Kong, todo lejano, pero ya a un golpe de avión con oferta incluida y descuentos de pareja.

Ya no queda resquicio para la duda de la maldad de la nueva variante que llega de fuera. Esos persistentes negacionistas, esos reacios al pinchazo esporádico o continuo, de "dosis sobre dosis" (como un villancico pandémico), llenarán las UCI, mientras nuestras defensas decaen y se nos impulsa a la fraternidad universal, con gasto incluido. Cuando los expertos piden que no nos alarmemos, no sé porqué, cunde el pánico bursátil. Un extraño efecto, desde luego.



Puede que el virus varíe, mute o se camufle, pero lo que sigue siendo verdad —ahora y antes, también después— es que mantengas las distancias, las mascarillas puestas, una buena higiene de manos (también del resto) y una ventilación adecuada. Los enemigos de estos cuatro puntos son los afectos e intereses sectoriales, el gel poco eficaz, la mascarilla bajada mientras fumas con los amigos, y las corrientes para los frioleros.

Ahora hay que ir a por la tercera dosis, a vacunar a los niños y a ver si entre todos convencemos a algunos antivacunas para que se pinchen. También habrá que decirle al que iba a salir de marcha que no pasa nada si se controla un poco y que hay vida más allá del finde, aunque le cueste creerlo.

No sabemos si tranquilizarnos, como nos dicen los expertos sanitarios, o lanzarnos a la vías, como hacen los expertos bursátiles. Aquí cada uno ve el mundo a su manera y el techo de unos es el suelo de otros. ¿Qué hacer? 

Nuestra vida va muy rápida y agitada. La Naturaleza nos mira moviendo ligeramente la cabeza, con ese gesto de "no tienen remedio". ¡Cuídense!

 



* "La OMS estudia una nueva variante del coronavirus con múltiples mutaciones" Antena3 25/11/2021 https://www.antena3.com/noticias/salud/oms-estudia-nueva-variante-coronavirus-multiples-mutaciones_20211125619fde285db1d6000107a623.html

** "Las Bolsas se hunden por el temor a la nueva variante del Covid-19 detectada en Sudáfrica" ABC 26/11/2021 https://www.abc.es/economia/abci-ibex-35-hunde-temor-nueva-variante-covid-19-sudafrica-202111260924_noticia.html

jueves, 25 de noviembre de 2021

El juego antieuropeo de Polonia

Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Los espectáculos ofrecidos especialmente por Polonia y Hungría no deberían alertar sobre la "cuestión europea". Mientras se nos habla de una dolida Macedonia, en puertas muchos años de ser aceptada en la Unión Europea, otros países, como los señalados al inicio, hacen el juego contrario.

Me comentaba ayer una querida colega, con un té por medio, el prácticamente nulo conocimiento de Europa que las nuevas generaciones de alumnos en nuestras aulas tienen. Este desconocimiento de Europa y su papel en nuestro país obedece a esa pertinaz idea de que las cosas siempre han sido tal como las vemos cuando llegamos al mundo. El olvido de Europa es el olvido de la historia de España y de las consecuencias que ha tenido en nuestras últimas décadas. Esto es fruto de una malas políticas que hemos resaltada aquí en ocasiones, la pretensión de los políticos nacionales de ser el límite y de plantear siempre a Europa como el "otro lado", aquel al que hay que convencer, presionar, reclamar, etc. Pero la Historia no es el fuerte de nuestra educación, lanzada a un practicismo ciego, irreflexivo, como esa zanahoria que se nos pone falsamente por delante.

Pero lo que ocurre en países como Polonia y Hungría es mucho más grave ya que suponen un retroceso, declarando a Europa como enemiga y vendiendo ese enfrentamiento con el gran monstruo burocrático y desalmado como una política de salvaguarda de unos nacionalismos populistas, patrioteros que no hacen sino engañar a sus propios pueblos con victimismo sin fin.

Europa es, a sus ojos y en sus voces, la gran enemiga. Es lo que llevó al desastre del Brexit a Reino Unido, cuyo carácter le llevará a no reconocer nunca el inmenso error cometido a manos de políticos mentirosos e interesados en ganar fácilmente el favor electoral convirtiéndose en adalides de la historia nacional. Los británicos sufren en cadena los problemas creados por ellos mismos y su "cuento de la lechera" no ha dado mucho más de sí.

RTVE.es nos informa de otro golpe más al vínculo europeo en Polonia: 

El Tribunal Constitucional polaco ha dictaminado este miércoles que parte del Convenio Europeo de Derechos Humanos es incompatible con la constitución polaca, en un nuevo desafío a la justicia de la Unión Europea.

"Otro intento de injerencia externa e ilegal en el sistema polaco detenido por el Tribunal Constitucional", ha tuiteado el viceministro de Justicia polaco, Sebastian Kaleta, en referencia a una decisión del TEDH en la primavera sobre una controvertida reforma del sistema judicial polaco, acusado por Bruselas de socavar la independencia del poder judicial.

En otro mensaje posterior el viceministro ha celebrado que este miércoles sea "Un hermoso día para el estado de derecho y la soberanía polacos", gracias a la sentencia del Tribunal Constitucional.

El Ministerio de Justicia polaco había pedido a su Tribunal Constitucional que se pronunciara tras una sentencia del TEDH, en mayo, que cuestionaba la legalidad del nombramiento de los jueces de dicho Tribunal Constitucional.*


 

La noticia permite ver con claridad cómo la sintonía del Tribunal con "su" gobierno es absoluta, que eso es precisamente lo que se planteaba, la inexistencia de una justicia independiente.

Según avanzamos en el camino histórico europeo vamos comprobando cómo la propia esencia de la democracia, consistente en la estabilidad de los principios y la variabilidad de las circunstancias, actúa contra un espacio común. Si la voluntad comunal es mantener unos principios para todos, existe también una fuerza disgregadora, destructiva que tiende a la marginalidad, al rechazo de lo común tratando de mantener distinciones que favorecen a los gobiernos según su tendencia. La europeidad deja de ser algo compartido y se convierte en frente de batalla en donde se extiende una mano para recibir mientras que la otra se agita con violencia.

Polonia y Hungría van hacia un nuevo tipo de situación sin precedentes. Puede haber disconformidades, pero esto es otra cosa, es un desafío claro a algo que afecta al estado de la democracia compartida. La pregunta (y hay muchas) es hasta dónde se llegará en un asunto de este orden.

¿Está condenada la Unión a sufrir estas tensiones internas por efectos de la diversidad de planteamientos cuando se supone que se ha ingresado en ella precisamente por lo que ahora se rechaza?

En muchos momentos de este blog hemos señalado los peligros políticos de convertir a Europa en el blanco de nuestros errores. Hemos advertido de las consecuencias de convertirla en "obstáculo" a los ojos de los electores para conseguir un rendimiento político y, sobre todo, para tapar las vergüenzas políticas. La política española está tan enzarzada en sus rencillas barriobajeras que difícilmente mira hacia Europa. Pero hay que mirar hacia Europa para que no sea objeto de indiferencia ni el blanco de todos los problemas cuando las cosas se tuercen. Nosotros somos Europa, cada uno de los ciudadanos que la habitan. Ser contra Europa es un sinsentido estando dentro de ella a menos que esa sea la intención.

Hay enemigos exteriores de Europa, los que buscan su debilitamiento y pérdida de capacidad referencial y de influencia. Pero hay muchos otros dentro, ya sea desde los populismos opositores de los gobiernos o de los propios gobiernos populistas que la toman como el enemigo al que hay que doblegar, como ocurre ahora con Polonia o Hungría. Si el antieuropeísmo les permite cobrar entidad e identidad electoral interna, un sentido a su vida política, lo seguirán utilizando. La cuestión es que esta forma de entender la política se cronifica. No te interesa dar el paso que dieron los británicos, sino mantenerte en la tensión conflictiva necesaria y suficiente para la situación. Los resultados del Brexit han sido aclaradores en este sentido. Es mejor una batalla eterna que una resolución drástica que te deje sin enemigo al que culpar y flotando en el vacío.


El uso del antieuropeísmo es peligroso. No estamos dando sentido a Europa, sino moviéndonos por ella. La generación que ha crecido dentro lo ve como una posibilidad de Erasmus y poco más. Hay que incidir en la Europa de la Cultura, del pensamiento, del arte, crear una identidad europea para explorar su inmensa riqueza y no repetir sus errores. Sin embargo, a pesar de lo que vemos, seguimos sin dar sentido a nuestras instituciones y herencia.

La "alegría" del dirigente polaco al ver declarar "ilegales" los principios europeos, los que todos compartimos es de una irresponsabilidad infinita, además de un desafío arrogante. Polonia tiene un inmenso vacío por delante. Eso lo sienten millones de polacos. Muchos salen a la calle, como en otros países, a defender su "europeidad" frente a los juego antieuropeos que sus gobiernos practican. Temen quedarse indefensos, sin protección alguna ante el autoritarismo creciente que vislumbran en sus países.

 


* "La Justicia polaca dice que parte de la Convención Europea de Derechos Humanos es incompatible con su constitución" RTVE.es/Agencias 24/11/2021 https://www.rtve.es/noticias/20211124/polonia-inconstitucional-convencion-europea-derechos-humanos/2233886.shtml

miércoles, 24 de noviembre de 2021

Sin máscaras ni mascarillas

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

En español coloquial, "quitarse la máscara" significa mostrar las verdaderas intenciones, que dejan de estar ocultas. Es lo que acaba de hacer sanidad con la aprobación del nuevo "semáforo COVID" que ya mencionamos hace unos días y que, tras ser retirado por la oposición de ciertas Comunidades, ha sido aprobado hoy mismo por nuestro Ministerio de Sanidad, el Ministerio de la sonriente Carolina Darias, la mujer que anunció la "vuelta de la sonrisa".

Con esta aprobación queda claro qué es lo importante: el único valor que determina las acciones es el nivel de ocupación hospitalaria. Según este argumento, como estamos vacunados, enfermar es mucho más leve, no te mueres y no necesitas UCI. Esto está muy bien... a menos que te mueras y necesites UCI. En este hipotético caso, mientras haya hueco...



¿Cuál es la finalidad? Evidentemente no tocar las restricciones, aunque se nos diga, por parte de la ministra que el uso de la mascarilla sigue siendo obligatorio en interiores. No hay sonrisa interior. El problema es que cuando se pone un límite, se salta hasta el siguiente nivel. Si dejas de llevar la mascarilla fuera, un porcentaje dejará de usarla dentro. Es la norma de incumplimiento del siguiente nivel.

Nos explican en RTVE.es: 

"El cambio fundamental es que la incidencia tiene menos peso", ha explicado la secretaria de estado de Sanidad, Silvia Calzón, puesto que el aumento de casos ya no se traduce en un aumento de la presión hospitalaria, gracias a la vacunación. De este modo, el porcentaje de camas ocupadas en hospitales y unidades de cuidados intensivos por pacientes COVID será más relevante a la hora de definir el riesgo, según el documento aprobado por los técnicos de  Sanidad y las comunidades autónomas. Asimismo, se incluirá una tasa que recoja la proporción de población hospitalizada.*

 


¿Lo que está "enfermo", entonces, es el sistema sanitario? ¿Su "gravedad" es la que hay que aliviar y no la de las personas? ¿En qué queda entonces aquello de que los que no se vacunan ocupan unos porcentajes elevados de las UCI?

Nuestra ministra optimista, Carolina Darias señala: " La ministra Darias ha enfatizado la importancia de continuar con la estrategia de "vacunar, vacunar y vacunar".  "La clave está en seguir vacunando sin parar, vacunando a aquellos que no lo han hecho todavía y seguir con las dosis de refuerzo", ha dicho." Sin embargo, la realidad es que el estancamiento de las vacunaciones  en el 79% y unas décimas lleva mucho tiempo. Eso quiere decir que los antivacunas, como comentábamos aquí ayer, se han encastillado en ese 20% que va a ser muy difícil de reconquistar, pese al empeño de la ministra Darias.


Que sea la ocupación hospitalaria la que determine las medidas que hay que tomar es una aberración. Las medidas que hay que tomar son las que evitan los contagios, no dejar de tomar medidas mientras se pueda uno ocupar de los contagiados. Es una claudicación ante la economía y, por supuesto, ante los antivacunas.

¿En qué quedó aquello de la "inmunidad de rebaño"? Parece que el COVID-19 funciona de otro modo, quizá porque está tan extendido que ya no funcionan precisamente como "inmunidad" sino como variedad continuada en el tiempo gracias, entre otras cosas, a esos grupos irreductibles (los antivacunas, cada vez más violentos y organizados) y otras circunstancias como es el grado de mutabilidad del virus.


Nos dicen que el presidente apuesta por la estrategia de "mascarilla y vacunación", pero ¿y si no me vacuno y no me pongo la mascarilla? De nuevo tenemos un tipo de actitud demasiado optimista, especialmente cuando hemos llegado al topo de vacunación, según parece, y se avecinan malos tiempos para las mascarillas. Los expertos, también nos dicen, recomiendan la "persuasión" antes que la imposición, léase "vacunación obligatoria" y exigencia del pasaporte COVID. Ya nos han dicho algunos de nuestros políticos lo que opinan. Todos se han vuelto "seductores", es decir, no quieren perder popularidad.

Finalmente es el aspecto económico el que se busca favorecer habida cuenta de que la distancia social es improductiva. Juntos producimos; separados, no gastamos. Esa es la verdad sobre la que se cimentan todas estas idas y venidas que hoy quedan clarificadas con esta retirada de las máscaras.


Las reticencias de algunos se han vencido precisamente por la negociación de las medidas. Primero se aprueban los niveles; en una segunda tacada y a manos de las propias Autonomías, es decir, en función de sus economías y las temporadas que haya que salvar, se ajustarán las restricciones. Lo que ha hecho Sanidad es ampliar los márgenes para diluir el central, que es la incidencia. Es el dato, qué casualidad, que se sigue disparando cada día, hasta 132 hoy mismo. Hace unas semanas, la ministra sonreía, porque estábamos en 40. ¡Parece que fue ayer!


Mientras los titulares de la prensa lanzan la advertencia de la OMS de que este invierno puede haber del orden de 700.000 muertos por COVID solo en Europa —muertos, no en las UCI— , en España nuestro ministerio y asociados, juegan con los semáforos y las restricciones en un mundo irreal, cortoplacista y arriesgado. ¿Sigue creyendo el gobierno que el eliminar restricciones o subirlas a niveles más altos porque los "enfermos ya no van a las UCI"? ¿Va a forzar a los que no se quieren vacunar? ¿Quiere un espectáculo como el que vemos en las calles italiana, alemanas o francesas?

Vamos en la dirección contraria a lo que pasa y hacen en Europa. A este ritmo, van a tener que cambiar el semáforo muchas veces.


El "riesgo" no está en las UCI, está en las personas. Usted enferma. Podríamos quitar, por igual motivo, los indicadores de las carreteras porque hay muchas plazas en los hospitales y se puede asumir el "riesgo" de los accidentes. ¿Lógico, verdad?

Cuídese usted, porque está claro que los demás no van a hacerlo. Nadie quiere ser impopular. Mientras nos preguntemos "¿qué nos dejan hacer?", nuestra principal preocupación, y no "¿qué debemos hacer?", no habrá solución fácil.

 


* "Sanidad revisa el 'semáforo' COVID y los niveles de riesgo pero sin incluir restricciones" RTVE.es 23/11/2021 https://www.rtve.es/noticias/20211123/sanidad-estudia-cerrar-interior-hosteleria-2300-riesgo-medio-presion-hospitalaria/2233002.shtml