Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Finalmente
la fotografía anunciada es posible. Erdogan y Putin se reúnen escenificando una
vez más el rechazo hacia Occidente del presidente turco que sigue amenazando a
todos. La cuestión es hasta qué punto es puro teatro para mostrar su necesidad
de apoyo o si, por el contrario, se trata de una maniobra calculada de
distanciamiento para lo que necesita otro "amigo" en la zona.
Rusia
se ha reunido hace unos días con Irán. Putin y el "moderado"
presidente iraní han hecho también su escenificación. Rusia venderá armas a
Irán después del levantamiento del embargo a la república islámica. Hace unos
días seguían denominado a los Estados Unidos como "El Gran Satán" en
la mejor tradición de los viejos tiempos. Las buenas acciones siempre tienen su
justo castigo. Una vez más, Obama agita el árbol y Putin se lleva las nueces.
¿Logrará
Putin seducir al arisco Erdogan y convertirlo en un enamorado de Rusia? Putin y Erdogan tienen una necesidad de escenificar el
encuentro porque uno sacará mejores condiciones para Siria por parte de Turquía
y Turquía mostrará a Occidente los dientes desde Moscú. Una pareja digna de ser
descrita por Chordelos de Laclos.
The New York Times comenta así la noticia:
Mr. Erdogan’s visit to Russia, his first
venture outside his country after a failed coup last month, is draped in
symbolism because Turkey’s relationships with the United States and the
European Union have eroded significantly.
There is a deepening sense in Turkey that its
Western allies have failed the solidarity test, given the threat to its
existence posed by the July 15 coup attempt. Turkish officials are frustrated
that Western capitals have focused on Mr. Erdogan’s purge of tens of thousands
of military officers, civil servants and journalists as a worrying sign of his
drift toward authoritarianism.
An anti-American campaign erupted in Turkey
after Washington showed no indication that it planned to extradite Fethullah
Gulen, the reclusive Turkish cleric whom Mr. Erdogan has accused of plotting
the coup from his retreat in the Pocono Mountains in Pennsylvania.*
Como hemos señalado estos días, el antiamericanismo no es
nuevo y ha sido sembrado por el propio gobierno. Ocurre con esto como la
tomadura de pelo de la pena de muerte. Erdogan, con su hipocresía y cinismo
característicos, no cesa de repetir que "si el pueblo quiere la pena de
muerte, hay que ser respetuoso con el pueblo. Es difícil ver una muestra de
hipocresía política mayor, pero da cuenta de la catadura moral del personaje y
sus maneras.
El encuentro con Putin se produce después de haber pedido
disculpas por el derribo de avión y —ya no señalamos— hacer público que los
militares involucrados en el derribo del avión militar ruso habían sido
detenidos como parte de la trama del golpe fallido. La bajeza de Erdogan toca
fondo y no sabemos cómo el Ejército —lo que queda de él— ha asimilado esto.
Después de los ataques a Rusia tras el derribo, las pruebas aportadas por
Turquía de la invasión, haber involucrado a la OTAN en el incidente, etc. salir
ahora con la insinuación de los militares golpistas solo se puede esperar de
Erdogan.
Pecan de ingenuos los articulistas de The New York Times cuando se sorprenden
del encuentro entre ambos presidentes. Cuando Abdel Fatah El-Sisi, el
presidente egipcio, es presionado por Occidente, la solución es siempre la
visita o visitar a Putin, como ya se hizo. Señala el diario:
The meeting in St. Petersburg is in some
respects a stunning development, given that through the end of May, Moscow and
Ankara were hurling unbridled insults at each other. Russia’s state-run
television network attacked Mr. Erdogan as “deceitful” and “unrestrained,”
while the Turkish leader accused Russia of engaging in “cheap slander.”*
Y lo seguirán pensando porque esa es la base de la
escenificación. Pero no supone ningún impedimento para el cumplimiento de los
objetivos de cada uno con el encuentro. Los dos tienen un objetivo común, el
desafío a Estados Unidos y a la Unión Europea, y cada uno los suyos. Se
centrarán en el principal y tratarán de ceder en los parciales.
La maniobra de Erdogan tiene consecuencias. Otra cuestión es
saber la respuesta que se le va a dar desde Estados Unidos y la Unión Europea.
La OTAN está por medio, pero la actitud de Turquía deja mucho que desear como
socio fiable. En estas cuestiones, es mejor que los socios sean más claros. Erdogan
juega con la necesidad exterior, es decir, con los distintos chantajes de los
que ya hemos hablado aquí. Mientras le sean eficaces, lo seguirá haciendo sin
pudor alguno.
The Washington Post
señala de ambos presidentes:
Both leaders have built a “personalized and
authoritarian style of governance,” according to Asli Aydintasbas, an expert on
Turkish foreign policy at the European Council on Foreign Relations. And their
shared traits probably will help boost ties.
“The personal aspect is very important,” Pavel
Shlykov, an analyst with the Institute of Asian and African Studies at Moscow
State University, said in an interview last month before the coup attempt.
“The political relationship between the two
countries is very dependent on the basis of personalities, on Erdogan and
Putin, and the initiatives start from them,” he said.**
En efecto, la mezcla es explosiva y hay que ver hasta dónde
piensan llegar en su representación. Se puede llegar a un punto en el que Turquía
quede fuera de los escenarios en los que ha estado y se le compliquen las
cosas.
La cuestión interesante es cómo está viviendo la sociedad
turca esta situación. No me refiero a los mítines multitudinarios organizados
por Erdogan y su partido, que forman esa escenificación señalada. Me refiero a
las ideas que se están formando en su cabeza ante esta realidad orwelliana en
la que están viviendo. Los discursos triunfalistas de Erdogan no esconden la
realidad de la situación turca. El golpe fallido ha sido aprovechado para
silenciar el disgusto social, que era grande y —como veíamos ayer— había
llevado a un 60% de la sociedad alejada de Erdogan y su partido.
Lo previsible no es que la situación mejore en ningún
sentido. Por el contrario, se producirá un empeoramiento de la situación
política, más represiva y autoritaria, y económica —menos inversión y caída de
las exportaciones—. No se puede mantener indefinidamente a la gente en la calle
expresando su apoyo a Erdogan; en algún momento la gente percibirá que su vida
ha cambiado, que las condiciones no son las mismas.
En los próximos días, se sucederán movimientos como
respuesta a los de Erdogan. Por su parte seguirá acumulando desprecios para
hacer ver que es incuestionable y que Turquía es un país capaz de desafiar a
todos bajo su mando. Pero de las crisis no se sale con palabras. No sé si la
situación rusa permite resolver la turca, pero me temo que no. Las visitas de
El-Sisi a Rusia no han servido de mucho para su economía y Putin busca más
hacer crecer la suya, maltrecha por las sanciones de la Unión Europea a causa
de la invasión de Ucrania, que salvar las de los demás. Pero las apariencias
son importantes y hay que abrir mercados y añadir socios, buscar alternativas a
la cerrada Unión Europea. Como complemento, Erdogan ha subido el tono de las
amenazas respecto a los refugiados que llegan de Siria.
La prensa rusa y la turca se realimentan recogiendo las acusaciones contra Occidente y poniéndole nombre al "responsable militar norteamericano" de la OTAN que estaba detrás del golpe. No dicen, solo recogen. Forma parte de la escenificación y dejan que Erdogan recite su aria. Pero Putin no se dejara engañar y sabe que lo quiere presidente turco. Le dará lo justo para molestar a los Estados Unidos y a Europa. No creo que mucho más.
A principios de junio, Erdogan le pidió a los turcos que
trajeran muchos hijos al mundo:
President Recep Tayipp Erdoğan gave a speech in
Istanbul on Sunday where he announced, and not for the first time, that “no
Muslim family” should engage in birth control or family planning. “I will say
it clearly… We need to increase the number of our descendants,” he said,
adding, “Nobody can interfere in God’s work. The first duty here belongs to
mothers”.
Erdogan, siempre tan disciplinado. Le faltó recomendar la abstinencia a los no creyentes y así evitar que se propaguen, asegurándose una islamización segura del país.
Veremos pronto los resultados de los "planes divinos", tras el encuentro con Putin. Erdogan tiene que tomar medidas en caliente antes de que el efecto hipnótico del fallido golpe se pase y llegue la dura realidad de la situación turca. Cuando se pase la euforia actual veremos el plan de Dios con más claridad.
Como es propio de los islamistas, Dios está de su lado. Por ahora se conforman con Putin.
*
"Erdogan and Putin Seek to Put Syria Rift in Past" The New York Times
8/08/2016 http://www.nytimes.com/2016/08/09/world/europe/russia-putin-turkey-erdogan-syria.html
**
"Turkey’s Erdogan pivots to Putin as tensions rise with the West" The
Washington Post 9/09/2016 https://www.washingtonpost.com/world/middle_east/turkeys-erdogan-pivots-to-putin-as-tensions-rise-with-the-west/2016/08/08/43c19884-5d93-11e6-84c1-6d27287896b5_story.html?hpid=hp_hp-more-top-stories_turkeyrussia-330am%3Ahomepage%2Fstory
*** "Dutiful Mothers Or Gender Equality Mr & Mrs Erdoğan, Turkey Can’t Have Both" The Turkish Sun 1/06/2016 http://theturkishsun.com/dutiful-mothers-or-gender-equality-mr-mrs-erdogan-turkey-cant-have-both-19758/
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